El insistente golpeteo de aquél zapato sobre el suele comenzaba a ponerle aún más nervioso. Desde que lograron llevar a WooBin al hospital, él junto al mayor se tuvieron que quedar a esperar en la recepción, a ninguno le permitieron acompañarle, y hasta ahora no habían hecho más que esperar en silencio.
- ¡Ya basta! ¡Está poniéndome nervioso!- chilló el menor harto del irritante sonido.
JiSung levantó la vista del suelo mirando al pelinegro.
-¿Uh?-
- No haga éso, lo del zapato.- aclaró señalando el calzado.
- Ah sí, lo siento.- dijo para estirarse sobre su silla.
-Hmm... Tú...- inició recordando que no sabía el nombre del menor.
-MinHee, Kang MinHee.- Se "presentó" haciendo un pequeño asentimiento con su cabeza.
- Yo soy JiSung.- dijo él por igual extendiendo su mano que fue bien recibida por la más delgada del menor.- MinHee-Ah... ¿Qué... qué ocurrió allá con WooBin?- preguntó lo que en su cabeza había estado dando vueltas.
Kang desvío la mirada, indeciso si en contarle ó no a aquél que para él era un desconocido la situación con su amigo.
- Yo...- fue interrumpido por una masculina voz.
- ¿Han JiSung?- preguntó el hombre bajito revisando algo en los papeles en su mano. El pelinaranja asintió. - Tengo entendido que usted trajo al joven Seo WooBin. ¿No es así?- preguntó de nuevo mirándole ésta vez.
- Uh así es. ¿Está bien?- inquirió temeroso, el castaño no se había visto para nada bien.
- Por supuesto, les daremos algunas indicaciones y podrán irse a casa cuanto antes.- respondió apenas sonriendo.
Tanto JiSung como MinHee expresaron su confusión claramente. WooBin se veía realmente mal, y sin embargo el que parecía ser el doctor, le trataba como si hubiese sido gripa lo que tenía.
Ambos se levantaron en dirección al lugar donde se encontraba el castaño, viéndolo acostado en una camilla viendo el techo.
-¡Hyung! ¿Está bien? ¿Le duele algo?- preguntó MinHee a penas estuvo junto a él.
- Sí... Estoy bien. Sólo me duele un poco la cabeza.- respondió con la voz rasposa.
JiSung carraspeo haciéndose notar.-Yo... hem, WooBin-ah ¿Qué fue lo que ocurrió?- preguntó acercándose a ambos.
-¡Oh! JiSung Hyung, ¿No llamó a mi mamá, verdad? Por favor dígame que no lo hizo.- cambió su expresión a una más asustada y alterada.
JiSung incluso se sintió estúpido, debió haber llamado al menos a su hermano quien podría avisar a la madre del menor.
- De hecho, debí hacerlo, ¿Por qué sería éso un problema?.- preguntó confundido.
- ... Yo... no quiero preocuparla, éso es todo.- mintió.
- Es tu mamá, por supuesto que se va a preocupar..-
- Por favor, sólo no le diga.- pidió juntando sus manos en puños.
- Ésta no es la primera vez que pasa, ¿No es así?- Preguntó en su lugar.
WooBin no dijo palabra, sin embargo MinHee se atrevió a hablar.
-No, no lo es. Sin embargo Hyung nunca se había desmayado.- dijo recibiendo una mirada de sorpresa e indignación por Seo.
- Yo... Y-yo no.-
-WooBin, ¿Desde cuándo estás así? ¿Por qué no habías dicho nada?- preguntó ahora más preocupado.
- No creí que fuera importante.- respondió bajito.
- ¿Que no es importante? Se trata de tu salud, por supuesto que es importante.- dijo el mayor.
- Sabes qué, llamaré a tu madre.- dijo sacando su celular para buscar el contacto de su hermano.
-¡NO!.- ésta vez gritó, arrebatando el teléfono del mayor para partir la pantalla con su mano y tirarlo al suelo.
Los dos restantes miraron atónitos al castaño, había empezado a respirar con fuerza y una fina capa de sudor se extendía por su frente y cuello.
- ¡A ella no le interesa! ¡Yo no le intereso! ¡A nadie! ¡Están más ocupados viviendo su perfecta vida de familia feliz!- exclamó apretando sus puños con fuerza.
-WooBin...- susurró el mayor de todos.
