ISOLATION | Dramione - Traduc...

By Palowinki

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Traducción autorizada del Fanfic 'Isolation' de la autora Bex-Chan. Esta historia no me pertenece, únicamente... More

Capítulo 1: Refugio
Capítulo 2: Puñetazo
Capítulo 3: Puertas
Capítulo 4: Puntuación
Capítulo 5: Esencia
Capítulo 6: Azulejos
Capítulo 7: Humano
Capítulo 8: Tacto
Capítulo 9: Veneno
Capítulo 10: Gusto
Capítulo 11: Duda
Capítulo 12: Sueño
Capítulo 13: Solo
Capítulo 14: Anhelo
Capítulo 15: Cristal
Capítulo 16: Nevada
Capítulo 17: Estrellas
Capítulo 18: Regalos
Capítulo 19: Grises
Capítulo 20: Lágrimas
Capítulo 21: Cicatrices
Capítulo 22: Tormenta
Capítulo 23: Limbo
Capítulo 24: Horas
Capítulo 25: Kilómetros
Capítulo 26: Fantasma
Capítulo 27: Verdad
Capítulo 28: Ángel
Capítulo 29: Semanas
Capítulo 31: Sangre
Capítulo 32: Pulso
Capítulo 33: Marcas
Capítulo 34: Cordialidad
Capítulo 35 (Parte 1): Agua
Capítulo 35 (Parte 2): Agua
Capítulo 36: Varitas
Capítulo 37: Defectos
Capítulo 38: Otra vez
Capítulo 39: Ahogado
Capítulo 40 (Parte 1): Lucha
Capítulo 40 (Parte 2): Lucha
Capítulo 41: Snape
Capítulo 42 (Parte 1): Resplandor
Capítulo 42 (Parte 2): Resplandor
Capítulo 43: Inerte
Capítulo 44: Moribundos
Capítulo 45: Harry
Capítulo 46: Piedad
Capítulo 47: Poder
Capítulo 48: Después
Capítulo 49: Epílogo
Agradecimiento

Capítulo 30: Tabú

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By Palowinki

Hermione parpadeó para alejar la niebla borrosa del sueño y trató de concentrarse. Lo sintió antes de verlo, algo en su mano que no le pertenecía, y su ceño se arrugó con una mueca de desconcierto cuando notó el par de dedos extra enredados con los suyos. La luz de la tienda era tenue -una llama verde claro que se extinguía en un farol de la esquina-, pero al instante supo de quién era la mano que sostenía la suya y siguió la trayectoria del brazo hasta el rostro dormido de Ron.

Retiró la mano tan rápido que su codo chocó con su cadera. La tentación de sacudir a Ron para despertarle y darle un sermón sobre la decencia de mantener sus manos para sí mismo le vino a la mente, pero el pensamiento pasó y ella estaba de repente muy alerta e inquieta. Abandonó la idea de intentar volver a dormirse y se levantó del catre de acampada, saliendo de puntillas de la tienda y decidiendo buscar a Harry, que sabía que estaba de guardia esta noche.

Lo localizó a unos metros del campamento, apoyado en el tronco desmoronado de un roble sin vida, y cuando la luna brilló en sus gafas, ella supo que la había visto. Había estado evitándola con determinación desde su confesión sobre Draco y ella pensó que podría levantarse e irse, pero cuando ella se acercó a él sus hombros se hundieron y exhaló un aliento que se convirtió en frío vaho. Había cosas que debían decirse; una amistad agrietada que debía ser reparada.

''Hola'' ofreció ella gentilmente, hundiéndose en el suelo frente a él,

''Hola'' repitió él, y la incomodidad entre ellos la hizo estremecerse. ''Hermione...''

''Quiero preguntarte...''

''Yo también tengo algunas preguntas'' la interrumpió, pareciendo casi nervioso. ''Yo, um, quiero disculparme primero por estar distante contigo esta última semana''.

El alivió la hizo entrar en calor. ''Está bien''.

''Yo solo... es que fue un gran shock... bueno, todavía es un gran shock, y yo...''

''Lo sé'' asintió ella. ''Entiendo...''

''Bueno, ahí está mi problema'' dijo Harry. ''He estado pensando sobre ello, y todavía no lo entiendo, y creo que necesito que tú... sí, necesito que me lo expliques''.

''¿Quieres que te cuente que pasó? ¿Entre Draco y yo?''

''Quiero escuchar tu razonamiento'' murmuró. ''Eres la persona más lista que conozco, así que tal vez si lo explicas, pueda cobrar algo de sentido para mí''.

