¿𝚀𝚞𝚒é𝚗𝚎𝚜 𝚜𝚘𝚗? | Ruwi...

By Mehez03

103K 13.7K 2.8K

Samuel, Guillermo y Ruben tienen una hermosa relación que pensaban que duraría para siempre, hasta que en una... More

‼️Aclaraciones ‼️
¿0.1?
¿1?
¿2?
¿3?
¿4?
¿5?
¿6?
¿7?
¿8?
¿9?
¿10?
¿11?
¿12?
¿13?
¿14?
¿15?
¿16?
¿16.2?
¿17?
¿18?
¿18.2?
¿19?
¿20?
¿21?
¿22?
¿23?
¿24?
¿25?
¿26?
¿27?
¿27.2?
¿28?
¿30?
¿31?
¿32?
¿33?

¿29?

2.1K 313 34
By Mehez03

Caminaban por el bosque con los primeros rayos del sol saliendo y con todos los habitante de aquel pueblo siguiendolos esperando poder llegar a Karmaland rápido para poder descansar y dejar en el olvido aquella desastrosa y horripilante noche.

La estrategia de atraer a los monstruos al pueblo había funcionado en un inicio logrando desconcentrar a los bandidos, haciendo que dejaran sus puestos y pudieran sacar a los aldeanos de manera segura, pero en cierto punto la cantidad de monstruos se volvió demasiada y ellos también tuvieron que pelear contra los moods para poder salir de ese lugar dejando atrás a los bandidos esperando que los monstruos se encargaran de ellos.

Luzu tenía una flecha clavada en la pierna por lo que se le hacía imposible caminar así que iban en el caballo junto a un par de bebés y una señora mayor.

Mangel tenía sus lentes rotos y sus ropas rasgadas con algunas heridas poco profundas en su torso y junto a el Lolito, que  tenía una herida un tanto profunda en una de sus mejillas además de que había perdido sus cuchillas en medio de todo el desastre. Ambos caminaban llevando las riendas de sus caballos en los cuales iban montados una mujer embarazada y un hombre mayor.

Auron tenía la mitad de sus ropas quemadas ya que un creeper había explotado detrás de él y no le había dado tiempo de cubrirse. Fue gracias a la resistencia al fuego que había adquirido después de que Luzu le quitará la maldición que fue capaz de sobrevivir o si no sería el más herido de todos.

Fargan se había adelantado tomando su forma de búho para llegar antes a Karmaland para poder informarle de la situación a Merlón y que pudieran tener suficientes lugares para recibir a los aldeanos y curar a los heridos.

Alex tenia una parte de su casco roto por lo que se lo había tenido que quitar, tenia unos cuantos raspones  junto a una herida algo profunda en su brazo y estaba seguro de que tenía un tobillo doblado por lo que también iba a caballo junto a un niño que estaba inconsciente.

Vegetta se encontraba al frente del grupo con una herida un tanto profunda en la mitad de su rostro pasando por su nariz, sus ropas estaban rasgadas y sentía una pequeña espina en su corazón cada vez que veía hacia atrás justamente donde se encontraba el albino junto al teñido montados en el cabaño.

Todos se habían sorprendido al ver aquella escena, Rubius medio inconsciente o dormido, no estaban seguros, con las mangas de su sudadera manchadas de sangre , aferrado con fuerza a Willy como si fuera lo único que lo mantenía vivo y a Willy cargándolo sin intención de soltarlo mientras dejaba caricias en su espalda y de vez en cuando le susurraba alguna que otra palabra que nadie lograba escuchar.

La escena era de lo más extraña para sus amigos que conocían la personalidad del albino, pero ninguno se encontraba en la condición de hacer preguntas y el intento de Mangel y Lolito por conseguir que el albino les diera a Rubius quedó solo en un intento ya que el albino se negó completamente a soltarlo y Rubius no suavizaba el agarre en la ropa de este.

Siguieron caminando en completo silencio hasta llegar a la entrada de Karmaland donde se encontraban Merlón junto a Fragan y el personal médico en una especie de campamento improvisado para poder atender a todos lo que lo necesitaban y que pudieran tener un lugar donde descansar mientras veían quienes decidían quedarse en Karmaland.

