INFIERNO PERFECTO © ✓

Von pvera01

2.1M 133K 161K

Ella el DIABLO. Ellos los DEMONIOS. Juntos el INFIERNO PERFECTO. ________________________________________ Hi... Mehr

Antes de leer
Dedicatoria
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17 - PRIMERA PARTE
Capítulo 18 - SEGUNDA PARTE
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37 - PRIMERA PARTE
Capítulo 38 - SEGUNDA PARTE
Capítulo 39 - TERCERA PARTE
Capítulo 40 - CUARTA PARTE
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46 - Final
Epílogo
Agradecimientos
Extra I
Extra II
Extra III

Capítulo 29

32.5K 2K 3.4K
Von pvera01

CAPÍTULO 29

[Equipo Linnor]

LILITH

No podía creer lo que había pasado, me negaba a asumir la situación, la cabeza quería explotarme de tanto pensar, no me pude creer que yo haya sido capaz de lo que hice y ellos capaz de tratarme de semejante manera. Nadie que despertará cosas en mí me había tratado de esa manera y joder dolía. Dolía no tienen una puta idea.

Dolía que creyeran que era una zorra. Pero pensándolo bien, empiezo a cuestionarme eso, mierda, ¿En serio me había acostado con Connor? No podía hacerme una idea de eso, Connor y yo somos amigos creo, jamás intentaría nada con él, mucho menos sabiendo que es primo de los hermanos.

Pero a todo ésto ¿Cómo habíamos llegado hasta acá? ¿Cómo habíamos terminado desnudos? ¿Cómo la situación se había salido de control? Parece como si me hubieran lavado el cerebro ya que no recuerdo absolutamente nada.

Me limpió las lágrimas y me niego a seguir llorando como lo he hecho casi díez minutos desde que se habían ido los hermanos con Lis. Me pongo de pie pues todavía sigo tirada en el piso y me limitó a ponerme mi ropa que yacía tirada en el piso de la habitación. Connor también seguía en el piso con el rostro hundido en sus manos tratando de calmarse y no romperse como lo había hecho yo.

Estábamos en silencio cuando terminé de ponerme la última prenda para quedar completamente vestida y Connor hizo exactamente lo mismo. No sabíamos cómo reaccionar más que nada porque todavía seguíamos confundidos. Muy confundidos. Ya hasta me dolía la cabeza.

Entonces las palabras de los hermanos Kast y de mi mejor amiga volvieron a mi mente haciendo que cayera sentada a la cama pensando en ellos. Pensando en todo. Pensado en como había permitido que me hablarán así. Que no dejaron explicarme pero maldita sea nisiquiera tenía una explicación, ni siquiera me acordaba de nada.

—y pensar que estuve apunto de rogarte de rodillas para que me perdonarás, pero ya ví que no vales la maldita pena.

Los ojos de Abel al decir eso fue lo que más me dolió.

—¡¿Vas a decir que te gustó la manera en que él te follo como la zorra que eres?!

No soy ninguna zorra como piensas, Aamon.

—Lis y una mierda, cállate y no me vuelvas a hablar en tu puta vida.

Eres mi mejor amiga Lis.

—Dile a tu nuevo novio que te consolé porque yo no lo haré más.

Adriel...

Mierda, cada palabra, cada maldita palabra era como una fuerte patada en el estómago.

—Eres una gran zorra de mierda.

Zorra...

Creían que era una zorra y eso es lo peor.

¿Dónde quedó el que yo era su reina y ellos mis demonios?

Claro, en el momento que vieron que me había follado a su primo. Y nisiquiera tengo eso claro, nisiquiera se si eso paso realmente pero ellos ya hicieron sus tontas conclusiones dejándome como la mala del cuento. Necesitaba calmarme porque ahora mismo solo me estoy torturando más con mis pensamientos.

Y ahora no tengo ni una puta idea de dónde pasar la noche y con lo que veía en la ventana de la habitación ya estaba oscureciendo. No puedo ir a la mansión ya no soy bienvenida y me jode pensar que ahora mismo están con ella, con Lía. Tampoco podría ir con la persona que acudía siempre cuando estas cosas pasaban, ella ahora me odia. Así que supurando decidí echarle una ojeada a Connor que yacía al otro extremo de la cama pensando como lo hacía yo.

Él se habrá dado cuenta de mi mirada pues en ese instante por fin habló:

—No entiendo, no entiendo lo que acaba de pasar.

Sigue dándome la espalda y no puedo ver la expresión de su rostro pero supongo que tendrá un ceño fruncido.

—Tampoco entiendo nada, estoy tan confundida y no recuerdo lo que pasó—le dije.

Él se lo pensó pero no llegó a ninguna explicación.

—Y pensar que ahora Lis me odia—susurró.

—No eres el único a mí me odia más.

Entonces es cuando se da la vuelta y nos miramos.

—Nosotros...no pasó nada ¿Cierto?

—No lo sé—susurre al ver los condones tirados, Connor siguió mi mirada y cerró con fuerza sus ojos.

—Joder, nunca había estado tan confundido en mi vida.

—Me trataron tan mal ¿Lo viste?—mis ojos volvieron a cristalizarse al decir eso.

—Lo ví, fueron unos estúpidos al menos no recibiste los puños de Aamon, joder si que pega duro—se quejó masajeando su nariz.

