¿26?

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Había veces que realmente deseaba ser un humano y no un híbrido, sin sus orejas y cola, sin su gran fuerza, sin sus garras, sin sus sentidos aumentados y ese era uno de esos momentos.

Sabía que Reborn no lo decía con mala intención, que estaba frustrado y quien no lo estaría si después de perseguir a alguien durante tanto tiempo y no conseguir absolutamente nada que sirviera, llega la única personas que puede tener información valiosa, pero no puede recordar ni su nombre.

Soltó un suspiro aguantando algunas lágrimas y agradeció usar esa máscara para no llamar la atención mientras caminaba hacia la casa de Luzu, no quería hacer que se preocupara por algo como eso.

Respiro unas cuantas veces intentado alejar todos esos pensamientos de su cabeza antes de tantear un poco la puerta del castaño hasta encontrar lo que creyó era un timbre y tocarlo.

– ¡Voy en un momento! – se escuchó la voz del castaño y como seguido de eso algo se quebraba.

– ¡Estoy bien! – se volvió a escuchar al castaño y unos segundos después la puerta fue abierta de golpe acompañado de un olor desconocido, lo que alertó al teñido haciendo que enseñara levemente sus colmillos seguido de un leve gruñido.

– ¿Rabis? – dijo algo asustado Luzu al verlo reaccionar de esa manera.

– ¿Luzu?– dijo algo confundido olfateando el aire a su alrededor viendo como el olor a lavanda y galletas de chocolate del chico estaba cambiando con ese olor extrañamente fuerte – ¿Te pusiste un perfume o algo así? Huele demasiado fuerte – dijo tapándose la nariz.

– Bueno... – se notaba el nerviosismo del castaño que se acercó al contrario para tomar una de sus manos y dejarla en su cabeza – Sin querer deje caer una poción que todavía no estaba terminaba y esto pasó –

Rubius no entendía a qué se refería hasta que su mano tocara algo parecido a una de sus orejas de oso, dejándolo aún muy confundido.

– ¿Qué cojones? – dijo quitando su mano rápidamente.

– No te preocupes no es la primera vez que me transformo en un híbrido por accidente – soltó una pequeña risa tocando una de sus orejas de tigre mientras se hacía a un lado – Pasa, hice galletas – dijo extendiendo su mano para guiar al contrario.

Rubius esperó unos minutos antes de extender su mano para que el contrario la tomara y comenzar el recorrido por la casa, a lo cual Luzu sonrió antes de comenzar a describir cada parte de su hogar para que el teñido pudiera hacerse una imagen mental.

– Y este es el lugar donde hago las pociones y estudio – dijo soltando al contrario y adentrándose en la habitación  – Te dirias que entres, pero esta muy desordenado así que espérame ahí mientras busco el libro con el hechizo para volver a la normalidad –

Rubius asintió escuchando como Luzu buscaba algo mientras él jugaba con sus manos, muchos creían que la magia era algo que se había perdido hace mucho y la primera vez que escucho decir a Fargan que Luzu era un brujo pensó que bromeaba y no podrías culparlo, no podía ver nada y por las malas había aprendido a no dejarse guiar solamente por lo que los demás le decían.

– ¡Lo tengo! – grito Luz volviéndolo a tomar de la mano para llevarlo a la sala – Esto te va a gustar –

Las palabras de Luzu lo pusieron levemente nervioso mientras lo escuchaba hacer algo en el suelo con lo que suponía era sal y otras especies que no recordaba el nombre.

– ¡Listo! Dame tus manos – antes de que el teñido dijera algo el castaño las tomó y comenzó a recitar algo en un idioma que no conocía.

Estaba por quitar sus manos cuando un sentimiento cálido comenzó a recorrer todo su cuerpo y contuvo un jadeo, era la misma sensación que tenía cuando hablaba con los dioses.

¿𝚀𝚞𝚒é𝚗𝚎𝚜 𝚜𝚘𝚗? | RuwigettaWhere stories live. Discover now