Tn Denbrough
Hace un rato Eddie había terminado de curar a Ben y ya habíamos vuelto a nuestras casas. Bill y yo estábamos caminando porque ya se había cansado de pedalear.
Iba junto a Bill en total silencio, aunque a mi parecer no era incómodo, pero sí era algo extraño para mí.
—Oye, ¿la invitación a la cantera también aplica para mí? —pregunté luego de un largo rato en silencio.
—Si q-quieres ir a-adelante —respondió—. A fin de c-c-cuentas ya te juntas con n-nosotros.
—De acuerdo —Asentí y apreté los labios mirándolo—. ¿Te pasa algo con Beverly?
—¿Qué? ¿P-por qué p-preguntas? —cuestionó mientras su cara se volvía roja haciéndome reír un poco.
—Solo pregunto, digo, parece que te gusta —expliqué para después guardar mis manos en mis bolsillos.
—Son i-i-imaginaciones tuyas —aseguró y me encogí de hombros mientras seguía caminando.
Al llegar a la casa cada uno se dirigió a su habitación y yo me acosté en mi cama con una mano tocando el mwdsllon mientras cerraba los ojos, la verdad estaba feliz de tener amigos, en Oklahoma hablaba con algunos compañeros aunque nunca salíamos a pasear o algo, así que para mi no eran amigos, más bien eran conocidos.
—Oye, t-tú crees que yo l-le guste a B-B-Beverly —preguntó Bill entrando en mi habitación así que me senté con pereza.
—No lo sé, tal vez —respondí y él me miró con los ojos a medio abrir—. No me mires así, no la conozco bien como para decírtelo.
—¿Y si p-pasaras más tiempo c-con ella P-podrías llegar a saberlo? —cuestionó y formé una línea con mis labios.
—Depende, no tengo un radar como para detectarlo —me defendí y Bill soltó una risa.
—Nos vemos Tn —Sonrió antes de salir de mi habitación cerrando la puerta.
Me levanté para acercarme a la ventana y me senté en el pequeño muro de su lado observando por esta como comenzaban a caer gotas de lluvia.
Recosté la cabeza contra la pared sin dejar de ver la calle frente a la casa, estaba totalmente vacía, ni siquiera pasaba un auto.
Me enderece al ver por el vidrio la figura de una mujer parecida a mi madre con un globo rojo cubriendole la cara hasta que lentamente este se fue alejando. Me levanté resaltada y con los ojos cristalizados al ver que efectivamente se trataba de mi mamá con la cara desfigurada al estar completamente quemada.
Salí de la habitación con los ojos llorosos y me encerré en el baño ocultando mi cabeza entre mis brazos mientras temblaba de miedo, ¿cómo era posible que viera algo así?
Me paré frente al espejo para lavarme la cara con las manos temblando sintiendo ls lagrimas bajar por mis mejillas, solo eso me hacia falta, volverme paranoica.
Volví a la habitación y cerré la cortina de la ventana para recostarme en mi cama abrazando mis piernas con la respiración entrecortada hasta que terminé por caer profundamente dormida.
...
Desperté sobresaltada al tener nuevamente, una pesadilla con el accidente y con mis padres.
Me di la vuelta quedando boca arriba mientras respira profundo varias veces para tratar de hacer qué el sentimiento asfixiante de mi pecho desapareciera.
Una vez lo logré me levanté para cambiarme por mi pijama ya que me había quedado dormida sobre las cobijas y con mi ropa normal.
Terminé por ponerme una pijama de pantalón con blusa de tirantes para después acostarme bajo las cobijas.
Pasé un largo rato dando vueltas en la cama tratando de conciliar el sueño una vez más y deseando no tener más pesadilla para poder dormir tranquila.
En algún momento logré quedarme dormida de nuevo después de encontrar la posición perfecta para dormir.
...
Me desperté al sentirme totalmente mojada y con frío, tomé aire para después sentarme en la cama y toser un par de veces. Estaba empapada, el agua se escurría por mi cabello e incluso mi cama se había mojado.