Ella se mordió el labio. ''N-No estoy segura de cómo...''

''¿Cuánto tiempo?'' soltó. ''¿Cuánto tiempo llevas sintiendo algo hacia él?''

Se remontó al primer beso que había compartido con Draco; aquel extraño día con la picadura de abeja en el que él le había salvado la vida, y ella le había tocado la cara con tanto desparpajo; y entonces sucedió. Ese había sido el catalizador que la había arrastrado a la vida de Draco. Ese loco momento de impulso lo había cambiado todo.

''Noviembre'' dijo en tono distante, recordando el viento. ''Empezó en Noviembre''.

''Vale'' dijo él. ''¿Y cómo?''

Volvió a retroceder en el tiempo, pensando en todos los pequeños sucesos que habían conducido a ese fatídico momento; desde sus miradas persistentes, hasta las noches en los sofás con chocolate caliente. Desde que él le leyera libros Muggles hasta que ella le preparara la comida. De él entrando en pánico cuando ella no regresaba, a ella apuñalando sus manos y mezclando su sangre. De cada mirada prolongada a cada toque inquisitivo.

De la tolerancia, a la curiosidad, a la lujuria, y luego al amor.

La vida no es más que una serie de incidentes insignificantes que se convierten en algo hermoso o trágico.

''Sabes, es verdad eso que dicen'' susurró antes de darse cuenta que las palabras abandonaban su boca. ''Nunca conoces a alguien realmente hasta que vives con él. De alguna manera, los dos estábamos perdidos y fuera de nuestras zonas de confort. Yo no te tenía a ti ni a Ron, y él no tenía a sus amigos o su familiar... realmente no teníamos nada, y cuando todo eso se despoja, no hay nada tras lo que esconderse''.

''Pero...''

''Y ambos simplemente... nos desmoronamos el uno frente al otro'' continuó. ''Ya-sabes-quién le quería muerto y él estaba completamente abrumado por sus circunstancias, y tras hacer Obliviate a mis padres, yo estaba.... devastada. Pero eso nos hace... humanos, creo. Éramos.. Éramos auténticos porque estábamos rotos''.

El ceño de Harry se arrugó. ''No entiendo''.

''Me refiero a que éramos... nosotros mismos'' intentó explicar ella. ''Nuestras personalidades, nuestras... almas, supongo. Solo emociones e instintos, y simplemente... encajamos. Casi conectados''.

''¿Porque ambos estabais solos?''

''No'' sacudió la cabeza. ''No, había otras personas con las que podría haber encontrado compañía si hubiera sido simplemente la soledad. Era más que eso''.

Podía ver la incertidumbre tras el brillo de sus gafas. ''Así que a él... ¿dejó de importarle? El que fueras nacida de Muggles''.

''Oh, Merlín no. Le costó un tiempo incluso ser civilizado conmigo, pero así es como le criaron. Tal vez esto siendo demasiado optimista, pero creo que ya se había cuestionado sus ideas sobre los prejuicios de la sangre antes de que pasara nada entre nosotros. Puede que incluso antes de dejar entrar a los Mortífagos en Hogwarts''.

''¿A qué te refieres?''

''Tú lo viste el año pasado, Harry'' suspiró ella. ''Cómo de atormentado se veía. Seguramente, si hubiera estado tan seguro de que todo lo que le habían enseñado sobre los Muggles y los nacidos de Muggles era correcto, habría seguido adelante''.

''Hermione, aún era...''

''Él nunca fue malvado, Harry'' defendió apresuradamente a su amante ausente. ''El solo... tomo las decisiones equivocadas. Creo que la duda siempre estuvo ahí, y yo simplemente... le di un empujón en la dirección correcta''.

''Pero eso no hace...''

''¿Por qué quieres a Ginny, Harry?''

''Yo... ¿Qué es lo que...''

''Me refiero, no es precisamente conveniente'' continuó ella. ''Ella es la hermana de tu mejor amigo. ¿Por qué la quieres?''

''Yo, um...'' tartamudeó torpemente. ''No sé por qué... solo lo hago''.

Sus labios se estrecharon en las comisuras en una sonrisa triste. ''Exacto''.

Harry pareció considerarla durante un momento en silencio antes de sacudir la cabeza y empujar sus gafas hacia la nariz, un hábito que ella sabía que hacía cuando se sentía incómodo. Se miró las puntas de los zapatos y exhaló por las fosas nasales.

