Capítulo 11: Mal inicio

12 5 2
                                    

   
     Ya pararon 5 días desde que estuve en casa de la chica, las últimas horas en el auto están siendo un tedio, me siento desesperado por llegar y comprobar que está bien. No pudimos tomar los portales porque podrían rastrearnos. Eso nos llevó a dos días de viaje en auto, haciendo que mi preocupación aumente debido al tiempo que transcurre sin que sepa que se encuentra bien.

     De una forma u otra la llevaré conmigo, no voy a dejar que su vida peligre más de lo que ya lo ha hecho. Solo espero que lleguemos a tiempo. Los Oscuros no perderán la oportunidad de intentar unir a sus filas a una hechicera tan poderosa como ella, y si los rechaza, la matarán. No tendrá oportunidad contra ellos cuando se encuentra tan desprotegida.

     – Imagino que si te has tomado tantas molestias es porque no es una chica cualquiera       –. Landon a mi lado deja de prestarle atención a la pantalla para mi desgracia y le ha dado por meter narices en donde no debe.

     Lo miro con la suficiente advertencia que haría que cualquiera mantuviera una prudente distancia conmigo, pero con él eso nunca funciona     –. Es especial      –. No creo que definirla de ese modo me ayude mucho a quitármelo de encima, estar encerrados en un auto por dos días es más que suficiente para detonar aburrimiento en él y se le olvide su papel.

     – Tanto así      – asume asombrando, sabe que cualquiera no consigue impresionarme, así que me doy por vencido aceptando que el interrogatorio acaba de comenzar. 

     – No he conocido a muy pocos manipuladores de fuego que puedan tener el control que ella tuvo esa noche      –. Me separo del respaldo del asiento dejando a un lado el mapa con el que estudiaba más a fondo el terreno      –. No tuvo problemas en detener el ataque y devolverle el mismo, controló y manipuló el hechizo de un Oscuro, en mi opinión eso es algo fuera de lo común, y en este mundo lo que está fuera de lo común nunca sobrevive por mucho.

     Sus ojos se apartan por un segundo, compartiendo los mismos recuerdos, las cosas extraordinarias tienden a ser frágiles.

     – ¿Te imaginas lo que podrían hacer con ella?      – Lanza la posibilidad al aire y la idea me molesta de una forma en la que no debería.

     – No podemos correr el riesgo de averiguarlo      –. Ambos compartimos mirada, de más está decir que confío en cada hombre que nos acompaña, pero el que Landon esté conmigo me deja más tranquilo, no es la primera vez que trabajamos juntos, y ambos complementamos nuestras capacidades.

     Me reclino en el respaldo observando la tarde, cada vez queda menos para que lleguemos.

     – Señor, ya estamos llegando     – me indica uno de los hombres a mi cargo.

    Había cerrado los ojos un rato intentando descansar un poco, pero no resultó. En casi dos semanas, apenas si he dormido en total unas 20 horas.

     El vehículo se detiene frente a la casa, luce que no hay nadie en ella, pero de igual manera me bajo a investigar haciéndole seña a los otros para que protejan el perímetro.

     Me acerco a la puerta pasando por las ventanas, ningún sonido parece provenir del interior, presiono el timbre y como esperaba, nadie contesta.

     Reviso en mi mente la dirección del hospital en donde trabaja Helen, no es muy lejos de aquí, la mejor opción es ir con ella en primer lugar, sabrá como localizarla.     

     – Landon, tú te quedas a cargo de proteger la vivienda      – doy la orden señalando a varios hombres      –. Ustedes se quedan, el resto conmigo     –. Si alguna de las dos regresa Landon me avisará, debemos cubrir toda el área que podamos, después de todo hay que ser rápidos, porque aquí no hay refuerzos si las cosas se complican.

La flor de LisWhere stories live. Discover now