Miré al rededor y pude reconocer el cabello rizado de Stan salir de la habitación por lo que abrí los ojos incrédula, ¿a quién se le ocurría despertar a alguien así?
Me levanté sintiendo mi cuerpo frío porque el agua estaba helada, tomé el suéter que tenia puesto ayer para intentar entrar en calor y después salí de la habitación para averiguar quien fue el de la brillante idea de tirarme agua encima.
Bajé las escaleras y observé al rededor deteniéndome en la sala al ver a Eddie, Bill y Stan reír animadamente mientras Richie los miraba sin decir nada.
—¿Quién tuvo la maldita idea? —pregunté mirándolos a todos y ellos se giraron a verme asustados—. No los voy a matar, solo díganme carajo.
—Fue Bill —lo delató Richie y yo miré a mi primo—. No preguntes razones porque no la sé.
—¿Te parece buena idea despertar a alguien así? —le pregunté—. Lo digo enserio porque pude haberme ahogado por el agua si no me hubiera podido sentar.
Intercambiaron miradas y yo tomé aire, usualmente los hubiera golpeado porque estaba enojada, pero estaba tratando de no dejarme llevar por mis impulsos algo violentos.
—¿Quiénes más fueron? —pregunté sintiendo mis dientes castañear por el frío que estaba sintiendo.
—Fuimos Eddie y yo —respondió Stan—. Lo sentimos.
—Sí, está bien. —Asentí, pero seguía seria—. No vuelvan a hacer algo así porque en primer lugar me pudieron matar, en segundo me puedo enfermar y en tercero las temperaturas bajas ocasionan qué me enferme. Si me quieren despertar les acepto que lo hagan con comida.
Me di la vuelta para salir de la sala e ir a ducharme.
Lo hice con agua caliente porque de verdad estaba helada y tal vez así podría entrar en calor.
Al salir me dirigí a mi habitación para vestirme con una camiseta blanca de tirantes anchos y un short azul junto con tenis converse.
Me cepillé el cabello y lo dejé suelto para después dirigirme a mi cama y dejar las cobijas dobladas a la mitad. Abrí la ventana para que entrara viento y las sábanas se secaran.
Tomé mi maleta de tirantes y guarde un suéter para más tarde por su hacia frío, normalmente hubiera guardado mis audífonos pero ahora no podía.
Al llegar abajo me miraron todos y yo me acerqué a los bromistas para darles un pellizco con fuerza en el brazos haciendo que se quejaran.
—Me la debían —hablé molesta—. Mi cama está empapada por su culpa y ojalá se seque para la noche.
—Tranquila que si gustas la puedes pasar conmigo —bromeó Richie y lo miré—. Tranquila, no tenía otra intención al decirlo.
—Eso si es sorpresa —aseguré sonriendo.
—¿Nos vamos ya? —preguntó Stan sobandose el brazo en donde lo había pellizcado.
—¿A la cantera? —pregunté acomodándome la maleta.
—Si lo prefieres podemos ir a un motel —bromeó Richie y negué con la cabeza divertida por eso.
—Solo vámonos —habló Bill y todos salimos de la casa—. ¿Te llevó?
—Voy a ir con Richie —respondí y él nombrado me miró con picardia—. No te hagas ideas raras.
—Ya me hice veinte escenarios mentales en los que tú eres participe —aseguró mientras me subía detrás de él y lo abrazaba por la cintura.
—¿Y se puede saber el contexto de tus escenarios? —pregunté cuando todos comenzaron a pedalear.
—¿Segura? —Movió las cejas de arriba a abajo.
—Pervertido —bufé divertida.
—Créeme preciosa, en algún momento voy a tenerte a mi merced —aseguró haciéndome reír.
—Ya veremos si eres perseverante —lo reté haciéndolo sonreír.
—Además de ser un dios en la cama soy un galán muy perseverante —solté una risa por eso—. Y creeme preciosa, te juro que algún día estarás loca por mí.
—Te oyes muy seguro.
