La flor de Lis

Bởi LissetRipollGonzalez

379 136 26

Lis es una chica común y corriente, su único atributo es una desenfrenada torpeza. O eso creía ella, si... Xem Thêm

Prólogo
Capítulo 1: Torpezas y más torpezas
Capítulo 2: Pesadillas
Capítulo 3: Cumpleaños
Capítulo 4: Una súplica en la noche
Capítulo 5: Corre
Capítulo 6: Despedida
Capítulo 7: Despedidas
Capítulo 8: El regreso
Capítulo 9: Carta del pasado
Capítulo 10: Despedida
Capítulo 11: Mal inicio
Capítulo 12: Inesperado
Capítulo 14: Punto de quiebre
Capítulo 15: No te alejes
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32

Capítulo 13: Visitando la enfermería

10 3 0
Bởi LissetRipollGonzalez

     Abro los ojos sintiendo la luz tocar mis parpados, el amanecer se visualiza desde la ventana. Batallo para aclararme la vista y ver mejor los aspectos de mi entorno. Es evidente que ya no estoy en el auto.

     Si mi mente no me está jugando una mala pasada, o aún sigo dormida, me encuentro en un avión acurrucada entre dos asientos, con una manta cubriendo mi piel de la fría temperatura.

     Me incorporo, pero todo comienza a girar, la cabeza me retumba como un tambor en plena fiesta, llevándome a perder por completo el equilibrio arrastrándome a una muy segura y vergonzosa caída.

     Aunque unas fuertes y agiles manos me sostienen cuando pierdo el equilibrio y quedo apoyada contra su cuerpo que me envuelve     –. Ten cuidado, aún estás débil    –. Esa es su voz.

     Su mano hace un recorrido desde mi hombro rozándome la piel hasta encontrar mi mano y sostenerla. El corazón se me acelera como respuesta. Levanto la mirada hasta toparme con su rostro, el reflejo del sol en los cristales del avión le ilumina. Bajo el contraste de la luz, sus ojos azules resplandecen.

     Liam me recorre con la mirada, por el gesto que hace parece sorprendido. Eleva un poco las cejas, para luego fruncirlas como si estuviera confundido y una pequeña sonrisa se le escapa. Su pelo castaño con pequeños reflejos dorados es corto a los lados, aunque algo más largo por arriba. Un par de mechones rozan su frente.

     Su piel ligeramente bronceada con un toque muy varonil. Sus rasgos fuertes no carecen de carácter, su mandíbula cuadrada, la nariz recta con unos pómulos minuciosamente marcados, sus húmedos labios cautivadores. Sus ojos me miran con seriedad, con un intenso color azul formando un delgado espiral tras sus pupilas dilatadas envueltas en pestañas y unas cejas casi del mismo color de su cabello, ejerciendo en él un contraste perfecto.

     No puedo evitar mirar sus suaves labios entreabiertos que me hacen perder el aliento. Mis mejillas arden bajo su escrutinio y no puedo dejar de hacer lo mismo con él.

      ¿Qué estoy haciendo?      – Soy plenamente consciente de la impropia cercanía.

     «Tengo que soltarme de sus brazos justo ahora».     

     – Tengo que ir ... ir al ... baño    – balbuceo sin conseguir poner distancia entre su cuerpo y el mío que aún permanecen demasiado cerca uno del otro.

     Sus labios se fruncen en un vano intento por ocultar su risa, aun así, me suelta despacio comprobando que no pierda el equilibrio.

     Estando totalmente libre de su agarre firme, tomo la mochila y me lanzo al pacillo en busca del baño, me apresuro a alcanzarlo entrando y pasando el cerrojo sin importarme que los hombres a bordo me vean raro.

     Dentro de la estrecha cabina ya consigo respirar con un poco más de calma. Dejo la mochila a un lado acercándome al diminuto lavabo, en el espejo hay una chica con el cabello algo revuelto, el color rojizo de mi melena destaca aún más estando alborotada, tengo el rostro hinchado de llorar y los ojos apenas enrojecidos, pero un brillo extraño se asoma entre el tono ámbar que se adueña de mi mirada. Mis ojos lucen cristalizados, pero no por las lágrimas, mis mejillas demasiado sonrosadas descubriendo el motivo de tal brillo.