—Habría dolido menos un golpe te lo aseguro.

—No debieron tratarte como lo hicieron, mereces todo su respeto.—suspira—. Ellos son así cuando se enojan no piensan antes de actuar, no miden las consecuencias de sus actos, también lo estaría si viera a Lis en una situación tan comprometedora con mis primos, me enojaría, sí, pero no la trataría cómo ellos lo hicieron contigo. Pero ya verás que en cuanto descubran que todo fue un error, bueno, si es que fue así, los mandaremos a volar con una patada en el culo por pendejos.

Solté una pequeña risita.

—Eso me consuela un poco.

—Un momento, ¿Tú tienes algo con mis primos?

—Es complicado pero diría que teníamos lo que sea que teníamos.

A él no le sorprendió que le dijera que tenía algo que ver con los tres, lo asumió como si fuera lo más normal del mundo.

—Vaya, ahora entiendo su gran enojo. Esto es más trágico de lo que pensé.

Entonces nos quedamos en silencio. Y después de un rato él volvió a susurrar:

—Dijo que me quería.

—¿Qué?

—Dijo que me quería, Lis, lo dijo y ahora ella me odia al pensar que me acosté con su mejor amiga, estoy jodido.

—Estamos jodidos. Pero al no recordar nada sabemos que eso no pasó.

—¿Creés que nos perdonen?—preguntó con preocupación en su tono de voz.

Entonces se me ocurrió una gran idea.

—¿Y por qué deberían perdonarnos a nosotros? Descubriremos que fue lo que realmente paso y haremos que ellos se arrodillen para suplicar nuestro perdón por haber creído semejante estupidez.

—Uy, me encanta tu idea.

—Es genial.

—¿Ahora somos un equipo?

—Un equipo seremos.

—El equipo Linnor.

—¿El equipo qué?

—¿O prefieres Colith?...no, los dos son pésimos, nuestros nombres no combinan en nada.

—Como sea tenemos que irnos de aquí.

—Si, ¿Quieres que te lleve a algún lugar?—dijo mientras salíamos de la habitación que todavía no recordaba como había llegado allí.

—La verdad es que no tengo donde dormir esta noche así que no, no tengo ningún lugar pensado.

—Pero ahora somos un equipo, puedes quedarte en mi departamento, tiene como tres cuartos y yo solo ocupó uno, podrías ocupar una de las que sobran.

Sonrió tratando de disfrazar el dolor que sentía. El dolor de su corazón y su rostro.

—Eso haría que sus sospechas crecieran, pero antes quiero ir a por Hela.

—Bien ¿Dónde está?

—En casa de Lis.

Connor me quedó mirando un momento pensando las cosas, al final solo se limitó asentir con la cabeza mientras salíamos del hotel pero antes uno de los empleados con el cabello castaño me sonrió y note algo extraño y malévolo en esa sonrisa, a parte de que se me hacía conocido y no recordaba de donde. Lo deje pasar cuando nos subimos en el auto de Connor y conducío hasta la casa de la pelinegra.

Llegando se estacionó a unas cuadras menos del departamento de Lis para que no pudiera verlo, con un respiro hondo me puse a caminar hasta que llegue frente a la puerta y la toque. Unos segundos bastaron para que ella me abriera. Seguía con la misma ropa con la que había llegado al hotel. Su maquillaje estaba corrido. Sus ojos hinchados y todavía lloraba. Cuando vió que yo era la persona que había estado tocando a su puerta casi me cierra en la cara pero yo evite que hiciera eso poniendo una mano en la puerta.

—No te dije que...

—Que no te volviera a hablar en mi puta vida, lo sé, lo recuerdo, solo vengo por Hela—lo interrumpí.

Sin verme abrió más la puerta para que yo entrará y así lo hice ingresando al departamento. Estaba hecho un caos como si hubiese pasado un gran terremoto pues todas las cosas estaban rotas y tiradas por todas partes. Lis estaba dolida y podía comprenderla también habría pensado lo peor. No tardé mucho en encontrar a Hela ya que el departamento no era muy grande que digamos. Me agaché para sostenerla en brazos y sentía la mirada de Lis en mi espalda.

—¿Por qué lo hiciste?—preguntó.

Agarre a Hela entre mis brazos lamiendo una de mis mejillas en el acto y volví a ponerme de pie.

—¿Qué?

—¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué te acostaste con Connor?—sollozó.

Volteé a verla.

—¿Enserio? ¿Enserio me crees capaz de hacer eso?

—Estaban desnudos en una maldita cama de un hotel los dos ¡¿Qué quieres que piense?!

—¿Pues no te has puesto a pensar que todo pudo ser una maldita trampa?

—¿Una trampa?—soltó una risita amarga—Si hubiese sido una trampa te hubieran matado, todo está explicado ya.

—Pues cree lo que quieras, se van a arrepentir después.

No dijo nada cuando pase de largo y salí de su departamento.

—Listo—le dije a Connor cuando llegue a él señalando a Hela en mis brazos.

—¿Qué te dijo?

—Nada importante—me límite a decir y me subí al auto para que después Connor arrancará.

Nose cuántos minutos pasaron pero ya habíamos llegado a lo que suponía era su departamento y cuando me lo dijo confirme mis sospechas.

