Cuando llegamos a mi casa Miranda se baja algo molesta, pero no entiendo porque. Después de hablar sobre Alex, no cruzamos palabra; así que no entiendo el porqué.
Bajo del auto y observo todo; Portland o mejor conocida como la ciudad de las rosas, mi hogar...
Cierro la puerta del auto y no deseo más que darme una ducha y acostarme en mi hermosa y querida cama.
Suspiro y abro la puerta de mi casa y me sobresalto al ver a todos allí, incluyendo a mi tía Norma (hermana de mi madre, que por cierto se llama Sandra y mi padre Andrew) y su familia.
-¡Rachell!- saluda mi tía.
-Hola...- respondo y la saludo con un beso en la mejilla.
-¡Dios mío!-dice y toca mi cara como si fuera un muñeco de porcelana- ¡Que grande estas!
-¿Verdad?- dice mi madre incorporándose a la conversación- Bienvenida a casa cariño.
Fuerzo una sonrisa y las abrazo al mismo tiempo, aunque cueste creerlo, en este momento podría estar muerta.
-Las quiero- susurro
-Nosotras a ti- responde mi tía.
Me separo y me dirijo donde están todos y Amanda es la primera en saludarme.
-¡Hermanita!- sonríe- ¿Qué fue lo que te dije la última vez que estuviste en el hospital?
-Yo...-digo y me interrumpe
-¡Maldita sea, es que te gusta asustarme! ¿Cierto?
-Perdón...- respondo y miro a Allan para que me ayude.
-Amor, déjala respirar- dice y se lo agradezco.
Ella frunce el ceño y sonríe nuevamente.
-¡Te extrañe!- me abraza
Trato de contener las lágrimas (de felicidad) y le devuelvo el abrazo. No sabría que hacer sin ella, es mi hermana, mi amiga...
-Hija- dice una voz detrás mío
-¡Papá!- digo separándome de Amanda, para abrazar a mi padre.
-Qué bueno que te encuentres bien- dice y se aleja.
Una lágrima sale sin permiso y la seco rápidamente.
-Bien... ve y saluda a tus amigos.
Asiento y vuelvo mi mirada y observo a Alex y Erick, cada uno en un sofá diferente. Me dirijo donde están ellos, pero alguien se atraviesa en mi camino.
-¡Hola primita!- me saluda Angie; ella es de mi estatura, cabello castaño ondulado, ojos color azabache y es un poco más morena que yo. Tiene 19años y a veces es muy infantil para tal edad.
-Hola- respondo
-¡Te tenemos una sorpresa!- sonríe
-¿Sorpresa?- pregunto frunciendo el ceño.
-¡Angie!- grita mi tía desde la cocina.
-Ups...- susurra
Todos se acercan dónde estoy yo y siento un poco de nervios.
-Bueno, ella no tenía que decirte nada- dice Amanda fulminándola con la mirada- Pero ya que lo digo...- sonríe
-Vamos, dime de una buena vez- digo ansiosa
-¡Mañana iremos a!...- dice y guarda un silencio misterioso- ¡La cascada Multnomah!
-¡¿Qué?!- grito emocionada
-¡Si!- responde igual de emocionada
Siempre, desde niña, he querido ir a esa catarata, ¡es hermosa!
-Y además- continua- todos los que están acá, irán también.
Automáticamente miro a Alex, Miranda y Erick y todos me sonríen, pero yo no lo hago; Erick tiene moretones en su cara y un ojo morado y Alex tiene el labio hinchado y un gran moretón en la mandíbula.
-¿Qué diablos les paso?- pregunto asustada
-Rachell... no es el momento- dice Miranda
-¿No es el momento? Pero... ¿Qué mierda paso estos días?- digo acordándome del dia que casi se pelean en la sala del hospital y estoy segura que si lo hicieron, pero quiero que me lo confiesen.
Alex mete sus manos en los bolsillos de los vaqueros que lleva puestos y Erick trata de esquivar mi mirada.
-¿Ya no saben hablar? ¿o que?- pregunto sarcásticamente
-¡Rachell!- dice Miranda
-Quiero saber porq...- digo y me doy cuenta de que todos nos miran y me callo- Miranda, ¿vienes?
Ella asiente y subimos a mi recamara.
Una vez dentro, me pongo los lentes (cuanto los necesitaba) y cruzo mis brazos.
-¿Por qué no me dijiste nada?- pregunto
-No quise preocuparte...
-¿No quisiste preocuparme? Estoy más preocupada ahora, ¿no lo has notado? ¡Se odian!
-Sí, pero... ¿Qué quieres que haga?- responde
-No lo sé- digo encogiéndome de hombros- Al menos sabes el porque (?)
-Ahora que lo mencionas no estoy segura- dice y se sienta en mi cama- pero, si los vi discutiendo en la playa.
¿En la playa? Entonces... el chico con el que discutía Alex si era Erick, pero ¿Qué hacia el allí?
Me acuesto en la cama y me tapo la cara con la almohada. Mi cabeza esta hecha un desastre.