''Quería saber qué le habías contado a Ron''

''Nada'' murmuró. ''Sabía que si le decía que te gustaba alguien más, querría saber quién y haría un montón de preguntas. Solo le dije que no había hablado contigo porque no sabía que decirte''.

Se tragó un picor en la garganta. ''Estaba agarrando mi mano cuando me desperté'' dijo ella. ''Harry, necesito contárselo...''

''No''.

''Pero no es justo para él...''

''Aún no, Hermione''.

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Sus párpados habían empezado a sentirse muy pesados, como si sus pestañas estuvieran hechas de plomo.

El agotamiento había afectado duramente a Draco en los últimos quince días, hundiéndose profundamente en sus músculos hasta hacerlos palpitar, y un dolor de cabeza permanente se había instalado justo entre sus ojos. En el puñado de días que siguieron a la noticia de la muerte de Ted, todos esos pequeños patrones y rutinas que habían mantenido todo funcionando habían disminuido. No había habido lánguidas partidas de ajedrez mágico, ni desayunos en común, ni reuniones a medianoche con Andrómeda en torno a frías tazas de café. Todo había caído en un caos lúgubre y desorganizado, y nadie podía hacer el esfuerzo de que le importara una mierda.

Excepto tal vez Blaise.

Andrómeda había estado durmiendo en la habitación de Tracy, porque no se atrevía a volver a la casa que había compartido con su marido y enfrentarse a todos los recuerdos que inevitablemente quedarían esparcidos por doquier. Apenas salió de la habitación de Tracy, y Blaise había hecho todo lo posible por mantener el papel de Andrómeda como cabeza de familia, aunque Draco se preguntó si Blaise lo estaría haciendo para distraerse de sus noches solitarias sin Lovegood, que llevaba ya casi una semana desaparecida.

Era... difícil.

Draco no recordaba haber estado rodeado de gente que afrontara la muerte de forma tan delicada, y no tenía ni idea de cómo actuar entre sus compañeros de luto. No había conocido bien a Ted ni mucho menos, pero evidentemente su tío afín había tenido un gran impacto en la vida de los demás antes de que él llegara; un pseudopadre para Theo y Millicent, al parecer, y la melancolía es contagiosa cuando se está atrapado en un espacio reducido.

Como era de esperar, la reacción de Theo fue la más intensa, y los primeros dos días no había hecho más que vomitar, gritar e intentar destruir cualquier cosa a la vista. Pero, al igual que la vida y todo lo demás, la ira y la energía se habían desvanecido poco a poco en Theo, y durante los últimos cuatro días había reflejado el aspecto cadavérico y los movimientos lentos de Andrómeda.

Los dos no hacían más que existir, atrapados en un trance catatónico de duelo que se resistía a cualquier tipo de propósito.

Blaise había escondido la varita de Theo en algún lugar, y también había decidido que había que vigilarlo, y todos se turnaban para quedarse en su habitación por la noche, aunque Draco se había ofrecido varias veces a hacer los turnos de madrugada. Dormía menos que los demás, así que tenía sentido.

Pero todo le estaba pasando factura y, para variar, se había retirado a la cama a una hora razonable, por lo que se sintió más que irritado cuando un inquietante sueño sobre Marcas Tenebrosas y los llantos de Granger le despertaron demasiado pronto.

Se incorporó en la cama con una brusca toma de aire, tenía sudor frío en los ojos y escalofríos que le recorrían la columna vertebral mientras los ecos de los gritos de Hermione resonaban en sus oídos. Dejó caer la cara sobre las palmas de sus manos húmedas y trató de estabilizar su respiración, y frunció el ceño al reloj cuando se dio cuenta de que eran las tres y media de la mañana.

Estaba contemplando si valía la pena o no intentar volver a dormirse cuando lo oyó; el tenue murmullo de voces de la planta baja.

Sabía que muy seguramente no fuera nada, probablemente Miles y Trace cogiendo algo de beber, pero una dudosa sensación le tiraba de las tripas. Colocándose una camiseta por encima de la cabeza y estirándola por el pecho humedecido por el sudor, cogió su varita y salió cuidadosamente de su habitación con pasos silenciosos.

''Lumos'' susurró mientras atravesaba el rellano.

Las voces se hicieron más fuertes, pero no podía identificar a quienes pertenecían o distinguir lo que decían, así que las siguió por las escaleras y el pasillo hasta que estuvo frente a la puerta de la cocina.

Había dos voces, ambas femeninas. Reconoció el tono gentil de Andrómeda, pero no podía ubicar la segunda voz. Extinguió el brillo de su varita y presionó la oreja contra la puerta cuando la curiosidad se apoderó de él.

''...y todo. Habría venido antes, pero es tan peligroso mandar lechuzas, y no estaba segura de si tus barreras me dejarían aparecerme aquí, y no quería usar uno de los trasladores cuando mi fecha de parto está tan cerca...''

''Está bien'' Draco escuchó murmurar a su tía. ''Se que has tenido mucho encima...''

''No, debería haber estado aquí contigo...''

''Nymphadora, está bien'' la interrumpió Andrómeda, y Draco torció la cara al otro lado de la puerta cuando reconoció el nombre de su prima. La prima que no conocía.

''No, no está bien'' dijo ella, y hubo un golpe de carne contra madera, supuso que era el puño de ella y la mesa. Pudo oír la tensión en su voz, ese tono bajo de una persona atrapada entre el dolor y la furia absoluta. ''Lo siento, mamá. Yo...''

''Deja de disculparte, Nymphadora. De verdad que está bien. Es solo que... es bueno verte, cariño. Me alegro que estés aquí''.

''Sabes'' empezó su prima después de un momento. ''Remus y yo estuvimos hablando, y decidimos que vamos a nombrar al bebe como papá si es un niño''.

Hubo una pausa profunda, y Draco se quedó tan quieto como sus músculos se lo permitieron.

''Creo que es perfecto'' susurró Andrómeda, con la voz frágil por la emoción. ''A tu padre le habría encantado eso. De verdad''.

''Bueno, supongo que nunca lo sabremos, ¿no?''

''Suenas tan enfadada...''

''¡Por supuesto que estoy jodidamente enfadada!'' soltó. ''¡Mataron a mi padre! Están matando gente todos los días, y encima esa maldita Comisión de Registro de Nacidos de Muggles! ¿Has visto la propaganda que están haciendo sobre los nacidos de Muggles?''

Draco sintió que le apretaba el pecho.

Comisión de Registro de Nacidos de Muggles. Nacidos de Muggles. Granger.

''Sí'' contestó su tía. ''Vi algo sobre ellos en El Profeta y había algunos folletos que entregaron en la casa. Es horrible...''

''Es repugnante'' espetó Tonks. ''No puedo creer que algunas personas realmente se crean esa mierda. Sabes, cuando Hermione se estaba quedando conmigo, yo...''

Draco no escuchó el resto de la frase. Toda su sangre se precipitó a sus oídos y le ensordeció momentáneamente, hasta que lo único que pudo oír fue el rápido latido de su pulso mientras su visión se empañaba en los bordes. Le golpeó tan fuerte, un rayo de rabia no contenida que hizo que hasta las uñas le ardieran, y de repente fue todo adrenalina y calor, estrellando su cuerpo contra la puerta e irrumpiendo en la cocina con la varita fuera y apuntando. Las dos brujas se sacudieron por la sorpresa, y Tonks se puso en pie, con la varita centrada en él y el cuerpo cuidadosamente inclinado para proteger su barriga.

Tonks lo miró con disgusto. ''¿Qué demonios estás haciendo tú aquí?''

''¿Dónde coño está?'' dijo Draco entre dientes a su prima, y apenas reconoció la característica siniestra de su voz.

''Draco'' dijo Andrómeda cautelosa. ''Tranquilízate...''

''¿DÓNDE ESTÁ ELLA?''

''Mamá, que demonios está haciendo él aquí con...''

''Está bien, Nymphadora...''

''Pero, es uno de ellos'' argumentó rígida. ''Tiene la marca, y dejó entrar a los Mortífagos...''

''Ha desertado'' explicó Andrómeda rápidamente, levantándose de la silla. ''Draco, por favor, baja la varita...''

''No te acerques ni un centímetro a mí, zorra'' gruñó él, desviando los ojos hacia ella. ''Me mentiste...''

''No, yo no...''

''¡DIJISTE QUE NO SABÍAS DÓNDE ESTABA ELLA!'' gritó, su voz se volvió rápidamente ronca y su pecho se agitó. '¡TÚ LO SABÍAS, Y ME DEJASTE PENSAR QUE ESTABA...''

''Draco, por favor, baja la varita...''

''¡TÚ HAS VISTO LO JODIDO QUE HE ESTADO LAS ÚLTIMAS SEMANAS, Y NO HICISTE NADA!''

Jadeaba, los ojos iban de su primo a su tía, y luego de vuelta. La traición le dejó un sabor amargo en la boca mientras distraídamente se preguntaba exactamente cuándo había empezado a confiar en Andrómeda, antes de regañarse en silencio por haber bajado la guardia. Ya debería haber aprendido.