—Porque lo estoy —respondió y yo reí.
Apreté más mi abrazo cuando pasamos por un bache y después lo aflojé lente te porque ya me había hecho una idea de que no dejaba pasar ni la más mínima oportunidad para hacer comentarios.
Al estar cerca del bosque nos encontramos con Ben y yo me enderecé un poco porque a decir verdad estaba casi recostada completamente en la espalda de Richie.
—Hola Ben —saludé y él me sonrió levemente—. ¿Cómo está tu herida?
—Esta bien, no ha sangrado más —asentí.
Al entrar al bosque apreté mis brazos al rededor de la cintura de Richie porque el suelo era bastante irregular y sentía que me iba a caer si no me sujetaba bien.
De detuvieron en un espacio libre de árboles y con una vista impresionante del cielo, me bajé de la bicicleta y di un par de pasos dándome cuenta que estábamos en una especie de acantilado a más o menos ocho metros del agua.
Me acerqué un poco más a la orilla y me senté en el borde dejando mis piernas afuera mientras miraba frente a mí, la vista era realmente buena.
Los demás llegaron cerca de donde yo estaba y comenzaron a desvestirse haciendo mi cara acalorarse por lo que me cubrí los ojos con las manos.
Honestamente no estaba en mis planes quitarme las manos de los ojos porque era una situación embarazosa, por lo menos para mí.
Me quité los zapatos y los calcetines dejándolos a mi lado, ni por error me iba a quitar la ropa y menos sabiendo que Richie no perdería la gran oportunidad de insuarse.
—¿Y no te piensas desvestir? —preguntó Richie y negué con la cabeza sin mirarlo, Dios era increíblemente raro estar al lado de cinco chicos en ropa interior.
—No —respondí balanceando mis piernas de atrás a adelante—. Y menos sabiendo como eres.
—Tiene un muy buen punto —aseguró Eddie y yo sonreí sin voltearlo a ver.
—¿Y si hacemos competencia de escupitajos? —sugirió Stan y yo reí divertida por el cambio de tema.
—Se-seguro.
Me dediqué a verlos escupir, a decir verdad me causaba gracia el orgullo de sus miradas cuando llegaba lejos.
Cuando llegó el turno de Eddie su escupitajo no salió ni siquiera del acantilado por lo que hice una mueca.
—Eso es horrible. Yo gano —habló Richie y tenía razón, según lo que había visto el suyo llegó más lejos.
—¿Ganaste? ¿Viste mi escupitajo? —cuestionó Eddie y negué con la cabeza esperando una de sus cómicas peleas.
—Llegó más lejos —explicó Richie y asentí—. Es por distancia.
—Masa, siempre ha sido la masa —discutió el Eddie.
—¿Qué es, qué es masa? —habló Richie pareciendo molesto.
—No importa lo lejos que llegue, lo que importa es lo genial que se vea. Lo verde o blanco, jugoso o espeso —fruncí el entrecejo asqueada por la explicación.
—Preciosa, ¿qué opinas? —Miré a Richie y abrí la boca sin decir nada.
—¿Q-quién salta? —interrumpió Bill y yo miré hacia abajo, no tenía vértigo, pero slstar primero me causaba cierro temor.
—¡Yo primero! —Giré la cabeza viendo a Beverly quitarse el vestido como si nada por lo que abrí los ojos sorprendida por su confianza.
Corrió hacia nosotros ocasionando qué le dieran espacio y saltó al vacío dejándome aún más impresionada. Me asomé más viéndola caer al agua y sonreí un poco por eso.
—¡Oh maldición! —exclamó Richie—. No puedo creer esto, nos avergonzado una niña.
Tomé aire para después levantarme y acercarme a la orilla, en algún momento iba a tener que saltar, ¿qué mejor que ahora?
—Nos vemos abajo —hablé mientras daba un par de pasos hacia atrás.
Tomé impulso para después saltar por el acantilado.
Contuve la respiración esperando caer al agua, debía admitir que la adrenalina era increíble al momento de estar en el vacío. Lo único que sentía era el aire chocar contra mi cuerpo y mis latidos acelerarse.
