Capítulo 8: Tacto

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Hermione no consiguió pegar ojo.

Ginny se había vuelto inconsolable con bastante rapidez, y Hermione simplemente la meció de un lado a otro, acariciando el pelo de la pelirroja hasta que se volvió tan exhausta para permanecer consciente. Sabía que Molly confortaba a su hija de una manera similar, y se pasó gran parte de la noche pensando en sus propios padres y cómo los echaba de menos. Su fatigado cerebro naturalmente arrastró sus pensamientos a Harry y Ron, y finalmente, a Malfoy.

En su defensa, era imposible no pensar en su frío invitado cuando siempre estaba allí, pero últimamente estaba en sus tensos pensamientos con más facilidad. A pesar de su arrogancia, prejuicios y el resto de la complicada receta de defectos, Malfoy era ciertamente más soportable de lo que había sido antes. Incluso se descubrió a si misma – accidentalmente, por supuesto – saliendo hacia la biblioteca más tarde de lo usual para pasar más tiempo en su presencia. Todo era propósitos estudiosos, por supuesto; McGonagall le había pedido que le echara un ojo, y encontró de alguna manera fascinante presenciar todos los cambios sutiles.

Además, se sentía bien tener una constante presencia masculina de nuevo, incluso si era forzada, y dicho hombre era un imbécil.

A pesar de todo, verle adaptarse a lo que le rodea, y a ella, era muy intrigante, y ella se había desafiado en secreto a influenciarle lo mejor que podía. Hermione estaba casi segura que si, y ese era un gran ''si'', podía romper sus prejuicios, entonces no sería tan malo para convivir.

Y entonces de nuevo, probablemente no. Su optimismo Gryffindor podía ser un dolor en el trasero a veces, pero lo había intentado de todos modos; aunque sólo fuera para borrar 'sangre sucia' de su vocabulario.

Su falta de sueño estaba claramente empezando a confundir su cabeza y una mirada de reojo al reloj la informó que casi eran las seis y media de la mañana. Comprobó que Ginny estaba completamente ausente antes de moverla con cuidado hacia un lado, acercándose con el borde de su manga para limpiarle las lágrimas soñolientas de la cara de la joven bruja. Hermione silenciosamente se dirigió hacia el escritorio de su amiga y garabateó una rápida nota, disculpándose por dejarla y explicándole que necesitaba descansar algo.

Con una mirada triste de despedida a la bonita pelirroja, se alejó sigilosa de su antigua sala de estar y vagó por los pasillos solitarios hasta su cuarto. Era una corta distancia, pero sus pasos eran lentos y pensativos cuando notó, de nuevo, lo muerta que parecía Hogwarts. Sí, los pasillos aún estaban desolados por la mañana invernal, y era demasiado pronto para que nadie estuviera despierto un sábado, pero siempre había adorado Hogwarts por sentirse tan viva y cálida. Ahora, cada ladrillo se veía más oscuro y cada habitación más fría, y el castillo entero tenía una atmósfera similar a la de un cementerio.

Era una comparación inquietante... Una que constantemente le recordaba lo triste que era todo. Sería el uno de noviembre el lunes, otro mes desde la muerte de Dumbledore. Medio año, y todavía sentía como su corazón se encogía.

Con un suspiro preocupado, murmuró la contraseña a la manada de leones, pero la puerta no se abrió del todo. Frunció el ceño y empujó contra ella, notando resistencia desde el otro lado. Se deslizó de lado y al momento tropezó con algo; algo carnoso que la hizo caer al suelo con un grito de sorpresa. Con la respiración frustrada, se apartó el pelo de la cara y miró por encima de su hombro, agrandando los ojos cuando se dio cuenta qué, o quien, había causado la obstrucción.

''Oh Dios'' susurró, girando sobre sus rodillas y gateando hasta él. ''¿Malfoy?, ¡Draco!''.

Parecía muerto. Era tan simple como eso.

Su piel se había tornado de un tono gris fantasmal y sus labios eran una mancha azul escalofriante en su cara. Con sus ojos sellados, y en su expresión un semblante paz, Hermione sintió una alarma intensa y el pavor obstruía su garganta. Con movimientos nerviosos y manos torpes por el pánico, buscó a tiendas su muñeca, haciendo una mueca cuando notó que su palma era un desastre hinchado de sangre y carne chamuscada.

ISOLATION | Dramione - TraducidaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang