CONTRATO
+ Thomas Wilson +
Sin poder evitarlo, la imagen de Jess delante de mi sin ningún tipo de tela cubriendo su hermoso cuerpo viene a mí.
Todo en ella es inexplicable. Ella es... perfectamente inexplicable.
El frío viento erizando su piel, su pelo castaño moviéndose por las ráfagas de aire, sus ojos brillando por la intensidad del momento, de fondo las estrellas, sus labios en los míos, los míos besando todo su cuerpo...
«—Esta en...
Ella me sonrió con picardía y diversión mientras me interrumpía.
—Espera, déjame adivinar. Lo tienes dentro de tu cartera.»
Y sí, tenía un par dentro de mi cartera. Un par que utilizamos, y que si por razones de la vida a mi antiguo yo le hubiera gustado imaginar las veces que podríamos haberlo hecho en una noche, habría guardado un par más.
Me rio nasalmente y desvió mi vista a la persona que tengo delante cruzado de brazos y mirándome enfado.
—¿Que esperas?—me pregunto Richard, mi padre—Ya lo has leído, ¿no?. Firma.
Miro el montón de papeles que tengo delante de mis narices y pienso. Prácticas en verano. Contrato de trabajo en septiembre por tres años... Reuniones con el consejo, viajes constantemente y papeleo a todas horas.
Y de la nada una chica de pelo castaño y pecosa me cruza la mente. Tres años separado de ella... con posibles viajes para visitarla de vez en cuando. Relación a distancia basada en mensajes y llamadas. Cero contacto físico por semanas, que digo, por meses. Luego, poca comunicación y por último rompemos.
Un suspiro sale de mi boca.
No puedo hacerle esto, no puedo alejarme de ella. En mi cabeza no hay ni un lugar donde ella no esté conmigo, junto a mi, sin separaciones.
—No.—digo por enésima vez—No quiero, ya que lo dije.
Mi padre pega un fuerte y sonoro puño a la mesa.
—Maldita sea, Thomas.
Pongo los ojos en blanco sin poder aguantar su arrebato de enfado.
—Ya te lo dije, no quiero ser como tú, no quiero trabajar en lo que tú trabajas, no quiero dejar mi casa, mi equipo de natación, mis amigos, mi vid...
—Tu novia—dice con un atisbo de arrogancia, interrumpiendo.
Sí
—Lo que sea, no quiero.
—¿Ahora me vas a decir que no puede vivir sin ella?—suelta una risa amarga—El amor es algo colateral y pasajero, Thomas. Dentro de un año, como mucho vendrán los problemas, y dame las gracias porque te lo estoy evitando.
En mi cabeza la palabra "no" retumba constantemente.
—Es una herencia familiar.—repite por décima vez—Y se te veía muy entusiasmado por eso—me reclama.
—Tenía 13 jodidos años. Lo dije porque en ese entonces tú me preocupabas más que ahora, lo dije porque mamá se había ido, lo dije para que tú vieras que me tenías a mi, y que no te hacía faltaba nadie más que yo—mascullo casi en un grito.
Cuando mi madre se marchó mi padre tomó una actitud depresiva... semanas después se dedicó plenamente al trabajo, viajes y viajes continuamente. Se preocupó por su estabilidad y no se acordó de que tenía un hijo tan dolido como él. Me dediqué a comprenderlo, pero su actitud conmigo fue empeorando y así la mía también se fue a la mierda.
—Vas a firmar y punto, no me hagas tomar medidas drásticas, porque soy capas y lo sabes.
¿Que si lo sé? Su carácter de mierda lo domina de una forma impresionante, toma decisiones absurdas y jodidamente drásticas. Despidió a una de sus empleadas domésticas por servir el desayuno cinco minutos tarde...
Exacto, absurdo.
Entonces mi pregunta es: ¿Qué haría conmigo?