Cuando finalmente caí al agua espere un para de segundos para salir a la superficie y como darme el cabello para que no me cubriera la cara.
—¡Vengan! —gritó Beverly y me miró sonriendo—. ¿Por qué te lanzaste con ropa?
—No tengo la misma confianza que tú —respondí y sonreí levemente.
—¿Eres familia de Bill? Es que ayer me dijiste que te llamas Tn Denbrough.
—Soy su prima —respondí y ella asintió.
A los segundos Bill cayó al agua salpicandonos un poco y luego le siguieron los demás hasta que el último fue Eddie.
Mi mirada se posó en Richie, se veía muy bien con el cabello mojado y técnicamente para mí era atractivo aunque en este momento se veía mejor y me gustó como se veía su piel pálida siendo tocada por el Sol.
Aparté la mirada cuando giró la cabeza en mi dirección y terminé por sumergirme en el agua.
Debía decir que me pareció raro que me le hubiera quedado viendo, pero debía admitir que verdaderamente se veía demasiado atractivo.
Nadé un poco por debajo del agua acercándome a Eddie y sonreí un momento para después tomarlo de un tobillo y jalarlo hacia abajo del agua haciéndolo gritar. Volví a subir a la superficie acomodando mi cabello riendo un poco.
—Casi me matas del susto —reclamó al salir del agua y yo reí inocente.
—Yo hago gritar a tu mamá de otra forma, ¡Y le encanta! —Solté una risa por el chiste.
—¡Cállate! —ordenó Eddie.
—¿Siempre hace esos chistes? —preguntó Ben y los demás asintieron.
—Hasta a-ahora la única q-que se ha reído ha si-sido Tn —explicó Bill y Ben y Beverly me miraron.
—No es mi culpa que me den risa —defendí.
—Técnicamente sí —Miré a Stan abriendo la boca—. Eres tú la qué decide si se ríe o no.
Volteé los ojos comenzando a nadar de espaldas, me sentía más cómoda nadando así porque mi problema principal era la cicatriz en mi abdomen.
Comenzamos a nadar y a jugar, en ocasiones soltaba risas por las discusiones de Richie y Eddie, mayormente por los chistes del primer nombrado sobre la madre de Eddie.
También me conocí más con Beverly, aunque fue más que todo en gustos y me di cuenta de que somos algo diferentes, pero me pareció bien pro que tal vez así podríamos complementarnos si llegamos a ser amigas.
En un momento me entretuve viendo a Bill, Beverly, Richie y Ben jugando a empujarse sobre lso hombros del otro aunque técnicamente mi mirada estaba dirigida hacia Richie que luchaba por no caer.
—¡Si les gano me cojo a Tn! —Abrí los ojos por eso aunque segundos después él cayó al agua.
—Sigue q-queriendo Richie —habló Bill mientras el salía del agua.
Solté una risa para después comenzar a nadar hacia Eddie y Stan que parecía que estaba buscando algo bajo el agua.
—Preciosa —Richie llegó a mi lado y dejé de nadar para mirarlo—. No me cumpliste las ganas de verte sin ropa.
—¿De verdad creíste que iba a alimentar tu instinto depredador? —pregunté burlona.
—Como si esa camiseta no me calentara cuando se te queda pegada —Me tomó de la cintura y lo empujé con los ojos abiertos.
—Pervertido —hablé pausadamente y el sonrió de lado.
—Y ni hablar de como me pone verte las piernas mojadas —le di un golpe en el hombro haciéndolo reír—. Mentira, pero si te voy a preguntar algo.
Me cruce de brazos esperando una propuesta indecente se su parte.
—¿Qué te pasó en la pierna derecha? Tienes una cicatriz —Abrí los ojos llevando mi mano al lugar donde esta se encontraba.
—Me corté con una varilla —mentí—. Eso es todo.
—De acuerdo aunque quiero que sepas que eso no les quita lo caliente a tus piernas —aseguró.