Connor me dejó ingresar a mí primero al departamento cuando abrió la puerta con sus respectivas llaves. Era un departamento sencillo pero moderno a la vez y eso que habían muchas cosas lujosas.

Connor se avienta a uno de los sofás y suspira cansado mientras cierra los ojos yo bajo a Hela para que pueda recorrer su nuevo hogar temporalmente no me quedaré mucho tiempo aquí no quiero ser una carga y resolveré el maldito problema.

—¿Y ahora qué?—pregunta abriendo sus ojos.

—Necesito un baño ¿Creés que me pueda ir a bañarme y prestarme algo de ropa?

—Buscaré la ropa—se puso de pie—puedes bañarte en la habitación de allá—me señala una de las habitaciones.

—Gracias.

La habitación es amplia. Tiene una cama en medio con sábanas blancas. Un armario color negro. Las paredes blancas. Y un cuarto de baño. Nada más. Todo esto suena muy triste, nada se comparaba a la habitación de la mansión. Empiezo a extrañarla.

Después de bañarme encuentro ropa de Connor en la cama y le agradezco mucho por lo que está haciendo por mí. Es una sudadera roja y unos pantalones negros huelen a él pero no me producen nada como lo hace la ropa de Adriel. Joder, empiezo a extrañarlo también.

Hela se encuentra en la alfombra de la habitación durmiendo y yo ya no salgo a la sala ni cuando Connor me dice si quiero algo de cenar pero yo me niego a comer, lo último que quiero en estos momentos es eso, nisiquiera tenía apetito y sin decirnos nada más me acosté en la cama y me quedé completamente dormida pensando en qué los había perdido.

Cuando desperté lo primero que hice fue  darme otra ducha como siempre lo hacía por las mañanas para olvidarme de los malditos problemas pero aún así no podía sacarlos de mí maldita cabeza.

Connor había pedido el desayuno porque ninguno de los dos sabía cocinar y íbamos a terminar incendiando todo el departamento así que para evitar más problemas pedimos pizza, si, pizza teníamos antojo de eso. Cuando llegó la caja nos sentamos a desayunar en silencio cada quien sumergidos en nuestros propios pensamientos. Cada vez mi vida se volvía más triste que aburrimiento.

Decidí salir un momento a caminar y dejé a Hela al cuidado de Connor. Ahora ya no sabía que hacer con mi vida y todavía los recuerdos no llegaban a mi cabeza. En el fondo pensé que sería como en las telenovelas cuando no recuerdas nada y entonces después te llegan todos los recuerdos a tu cabeza y fin todos viven felices por siempre cosa que no sucederá conmigo porque la vida me odia.

No tengo ni idea de a dónde voy pero después de un gran rato caminando, no pude evitarlo y fue como si mis pies tuvieran vida propia que me llevaron hasta la mansión. Joder ¿Qué hacía fuera de la mansión como una acosadora? Primero estaba mi dignidad. Pero tampoco pude evitar quedarme un momento viendo la gran casa frente a mí esperando que nadie saliera por ella y me gritarán como lo habían hecho.

Los impulsos de ir a tocar y rogarles que me escucharán se hicieron presente en todo mi cuerpo y estaba apunto de cometer esa estupidez cuando una voz desconocida me habló detrás de mí.

—¿Estás preparándote para robar?

Pregunta y yo volteó a verlo. Es un hombre que jamás en mi vida había visto. Alto y un poco fornido. Sus ojos castaños al igual que su cabellos. Vestía formal así como lo hacía Aamon solo que él nose que trucos hacía para verse salvaje, sexy y elegante a la misma vez.

—¿Eh?—pregunto confundida.

—¿Qué si estás preparándote para robar? Este es un buen momento ya que no hay nadie en la mansión y no estarán por un par de días—dice haciéndome fruncir más mi ceño.

—¿A qué se refiere?

—¿Quién es usted?—interroga.

—Responda mi pregunta.

—Primero tú.

Suspirando le dije:

—Solía vivir aquí.

—¿Ya no?

—No.

—¿Por qué?

—Qué le importa, responda mi pregunta.

—Bueno, si vivías acá entonces conoces a Aamon—yo asentí con la cabeza—, a bien, soy su asistente Jacob—me da la mano para que se la estreche—Usted es...

Le estreché la mano y le dije:

—Que le importa.

—Me agradas—y nos soltamos las manos.

—Venia de visita—mentí—¿Los hermanos no se encuentran?

—No, se fueron por la noche.

—¿A dónde?

—A París.

París...

Joder, yo deseaba con todas mis fuerzas ir a París.

—¿Solos? ¿Los tres?—pregunte con temor a la respuesta.

Él se lo pensó un momento

—El viaje era para Aamon y una chica que no me dijo su nombre pero lo cambiaron a última hora y se fueron los tres Kast con ella y no con la chica.

¿Una chica?

—¿Ella?

—Si, ella.

—¿Quien ella?

Una sensación horrible empezó a formarse en mi pecho y también un nudo grande en mi garganta y sabía que la respuesta iba a destrozarme a un más.

—Su ex novia, creo, es raro no lo comprenderías.

—Lía.—susurre.

—Exacto, ella y no se porque le estoy contando esto a una completa desconocida.

Con esa confirmación mi mundo se había derrumbado más.