''Draco, te juro que no lo sabía. Nymphadora solo me lo ha mencionado esta noche...''

''¡AHORA DIME DÓNDE ESTÁ!'' dijo ferozmente. ''¡YA!''

''¿Quién?'' le cortó Tonks.

''¡GRANGER!'' chilló él, con la mirada ardiente de nuevo en su prima. ''Te juro por Salazar que si no...''

Andrómeda gimió y se limpió una lágrima de angustia. ''Draco, para. Por favor''.

''No hasta que me digas dónde está Granger'' dijo resolutivamente. ''Me vas a contar...''

''¿Te refieres a Hermione?'' preguntó Tonks, desconcertada. ''¿Qué tiene ella que ver contigo?''

''¡ELLA TIENE TODO QUE VER CONMIGO!'' le contestó furioso, con la varita aún apuntándola y vibrando furiosamente en su agarre. ''¡Ahora dime!''

''Espera'' murmuró su prima, con los ojos de par en par mientras parecía recordar algo. ''¿Tú? ¿Tú eres... tú eres el chico del que hablaba? ¿Del que se enamoró en Hogwarts? ¿Tú y ella estabais...''

''¡SÍ, YO!'' espetó, demasiado encendido e impaciente como para que le importara. ''¡ESE SOY YO! ¡SOY SUYO! ¡Y ELLA...''

''De ninguna manera'' Tonks sacudió la cabeza dubitativa. ''Hermione no haría...''

''Nymphadora'' dijo Andrómeda, mirando a su hija con una mirada significativa. ''No está mintiendo''.

Los labios de Tonks se torcieron, pero su varita permaneció firme, al igual que la de Draco. Hubo movimiento tras él, pero mantuvo el contacto visual con su prima, ignorando los dos pares de pisadas que entraron en la sala y se pararon a unos metros a su lado. La intuición le dijo que eran Blaise y Theo, pero estaba demasiado concentrado y movido por su temperamento salvaje, que raspaba como la electricidad estática bajo su piel, para mirar en su dirección.

''Malfoy'' dijo Blaise, con tono cortante. ''En nombre de Merlín, ¿qué...''

''Dejadme en paz'' gruñó él. ''No os metáis en esto, perdeos...''

''Draco, está embarazada joder...''

''No me importa una mierda'' soltó. ''¡Sabe dónde está Granger!

''¿Granger?'' repitió Theo en voz baja, evidentemente confundido. ''¿Como... Hermione Granger? ¿Porqué...''

''¡No sé dónde está Hermione!'' chilló Tonks. ''Ninguno de nosotros lo sabe...''

''¡DIJISTE QUE SE ESTABA QUEDANDO CONTIGO!'' gritó Draco. ''TE OÍ, ASÍ QUE NO ME JODAS...''

''Dije que se estaba quedando conmigo'' le dijo, con la voz más calmada y recortada. ''En pasado, Malfoy. No tengo ni idea de dónde está Hermione ahora''.

Él vaciló, y de repente se sintió muy aletargado. ''Estás mintiendo...''

''No'' le paró, como si estuviera esperando esa respuesta. ''Se estaba quedando conmigo, pero se fue hace más de un mes...''

''¿A dónde?''

''No lo sé'' dijo lentamente, relajando su postura defensiva. ''Se fue por la noche. Asumo que se fue a encontrarse con Harry y Ron...''

¡Oh, los gemelos trampa mortal!'' exclamó, rechinando los dientes cuando se le rompió la voz. ''¡Jodidamente brillante!''

''Estará bien'' murmuró Tonks. ''Hermione es la bruja más brillante de su edad...''

''Tú, perra estúpida'' se mofó de su prima, pero estaba empezando a perder el fuego por pelear. Pudo sentir la energía fugándose por sus poros mientras la dañina ola de desilusión se hundía en él. ''Dejaste a Granger, una conocida nacida de Muggles, irse cuando hay Carroñeros...''

''Hermione sabe tener cuidado...''

''¿Qué, como hizo tu padre?'' contestó, y un peculiar destello de satisfacción se instaló en sus huesos cuando oyó que tanto su tía como su prima soltaban un grito ahogado ante su cruel comentario.

''Malfoy'' siseó Blaise a su lado. ''Has terminado...''

''¿Estarías tan jodidamente calmado si fuera bruja?'' soltó a Blaise.

''Mi bruja también está desaparecida'' dijo su amigo, y Draco sintió una mano presionando su brazo extendido. ''Es suficiente''.