– Por favor, pasen por aquí, alguien se encargará de revisarlos – dijo Merlón indicando a las personas por donde ir mientras que los héroes se colocaban al lado de Fragan que ayudaba a Auron a sostener a Luzu esperando por Merlón.

– Se ve que fue una misión difícil jóvenes – bromeó el anciano haciéndoles una señal para que lo siguiera a su tienda que era más grande que las demás.

– Tuvimos una complicación – dijo Vegetta en voz baja mientras se limpiaba la sangre que todavía salía de la herida en su cara y todos volteaban a ver al teñido que seguía en brazos del albino.

– Pudo notarlo, ahora pasen, los Dioses enviaron algunas pociones para curarlos – dijo con una sonrisa levantando la entrada a su tienda para que pasaran.

Uno a uno entraron a la carpa y se sentaron en unas almohadas en el suelo que rodeaban una mesa redonda que tenía un juego de té encima y esperaron a que Merlón entrará.

– Hicieron un buen trabajo Héroes, pueden descansar el resto de la semana  – habló con tranquilidad sacando botellita con un líquido brillante que parecía oro líquido y lo vertió en la tetera y comenzó a servir el líquido en las tasas de té.

– Con esto quedarán como nuevos, no se les olvide agradecer a los dioses luego – los héroes miraron el líquido durante unos momentos antes de tomarlo, tenía un sabor dulce en su lengua y una fragancia a vainilla que relajo todo su cuerpo.

Unos segundos después sus heridas comenzaron a brillar del mismo color dorado que el líquido y comenzaron a cerrarse poco a poco hasta que la luz desapareció dejando solamente un recuerdo de donde antes se encontraban las heridas. Todos soltaron un suspiro de alivio al ver como las heridas y el dolor de sus cuerpos desaparecía dejando solo una sensación de tranquilidad dentro de ellos.

– ¿Podría tener lo que queda de la poción para analizarla? – dijo Luzu con una sonrisa esperando poder replicar un poco aquella sustancia milagrosa, pero el anciano le enseñó la tetera vacía y su emoción se esfumó.

– Lo siento joven Luzu, los dioses me dieron lo exacto para siete tazas – dijo con una pequeña sonrisa divertida mientras se daba la vuelta para calentar agua y sacar una bolsita de lo que creían era té de jengibre.

Todos se quedaron en silencio esperando que Merlón terminara de preparar el té mientras jugaban con sus tazas para matar el tiempo y de vez en cunta llevaban sus miradas hacia donde se encontraba el albino sentado, todavía con Rubius en brazos  con una expresión calmada en su rostro como si la persona que se aferraba a él con fuerza se tratase de un amigo de toda la vida y no de una persona con la que sólo había intercambiado un par de frases en los últimos meses.

El sonido del agua hirviendo dentro de la tetera fue lo único que rompió aquel terrible silencio y Merlón se volvió nuevamente hacia los héroes con su característica sonrisa amable y comenzó a servirles el té mientras ellos decían un pequeño gracias y mantenía la taza caliente en sus manos, esperando que se enfriara un poco para poder tomar.

– Nadie va a mencionar lo que le pasó a Rubius – rompió el silencio Fragan tomando un sorbo de su té y sintiendo la mirada asesina de Willy sobre el mientras atraía más al teñido hacia él.

– Nunca había actuado así – susurro Mangel sin levantar la mirada y acariciando levemente el lugar donde Rubius lo había arañado.

– Nunca lo habíamos visto transformarse, pero pensamos que era porque le gustaba más estar es su forma humana – siguió Lolito dándole unas palmaditas de consuelo en el hombro a Mangel.

– Eso no tiene sentido, los híbridos siempre nos sentimos más cómodos en nuestra forma animal, porque así estamos más conectados con la naturaleza,  nuestros instintos y nos sentimos más protegidos – habló Fragan confundido mirando entre Mangel y Lolito y entre Willy y Rubius buscando una explicación.

– Alguno sabe cómo es posible que personas que no creen en los dioses terminan comunicándose con ellos o como aquellos que dedican toda su vida a ellos nunca han recibido alguna señal de su existencia – interrumpió Merlín llevándose la taza de té a los labios, llamado la atención de todos en la mesa.