Se habían ido después de la pelea donde me trataron de zorra.

Se habían ido a París sin antes haber hablado conmigo y entender las cosas.

Se habían ido sin mí.

Y con ella.

Con Lía.

Joder, me duele, me duele, maldita sea.

—Pero no fue la única chica que fue con ellos también fue otra pelinegra que no conocía.

Lis.

Intenté aguantarme las lágrimas que estaban apunto de salirme tragando grueso.

—¿Y que hace usted acá si no hay nadie en la mansión?

—Esque Adriel me dijo que supervisará si había apagado la estufa cuando cocino no quiere incendios cuando vuelva, empiezo a cuestionarme que Adriel se parece a mi mamá—soltó una risa esperando a que yo hiciera lo mismo cosa que no pasó y al ver mi cara sería el hizo lo mismo carraspeando.

Ya no dije nada y pase a su lado para irme, él antes me hizo una seña de adiós cosa que no respondí y me fui de ese lugar que me trae muchos recuerdos.

Muchos minutos más tardes me encontraba en la sala de estar sentada en un sofá con Connor en el otro sofá frente a mí. Con alcohol en nuestras manos y borrachos y riéndonos de cualquier palabra que salía de nuestras bocas.

Al fin de cuentas éramos el equipo Linnor.

—¡Se fueron a París sin mí!—grite riéndome y Connor hizo lo mismo.

—¡Lis también fue!

—¡Se llevaron a la cabeza de carbón y no a mí!—volví a reír.

—¿Cabeza de carbón?—preguntó aguantándose la risa.

—Si, por lo pelinegra sin ofender a Lis.

—¡Entonces mis primos también son cabezotas de carbón!

—¡Menos Abel él es un cabeza de chorlito!

—¿Qué es chorlito?

—¡Yo que sé, es lo primero que se me vino a la cabeza!

—¡Pues cabeza de chorlito será!—bebió un largo trago de su vaso y yo hice lo mismo.

—¡¿Por qué gritamos?!—pregunta gritando.

—¡Por qué se supone que estamos borrachos y los borrachos siempre gritan!

—¡Cierto!

—¡Hay que seguir la tradición, Connor!

—¡¿Y por qué no nos vamos a París también?!

—¡Por qué soy pobre!

—¡Pero yo soy rico!

—¡Pues que suerte la tuya, a mi Dios me odia!

Connor se pone de pie, bueno lo intenta y se cae a lo que nos reímos pero después logra ponerse de pie y saca su teléfono. No logró escuchar a quien llama cuando le contestan el teléfono yo dedico a seguir tomando porque dicen que tomando las penas se van algo así escuché, pero las mías no se iban y cada rato volvían a venir torturándome a mi misma. Joder, todo esto es cansado.

—¡Listo!—grita Connor cuando cuelga la llamada con la persona con la que estaba hablando.

—¡¿Listo qué?!

—¡El equipo Linnor se va a París!

—¿¡Nos vamos a París?!—preguntó sorprendida.

—¡Sí! ¡Así que ve a empacar porque nos vamos en díez minutos!

—¿¡Pero que voy a empacar, idiota?! ¡Soy pobre!

—¡Cierto! Entonces espérame a que yo empaque, luego compraremos ropa para tí.

Se aproximo a ir a su habitación pero por estar tomando otro trago de su vaso no se dió cuenta y choco con la puerta de su habitación riendo cuando rebotó como una pelota y cayó al suelo, la escena era muy divertida y no aguante a soltar unas grandes carcajadas por su idiotez.

—¡Espérame aquí!

Y se metió a su habitación después de abrir y ponerse de pie.

Sabía que ir a París era una mala decisión. Pero en estos momentos no estábamos cuerdos para pensar en las consecuencias de esos actos y nos valía completamente todo. Muy en el fondo sabía que de ese viaje no iba a resultar nada bueno. Y que todo iba a salir mal. Pero no me importó.

¡¡¡Así que el equipo Linnor estará en París, baby!!!

El viaje había sido largo muy largo, habían sido como siete horas en avión, más bien en el jet privado de Connor.—si, Connor también era millonario—. Al menos nuestra borrachera se había ido en gran parte pese a que habíamos tomado una gran cantidad de alcohol. En fin, todo el viaje dormimos y ahora me encontraba a mí en uno de esos hoteles carísimos que solo las personas millonarias podían pagar.

Odio mi pobreza.

Connor había dicho que éramos un equipo y por eso hacía todo esto por mí a parte de que me dijo que para él era como su familia pues tengo una especie de ¿Relación? Con sus primos y él lo tiene con Lis o al menos lo teníamos ya no sé que somos ahora. Antes de venir al hotel pasamos a comprar un poco de ropa—ropa que pagamos con el dinero de Connor—, por más que le dije que no era necesario—cosa que era mentira—él siguió insistiendo y repitiéndo por enésima vez que éramos un equipo y que cuando me volviera rica—cosa que no creo que sea posible—le regresaría el dinero, al final suspirando me dí por vencida ya que no iba a escucharme.

Me había duchado también para que la poca borrachera que tenía se esfumará y había dejado a Hela con comida en la habitación.—por que sí, también ella quería conocer París y la traje conmigo—. Sinceramente estaba muy nerviosa porque sabía que los hermanos, Lía y Lis se encontraban también en la misma ciudad que nosotros pero ya era tarde para arrepentirnos.