Draco no se resistió y bajó la varita, sus ojos clavados en el suelo y los músculos apretados de su antebrazo se relajaron. Sólo quería un poco de información sobre Granger; sólo una garantía de que estaba a salvo, pero el fugaz atisbo de algo parecido a la esperanza se había extinguido tan rápidamente, que sentía como si le hubieran sacado el aire a golpes. Se acunó la cabeza con la mano que tenía libre, mientras los sordos golpes de una inevitable migraña empezaban a golpear de nuevo sus senos nasales. Podía sentir físicamente los ojos de los demás evaluándole, y en ese momento los detestó a todos por haberle visto perder el control.

''A la mierda con esto'' suspiró, girándose para irse.

''Aguarda'' Theo se metió en su camino. ''¿Me he vuelto loco o estoy escuchando bien? ¿Tú y Granger? ¿Juntos?''

Draco no respondió, pero cuadró los hombros y levantó la barbilla, desafiando a Theo a hacer un comentario despectivo o una burla. En lugar de eso, una extraña expresión robó sus rasgos, y Draco vio un destello del hombre travieso y sarcástico que había conocido antes de la muerte de Ted.

''Vaya'' dijo Theo, con una sonrisa que trataba de arrancarse de sus labios. ''Eso es un giro de la trama interesante''.

El impulso de clavar el puño en la mandíbula de Theo le puso los nudillos blancos, pero se limitó a pasar por su lado y a regresar a su habitación, anhelando la soledad y una ducha en la que pudiera imaginar el reflejo de Granger en los azulejos.

La confirmación de que ella estaba vagando por el país devastado por la guerra con Potter y Weasley le inyectó una nueva y potente dosis de insomnio en las venas y no durmió durante cuatro días seguidos.

Evitó deliberadamente a los demás, en particular a Theo, Blaise y Andrómeda, hasta que esta última lo invitó a salir un martes bastante lúgubre de abril. Recordó haber observado las hojas nuevas y el florecimiento rosado, fuera de su ventana, magnificado por la capa de llovizna que caía por el cristal. Entró en su habitación sin llamar, con una sonrisa genuina en la cara que parecía torcida, como si hubiera olvidado cómo hacerlo.

Le contó que acababa de recibir una carta, y que Tonks había dado a luz a un niño, Teddy Lupin.

Se preguntó por qué ella pensó que le importaría, y después se preguntó si lo hacía.

Él había farfullado un desganado ''felicidades'', y ella se había marchado a visitar a su nieto.

El cúmulo en el pecho de Draco se hizo un poco más ligero, pero se pasó el resto del día envidiando a aquel bebé por ser ajeno al mundo oscuro y moribundo en el que había nacido.

La inocencia y la ignorancia son una misma cosa; ambas son felices.

-----

Hermione recorrió con los dedos el intrincado patrón de remolinos y bucles de la empuñadura de la espada, maravillándose de cómo algo tan hermoso podía ser tan mortífero. Harry le había dado la espada de Gryffindor (y todo lo demás, ya puestos) para que lo guardara en su bolso hechizado, insistiendo en que ella era la mejor persona para mantener sus pertenencias a salvo. De repente sintió el impulso de estudiar el artefacto, fascinada por la historia que prácticamente podía sentir latir en su hoja.

Estaba caliente bajo su tacto. Más cálida que ella.

La metió de vuelta en el bolso y volvió a su libro, subrayando cualquier cosa que pudiera ser significante y apuntando notas aquí y allá a las que poder volver más tarde. Estaba completamente enfrascada en su rutina habitual de releer palabras que había memorizado semanas atrás, tratando de desprenderse de los pensamientos de Draco que siempre se las arreglaban para filtrarse en su concentración. Por eso, cuando una mano amiga le tocó el hombro y le rozó los rizos junto a la oreja, se puso en pie con un grito de sorpresa y la varita preparada.

''Ron'' exhaló ella, bajando su varita que apuntaba a su nuez. ''Me has sobresaltado...''

''Lo siento'' murmuró rápidamente. ''Intenté llamarte por tu nombre''.

''Estaba...''

''Leyendo'' terminó el por ella. ''Sí, lo sé''.

Hermione se dio cuenta de que estaba nervioso; era tan evidente en la forma en que movía los pies y arrugaba sus rasgos pecosos con incertidumbre. Ella sabía lo que se avecinaba y se acomodó con nerviosismo los mechones de pelo que él había tocado detrás de la oreja.

''¿Dónde está Harry?''

''Está preparando algo de comida en la tienda'' dijo. ''Mira, Hermione...''

