Capitulo 30

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Rachell POV

Me despierto y miro a una niña en mi cama, acostada a mis pies, tiene su cabeza arrecostada a sus brazos, por lo que no puedo saber quién es.

Un escalofrío recorre mi cuerpo y siento que mi corazón comienza acelerarse cada vez más.

-¿Quién eres?- pregunto acercando mi mano para quitar el cabello de su cara, pero ella se levanta y corre hacia la puerta.

Me levanto rápidamente y antes de que salga le grito que pare. Ella se detiene en seco y por un momento me visualizo a mi, pero ¿cómo voy a ser yo? Eso es prácticamente imposible.

-¿Quién eres?- repito- Prometo no hacerte daño.

Ella vuelve su cabeza y la miro. Sus ojos celestes estan rojos de tanto llorar, su cabello despeinado, miro su delicada piel blanca, sus labios ni tan delgados, ni tan gruesos, luce tan inocente...
Por un momento me quede perpleja, no me recordaba de pequeña.

La niña se vuelve rápidamente y sale de mi recamara, yo la sigo con paso acelerado y luego de bajar de las escaleras, la pierdo de vista.

-¿Dónde estás?- grito

Me percato de que la casa entera esta en silencio, casi sin color, sin vida...

Camino cuidadosamente hacía la cocina, esperanzada de ver a mi madre allí y que me explique quien era esa niña, pero... no es ella, es mi abuela.
Mi abuela murió cuando yo tenía apenas 10años, yo era tan unida a ella, que sentí que me habían arrancado el corazón cuando me dieron la noticia, como si me lo ubiesen quitado todo en ese momento.

Al verla sentí deseos de abrazarla, de contarle todo lo que me esta pasando, esconderme en sus brazos. Pero no me puedo mover de dónde estoy, intento mover mis piernas, pero estas no ceden y me empiezo a sentir impotente.

-¡Abuela!- grita entusiasmada una voz de niña y un nudo se forma en mi garganta.

La mujer se vuelve, tiene el cabello rubio con algunos rastros blancos, sus ojos son grises; lo recuerdo por que cada vez que la veía sus ojos eran de un color distinto. Su estatura es un poco baja a la mía y las arrugas en sus ojos se enmarcan más al sonreir cuando ve a la niña que se acerca corriendo.

-¡Mi niña!- saluda la mujer y me tapo la boca con las manos. Ella siempre me decía así, yo era su niña...

Las dos se abrazan y mis lágrimas comienzan a salir y no quito las manos de mi boca, la extraño, la extraño demasiado y mirarme de niña abrazandola me hace recordar que no la valoré, ¡maldita sea, no la valoré!

Cierro los ojos unos segundos y al abrirlos ya ellas no estaban y algo dentro de mí se revuelve.

-¡Rachell!- escucho en el segundo piso.

Corro hacía las escaleras, pero la niña se me adelanta. Llegamos a la habitación y la puerta de entrada se abre, aunque no pongo atención.

Miro a la mujer tirada en el suelo, casi pálida y noto que no puede respirar. La niña se tira al suelo y trata de que la mujer le responda algo que balbucea mientras llora y yo me quedo boqueabierta mirando la escena.

-¡Mamá!- grito esperando una respuesta- ¡Mamá!

Ni siquiera la niña me pone atención, me doy cuenta de que esto no es real ¿Cómo diablos no va ser real?

-¡Mamí!- grita la niña entre sollozos y mis padres vienen corriedo.

Me hago a un lado, aunque no sirve de nada. Ellos discuten algo en voz baja y mi madre se pone a llorar, mientras mi padre alza a la mujer para sacarla de la recamara.
La mujer cuando pasa al lado mio me míra y me dice sin voz:

-Te amo mi niña.

En ese momento lloro, lloro como jamás lo había hecho, hasta dejar la sangre de mis mejillas caliente.