—Pero dejame respirar sin hacerme comentarios —pedí y él negó con la cabeza.
—Te propongo algo, cuando vayamos a hacerlo venimos aquí —Volví a darle un golpe en el hombro—. ¿Y por qué no?
—Porque no ganaste el juego —me burlé y abrió los ojos ofendido—. Si lo hubieras ganado tal vez lo concideraría.
—¡Bill quiero la revancha! —le pidió a mi primo comenzando a nadar en su dirección.
Seguimos jugando un largo rato y yo me vengaba asustando a Bill, Stan Y Eddie por lo de más temprano lo que causaba gracia porque Eddie gritaba de forma muy aguda.
En un momento comenzamos a buscar una tortuga bajo el agua aunque yo no veía absolutamente nada.
Al salir del agua me recosté en el suelo con los ojos cerrados y una mano sobre la parte de mi cicatriz para que la transparencia de mi blusa no la dejara visible.
—¿Quién va por nuestras cosas? —preguntó Ben—. ¿O vamos todos?
—Podría ir yo —hablé sin abrir los ojos—. Soy la única vestida de todos.
—Yo voy con ella —se ofreció Richie.
—N-no —negó Bill y me encogí de hombros—. V-vamos a ir Stan y y-yo.
—¿Qué? Pero...
—V-vamos —interrumpió su queja Bill.
Algunos segundos después me senté apeazando mis piernas y moviendo los pies sobre el suelo.
Vi a Richie sentarse a mi lado y espere alguno de sus comentarios, qué aunque no lo admitiera me causaban diversión.
—¿Por qué no los ayudaste con la broma qué me hicieron? —le pregunté.
—Te conocí ayer y no quería que me tuvieras rabia por eso —explicó—. Porque aunque no lo digas te encanta lo que te digo.
—Sigue soñando —Moví la cabeza.
—¿Como sueño con...
—Si mencionas a mi madre te mato —amenazó Eddie sin dejarlo terminar.
—Entonces admite de una vez que le encanta que me la tire en las noches —reclamó Richie.
—¿Pelean mucho? —me preguntó Beverly.
—Tal vez, los conocí ayer —respondí y ella asintió.
—Yo creo que sí —habló Ben—. Los he visto peleando por todo.
—Bueno, eso es cierto —le di la razón.
—¡Ya cierra la boca Richie!
—Dirigite a mí como papá —Me cubrí la boca riendo.
—Eres de no creerse —reclamó.
—De no creerse es como a tu mamá le encanta chuparmela —Abrí los ojos por eso se había pasado.
—Eso fue fuerte —habló Beverly.
—No tan fuerte como le doy a la mamá de Eddie —aseguró Richie.
—Ya para con eso —ordenó Eddie—. Eres un idiota.
—Ya paren por favor —les pedí cerrando los ojos—. Se supone que vinimos a pasarla bien y ustedes se ponen a pelear.
—Preciosa, ¿Y si la pasamos bien solo nosotros dos? —propuso Richie pasándome un brazo por los hombros.
—A ver. —Miré a Beverly—. ¿Te le insinúas a Tn y también haces chistes sexual es sobre la mamá de Eddie?
—Exacto —confirmó Richie—. Es que mira esa cara, si es tan bonita imagina como sería para mi verla sin eso encima.
—Tienes muy alborotadas las hormonas —habló Ben.
—La que me pone así es ella —Me pegó más a él—. ¿Verdad preciosa?
—Nos conocimos ayer —le recordé.
—Y ya tengo una lista de cosas que quiero hacerte —aseguró.
—Dios mio —Beverly se cubrió la cara con una mano—. ¿Y si mejor liberas tu tensión sexual tocándote o algo?
—No es lo mismo masturbarse a hacerlo de verdad —respondió.
—¿Fantaseaste conmigo? —cuestioné mirándolo esperando un no.
—Si respondes sí, será asqueroso porque la conocimos ayer —aseguró Eddie.
Richie no pudo responder porque llegaron Bill y Stan con nuestras cosas y las dejaron a un lado.
