INFIERNO PERFECTO © ✓

By pvera01

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Ella el DIABLO. Ellos los DEMONIOS. Juntos el INFIERNO PERFECTO. ________________________________________ Hi... More

Antes de leer
Dedicatoria
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17 - PRIMERA PARTE
Capítulo 18 - SEGUNDA PARTE
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37 - PRIMERA PARTE
Capítulo 38 - SEGUNDA PARTE
Capítulo 39 - TERCERA PARTE
Capítulo 40 - CUARTA PARTE
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46 - Final
Epílogo
Agradecimientos
Extra I
Extra II
Extra III

Capítulo 26

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By pvera01


CAPÍTULO 26

[Lía]

LILITH

En la sala se formó un inmenso silencio después de que la chica entrará por esa puerta, solo se escuchaban los ladridos de Hela hacía la pelinegra desconocida para mí.

Sin duda no se parecía para nada a la chica que ví en aquellas fotografías. El cabello pelinegro que tenía hasta los hombros le había crecido y ahora le caía por la espalda hasta su cintura. Había adelgazado pero eso no quitaba su figura. Y el brillo de sus ojos verdes ya no estaba. Se veía pálida, acabada y devastada. Se veía mal y no físicamente.

No tengo la menor idea de que le habrá pasado pero su ropa también estaba fatal. Sus prendas estaban rotas y sucias con algo de sangre seca en ellas. Su piel también estaba sucia como si el agua no cayera en ella en un largo tiempo, o talvez en años.

Podía sentir la vergüenza y el dolor en su rostro, pero también pude darme cuenta de una gran mancha en su pantalón, en uno de sus muslos, estaba sangrando, estaba desangrándose y mucho, y es algo que los hermanos no se habían dado cuenta porque en estos momentos ellos se encontraban en shock.

Como si la persona que está enfrente fuese un fantasma, como si fuese alguien que no se esperaban ver nunca en la vida, pero sobre todo sabían quién era y por eso la impresión en sus rostros.

No sabía que decir, no sabía que hacer, si irme y dejarlos solos o quedarme y escuchar lo que tengan que hablar y prefiero la segunda opción.

Y mierda algo en mí estaba despertando, sentía como algo amargo se formaba en mi estómago y en la lengua solo por saber que aquella chica que ahora se le derramaban lágrimas por las mejillas es la misma chica que reía y se abrazaba muy cariñosamente con los hermanos en las fotografías.

—¿Quién es ella?—les pregunté en un susurró para que solo los tres me escucharán. Pero obvio me ignoraron.

—Lía—susurra Abel con la vista en la chica. Se puso de pie dejando a Hela en el piso y empezó a acercarse a ella.

A la pelinegra se le sale un sollozó cuando él se acercó a estrecharla en un abrazo que acepto como si estuviera esperando y anhelando ese abrazo por mucho tiempo. Ella no dejaba de llorar y Abel no dejaba de apretarla más a él para poder fundirse en ese abrazo.

Se separaron. Abel tomó el rostro de la chica con sus dos manos observando cada detalle de su rostro como si creyese que todo fuera una ilusión, como si estuviera comprobando si ella era real y no parte de su imaginación.

—¿Cómo? ¿Cómo es posible que tú... cómo?—le susurró todavía con el rostro de ella en sus manos. Estaban muy cerca y eso me enojaba, mierda, más porque a Abel se le estaban cristalizando los ojos.

Y aún no sabía quién era la pelinegra.

La chica se le formó una sonrisa melancólica y las lágrimas no dejaban de salir de sus ojos mientras ponía sus manos en las de Abel. Y lo que no me esperaba es cuando Abel tomó una de esas manos y le dió un ligero beso sin importarle que yo estuviera presenciando la escena, sin importar como está demostrando sentimientos por ella, como si yo no existiera en este momento. 

—Abel—le susurró ella viéndolo a los ojos y como él por fin derrama la primera lágrima.

Entonces los otros dos Kast también se ponen de pie y van hacía ella abrazándola como lo había hecho Abel. Hasta me sorprendió que eso dos orgullosos estuvieran demostrando cariño...a ella.

—¿Esto es una broma verdad? Esto es una jodida broma, tú estabas muerta—dijo Aamon cuando terminó su abrazo con ella.