– Son elegidos por los dioses – respondió con algo de duda Alex viendo como Merlón asentía.

– Si y no – dijo dejando la taza de té a un lado – Aquellas personas que pueden llegar a hablar con los dioses al grado de como lo hace el joven Rubius tiene que cumplir unos requisitos muy específicos – dijo levantándose para ir una estantería con algunos libros.

– ¿Hay diferencias? – preguntó Auron ya que pocas veces consiguen respuestas cuando se trata de algo con los dioses.

– En efecto joven Auron – dijo volviendo a sentarse en su lugar y poniendo un libro bastante grande y viejo en la mesa – Por un lado están las personas como yo las cuales pueden escuchar algunas palabras sueltas de los dioses e interpretamos lo que quieren transmitir, normalmente son personas relacionadas a la iglesia, héroes o en mi caso héroe retirado y el único requisito es que los dioses quieran contactarse contigo –  dijo con una pequeña sonrisa abriendo una página en el libro con algunos dibujos y algo escrito en un idioma que desconocían.

– Después están aquellas personas que pueden escuchar frases más completas, normalmente son personas con poderes mágicos y con cierto grado de interacción con los dioses y los requisitos son que los dioses quieran comunicarse con ellos y que no hayan dañado a nadie inocente con su magia – pasó la página encontrando otro dibujo y al lado más palabras que desconocían.

– Y por último están las personas como Rubius que pueden tener conversaciones con los dioses y comunicarse con ellos en cualquier momento, son tan pocos que puedo contarlos con los dedos de una mano y me sobrarían dedos – quitó la sonrisa que tenía en su rostro y pasó la página. El dibujo en esta era diferente, se veía a una pequeña personas aferrándose a una pequeña esfera de luz mientras toda clase de criaturas y entes macabros intentaba alcanzarlo y no pudieron evitar sentir un escalofrío viajar por su espalda.

– La razón de porqué tan pocas personas pueden hablar con los dioses de forma tan directa es porque uno de los requisitos es lograr llamar la atención de los dioses y el otro estar al borde de la muerte en una situación cuya salida más fácil es dejarse morir para escapar de todo ese sufrimiento y aun así aferrarse a la vida – la sala quedó en silencio, con las palabras de Merlón haciendo eco en sus cabeza y con las miradas fijas en el teñido.

– La mayoría de las veces no se logra cumplir el primer requisito, los dioses son seres excéntricos cuya atención es casi imposible de llamar ya que han vivido tanto tiempo que algo que nosotros llamamos una gran hazaña, para ellos puede ser una acción tan simple como tomar agua – volvió a hablar el anciano cerrando el libro con una expresión algo triste y levantarse de su asiento para ir a guardarlo.

– La razón por la que les cuento esto es para que no hagan preguntas cuando el joven Rubius despierte, puede ser que ni siquiera se acuerde de lo ocurrido por lo que llenarlo de preguntas para saciar su propia curiosidad puede hacerle mucho mal –

La habitación volvió a quedar en silencio, el té ya se había enfriado y era difícil tomarlo no solo por el extraño sabor si no por el nudo en sus gargantas que les hacía difícil incluso tragar o decir aunque fuera una sola palabra.

Parecía que el silencio iba a continuar hasta que Merlín les dijera que podían irse, pero este fue roto por un pequeño sollozo que llamó la atención de todos, levantado sus miradas de las tazas llevándolas hacia donde escucharon el sollozo encontrado a Vegetta con una mano en su boca intentando detener sus sollozos mientras las lágrimas caían sin para de sus ojos.

– Lo siento… yo… ocupo irme – dijo con dificultad levantándose de su asiento y saliendo rápidamente de la tienda.

El lugar se volvió a quedar en silencio con sus miradas fijas unos momentos por donde salió el azabache para luego dirigirlas hacia el albino.

– ¿No vas a ir tras él? – preguntó Luzu intentando no sonar tan entrometido.

– No creo que quiera compañía en estos momentos – dijo en un tono bajo con una mueca en su rostro.

El lugar volvió a quedar en ese incomodo silencio hasta que Merlón se levantó.