Beverly se acercó a su maleta y saco de ella una toalla y una radio la cual puso en una rica para después ella acostarse frente a nosotros para tomar el Sol. Abrí los ojos porque a decir verdad yo nunca me habría atrevido a hacer algo así.
Evité mirarla a toda costa porque me sentía algo incomoda y más aún porque los demás se le habían quedado viendo sin disimular ni un poco.
Quise revisar las maletas de los demás para entretenerme y al abrir una encontré varias carpetas y una postal así que por curiosidad la leí.
"Eres fuego en invierno,
En Enero brasas,
Mi corazón también arde por ti."
-Admirador secreto.
Sonreí al terminar de leer el poema, era muy lindo y ya quisiera yo que me dedicarán algo así. Decidí usmear un poco más en la maleta para saber quien era el autor de aquel poema y sonreí al ver que era Ben.
Dejé las cosas en su lugar y después apoyé mi cabeza en mis manos mirando al agua.
En un momento Richie tomó la maleta de Ben y lo miré extrañada por eso porque hace unos minutos estaba muy concentrado mirando a Beverly mientra tomaba el Sol.
—Noticias Ben, ¡Estamos de vacaciones! —llamó su atención mientras miraba las cosas de su maleta.
—Eso no es de la escuela —habló Ben rápidamente.
—¿Quién te envió esto? —preguntó Richie tomando la postal.
—No, nadie damelo —se la arrebató por lo que Richie siguió observando las cosas de su maleta hasta sacar una carpeta.
—¿Y este proyecto de historia? —le preguntó abriéndola y yo observé su contenido dándome cuenta que eran algunos recortes de periódico.
—Es que cuando me mudé aquí no tenía con quien salir, entonces empecé a ir a la biblioteca —explicó y lo miré levantando las cejas, supuse que yo tuve suerte entonces.
—Ibas a biblioteca, ¿apropósito? —cuestionó Richie extrañado.
Beverly se levantó de la roca y se acercó a Bill para sentarse a su lado, contuve una risa al notar los nervios de Bill por eso.
—¿Qué es el blackspot? —preguntó Stan mientras seguía mirando los recortes.
—El blackspot era un club nocturno que se quemó hace varios años —explicó Eddie dejándome sorprendida por eso.
—Yo podría quemarte de otra manera —me susurró Richie al oído haciéndome reír.
—¿Qué? —cuestionó Stan a Eddie atónito.
—¿Qué no ves las noticias? —cuestionó Eddie haciéndome sonreír divertida porque se molestaba muy rápido.
—Sí veo noticias —se defendió—. ¿Ustedes saben del accidente que hubo en una carretera hacia Miami? Fue algo desastroso, al parecer los frenos fallaron.
Abrí los ojos y tragué saliva al escucharlo mencionar el accidente, obviamente no sabían lo mucho que me afectaba.
Miré hacia otro lado cerrando los ojos con fuerza y después me limpié algunas lagrimas al recordar la imagen del auto explotando.
Noté a Bill observando la carpeta junto conBeverly así que me abracé a mi misma al no tener nada que hacer.
—Oye, pásalo —pidió Richie y mi primo se lo dio por lo que observé los recortes qué tenía.
—Aquí sólo hay homicidios y niños perdidos —habló Stan viendo los titulares del periódico.
—Derry no se parece a ningún lugar que haya visitado. Resulta que personas mueren o desaparecen más que en todo el país —informó Ben y abrí los ojos.
—¿Leíste eso? —preguntó Beverly angustiada.
—Y hablo de adultos, los niños es peor, peor —informó y tragué saliva—. Tengo más cosas en casa, si quieren ver.
Eddie negó con la cabeza varias veces, pero aún así la mayoría se puso de acuerdo para ir.
Ellos comenzaron a vestirse mientras yo los esperaba para ir todos por sus bicicletas.
A decir verdad me intrigaba la historia de Derry, me gustaría saber la historia del lugar en el que voy a vivir, sería bueno a mi parecer.