Escucho el auto salír a toda prisa de mi casa y en ese momento vuelvo en sí. Corro a la entrada y salgo, pero... no llego a la calle, si no, al hospital. Vuelvo mi vista hacía atrás, y veo el estacionamiento.

No me pongo a pensar en eso y corro por todos lados buscando a mí abuela, mis padres, quien fuera.
Luego de unos minutos sin exito, camino con mi vista desierta y me culpo por no haber hecho algo más por mi abuela...

¿Sí hubíera estado allí antes? ¿Y sí la hubíera ayudado y se hubíera salvado?
Nunca creí revivir ese momento otra vez.

Sacudo la cabeza y parpádeo para alejar las lágrimas. Alzo la vista y miro a mí madre llorando en una silla en el hombro de mí padre, y a mi hermana pálida e inexistente al lado de Allan. Por otro lado míro a Miranda, Alex y Erick tirados en el suelo, pero Miranda es la única que esta llorando, mientras ellos se fulminan con la mirada. No entiendo porqué están así, dudo que sea por la abuela, bueno... es obvio que no.

Camino hacía ellos, pero parece que ninguno se percata de mi prescencia.

-¿Qué pasá? ¿Porqué lloran?- pregunto algo preocupada.

No responden y siento un cosquilleo en mi pecho.

-¡¿Que pasá?!- repito alterada

Camino al frente de Amanda y paso mi mano frente a su cara dando saltitos para que me vea, pero es inútil.

-¡¿Qué diablos pasa con ustedes?!- grito

Siento nuevamente ese cosquilleo en mi pecho y noto que Amanda mira específicamente un lugar. Vuelvo mi vista y miro muchas personas alrededor de una sola que esta acostada en una camilla.
Entrecierro los ojos para poder ver mejor, pero no puedo, ni siquiera llevo conmigo los lentes.

Miro cabello azabache cayendo de la camilla y automáticamente me paso la mano por el mío. Camino hacía delante con la esperanza de reconocer quién es, pero cuando me doy cuenta ya estoy dentro de la sala.
Me dírijo hacía las personas y me veo; acostada, sin vida, pálida...

Escucho un "bip" largo y dírijo mi vista hacía la maquina que hace tal sonido y entro en razón:

Estoy muerta.

El doctor que está a mi derecha tiene un metal en cada una de sus manos, los frota y los coloca en mi pecho. Ahora el cosquilleo tiene sentido.
Me doy cuenta de que el doctor se esta dando por vencido y sin querer grito que no lo haga, que siga, que necesito estar viva, pero obviamente no me escucha.

Cierro los ojos y pienso en todas las personas que quiero... ¿qué pasará?
Yo no quiero estar 3metros bajo tierra a los casi 17 años...
Necesito saber muchas cosas que en este momento no estan claras, almenos para mí.

Siento un último cosquilleo.

-No sientas más odio, sigue tu vida... las explicaciones llegaran en su momento- dice una voz al lado mio.
-Abuela... yo- digo y mi vista se llena de lágrimas.
-Tu no tuviste la culpa ¿entiendes?
-Pero, si hubiera estado allí, tú seguirias aquí, con migo... no sabes cuánto te necesito.
-Sé como te sientes, pero tienes que entender que no podías hacer nada ¿sí? Era mi momento.

Mi voz no sale de mi boca, no tengo palabras.

-Ahora- continua- quíero que sigas siendo la niña que yo conocí; alegre, feliz, la que no le importaba que dijieran de ella.
-No es tan facíl...
-Lo es, solo que tú no lo quieres hacer facíl...- dice y me mira.
-Abuela, yo...- digo y sorbo mi nariz- te quiero, te necesito y... no sabes cuanto extraño hablar contigo, quiero contarte todo lo que me pasa y...- digo y me interrumpe
-Sé todo lo que has pasado, yo siempre estoy aquí contigo- dice y me señala el pecho- en tú corazón.

La abrazo y no me separo de ella, hasta que desaparece y el monitor cardíaco agrega mas "bip" a su sonido.

Comenzar de nuevo♡Where stories live. Discover now