Habíamos partido de Fordel a las tres de la tarde y llegamos a Francia a las diez de la noche pero con todo lo de las compras habíamos perdido una hora—agradecía que las tiendas todavía estuvieran abiertas a esa hora—, por ende todavía era de noche y muy temprano y habíamos decidido volvernos a emborrachar con Connor pero ahora en París.

Me puse una falda negra no tan corta pero tampoco tan larga y un top del mismo color que apretaba mis pechos dejándolos un poco expuestos, mi atuendo sinceramente dejaba mucho a la imaginación. La ropa lo había comprado Connor especialmente para está ocasión de irnos a divertir y olvidarnos de las cosas, bueno, tratar de olvidar las cosas cosa que no creo que sea posible.

Cuando estuve completamente lista, Connor paso a recogerme a la habitación, y después de despedirme de Hela los dos juntos salimos del hotel y en su auto nos fuimos a un bar llamado Lulu White Drinking Club, el nombre era muy largo pero el lugar fascinante.

Cuando entramos al bar la música Jazz inundo mis oídos. No habían palabras para describir el magnífico lugar. Todas las sillas de cuero negro, cabinas íntimas y paredes con mosaicos. Tanto la decoración como las bebidas son creativas, hay un atractivo telón de fondo musical de swing, jazz y música francesa electrónica. Los techos con espejos. Y muchos más.

Nos sentamos en una de esas sillas de cuero mientras observamos la banda que tocaba Jazz, no era muy fan de esa música pero estaba empezando a gustarle a mis oídos con lo bien que suena. Cuando uno de los meseros llegó a nuestra mesa para saber que pediríamos mire la carta y me decidí por un cóctel de amaretto y piña que fue el primero que ví en el menú con una gran variedad de cócteles que había, Connor se pidió lo mismo. Después el mismo mesero nos puso en nuestra mesa lo que habíamos pedido con una amplia sonrisa en su rostro y en cuanto se fue le dí un trago a la bebida. El sabor dulce y ligeramente amargo se instaló en mi garganta cuando tragué el líquido, estaba bueno no podía negarlo.

—Me encanta el Jazz—dice Connor después de dar un buen trago a su bebida y con la mirada en el grupo que seguía tocando.

—No soy fan, pero es una música relajante para mis oídos.

—De pequeño siempre me ponían este tipo de músicas y desde entonces mi pasión por el.

—Eso suena genial—dije dándole un trago a la bebida.

—¿Qué género de música te gusta?—preguntó mirándome.

—Ehmm...bueno...yo no soy fan de escuchar música—me encogí de hombros.

—¿Ni una canción favorita?

—Nada, es complicado.

—Madre mía, que vida más aburrida.

—Oye, mi vida no es aburrida, bueno, tal vez si.

Lo dos nos reímos. Y seguimos viendo al grupo tocar mientras bebíamos los cócteles y reíamos cuando a las personas desconocidas se les ocurría hacer una estupidez grande. Minutos más tarde ya llevábamos más de cinco cócteles bebidos, todavía no estaba muy borracha pues los cócteles que había pedido no tenían mucho alcohol, Connor estaba igual, estábamos con aguante para más rondas todavía.

A un no entendía que venimos a hacer a París y a un bar a emborracharnos cuando pudimos haberlo hecho en el departamento de Connor. Entonces recordé que la idea se nos vino a la cabeza cuando no estábamos en nuestros cinco sentidos, cuando uno anda borracho no sabes las estupideces que puedes llegar a cometer pero por enésima vez en mi mente digo que ya es muy pero muy tarde para arrepentirse.

Habían unas cuantas personas bailando y divirtiéndose con sus amigos y parejas. Los veía y se veían tan felices como si no tuvieran ningún problema en sus vidas como si no tuvieran nada que los atormenta en la cabeza solo felicidad y todo sinónimo de esa palabra. Joder, quería esa vida. Ví como Connor pedía otros round de cócteles y yo negué con la cabeza divertida él solo se encogió de hombros con la mía sonrisa.

El dineral que tendrá que pagar después y él estaba tan tranquilo como si en su trasero tuviera un árbol de dinero.

También quiero esa vida.

—Casi no sé nada de tí, si somos un equipo tendremos que conocernos, a parte de que vamos a hacer familia—habló Connor sonriendo de lado.

—Ni estés tan seguro puede que Lis no te perdone.

—Si, gracias por los ánimos, eh.

—De nada—sonreí.

—Ya, ¿De dónde eres, Lilith?

—Londres—mentí.

—¿Si tienes esa ciudad tan maravilloso por qué viniste a un pueblo como Fordel?

—Quería librarme de la ciudad, Fordel era la única opción.

—Genial, también hago lo mismo de vez en cuando, la ciudad me tiene arto.

—¿Cómo conociste a mis primos?—vuelve a preguntar con una ceja enarcada.

—Ehmm...estem...es una historia larga y complicada no lo entenderías y...

Me corté cuando Connor fijo su vista a la entrada del bar detrás de mí y si cara divertido se esfumó cambiándolo a una de horror.

—Oh no—dijo todavía con la mirada ahí.