—No...no estoy muerta...yo—balbuceó y sentía que la respiración se le iba y como su pecho aceleraba y de pronto ella se debilita en los brazos de Aamon cayendo inconsciente por el desangrado.

Rápidamente Aamon la carga en sus brazos y en ese momento se da cuenta de el desangre en uno de sus muslos.

—¡Llama a un puto doctor!—le gritó a Adriel mientras que Aamon se dirigió muy apresuradamente hacía arriba, hacía una de las habitaciones mientras que Abel lo seguía y Adriel llamaba a un doctor.

Y desaparecieron de mi vista en cuanto subieron al piso de arriba. Por un momento también iba a ir a seguirlos para saber que pasaba con esa chica de nombre Lía pero me aguante eso porque sabía perfectamente que yo era la que sobraría en esa habitación como sobre en la escena de hace unos segundos.

Así que con todo mi orgullo y con un gran enojo tomó a Hela en mis brazos y salgo de la mansión, ahora no hay nadie para prohibirme salir y seguro no les importaría ahora toda su atención es en esa chica, en esa pelinegra que estaba muerta.

Aún no entiendo cómo estaba muerta, ¿Revivió? Me hubiese gustado que se quedará muerta todavía. Joder. ¿Por qué estoy tan enojada? Nisiquiera la conozco pero no puedo evitar sentirme de esa manera.

—¿Creés que estoy exagerando?—le preguntó a Hela después de un rato cuando hemos llegado a un pequeño parque.

Pero obviamente Hela no iba a responderme.

—Tu fuiste testigo de que me ignoraron como si no existiese—le seguí hablando sabiendo que no iba a contestarme.

—Y no entiendo, ¿Quién fue ella en sus vidas? ¿O es?

Hela se removió de mis brazos y de pronto salta yéndose corriendo a nose dónde.

Mierda. Ahí me ven ahí persiguiendo a una perra por todo el parque. Hela tiene más condición para correr yo estoy que me muero justo ahora.

Paré mis pasos cuando estuve dónde Hela que también se había detenido mirando a la persona que estaba delante a nosotros. Suspiré porque no quería hablar con él justo ahora, no cuando ando enojada.

—Hola, dulzura, ¿Cómo has estado?—me dice con una sonrisa en su rostro.

—¿Qué quieres ahora?—le digo hastiada.

—Sabes perfectamente lo que quiero—borra su sonrisa y entonces se que ya es algo serio.

Tomé a Hela en mis brazos de nuevo y volví a verlo.

—Te dije que necesito más tiempo.

—Te hemos dado mucho tiempo ya—exclama.

—¿Y que quieres que haga? No es una tarea fácil.

—Pero nada es imposible y se que puedes hacerlo, no dudo de tu capacidad, dulzura—esta vez vuelve a sonreír cuando dice la palabra "dulzura" que tanto odio.

—Tampoco lo dudo, pero ya te dije que necesito más tiempo—recalcó.

—Por eso eres la mejor y se suponía que el trabajo estaría hace meses y aún no veo rastros de que hayas terminado con eso.

—Lo haré, ¿Sí? Ahora ya no me jodas—quise pasar a su lado pero él me detuvo agarrándome del brazo con fuerza.

—Él no estará orgulloso al saber que estás tardando mucho tiempo con lo que ha soñado por años.

—Y sabes que a mí me vale una mierda lo que el piense.

—Lo sé, pero Tyler sufre las consecuencias de tu tardanza—eso me hace enojar más, peor con esa sonrisita que se carga, es un maldito.

—El trato no era así, malditos, si quieren que siga con esto tendrán que dejarlo en paz.

—Hasta que no termines con esto, no lo haremos, dulzura—me jode su tranquilidad y esa sonrisa.

—Bien, hasta entonces nos volveremos a ver.

—Será un placer.

—¿Me sueltas? Que tengo que irme—le digo pues aún me tiene agarrada del brazo y con mucha fuerza que siento que dejara marcas de su grande mano.

—Es la última advertencia, Lilith—me suelta.

—Lo que digas, Reid.

Y me voy de ahí. El día cada vez se pone peor. Y mientras caminaba seguía pensando en la chica pelinegra. En la conversación con el idiota de Reid. En Tyler. Mierda, todo se me ha juntado ya y no sé que hacer. Mi mente está confundida, todo dentro de mí está confundido en estos momentos y no sé si seguir con esta maldita farsa que tengo por vida.