El mencionado cerró los ojos tapando ahora sus oídos de nuevo. Aquél molesto pitido sonando de nuevo.
- ¡AHG!-
Una vez se hubo calmado el dolor, tenso miró hacia abajo, con sus manos nuevamente empuñadas.
- No tiene por qué importarles, sólo les importa ChangBin y su estúpido fenómeno. ¡Nunca han tenido tiempo para nada más! ¡Incluso mi madre lo prefiere a él sobre mí! ¡Ella ni siquiera quería tenerme! ¡Su vida se arruinó gracias a mí!- levantó su voz moviendo su cabeza de un lado a otro, sudando frío.
JiSung estaba perplejo, sosteniendo a el joven pelinegro tras de sí, por miedo a que pudiera lastimarse.
-Simplemente debería dejar de estorbar de una vez por todas.- Gritó por última vez levantando su cabeza.
Todo su cabello se crispó tornandose totalmente blanco, y al abrir sus ojos miró con ira a ningún punto en específico. Estos brillaban como el oro, teñidos de un color dorado radiante, su nariz comenzó a sangrar, y nuevamente el mareo, seguido de caer tirado sobre la camilla.
MinHee se acercó aterrado a su amigo revisando todo su rostro, tocando su cabello, que volvía a su color natural dejando algunos pequeños mechones de aquél color pálido.
Sus labios se veían resecos y su piel estaba tan helada como el hielo.
JiSung seguía estático en su lugar.
¿Qué había sido todo aquello?
🌙
Sus ojos se abrían con lentitud, todos sus sentidos despertando nuevamente al igual que él.
Recordó lo que había pasado antes de caer completamente dormido.
Asustado se sentó en su lugar mirando a lo lados y así mismo.
Al menos no estoy atado y amordazado.
Pensó para sí mismo.
Se encontraba en una gran habitación, se veía bastante lujosa, la cama sobre la que estaba era suave y cómoda, habían grandes ventanas que dejaban pasar la luz tenue hacia adentro, parecía ser de noche.
Visualizó sus zapatos curiosamente posados justo a un lado de la mesilla de noche y con rapidéz se los colocó, temblando en el proceso.
Fue hasta la puerta con el miedo recoriénndole entero.
No debía abrir la puerta.
Pensó viendo la que frente a él se encontraba.
La abrió con lentitud, esperando no encontrarse con algún matón, para su suerte, al asomarse un poco, no parecía haber nadie.
- Al fín despierta, ¿Se le ofrece algo Joven Lee?- preguntaron a su lado haciéndole dar un brinco por la sorpresa.
Era ése hombre de nuevo.
-¡Usted! ¡¿En dónde estoy?! ¿¡Qué hago aquí?!- preguntó mirando el panorama, a espera de encontrar algo con lo que defenderse.
Era una amplia sala, a su izquierda una gran escalera cruzada se extendía hacia el otro piso, habían varía puertas y lo más cercano a él que pudiera serle útil no eran más que algunos lápices de colores y... ¿Material escolar?.
Al menos podría clavarle los lápices en los ojos y salir corriendo.
- Está en la mansión Kim, el señor debe esperarle en su oficina.- respondió sereno aún con su postura rígida.
-¡No voy a ir a la oficina de nadie!- respondió Felix con su mandíbula bien alzada.
Al menos no debía parecer tan asustado, ¿No?
Extraños olores se cruzaron por sus fosas nasales, haciéndole picar la nariz. Incluso se desestabilizó perdiendo el equilibrio.
Ya no sabía que sentir, pero sus palpitaciones erráticas acompañaban a su pesada respiración.
Comenzó a llorar, por la angustia, sorpresa o miedo, pues no había podido retenerse.
Había estado caminado de espaldas en sentido contrario de donde se encontraba aquél tipo intimidante que en un momento estando ido tropezó con algo que le habría hecho caer sobre su espalda sin embargo, fue sostenido con agilidad.
- JaeBeom, estás asustándolo.- dijo aquél que le había atrapado entre sus brazos.
Felix con rapidéz se alejó de éste mirando de pies a cabeza a la figura frente a él.
- Es bueno verte de nuevo.- comentó el rubio alto sonriéndole calmado.
Felix tenía marcada en su rostro aquella expresión desconcertada y aterrada en su rostro aún. Con las lágrimas sin detenerse.
- No puede ser...- dijo mirándole perplejo.
maquinen🧘🏻♂️.