     Como puedo, trato de convertir mi aspecto en lo que era antes, me limpio y arreglo mientras el color de mis mejillas se aclara paulatinamente, torturándome con el recuerdo de otro de mis bochornosos recuerdos que se van amontonando a lo largo de mi vida.

     Como no puedo quedarme aquí para siempre escondiéndome entre la plenitud de las escasas paredes que me mantienen escondida, salgo del baño y camino por el pasillo hasta dirigirme junto a él.

     Me acerco lentamente, tomo dos largas respiraciones intentando tranquilizar mis descarriados latidos     –. ¿Adónde vamos?    – pregunto cuando tomo asiento quedando frente a él por completo.

     Liam no aparta la mirada de la table que sostiene, dedicándole casi por completo su atención al aparato     –. Estamos llegando al instituto     – responde con calma concentrado en lo que hace.

     – ¿Vamos a una escuela?    – Mis cejas intentan tocar el cielo al tiempo que mi mandíbula cae víctima de la incredulidad. Imaginé que podrían llevarme a cualquier parte, incluso a otro planeta, ¿pero a un instituto?

     «Opino que es un mal chiste».

     Sus ojos se encuentran con los míos al elevar la mirada     –. No es solo una escuela. Es uno de los mejores institutos que se especializa en enseñar a chicas como tú.

     «Creo que él no lo ha entendido, instituto y yo no debe ir en la misma oración».

     – Cómo yo ¿Qué significa exactamente eso?     – Inclino la cabeza hacia un lado ante la perspectiva de lo que dirá a continuación, ya que me parece fascinante sentirme como un bicho raro o un espécimen en peligro de extinción.

     – Chicos con dones … sobrehumanos     – explica con simpleza      –. Es uno de los lugares más seguros para ti en este momento     – agrega a tiempo descubriendo por mi gesto que su primer argumento no me es válido     –. Tenía que llevarte a la Ciudadela, pero nos estaban siguiendo, así que hubo cambio de planes.

     – Tranquilo      –. Barro el aire con la mano quitándole importancia a algo que claramente lo tiene      –. Me encanta que tomen decisiones por mí sin consultarme      – expongo de manera brusca, más de la que realmente pretendo.

     Sé que él no tiene la culpa, pero yo tampoco y sinceramente estoy harta de que manejen mi vida tirándome a la oscuridad de los secretos.

     «Ya he tenido suficiente de eso».

     Hecho un pequeño vistazo en su dirección para tantear el terreno después de mi abrupto comentario, pero su mirada se encuentra perdida en el cielo y no luce molesto. Aprovecho para observarlo mejor. En su rostro se asoma la sombra de una barba de unos dos o tres días, envuelve sus labios y lo hace ver más interesante.

     Ambos continuamos distraídos, él en el cielo y yo en él. 

     – Debes de tener mil preguntas en la mente   – habla entornando la mirada en mi dirección, y no dice nada por encontrarme observándolo. Me mira como si en mis ojos tuviera la respuesta a una pregunta no formulada     –. Sé que tu madre no te contó nada, ella tenía miedo de perderte si lo hacía     –. Guarda silencio esperando alguna respuesta por mi parte, y de seguro, una impulsiva.

     – Lo sé, pero ella no entiende que nunca me perderá. Puedo estar enojada y muy molesta con ella, pero eso jamás cambiará el amor que le tengo    –. A mis padres le debo todo lo que soy, jamás he sentido diferencia en su cariño hacia mí por no compartir la misma sangre.  

     – Ella te escribió una carta contándote todo    –. Hace una pausa, aguardando por alguna clase de reacción. Continúa al no obtener una      –. Está dentro de la mochila, creo que deberías leerla antes de que lleguemos, así será mejor para ti. Podrás asimilar todo lo que está por venir. 

     No me contengo, hurgo rápido en la mochila, sintiendo una pequeña caja que me apresuro a extraer, jamás la había visto. Es blanca con los contornos en dorado, su tamaño es un poco más grande que el de un sobre. Dentro hay varias cartas, las últimas parecen muy viejas. La primera es la más nueva y tiene escrito, «Mamá», la tomo y comienzo a abrirla sin preocuparme de estar en su presencia.  

     Liam se levanta para darme privacidad      –. Si me necesitas, estaré cerca     –. No espera respuesta, solo se marcha lo cual le agradezco. Si hay algo que necesito ahora es espacio para estar a solas.