Ahora no sé si ir a la mansión y estar de sobra o ir con Lis y hacer mal tercio con Connor que todavía se encontraba en Fordel, sus padres ya se habían ido pero él se quedó a pasar más tiempo con Lis que se emocionó al escuchar la noticia de que se quedaba, ahora seguro están juntos y no quiero interrumpir nada de lo que esté pasando con Connor y Lis ni tampoco con los Kast y la pelinegra.

Pero entonces recuerdo que a mí me vale mierda interrumpir y optó por ir a la mansión para saber que está pasando con esa chica porque merezco aunque sea una maldita explicación de todo eso.

Pero antes de hacer lo que tengo pensado siento una presencia detrás de mí. Agarró con más fuerza a Hela que está en mis brazos y volteó hacía atrás pensando que es Reid que me había seguido para volverme a advertir, pero lo único que encuentro cuando volteo es nada, no hay nadie pero el presentimiento de ser observada no se va y sigue alertándome.

Mal día para no traer ningúna arma blanca. Y me maldigo por eso.

Empiezo a caminar con rapidez mientras siento que detrás mío están siguiéndome pero no volteó, no quiero que sientan mi miedo y el terror de no traer nada para defenderme. Las personas que pasan a un lado mío me ven con el ceño fruncido seguramente debo de tener una cara de espanto y más por mis pasos que cada vez son más rápidos.

Dejando mi miedo volteó un poco para asegurarme de que si están siguiéndome y como lo supuse, dos hombres vestidos de negro llamando totalmente la atención con sus vestimentas vienen detrás mío con una amplia sonrisa al momento que yo los veo.

Seguro son hombres del enmascarado.

Y yo que pensaba que ya me había dejado en paz. Estaba totalmente equivocada.

Entonces al ver que estaban alcanzándome empiezo a correr sin importar que con ese acto empuje a las personas que se interponen en mi camino. Sujeto bien a Hela para que no se me caiga mientras aumento la velocidad de mi corrida escuchando cómo ellos corren detrás mío.

Las personas nos ven raro pero yo las ignoró y me concentro en salvar mi vida y en la de Hela. Se que no pueden matarme pues me necesitan pero a Hela no la necesitan y podrían lastimarla con tal de joderme a mí. Porque ese es su truco, el enmascarado quiere que vea todas sus amenazas en mi contra dañando a los que me importan para que no tenga más opciones y unirme a él. Pero no voy a permitir que eso suceda. No me verá caer y rendirme ante el. Jamás.

Sigo corriendo y nose en donde me encuentro hasta que identifico que estoy en el centro comercial por todas las tiendas y puestos que hay allí. Así que sigo corriendo mezclándome entre las personas que se amontonan para pasar y por un momento creí que ya había perdido a los hombres o que se habían cansado de perseguirme, pero no, no se cansan, puta madre.

A una gran velocidad corro hasta una tiendo donde venden lencería y ropa para mujer y entró a la tienda simulando que estoy comprando algunas cosas, mientras me pongo un sombrero y una chamarra larga para cubrirme y que no se den cuenta de que estoy metida en la tienda. Y como lo planee los dos hombres no se dieron cuenta de mí y se marcharon a seguir buscando a otro lado y entonces ahí pude respirar normalmente.

Por fin puedo quitarme la ropa que me puse diciéndole a la empleada que no me llevaré nada y estando segura de que los hombres ya no están rondando por ahí salgo de la tienda en busca de un taxi que me llevé a la mansión pues no traje el auto conmigo ya que había planeado un paseo tranquilo para pensar un rato, pero para mí todo resulta mal y ya me he acostumbrado.

Cuando tomó el taxi y me deja en la dirección que le dije me bajo y le pago al conductor con una joya que me había regalado mi madre y que le costó casi un riñón, pero no me importa, no tiene ningún significado para mí. Cuando el conductor del taxi se va entonces me aproximo a la mansión y con un suspiro cansado abro la puerta para entrar. Cuando estoy dentro no veo a nadie y mil ideas de lo que estará pasando allá arriba vienen a mi cabeza pero luego recuerdo que la chica esta herida y que casi se muere desangrada, o quizás se murió yo que sé.