– Bueno jovenes, creo que es momento de que vayan a descansar, yo me encargare de las personas que vinieron con ustedes – todos asintieron ante las palabras del anciano y se levantaron despacio y en silencio.

– Willy, nosotros podemos llevar a Rubius a nuestra casa, además tu casa queda en la dirección contraria y tendrías que caminar de más – sugirió Mangel estirando sus brazos para que le pasara al teñido, pero el albino dio un paso hacia atrás y se aferró más al híbrido en sus brazos.

– No me molesta cargarlo, además no creo que me suelte – dijo de manera tranquila comenzando a caminar hacia la casa de la pareja.

Los tres comenzaron a caminar en silencio viendo como la mayoría de los aldeanos se levantaban para abrir sus negocios o trabajar en sus cosechas hasta que llegaron a la casa de la pareja y el pelirrojo le abrió la puerta al albino para que pasara.

– Su habitación es la primera puerta del segundo piso – escuchó a Lolito y asintió comenzando a subir las escaleras y a abrir la puerta con algo de dificultades.

Todas las cosas importantes estaban acomodadas en su lugar, una pequeña maleta al lado de su cama, un par de libros en la estantería, un marco con una foto de Rubius, Lolito y Mangel adornaba la mesa de noche y el perrito con el que había llegado el primer día dormía tranquilamente en la alfombra.

De alguna forma el contraste entre lo que recordaba como la habitación de su antigua pareja y lo que estaba viendo en ese momento, hizo que su pecho pesara y la espina en su corazón se clavara un poco más profundo.

Intento ignorar el dolor y camino hacia la cama intentando dejar al teñido en esta, pero se seguía aferrado a su ropa con fuerza haciéndole imposible irse hasta que el perro en el suelo se levantó colocándose entre los brazos del teñido logrando que lo soltara para abrazar al canino.

Willy lo observó durante unos momentos antes de acercarse y dejar un beso en la frente del teñido.

– Descansa osito – le susurro al odio antes de salir de la habitación y bajar las gradas encontrado a Mangel con un cigarrillo en mano y Lolito tomando café.

– ¿Sigue dormido? – preguntó Mangel volviendo la mirada hacia él y asintió.

– Sigo sin saber si está dormido o inconsciente, pero creo que seguirá así durante unas horas – contestó sentándose al frente de la pareja que lo miró durante unos momentos confundidos.

– Yo… no se si sea el momento adecuado, pero… creen que podamos hablar en algunos días, cuando Vegetta se calme… creo que hay un par de cosas que tiene que saber – la sorpresa no se pudo ocultar en los ojos de la pareja que asintió lentamente y el albinoles regaló una media sonrisa.

– Gracias, les escribiré cuando hable con Vegetta – dijo levantándose y saliendo de la casa de ambos.

Continue Reading

You'll Also Like

309K 27.7K 40
Carla era la típica adolescente que fantasea con ser amada. La que sueña con un lindo chico o chica que la haga sentir mariposas a. Por otro lado, Pe...
54.6K 3.3K 21
𝘋𝘪𝘤𝘦𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘢 𝘱𝘳𝘪𝘮𝘦𝘳𝘢 𝘪𝘮𝘱𝘳𝘦𝘴𝘪ó𝘯 𝘦𝘴 𝘭𝘢 𝘮á𝘴 𝘪𝘮𝘱𝘰𝘳𝘵𝘢𝘯𝘵𝘦, 𝘗𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯𝘢𝘭𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦, 𝘦𝘯 𝘦𝘴𝘦 𝘮𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰...
78.5K 7.9K 61
👁️⃤ 𝘖𝘯𝘦-𝘚𝘩𝘰𝘵𝘴, 𝘪𝘮𝘢𝘨𝘪𝘯𝘢𝘴, 𝘏𝘦𝘢𝘥𝘤𝘢𝘯𝘰𝘯𝘴 𝘦 𝘩𝘪𝘴𝘵𝘰𝘳𝘪𝘢𝘴 con los personajes de la serie: «🇬 🇷 🇦 🇻 🇮 🇹 �...
1.7M 235K 58
El amor puede llegar de manera impredecible... Para aquel Omega que por mucho tiempo creyó que lo había encontrado, vendrá en su demandante e impone...