Eso del dinero está solucionado, si me lo quita no hay problema, yo tengo algunos ahorros de pequeños trabajos que he hecho... La casa es mía, la moto y el coche también... Quiero decir, ¿Qué más me puede quitar?
—Mi respuesta sigue siendo no.
Él se pone en pie y busca entre sus papeles algo, una vez lo encuentra me lo tiende de mala gana y se sienta en el mismo sitio de antes, optando por una postura severa.
—No pienso dejar que algún desconocido e incompetente trabaje como director y máximo jefe del la empresa hotelera—Suspira—Tú decides—hace un gesto con las manos dándome a entender que proceda a abrir lo que me dio.
Abro la carpeta que me tendió anteriormente y lo primero que veo es una foto del Señor Allen. Todo un expediente, mejor dicho.
¿Qué mierda?
Levantó mi cabeza y lo miro con perplejidad, dándole a entender que esto es algo demencial.
El día que nació, familiares, trabajo, fotos de él en diferentes lugares: Una en la puerta de su casa, otra donde aparece Jess... Paso la hoja y lo que me saca de mis casillas es ver otro expediente exactamente igual pero de mi novia.
—¿Qué mierda es esto?—digo enfadado.
—Él día que conocí a esa chica... digamos que me dio por investigarla. Por precaución.
Mientras habla paso las fotos que tengo delante: Ella con Alison, ella en una librería, ella en la entrada del instituto hablando con ese chico de pelo negro.
—A ella y a su familia—aclara—¿Sabias que su madre sufrió un accidente de coche con ella y otra chica dentro de el? Kristen jagger, antigua guitarrista profesional, estuvo en un grupo musical llamado Lyvertï...—comenta despreocupado—Fueron bastante reconocidos... lástima...
cínico de mierda...
—¿Que piensas hacer?—exclamo sin rodeos.
—Nada que tú no puedas evitar. Firma.
Esto es patético.
—¿Quieres que firme gracias a tus amenazas?
—Si tengo que llegar a estos niveles...—se encoge de hombros.
—Que te jodan.—me levanto y salgo de la oficina.
No, simplemente no. ¿Qué le pasa a su cabeza? Joder... está delirando. ¿A quién en su jodido sano juicio se le ocurre amenazar a personas sin un motivo realmente bueno? A Richard Wilson, eso está claro.
Camino hasta que salgo de ese asfixiante lugar. Por mi cabeza salen las miles de cosas que mi padre podría hacerle a Jess... a su familia.
Simplemente: No.
Me paso las mano por la cabeza y sigo caminando por las calles desconocidas de esta lugar. No, y no.
No puedo dejar que haga alguna locura, no puedo permitir que fastidie mi primera relación normal, feliz y estable...
La desesperación me envuelve y las ganas de pegarle a alguien surgen...
...Necesito oír su voz
Saco mi teléfono y marco su número.
—Hola, Thomas Wilson.—dice con burla.
Solo con oír su voz sé que no puedo hacer nada, mi padre con una sola llamada es capas de arruinar hasta su propia y miserable vida. Yo en cambio solo puedo quedarme ahí, mirando...
—¿Hola?
—Hola—digo por fin.
—Pensé que te habías muerto al oír mi voz—dice divertida.
¿Cómo pretende mi padre que yo me separe de ella?
—¿Que haces?
—Muy buena pregunta...—suspira—Estoy preparando el equipaje para nuestro viaje. Esto es aburrido.—puedo imaginarme como está haciendo una muerda de disgusto.
—Ya veo...
—¿Y tú? ¿Qué tal con tu padre?
Ja, que literalmente me está amenazando con hacerte la vida a ti, y a tu familia imposible, si yo no firmo un contrato, el cual me separara de ti durante tres putos largos años...
—Normal.
—He escuchado: Muy mal... bla bla bla, me voy a tirar de un puente, bla bla bla.
Suelto una risa en bajo y hablo.
—Vas bien encaminada.
—Ahora me dedico a ser vidente—dijo decidida.