—¿Qué?—estaba confundida parece que hubiera visto a un fantasma.

—Oh no.

Entonces en ese momento me doy la vuelta y veo a las cinco personas que vienen entrando al bar.

—Oh no—dije yo también asustada.

Si ellos nos ven a Connor y a mí en París los dos solos y en un bar su odio incrementará y jamás entenderán la situación.

Pero no podía despegar la vista de ellos. Los hermanos Kast no se habían enterado de nuestras presencia y vimos como un mesero los dirigía a una mesa vacía que por suerte estaba un poco alejada a la de nosotros. Ellos iban vestidos como siempre lo hacían, las camisas negras que traían se les veían extremadamente genial más con los botones de arriba sueltos dejando ver un poco de su músculo y perfecto pecho. Joder, necesito calmarme.

Lía que también iba con ellos vestía un vestido rojo que le llegaba hasta el muslo, su cabello en una coleta alta, caminaba detrás de los Kast y veía todo el lugar incómoda como si ella no hubiese querido venir a este lugar.

Y bueno Lis también iba con ellos. Iba con un pantalón y un top sin arreglarse mucho por su cara se veía que había estado llorando toda la noche por más que estuviera en un lugar como este. Lis se veía destruida. 

Volteé otra vez a ver a Connor y él seguía asustado por sus primos y Lis en el mismo lugar que nosotros.

—Bien, si no nos ven no habrá ningún problema—dijo.

—Pero si lo hacen, estamos más que jodidos.

—No lo digas ni de broma.

Volví a verlos, se encontraban lejos pero frente a mi vista y ya habían pedido cócteles. Mierda, ¿Por qué tuvieron que venir precisamente a esté bar? Tantos bares que hay y tuvieron que venir a este, maldita sea.

Me sorprendió que Adriel también estuviera tomando alcohol cuando sane perfectamente que puede perjudicarle con su esquizofrenia, pero no me meto es su vida y su problema.

Mentiría si dijera que la simple presencia de Lía con ellos no me molestaba pero ahora no quiero ser una mentirosa y sí, me molestaba porque muy en el fondo no confiaba en ella, talvez estoy exagerando pero no me da muy buena espina no cuando se presentó a la mansión como si fuese suya después de haberla creído muerta. Eso es muy sospechoso.

También no me daba buenas vibras su actitud, es tan amable que me causa ganas de vomitar o talvez yo esté acostumbrada a que siempre las personas me traten de la peor manera que me sorprende que ella sea amable conmigo.

Solo espero que no sea de esas exs celosas que quieren recuperar lo que antes era suyo como pasa en las películas y las telenovelas, porque si es así juro que lo mató.

También me molestaba que los hermanos hayan venido a París después de lo que pasó entre nosotros, que rápido se olvidan de uno, quise soltar una risa amarga por mis pensamientos pero me la aguante.

Connor y yo seguimos disfrutando de los cócteles tratando de olvidar la presencia de las personas que no queríamos ver en estos momentos. Hasta que me dió ganas de hacer pis, maldecí a mis organismo por eso y también maldecí por haber tomado tantos líquidos en solo un día, así que después de decirle a Connor que iba al baño me puse de pie asegurándome de que ellos no me vieran y me fuí hasta los baños de mujeres.

La decoración de los baños era la misma que todo el bar. Después de hacer mis necesidades me lave las manos y duré unos segundos viéndome a mí misma por el grande espejo que siempre había en este tipo de lugares. Mi reflejo era pésimo. Decidí ya no verme más y salí del baño pero entonces, no se cómo, siento una mano en mi garganta apretándola y me encontré a mi misma pegada a la pared con su cuerpo muy cerca de mío.

—¿Qué haces?—le pregunté y sentí la presión de su mano relajarse en mi cuello.

—¿Creías que no iba a darme cuenta de tu presencia aquí?

—Ese era el propósito.

—Pues no es tan fácil ignorar tu cabello pelirrojo.

—¿Qué quieres, Adriel?—volví a preguntarle.

—Descuida no te haré preguntas del porque has venido a París con mi primo—rió—y mis hermanos son estúpidos no se han dado cuenta de tí todavía.

Pero entonces me dí cuenta que estaba algo borracho.

—Tu has venido con Lía—le reclamé.

—Corrección yo he venido porque me obligaron.

—Estás borracho, Adriel—le dije y él bufó.

—Que más da—se encogió de hombros.

De pronto su mirada se me hizo muy pegada y baje la vista hasta su pecho, no quería que él supiera que estaba nerviosa por su cercanía, y que tenía algo de miedo.

Nos quedamos en silencio un momento y sentí que su mirada me recorría todo de mí.

—Mírame a los ojos, Lilith—ordenó—, dime en la cara que no te follaste a mi primo aunque sea una jodida mentira, solo quiero escuchar eso.

Alcé la vista a sus oscuros ojos, los sentí desesperados por la respuesta que estaba apunto de darle.

—No me folle a tu primo, Adriel.

Me soltó de la garganta un momento frunciendo su ceño como si la voz de su cabeza estuviera jodiendole la noche, se tambaleó y si no fuera porque yo lo ayude a sentarse en una silla que estaba a lado de nosotros el se hubiera caído al piso.

De pronto yo ya estaba sentada en su regazo con sus manos en mis caderas para que no pudiera irme. Me sentía nerviosa por eso.