Dejo a Hela en el piso de la mansión para que haga lo que ella quiera mientras que yo me pongo en marcha en subir las escaleras indecisa y no muy segura por saber que están pasando con la chica. La pelinegra. Lía. No tengo la menor idea en qué habitación debe estar ahora, seguro en una de los Kast así que optó por ir a la mía y descansar un poco porque ha sido un día agotado con todo lo que ha pasado.

Pero vaya sorpresa que me encuentro cuando entró a la habitación. Al parecer está noche duermo en el sofá. Y al parecer me he equivocado al pensar que ella se encontraba en una de las habitaciones de los Kast, pero no, estaba en la mía.

Lía se encontraba recostada en la cama casi desnuda. Tenía la pierna donde estaba la sangre con una gasa. La habían curado. Su piel ya no estaba sucia y su cabello ahora estaba mojado. La habían bañado. Joder. Me enoja toda esta atención que le están poniendo a ella y no a mí. Los hermanos se encontraban a su lado sentados en las orillas de la cama pero al verme entrar pusieron todos sus ojos en mí incluso Lía que ahora fruncía el ceño al verme.

Abel fue el único que se puso de pie y vino a mí dirección.

—Acompáñame—me dice agarrándome de la muñeca. Me sado de su agarre alejándome de él.

—No. Quiero saber que está pasando que no estoy entendiendo nada.

—Es mejor que te marches—habla Aamon sin siquiera mirarme a los ojos.

—No lo haré. Está es mi habitación—exclamó.

— Prácticamente es la nuestra, estás en nuestra casa—me recuerda Aamon.

Y dale con lo mismo.

—Creo que merezco una explicación—vuelvo a insistir.

—Y yo creo que estás armando un escándalo, Lilith—habla Adriel que lo ignoro porque necesito saber que es lo que está pasando.

—¿Quien es ella?—preguntó viendo a la chica en la cama que ahora me observa a mí.

Pero entonces los hermanos se quedan en silencio.

—Hola, me llamo Lía—contesta la pelinegra para matar el incómodo silencio que se había formado.

—Es algo complicado de explicar, por ahora solo vete—Aamon se pone de pie y me dice eso sin ningún arrepentimiento en su tono de voz.

—Pero no es justo, se supone que pertenezco a ustedes y...

—Que te follemos no significa que pertenezcas a nosotros—me dice con frialdad el mayor de los hermanos viéndome fijamente.

Auch. Auch. Auch.

Y esa era una señal para que me fuera de la habitación. Y como en todo el día yo era la que estaba sobrando.

—Así que. Vete. Ahora.

—Si, lo mejor es que te vayas, Lilith—apoya Abel. Y lo veo con una mirada llena de traición.

—No, la que tiene que irse soy yo, está es su habitación y...—Lía al decir eso intento pararse de la cama pero falló y volvió a caer a la cama.

—Tú no irás a ningún lado, estás débil, Lía, no puedes siquiera caminar—le dice Abel, el hermano que pensé que iba a apoyarme con esta situación como siempre lo hacía, pero una vez más en el día me he equivocado.

—Son unos jodidos...

Aamon no me dejó terminar la frase cuando él volvió a hablar:

—Lo que pasa entre nosotros solo es sexo, Lilith, no eres especial cuando se trata de eso y no te debemos ninguna explicación, te folle como lo hice con las demás, así que no esperes que después de eso te trate con cariño—dice y aguanto las ganas de llorar, me niego a derramar una sola lágrima—. Vamos a dejar esto claro. Solo nos divertimos.

Sus palabras fueron como una puta patada en el estómago.

Después de eso Aamon y Abel volvieron a enfocar su atención en la pelinegra.

—Puedes dormir en mi habitación por está vez, mientras ella se recupera—me sugiere pero yo no quito la mirada de encima a Abel que está poniéndole un trapo con agua en su cabeza y a Aamon que la observa a ella.

Entonces recuerdo sus palabras. Que soy una estúpida. Que no significo nada para ellos. Y qué yo estoy de más aquí.

—A la mierda, Adriel—le digo y salgo de la habitación porque ya no tengo nada que hacer allí.