—¿Si? Suena a: chica demente.—añado—Si piensas hacer rituales satánicos no cuentes conmigo.
—Estas loco—suelta una risa.
Por ti
••••
Unas hora después decido entrar en la oficina. Mi padre se encuentra en el mismo lugar de antes pero con una taza de café en las manos.
—¿Ya lo has meditado?—pregunta despreocupado.
—No hay mucho que meditar—suelto—Es firmar y ver que hago con mi novia, o, no firmar y que le jodas a vida.
—¿Prefieres dejar el legado familiar en manos de algún inepto?
—Dímelo tú. ¿Por qué piensas que voy hacer mejor que algún inepto?
—Porque eres mi hijo. Los genes Wilson corren por tus venas y tú tienes cabeza para hacer esto y más.
—Eso no define nada.
Se queda callado y su mirada me transmite advertencia, pero yo en estos momentos solo pienso en que los niveles de odio hacia ese repugnante hombre son insuperables.
Mis ganas de no conocerlo y pasar de él son inmensas...
—¿Y bien?
—Firmaré solo si trabajo en el hotel de Tennessee.
—No, este es el central, aquí voy a estar yo, y aquí debes estar tú.
Este hotel está a miles, por no decir cientos de kilómetros de casa, de ella...
—Joder, lo complicas todo de una forma tan estúpida—gruño.
El se encoge de hombros porque sabe que va a ganar de alguna forma u otra... Y mi derrota no está más que escrita en su rostro de victoria.
Puedo soportar todo menos que le joda aun más la vida a Jess, no le deseo mas sufrimiento y más dolor, no se lo merece...
Obligado, agarro un bolígrafo y escribo mi firma en las hojas del contrato, mientras mi cabeza pasa las miles de escenas en la que le explico a Jess esto...
—De todas formas esa chica no está a tu alcance...
Lo miro con rabia.
Todo lo contrario, yo no estoy al alcance de ella...
Antes de cruzar la puerta, y de unas vez por todas irme de esta oficina lo miro con decepción y desprecio.
—Cuando las propiedades son claras, las decisiones son "fáciles".—suelto.
—Me alegra saber que lo primordial para ti es la familia...
—No, mi prioridad es que tú no destruyas la vida de Jessica.—sin decir más salgo de ahí.
••••
Horas después del viaje devuelta a casa, me ocupé de las necesidades de Thor y durante todo el trayecto mi cabeza no ha dejado de planear algo para no dejar a Jess. Solo sé que estoy evitando lo inevitable: romper. Me niego a tener una relación a distancia, pero también me niego a separarme de ella.
Una vez devuelta organice mi equipaje para el viaje.
Paul iba a cuidar de mi perro mientras regresábamos de nuestro destino. Así que unas horas después guardé en una bolsa lo indispensable para Thor y nos pusimos en marcha.
Unos 30 minutos caminando después, llegue al edificio de Paul, vive en un apartamento bastante pequeño pero suficiente para él solo. Entro y marco el número en el ascensor. Unos segundos después nos detuvimos en el piso 7, salimos, caminamos hasta la puerta D y toque con mis nudillos.
Tengo que hablar con Paul sobre esto, pensé.
Un chico de estatura alta, pelo desordenado color marrón y de piel no muy oscura apareció delante de mis ojos.
—¿Que pasa, tío? Estaba ocupado...—se interrumpió a si mismo cuando Thor soltó un agudo ladrido—Ohhh... se me había olvidado, pasa pasa.
—Ohhh... es obvio que se te había olvidado, Paul.—hablo con un tono de voz irritado.
El puso los ojos en blanco y me dio espacio para pasar dentro del lugar.
—¿Qué tal con Richard?—dijo mientras sacaba un par de cervezas de la nevera.
—Voy a terminar con Jessica—solté.
Tanta fue su sorpresa que dejó caer una de las latas. Pero lo que me sorprendió fue la mirada de "lo siento, hermano" que me lanzo.