—¿Entonces porque mierda estaban desnudos en una maldita cama?

—Todo tiene una explicación, la encontraré.

—Te creo—dijo de repente.

—¿Qué?

—Fui un completo idiota, estaba cegado por el enojó del momento, pero fuí el único que se dió cuenta de sus ojos, estaban completamente rojos—fruncí en ceño—¿Consumieron drogas?

—¿Qué? No, claro que no.

—Todo es muy raro.

Al decir eso se inclino hasta que su rostro quedó hundido en mi cuello respirando mi aroma. Sentí su nariz recorrer todo mi cuello hasta llegar a mi mandíbula. Entonces, por incercia empecé a mover mis caderas encima de él frotándome contra su erección por encima de su pantalón que crecía con cada movimiento de mis caderas.

Adriel se separó de mi cuello y clavó la vista en mis ojos, los suyos se encontraban dilatados y más oscuros. Se veía peligroso.

—Será mejor que dejes de moverte así—gruñó.

—¿Por qué?—dije jadeando.

Él soltó una risa divertida y luego su rostro adquirió seriedad.

—Porque si no dejas de hacerlo, te follare aquí mismo.

Sus palabras no me sorprendieron, es algo que él diría y para empeorar las cosas para él seguía frotándome en círculos mientras él apretaba mi cadera. No dejaba de verme cuando su vista bajo a mis labios entreabiertos y en estos momentos deseaba estar en su cabeza para saber que piensa de todo ésto.

—¿Por qué me estás mirando así, Adriel Kast?—susurre con una sonrisita.

Se acercó hasta que sus labios rozaron los míos.

—Porque me estoy muriendo por besarte, Lilith Kahler—susurró con voz cargada de excitación.

Entonces paré mis movimientos y me puse de pie, él frunció su ceño ante tal acto.

—Lastima que crean que soy una zorra.

—Yo no...

Ya no escuché toda su oración cuando me puse en camino a llegar a la mesa de Connor que seguro estará sospechando de mi tardanza pero antes de eso volteé a ver a la mesa donde estaban los otros dos hermanos. De pronto, el rubio alzó la mirada chocando con la mía. Al principio frunció el ceño pero después su acto me confirmó que todavía seguía odiandome.

No pude despegar la vista decepcionada cuando con su mano tomo de la nuca a Lía y...la besó, la estaba besando con la mirada fijamente en la mía, la estaba besando como una vez besaba a Tess. Mirándome mientras hacía eso, entonces, Lía lo empujó del pecho con fuerza para que él se separará de ella, le dijo algo que no entendí pero ella al ver que Abel no la miraba y su vista estaba puesta en mí Lía volteó su cabeza y sus ojos se encontraron conmigo.

Y por su mirada sospeché que supuso que ese beso fue para ponerme celosa cosa que había hecho, hasta me daban ganas de aplaudirle a Abel por su acto.

En ese momento el Kast mayor también alzó la vista ya que todos me miraban, pero él no hizo nada solo me miraba fijamente, decidí apartar mi mirada de la suya porque solo me transmitía odio.

—Hay que irnos—le dije a Connor cuando llegue a su mesa.

—Sí, estaba apunto de ir a buscarte.

Connor pago un buen dineral y rápidamente nos fuimos de ese lugar ya no aguantaba estar más ahí, no cuando ellos ya se habían dado cuenta de mi persona.

Al llegar nuevamente al hotel me quité los tacones y saludé a Hela. Ya era de madrugada y los ojos estaban apunto de cerrarme así que decidí irme a la cama después de quitarme la ropa apretada.

Deje que el sueño me venciera cuando ya no tenía nada más que pensar porque todos mis pensamientos iban a tres hermanos que me habían tratado de lo peor. Nose qué horas eran cuando escuché un fuerte ruido proveniente de la puerta. Cansada y con sueño aún decidí abrir mis ojos. Por la hora en el reloj del buró a lado de la cama me indicaba que ya había amanecido pero todavía eran las diez, yo no me levantó a esa hora.

La puerta seguía sonando y la persona que quería entrar a la habitación estaba desesperado. Hasta a Hela había despertado y la pobre ahora se encontraba ladrando. No dejan dormir en paz. Después de dar un largo largo bostezó salí de la cama y fuí directo a abrir la puerta. No me dió tiempo de reaccionar cuando Connor entro a una gran velocidad a mi habitación con un papel en las manos.

—Buenos días tan siquiera, gracias por despertarme y no dejarme dormir mis quince horas que son necesarias para poder andar con energía día a día—bromeé pero Connor no sonreía más bien veía el papel.

—Estaba buscando ropa en mi maleta para poder cambiarme y recordé que por equivocacion heche la ropa que llevaba el día que ya sabes se descontrolaron las cosas—empezó a decir.

—Continua—le dije atenta.

—El caso esque mientras revisaba el bolsillo de mi pantalón para ver si mi teléfono estaba allí me encontré con ésto—señaló el papel.

—¿Qué es?—fruncí el ceño y Connor me pasó el papel en mis manos para que pudiera ver qué había descubierto.

Le eché una última mirada a Connor antes de bajar mi vista al papel:

Te veo en el luxor hotel de Fordel. Es muy importante y no faltes.

Lis.