    
     Las primeras letras se marcan y reconozco su caligrafía de inmediato, no sé qué me espere entre tantas líneas, pero al menos es lo que siempre he querido, o que he pensado querer.

    
     Hola princesa, espero que me perdones por dejarte sola, pero sé que estarás bien, sé que él te protegerá con su vida, porque así lo prometió y porque soy tu madre y si no lo cumple se la verá conmigo. Mi niña, tal parece que fue ayer cuando te tuve en mis brazos por primera vez, jamás he querido hablar de esto contigo, no porque no lo deseara. Verte sufrir todos estos años, por no tener las respuestas de tu pasado, cuando yo podía darte algunas, ha sido la mayor tortura de mi vida. Me escudé tras una promesa que hice, pero la verdad es que después de esta semana cuando ya podía contarte entendí que, en realidad, aun sin la promesa, jamás lo habría hecho, porque me aterraba perderte. Tu padre siempre me advirtió que este día llegaría, pero me negué a aceptarlo. Ahora entiendo mi error y espero que puedas perdonarme.

     Era una de esas extrañas noches en la sala, en donde no había mucho qué hacer, por lo normal, aquel lugar siempre se convertía en un manicomio con pacientes entrando y saliendo. Mi turno culminaba mientras llenaba el informe para el próximo turno, recogí mis cosas y fui rumbo al estacionamiento. Estaba cerca de mi auto cuando una voz pidiendo ayuda interrumpió el absoluto silencio que llenaba el lugar. El sobresalto fue enorme pero no me paralizó, años de experiencia me daban el control para manejar la situación.

     Me acerqué despacio al lugar de donde provenía la voz y en el suelo detrás de un auto estaba una mujer. Su estado era terrible, estaba llena de sangre debido a cortes profundos en su cuerpo, en sus brazos envuelto en una manta estaba una pequeña niña de unos 2 o 3 años, enseguida me acerqué a auxiliarla. La mujer estaba muy asustada, pero aceptó la ayuda. La llevé dentro de la sala y le pedí que me permitiera con la niña, pero se negó, no quería separarse de la pequeña ni por un instante. Tuvimos que acostarla en la cama con la niña y atenderla a las dos en la misma sala.

     La pequeña estaba bien, pero ella además de los cortes tenía algunas quemaduras. Logramos limpiar y coser las heridas, ya estaba lista para irme, pero la extraña mujer que hasta ahora no daba su nombre ni explicaba el motivo de su estado, me pidió que no lo hiciera. No tuve corazón para marcharme y pensé que quizás así lograría saber lo ocurrido y ayudarla. Le pedí que descansara que yo las cuidaría, pero se negó, dijo que antes tenía que contarme una historia.
    
     Se trataba de un lugar lejano en donde las hechiceras y los hombres lobos vivían juntos, en paz junto a criaturas que para muchos no son más que cuentos de hadas. Pero los Oscuros les asechaban y atacaban constantemente. Hacía varios meses una profecía hecha hacía 3 años se divulgó, y ellos desde entonces intentaban acabar con todos los niños que tuvieran esa edad para que la profecía no se llevara a cabo. Esa noche ellos habían atacado el auto en donde venía una familia y ella, la madre de la niña se la entregó y le pidió que la protegiera antes de morir defendiéndola, esa era tu madre, he hizo lo mejor que pudo para mantenerte a salvo.

      Me confesó que la niña era una hechicera y que alguno de ellos tenía dones especiales al igual que la niña, pero el de ella se desarrolló a muy temprana edad y era peligroso para sí misma, le había bloqueado su don con un conjuro ese mismo día.
     
     Daba por loca a aquella pobre mujer, ¿quién es su sano juicio podría creer algo como eso?, pero aun así no me separé de ella. Algunas horas después la extraña mujer se despertó asustada diciendo que ya venían, que la habían seguido. Sobresaltada intenté calmarla, pero un estruendo se escuchó dentro del hospital, segundos después el tranquilo lugar se convirtió en un infierno.
    