—¿¡Qué tú, qué!?—una voz femenina resonó por todo el apartamento.
Joder, Joder y más joder.
Ahora entiendo el: Estaba ocupado.
—¿Qué dijiste Thomas?—la voz de Alison sonó muy enfadada.
Cerré los ojos un momento y me giré para ver a la chica rubia de ojos azules parada justo detrás de mi, con una camiseta de Paul cubriendo lo justo.
—Alison, que grata sorpresa—admití con frustración.
—Responde Wilson.
Me quede mirándola con cara de "¿en serio?" y me giré otra vez en dirección a Paul.
—Dile que no le voy a decir nada.
—Oh, claro que sí me lo vas a decir.—repuso Alison antes de que el pobre chico hablara.
—No quiero, pero tengo que hacerlo—dije por fin.
—¿Tienes? ¡Y una mierda!
Tanta fue mi frustración que lo solté todo.
—Mi padre amenazó con hacerle algo a Jessica y a su familia si no firmaba el contrato de la empresa—grito—Un contrato que dura un verano de prácticas y tres años de empleo.—añadí—En el hotel principal, un hotel que está a miles y miles de jodidos kilómetros de aquí—respire hondo—Y la quiero tanto que no soy capas de dejar que un depravado mental le haga daño, ni a ella ni a nadie que ella quiera.
—Pero... no...
La interrumpí.
—La quiero tanto que soy tan idiota de no ser egoísta con ella, no soy capas de decir: ¡A la mierda mi padre, a la mierda su familia, a la mierda todo! Porque no puedo ante poner mi amor por ella a la amenaza de mi padre. Soy un maldito cobarde que no sabe como luchar para no perderla.—dije aun más enfadado conmigo mismo—Y ya es tarde, ya firme ese papel de mierda. En verano me voy, y cuanto antes termine con ella menos doloroso será para ambos.
Pueden llamarme cursi, demente, idiota... pero mi decisión ya está tomada, ahora más que nunca.
—La vas a lastima—dijo casi en un susurro Alison.—Esto... esto la va a dejar rota. Vas a arruinar todo lo que a ella le costó volverse a reponer... Su felicidad, mierda—su voz se quebró—¡Mierda Thomas!
—¿Y crees que no lo sé? Joder. Cuando la conocí era una chica... infeliz. Tu lo sabes, y yo lo pude ver en sus ojos... durante todo este tiempo junto a ella me propuse hacerla sonreír, hacerla ver las cosas de otra manera, ¿y sabes qué? Lo hice, conseguí hacerla feliz, Alison.
Sus ojos se humedecieron y una gota rodó por su mejilla. Un segundo después Paul fue a su lado y la abrazó.
—¿Cuándo?—preguntó Paul.
—Después de nuestro viaje.—dije por lo bajo.
—No puedo decir que te comprendo, Thomas—se acercó a mi—Pero... esto la va a destrozar de una forma brutal. A lo mejor pueden...
—Ya tome una decisión.
—¡Thomas! ¡No lo entiendes! Ella está en su mejor momento, está en la gloria, está feliz, está enamorada de tí...
—Ya tome una decisi...
—Piénsalo,—me interrumpió—Piénsalo maldita sea, tu te iras, pero sere yo el hombro donde ella va a derrumbarse, donde cada lágrima caerá de sus ojos y empapará cada lugar de su alma—me miro fijamente—La romperás.
¿Y cree que no lo sé?
—Me voy.
—Hermano...
—Comida por la mañana y por la noche.—interrumpí a Paul—En la tarde una galleta de la bolsa azul y agua siempre. Lo sacas tres veces al día... y si ladra continuamente ráscale el estómago.
Igual como solía hacer Jess...
—Vale...
Me despedí de Thor y salí de ese apartamento.
Lo último que quiero hacer es esto, pero una vez regresemos, lo nuestro... terminará.
Ella será mi recuerdo feliz, y yo seré el capullo hijo de puta que la destruyó.
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