Capítulo 22: Tormenta

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Los días y las horas pasan volando cuando la compañía te hace sonreír sin motivo.

El tiempo se vuelve irrelevante.

Pasaron unos buenos días desde el arrebato de Hermione en la ducha, y las cosas habían sido fáciles y casi pacíficas en el dormitorio; solo mañanas somnolientas y tardes suaves disfrutando de la calma. Fue sencillo y sin esfuerzo, con los minutos dando lugar a discusiones sarcásticas, más por diversión que por maldad, y a un silencio cómodo, como si ninguno de los dos se atreviera a romper el momento.

En esos silencios, Draco a menudo encontraba su mirada fija en sus encantadores rasgos; distraídamente contando las pecas esparcidas por su nariz, o secretamente sonriendo cuando ella murmuraba algo incoherente para ella misma cuando estaba absorta en un libro. Él siempre se daba cuenta antes de que ella lo notara y se reprochaba su comportamiento, pero sus ojos siempre encontraban el camino de vuelta a ella, y se aprendían los detalles de su cara.

Pero las preguntas sin respuesta sobre sus padres le hacían cosquillas al final de la garganta. No los había vuelto a mencionar, y se había abstenido de abordar el tema en un esfuerzo por mantener el clima relajado, pero necesitaba saber. Sus instintos le avisaban que tenía algo que ver con al guerra, y tras meses de estar escondido ahí y ajeno al mundo exterior, estaba harto de que lo dejaran con la incertidumbre.

Estaban sucediendo cosas. Cosas significantes. Podía sentirlo en el estómago.

Hermione podía sentirlo también; la inquietante electricidad estática chisporroteando en el aire que olía a magia oscura. La nieve empezaba a ser más ligera, y la lluvia vendría pronto, lavando el bello paisaje blanco que ella tanto amaba, y dejando paso a sombrías tormentas eléctricas.

Que Godric la maldiga por ser egoísta y un poco ingenua, pero había apartado la guerra al final de su cabeza los últimos días para saborear estos momentos con Draco. Sentía algo delirantemente cercano a la felicidad en su presencia; aprovechando cualquier excusa para tocarle y memorizar como se siente su piel bajo sus dedos. Ya fuera buscando las motas azules en sus ojos ahumados, o estudiando como se le ablandaba el rostro antes de quedarse dormido, ella saboreaba todo y le recordaba cómo sonreír.

Porque sabía que esto era solo temporal.

La calma entre tormentas.

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Fue el movimiento de su bruja lo que lentamente despertó a Draco de su sueño, y apretó el brazo alrededor de su torso para mantenerla quieta. Se había rendido en intentar mantener una distancia con ella en la cama; su cuerpo siempre buscaba su calor de todas formas, y había algo instintivamente placentero en levantarse en un enredo de extremidades y calor corporal.

Podía sentir su pelo haciéndole cosquillas en la punta de la nariz y acercó más su cara, pero dudó cuando se dio cuenta que algo estaba mal. Sus usuales rizos sedosos se notaban ásperos contra su mejilla, y cuando abrió un ojo despacio, se encontró cara a cara con un pelaje oxidado en lugar de la melena castaña a la que se había acostumbrado.

''¿Qué coj...'' balbuceó, echándose hacia atrás para observar al gato de su amante con desagrado. Arrugó la nariz cuando la mascota tuvo la audacia de acercarse aún más a él, y se acercó para empujar el brazo de Hermione. ''Granger. Granger, despierta de una vez''.

Gruñendo en su almohada, la morena durmiente se giró para ponerse de cara a él y entornó los ojos por los primeros rayos de sol. ''¿A ti que te pasa?''

''Tu gato malvado me está manoseando'' gruñó. ''Quítamelo''.

''No le llames malvado'' dijo, ahogando una carcajada cuando se dio cuenta que en realidad Crookshanks sí estaba intentando ganarse algo de afecto por parte de Draco. ''Es solo que le gustas''.

ISOLATION | Dramione - TraducidaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon