¿𝚀𝚞𝚒é𝚗𝚎𝚜 𝚜𝚘𝚗? | Ruwigetta

¿9?

Después de mandar el mensaje el azabache dejo el teléfono en la mesa y se dirigió a la sala donde estaba el albino, a lo largo de la semana no habían podido hablar sin que terminan gritándose y uno saliendo de la casa, soltó un suspiro y se acercó al sillón donde estaba el contrario abrazando una almohada mientras veía el celular y se sentó a su lado.

- Amor - dijo llamando la atención del albino haciendo que dejara el teléfono a un lado y le pusiera atención al azabache.

- No quiero que sigamos peleados y más por algo tan absurdo como esto - en cuanto terminó la frase la almohada que tenía el albino impacto con la cara del azabache.

- Mientes, mientes, mientes - con cada palabra dicha era un nuevo golpe en la cara para el azabache que intentaba defenderse del ataque de su novio. 

- PARA CABEZÓN - dijo mientras el albino seguía dándole almohadazos.

- ¡No hasta que me digas la verdad! - siguió dándole almohadazos hasta que el azabache logró agarrar la almohada y evitar que lo siguiera golpeando.

- ¿LA VERDAD DE QUÉ? - se volvieron a ver a los ojos y el silencio reinó durante unos minutos.

- De lo que sientes en verdad - su tono era firme y el azabache solamente apartó la vista, sabía que no podía ocultarle nada a su pareja pero aun así lo intento.

- No se de que hablas - dijo casi en un susurro.

- Vege, te conozco como la palma de mi mano, se que te duele tanto como a mi verlo ahí, teniéndolo tan cerca y no hacer nada al respecto - soltó la almohada y tomó la cara del azabache entre sus manos para que este no apartara la mirada.

- Por que se que ni tu ni yo lo hemos superado... por más que digamos lo contrario - el silencio reino en la sala y los ojos del azabache se comenzaron a cristalizar.

- Lo sé Willy, lo sé y sé que posiblemente nunca lo supere - se limpio los ojos antes de que empezara a llorar - Pero no voy a ir a pedirle explicaciones, si él quiere aclarar lo ocurrido, esta bien, lo escucharé. Pero no voy a ir a rogar por una explicación - quito las manos del albin de su cara y las entrelazo sus con las del contrario.

- No quiero que nos enojemos por algo como esto... no quiero que tú también me dejes - ambos se abrazaron mientras pequeñas lágrimas empezaron a bajar y se quedaron en el sillón mientras se decían cuanto se querían, cuando sintieron que el sueño les estaba ganando se levantaron y se fueron a la habitación, ocupaban dormir un poco si querían tener energía para mañana.