Pero Adriel me sigue y cuando me alcanza me toma de la muñeca para que lo volteé a ver y eso hago.

—Yo no pienso como Aamon que te quede claro—me dice.

—Me corrieron y humillaron como si fuera la cosa más insignificante del mundo.

—Yo no hice eso.

—Pero lo pensaste.

—Claro que no.

—Tengo que irme—intento safarme de su agarre pero me he's imposible.

—¿A dónde?

—Yo que sé, a un lugar donde no les estorbe mi presencia.

—Mi habitación es el lugar entonces. No te dejaré sola cuánto tu no lo hiciste conmigo.

—No me quieren aquí—niego con la cabeza.

—Ellos no, pero yo sí.

Me lo pensé y volví a negar con la cabeza mientras el no me soltaba por más que intentaba.

—Ey, vamos, quédate, duermes conmigo y ya está, es muy fácil, no más que tú te haces del rogar.

Suelto una risita por su comentario.

—¿Prometes no matarme está vez?— enarqué una ceja con una sonrisa que no se me borra.

—Lo prometo—sonríe también.

Al llegar la noche me dirijo a la habitación de Adriel para dormir con él como lo prometí. No tenía idea de lo que estaba pasando con los otros dos hermanos pues en el día me la pasé en el jardín jugando con Hela e ignoraba a Abel cuando se acercaba para hablar conmigo. No estaba de humor para hablar con nadie, no después de que me corrió de la habitación.

Se dió por vencido después de muchos intentos por querer que lo escuchará pero no iba a cumplirle ese capricho y al final terminó rendido y se fue del jardín suponiendo que se fue con la pelinegra.

No tengo que tocar la puerta de la habitación ya que está se encuentra entreabierta y sin pensarlo ingresó a ella. Adriel se encuentra en la grande cama. Está acostado. Sin camisa. Y con su brazo en la cara tapando sus ojos. Cuando nota mi presencia retira la mano de si rostro y me mira.

—Ya estabas tardando, creí que te habías arrepentido de la decisión—me dice.

—Estaba pensando—me límite a decir.

—Ven—me propone dándole unas palmaditas con su mano a la cama a un lado de él.

Me acerco y con la mirada me dice que ocupe el lugar en la cama, no lo pienso dos veces y al igual que él me acuesto en la cama con la vista en el techo.

—Se que es difícil, pero danos tiempo tampoco es fácil para nosotros—susurra como si fuera un secreto para los dos.

—Es que no lo entiendo.

—Lo entenderás.

—¿Me vas a decir?—volteó para verlo, también está mirando al techo con la vista perdida ahí. Al ver que lo observo también gira su cabeza para verme.

—Mañana—me dice y entonces voltea su cuerpo dándome la espalda mientras se acomoda.

—Puedes decírmelo ahora.

—No.

—¿Por qué?

—Porque tengo sueño—dijo con un bostezó.

—¿Me abrazas?—le digo sabiendo que la respuesta es no pues es Adriel no se espera nada de él.

—No.

—Bien, buenas noches—susurro girando mi cuerpo también para darle la espalda.

Cuando estoy apunto de cerrar mis ojos siento un cuerpo presionar al mío y un brazo envolverse alrededor de mi cintura. Siento su respiración golpear mi cuello mientras deja su rostro en esa área mandándome una ola de emociones estando tan pegada a Adriel.

—¿No que no?—me burlo sonriendo pues me había dicho que no iba a abrazarme y es lo que está haciendo en estos momentos.

—Shhh, calla y duerme—me susurra en la oreja haciendo que mi cuerpo se electrifique bajo ese abrazo.

—Buenas noches, Adriel.

—Buenas noches.

Y entonces en esa posición el sueño nos inunda haciendo que cerremos nuestros ojos y quedar dormidos.


<3

Holaaaaa. ¿Cómo están?

Esperó que les haya gustado esté capítulo.

Agarrense porque los próximos vienen fuertes!!!

¿Recuerdan a Reid? Ya lo había mencionado en capítulos anteriores. Hagan sus teorías!!

¿Dudas?

¿Sugerencias?

¿Críticas?

¿Qué les gustaría leer?

Los leooo!!!

Síganme en mi Instagram:
pvera01

Nos veo luego...

Chaitooooo.

                           P.V

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