Eso es lo que leí y fruncí mi ceño en el proceso confundida. Luxor hotel, es el hotel en donde estábamos, el hotel que no sabíamos cómo habíamos llegado allí.

—Joder, no se que pensar ahora mismo—dijo caminando por toda la habitación.

Y entonces, como por arte de magia, un recuerdo se hizo visible en mi mente, como si esa nota hubiese hecho algo de magia para que pudiera recordar aun que sea un poco. Recordé que también me había llegado una carta que decía exactamente lo mismo solo que el remitente era Aamon.

¿Dónde había dejado el papel?

Mierda, nos habían montado una trampa.

—Una trampa—susurre entonces Connor dejo de caminar para verme—, fue una jodida trampa y hemos caído como unos malditos estúpidos en eso.

—Que dilema, maldita sea y ahora todo el mundo piensa que entre tu y yo hay algo.

—Todo fue un maldito error y resolveremos las cosas.

—Eso esperó, no quiero que me vean como el primo que le quitó la novia a sus primos, eso sonó raro pero bueno.

—Tenemos que regresar a Fordel ahora.

Después de él asintiera con la cabeza nos fuimos de ese hotel. A las cinco de la tarde del mismo día llegamos a Fordel y en cuanto estuvimos en el pueblo nos fuimos hasta el departamento de Connor, él no entendía mi desesperación por llegar, pero lo entendió cuando revisé los bolsillos de la ropa que llevaba ese mismo día encontrándome con el mismo papel y la mismo escrito solo que con el nombre de Aamon al final.

Nos miramos mutuamente y estuvimos toda la noche pensando en quién había mandado esas malditas cartas hasta quedarnos dormidos nuevamente.

Una semana había pasado ya, una maldita semana y todavía no habíamos descubierto nada de nada solo las cartas. Seguía quedándome en el departamento de Connor pues no tengo otro lugar para vivir y él me dijo que no iba a permitir que durmiera debajo de un puente cosa que agradecí tampoco quería eso.

Había estado yendo a la mansión estos últimos días para hablar con Aamon sobre el papel que había encontrado pero cada vez que iba no se encontraba nadie dentro suponiendo que no habían regresado del viaje.

Esté día era el último y si no los encontraba ya iba a mandar a la mierda todo. Así que ahora me encuentro a mi misma frente a la mansión Kast. Estaba nerviosa.

Todavía tenía una llave que me habían dado hace tiempo para poder entrar a la mansión si no había nadie en la casa, suerte que todavía lo tenía conmigo y gracias a ese pequeño objeto abrí la puerta, no sabía si ya habían regresado pero cuando abrí no había nadie en la sala de estar.

Suspirando hondo y con nervios empecé a subir las escaleras con pasos lentos para que no me escucharán si esque había alguien en la casa. Cada vez que venía a la mansión se encontraba oscura y era tenebrosa pero ahora todas las luces estaban prendidas, todo estaba iluminado como siempre ha estado.

Mis sospechas se confirmaron cuando escuché una voz que provenía de mi habitación. Me acerque y ahí fue donde pude comprobar que la voz era de Lía hablando por teléfono, ignore que todavía seguía en la que era mi habitación y me concentre en lo que hablaba con la otra persona.

La puerta estaba medio abierta y podía verla a ella sentada en la orilla de la cama dándome la espalda con el teléfono pegado a la oreja. Este era un buen momento para matarla ¿O no?

Saque esos pensamientos malignos cuando oí lo que oí.

—Sí...hablamos luego...yo también te quiero, Tess.

Un momento, ¿Acabo de escuchar mal?

No, no, no, no, acaba de decir Tess.

Abrí bruscamente la puerta y ella se sorprendió tanto que hasta pego un brinco.

—¿Qué mierda traes con Tess?

Ella me miro asustada y se quedó en silencio.

No habíamos vuelto a escuchar sobre Tess. Ya hasta me había olvidado de su existencia. La última vez que la ví fue cuando estuve apunto de matarla y ella me montó una trampa.

Mierda una trampa.

Mierda, Tess.

Sigan a la chica que hizo está imagen:
Astrid_hansley
<3

Quería informarles que hay un grupo de Infierno perfecto en WhatsApp, si quieren unirse mándenme un mensajito por mi Instagram: pvera01

¿Dudas?

¿Sugerencias?

¿Críticas?

¿Qué les gustaría leer?

Los leooo!!!

Nos vemos luego...

Chaitooooo.

                             P.V

Weiterlesen

Das wird dir gefallen

DRAC Von Ivettee_Zam

Mystery / Thriller

384K 27.6K 54
La llamaban hija del demonio por estar involucrada en un asesinato. Le llamaban hijo de Lucifer por asesinar. Raven es fría y distante. Drac es despi...
40.1K 4.5K 27
Él cree que está bien pero no es así. Edmund Hudson no puede ser feliz porque el destino se ha empeñado en evitarlo. Han pasado un par de años y las...
158K 3.5K 6
Tener un blog escolar esta bien, Tener uno de chisme es muy bueno, Tener una super historia jugosa para contar en el del más popular de la institució...
427K 31.1K 47
Londres 1815, el segundo hijo del Duque de Bouillon está en edad casadera, Lysandro Ainsworth podría ser considerado el soltero más codiciado en la t...