     Había fuego, gritos y las personas corrían de un lugar a otro, pregunté qué pasaba, pero todos decían lo mismo, «monstruos nos atacan». Aquello no era lógico, la mujer con la niña en brazos me tomó de la mano y me dijo que la siguiera, pero no estaba preparada para lo que vi al final del pasillo. Un hombre bebía la sangre del cuello de un paciente, lo envolvía en sus brazos como un león a su presa. Quedé ahí paralizada, pero otro apareció y se percató de mi presencia, algo que surgió de sus manos fue lanzado en mi dirección, aquella esfera de fuego se acercaba y no sabía qué hacer. La mujer apareció y se interpuso deteniendo el ataque, y entonces me entregó a la niña.
     __ Llévate a la pequeña y corre tan rápido como puedas, yo las alcanzaré.
   
     Me encontraba aterrada pero no titubee, en pocos minutos la mujer nos alcanzó y estando a punto de salir del edificio, cuando dos cosas parecidas a perros enormes comenzaron a perseguirnos, aferré a la niña contra mi pecho, no iba a dejar que nada le pasara.
    
     __ Escúchame, quiero que salgas de aquí y no mires atrás, pase lo que pase. Prométeme que cuidarás de la pequeña      __ me suplicó con desespero.

    
     __ Pero... ¿Qué hay de ti?      __ No sabía lo que ocurriría con ella.

     __ Yo te daré el tiempo que necesitan para huir, pero necesito que prometas que si no puedo ir por ella la protegerás y la cuidarás hasta que llegue el día de contarle lo que yo te he dicho a ti

     __ ¿A qué te refieres?, ¿qué quieres decir?     __ Me asusté demasiado.

    
     __ Escucha, no creo que logre salir viva de aquí, no me importa, pero ella tiene que vivir. Alguien como ella no puede escapar de su destino, un día acabará encontrándola y llegado el momento ya sabes qué tienes que hacer. Ssus padres mandaron a hacer este collar para ella     __. Lo tomé en mis manos y lo aferré para no perderlo. 

    
     __ No lo pierdas, protégela.

     __ Lo prometo, la protegeré     __ fue lo último que le juré antes de que me marchara contigo en brazos mientras ella nos observaba partir.

    
     __ Ahora, corre y no te detengas     __ susurró mientras creaba una especie de barrera que los detenía de venir a por nosotras.   

     Mi madre relata con detalles los sucesos de esa noche ya hace 22 años, las lágrimas como un torrencial corren por mis mejillas, algunas alcanzan la carta. No puedo creer cómo se dio todo, ella se arriesgó tanto por unas desconocidas, pero así es ella. Busco por todas las líneas el nombre de esa mujer, pero no lo encuentro y tampoco menciona el de mis verdaderos padres. 

     Llegué a casa con una pequeña niña en brazos, decidida a hacer lo que fuera para conservarla, le conté todo a tu padre, y por alguna extraña razón el me creyó a la primera y desde el primer día, te amó.

     Sin nadie que te reclamara, al poco tiempo logramos tu adopción, para entonces ya nos habíamos mudado a Detroit por miedo que te encontraran, si era el cazo, ¿cómo podríamos protegerte? De esa mujer nunca volví a saber nada. Creímos que al paso de los días ella regresaría por ti, pero no sucedió, así que pensamos lo peor.

     Mi amor, tus padres nunca te abandonaron, tu madre te amaba tanto que dio su vida para salvarte, hizo lo que cualquier madre haría por su hijo y aunque nosotros no compartamos tu misma sangre, eres nuestra hija y te amamos más que a nada en el mundo. Creo que tu padre presentía su muerte, porque días antes escribió una carta para ti, para que te la entregara cuando llegara este día, ahí la encontrarás, no te apresures, léela cuando estés lista.

     Ese nuevo lugar a donde te llevan es tu lugar, es a donde perteneces. Ahí encontrarás personas como tú, que te podrán ayudar ahora que sabes quién eres, tienes un don mi niña.

     Recuerda, cuando te sientas sola o triste, que no importa que tan lejos estemos, el amor nos une y que en mí siempre estará tu hogar, como en ti está el mío.

Con amor: tu madre.  


     He ansiado tanto saber la verdad, y ahora que la tengo solo quiero que sea una mentira. Deseo que todo resulte ser un mal sueño, y que a los pocos minutos de despertar el recuerdo desaparezca de mi mente.

     Siquiera noté el momento en que comencé a llorar. Sé que mis ojos están abiertos a causa de las lágrimas que de ellos emana sin cesar. La vista se me nubla por ellas, la pequeña caja tiembla en mis manos, mi cuerpo está agarrotado. Lentamente me dejo caer en los dos asientos aferrando la carta a mi pecho, aprieto los ojos para cesar la caída de esa agua que empapa mis mejillas.