''Debería ir a comprobar si necesita que le eche una mano...''

''¿He hecho algo?'' soltó Ron, y Hermione se estremeció. ''Me refiero, ¿te he... te he molestado, o algo?''

Dio un largo suspiro. ''No, no me has molestado, Ron...''

''Bueno... entonces, no lo pillo'' intentó torpemente. ''Yo... pensé que tu y yo estábamos... ya sabes''.

''Ron, yo creo...''

''Quiero decir, después de lo que pasó en la boda y todo eso'' dijo con una sonrisa. ''Sé que nunca hablamos sobre ello realmente, pero yo... ¿tú te arrepientes?''

''No, no me arrepiento'' contestó ella sinceramente. ''Es que nosotros...''

''Porque pensé que eso significaba que estábamos juntos ahora, pero es... obvio que tú no te sientes así''.

El sentimiento de culpa se agolpaba en su pecho tan rápidamente. Iba a decírselo. Podía sentir cómo se formaban las palabras. ''Tú eres mi mejor amigo...''

''¿Pero eso es todo?'' preguntó abatido. ''¿Solo amigos? ¿Eso es todo lo que ves en mí?''

''Ron'' empezó lentamente. ''Sabes que me gustabas, pero... nuestra oportunidad de ser algo más que amigos ... tal cual llegó se fue''.

''¿A qué te refieres?''

''Quiero decir que tardamos demasiado'' se explicó. ''La oportunidad estaba ahí para que la aprovecháramos, y simplemente... no lo hicimos, y es porque ninguno de los dos lo quería lo suficiente...''

''No es por eso que...''

''Lo siento, pero es así. Habría sido... conveniente para los dos...''

''¿Conveniente?'' repitió, y se veía dolida mientras hablaba. ''¿Qué quiere decir eso?''

''Quiere decir que pasábamos mucho tiempo juntos, y habría tenido sentido, pero... pero la conveniencia no es razón suficiente para empezar una relación. De hecho, es una razón horrible''.

''Hermione...''

''¿No crees que si alguno de los dos lo hubiera deseado tanto, habría ocurrido sin más?'' razonó. ''No había nada que nos detuviera, excepto nosotros mismos. Demonios, si nuestros amigos y familia prácticamente lo alentaron...''

''¿Todavía estás enfadada por lo que pasó entre Lavender y yo?'' preguntó él de repente.

''No, por supuesto que no...''

''Porque fue un error'' se apresuró. Le tendió la mano, pero ella se apartó antes de que pudiera rozar las yemas de sus dedos. ''Hermione...''

''Ron, te prometo que no tiene nada que ver con eso...''

''¿Entonces te gusta alguien más?''

Ahí estaba; la pregunta que se había estado temiendo porque la respuesta lo destrozaría. Tenía tantas ganas de decírselo, de que sólo existiera la verdad entre ellos por muy difícil que fuera para él escucharla, pero la voz de Harry le susurraba en el fondo de su cerebro. Observó cómo los ojos ansiosos de Ron parpadeaban con decepción, y se dio cuenta de que había permanecido demasiado tiempo en silencio, y el silencio es simplemente la confirmación de un cobarde.

''Yo...''

''Lo sabía'' asintió, extrañamente calmado. ''Lo sabía, pero Harry decía que estaba equivocado...''

''Ron, esa no es la razón por la que las cosas no funcionaron...''

''Está bien'' dijo con una sonrisa dolorosamente forzada. ''Está bien. Lo entiendo. No te hemos visto en... ¿cuánto ha sido, cinco meses?''

''Seis'' le corrigió. ''Pero...''

''Hermione, ¿te gusta alguien más?'' le preguntó otra vez. ''Es una simple pregunta de sí o no''.

Cerro los ojos. ''Sí''.

''Eso... Eso está bien'' tropezó con sus palabras. ''Es solo que desearía que me lo hubieras contado...''

''Es Draco Malfoy''.

Hubo otro silencio, pero de esos en los que hasta los pájaros y los vientos parecen morir con el tiempo, hasta que la nada grita en tus oídos como una Banshee despechada. Abrió lentamente los ojos y encontró a Ron más cerca de lo que esperaba, con el rostro congelado y en blanco, pero entonces vio que sus labios se estiraban hacia las mejillas. Después, se estaba riendo; esa risa suave que le hacía rebotar los hombros, aumentando rápidamente de volumen hasta que se alborotó de forma desbordante y le hizo temblar todo el cuerpo.

''Eso... Eso es divertidísimo'' se ahogó entre explosiones de risas. ''Oh por Merlín, Hermione, te salen algunas cosas loquísimas...''