     Alguien se acerca y habla, pero no es más que murmullos, mi mente se reúsa a conectar con la realidad. Mi cuerpo se eleva en brazos de alguien, pero no quiero comprobar de quién se trata. En este momento nada me importa, siquiera el hecho de que aún estoy en brazos de esa persona que roza mi cabello con delicadeza y me susurra al oído que todo estará bien.

     El movimiento se detiene, vuelvo a ser elevada. El llanto ya ha disminuido algo para este momento y me atrevo a mirar. Liam me lleva en sus brazos y los míos se aferran a su cuello, un grupo de hombres nos esperan al pie de un edificio el cual no me molesto en detallar.

     – Cazador Liam   – saluda uno de ellos    –. Nos informaron de las dificultades ¿Cómo se encuentra la chica?

     – Estará bien, por ahora lo mejor es que descanse Capitán Soyer    –. Su pecho vibra con forme sus palabras brotan de sus labios, un simple formalismo que se le da muy bien, Liam no es un hombre de muchas palabras, al menos eso he notado.   

     – Todo está listo como el señor Nicola lo dispuso      – vuelve a hablar el mismo hombre de hace un momento con la autoridad que su cargo le proporciona.

     – Perfecto     – se limita a responder sin alejarme de sí mientras se pone de nuevo en marcha conmigo a cuesta sin que parezca que mi peso le brinde dificultad alguna.   

     – Puedo caminar, ya debes de estar cansado   – mi voz siendo apenas un susurro consigue llegar a él.

     Su pecho junto al mío se agita por la risa contenida que apenas le brota de forma ligera     –. He caminado mucho más, aún con mayor peso. No es por mí por quien debes preocuparte    – dice pegado a mi rostro en un susurro con su intensa mirada quemándome. Mi respiración se detiene por esos segundos hasta que Liam rompe la cercanía volviendo a su pode fría y distante.

     Tanta proximidad me sobresalta haciendo que un penoso jadeo se me escapara y su pecho vuelve a retumbar, pero no me atrevo a mirarlo otra vez.

     Pasamos a través de una puerta adentrándonos a lo que parece ser una sala, al fondo de ella cuatro puertas más se divisan. Él abre la segunda conmigo en brazos. Una amplia cama se ilustra ante nosotros y me coloca en ella con mucho cuidado, como si fuera algún fino cristal que en algún momento pudiera quebrarse.

     Me recuesto en ella y él se sienta junto a mí. Sus ojos me escudriñan a tal grado que creo que puede ver a través de los míos directo a mi alma. Liam toma mi mano sin romper la conexión de nuestra mirada, su voz inunda la habitación dejando que sus palabras sellen mis temores, esos que no he sido capaz de permitirme admitir.

     – Ya estás a salvo y ahora nadie intentará volver a lastimarte, desde ahora este es tu refugio Lis. Descansa, yo velaré tus sueños   –. Se levanta y comienza a caminar hacia la puerta sin esperar nada de mí.

     – Liam     – la voz me sale tan apagada que no creo que me haya podido escuchar, pero no es así cuando se detiene, apenas volteándose lo suficiente para mostrarme su perfil     –. Gracias      –. Le regalo una última sonrisa antes de que se marche desapareciendo detrás de la madera que lo distancia.

Đọc tiếp

Bạn Cũng Sẽ Thích

128K 16.4K 145
Viajando a través del Hokage, se convirtió en Uchiha Ye Huo, el hermano mayor de Uchiha ltachi, y despertó el sistema de recompensa cien veces mayor...
65K 2.5K 51
historia +18
49.9K 1.7K 40
Les vengo a informar que si demoró en publicar más capítulos es por falta de ideas o porque estoy ocupada y si no les gusta el ship por favor no haga...
27.3K 1.6K 24
-𝐋𝐚 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐚 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐚 𝐞𝐬 𝐦𝐮𝐲 𝐥𝐢𝐧𝐝𝐚.... -𝐐𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐞𝐬 𝐞𝐬𝐚 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐚? 𝐄𝐬 𝐦𝐮𝐲 𝐥𝐢𝐧𝐝𝐚!★ -𝐄𝐧𝐭𝐫𝐚 𝐮𝐧𝐚 𝐜𝐡𝐢𝐜𝐚 𝐧�...