Se mordió el labio inferior. ''No es una broma, Ron''.

Se burló y puso los ojos en blanco. ''Por supuesto que lo es...''

''Ron, mírame a la cara'' dijo, preparándose para la vuelta. ''No estoy bromeando. Es Draco''.

Sus risas se debilitaron con cada bocanada de aire que aspiraba y su expresión se transformó gradualmente en una mirada de total desconcierto. Su mandíbula se hundió y sus ojos azules como los de un bebé se estrecharon hasta convertirse en finas y curiosas rendijas que inspeccionaban cada detalle de su rostro como si no la hubiera conocido nunca. Se aclaró la garganta, y ella se encontró extrañamente paralizada por una gruesa vena que se movía en su cuello.

''Hermione'' frunció el ceño. ''Ya no tiene gracia...''

''No pretende ser gracioso'' le dijo. ''Es la verdad..''

''No seas ridícula'' resopló. ''No.. no, es imposible''.

Ella gruñó en las palmas de sus manos. ''Ron, sé que esto es chocante...''

''No te creo...''

''Ron'' suspiró. ''Te juro por mi vida que Draco...''

''¡Deja de decir su nombre!'' ladró, abriendo los ojos de par en par. ''¡Te has vuelto jodidamente loca!''

''Estuvimos juntos en Hogwarts'' farfulló. ''Y yo me enamoré...''

''¡No te atrevas a decirlo!''

''Si tan solo... si me dejaras explicar...''

''¡Hermione, para!'' chilló, apartándose de ella y cerrando los puños en su pelo. ''¡Para ya!''

''Puede que lo entiendas'' le suplicó, intentando agarrarle el brazo. ''Puede que...''

''¡NO ME TOQUES!'' gritó, lo suficientemente fuerte como para que una bandada de pájaros en un árbol cercano se dispersara. ''¡Yo te quiero! ¿Lo sabías?''

''Ron, por favor...''

''¿Sabes que cuando Harry y yo encontramos el guardapelo, me mostró mi mayor miedo?'' le contó, y las lágrimas en sus ojos hicieron que la respiración de Hermione se entrecortara. ''¿Y sabes que te mostró a ti? ¡A ti y a Harry! ¡Y ahora me dices que sois tú y Malfoy!''

''¡L-Lo siento!'' balbuceó, y ella también lloraba. ''Ron, de verdad que lo siento. Necesitaba decírtelo...''

''¿Cómo cojones has podido hacerme esto?''

Se estremeció. Solo le había escuchado un par de veces decir palabrotas más duras y sonaban tan fuera de lugar en su lengua. ''Ron, nunca quise herirte...''

''¡CÁLLATE!'' rugió, cerrando los ojos como si le doliera físicamente. ''¡Cállate! ¡Para!''

''¡Hey!'' la voz de Harry salió de detrás suya, y se giró para encontrarle corriendo hacia ellos. ''He oído gritos..''

''¡Está perdida, Harry!'' gritó Ron, señalando con un dedo tembloroso hacia Hermione. ''¡Está completamente perdida! Dice que ella y Malfoy estuvieron en Hogwarts y...''

''¿Le has contado lo de Malfoy?'' Harry dirigió sus ojos hacia ella. ''¡Te dije que no se lo contaras!''

''Lo siento'' Hermione absorbió por la nariz. ''Tenía que hacerlo...''

''Espera. ¿Tú lo sabías?'' le acusó Ron, y parecía completamente traicionado mientras miraba a Harry. ''Tú lo sabías, ¿y no me dijiste nada?''

''Ron, tío'' dijo Harry firme. ''Lo siento...''

''¡Mentiroso de mierda!''

''Colega, cálmate...''

''¡NO ME DIGAS QUE ME CALME!'' se quejó. '' Vosotros dos manteneos jodidamente alejados de mí...''

''Por favor, Ron'' intentó Hermione desesperadamente. ''Si me das un momento podría... Draco no es como era...''

''¡Es un maldito Mortífago, Hermione! UN. MALDITO. MORTÍFAGO''.

''¡No, no lo es!''

''¡Sí, joder si lo es!'' espetó. ''¡Intentó asesinar a Dumbledore! ¡Dejó entrar los Mortífagos en Hogwarts! ¡Tiene la marca y todo, idiota! Sigue a Voldemort, y...''

''¡RON, NO!'' gritó frenéticamente. ''¡EL TABÚ!''

Pero era demasiado tarde. El viento cambió, y podía oírlos llegar.

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