Capítulo 3: Cumpleaños

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- ¡Feliz Cumpleaños Lis!

Un gran pastel de chocolate y leche, mi preferido cabe aclarar, hace aparición ante mis ojos. Soy total e irrevocablemente adicta al chocolate.

- Gracias, las quiero -. No hay nada mejor en el mundo que despertar rodeado de las personas que te aman, es un bálsamo para el corazón. Me restriego los ojos aún algo adormilada mientras Meret toma asiento a mi lado y mamá se pone de pie.

- Las dejaré solas para que te arregles, pero no tarden hay muchas cosas por preparar aún y los invitados llegarán en unas horas - me advierte lanzándome un beso.


Mi madre se marcha cerrando la puerta de la habitación para darnos espacio, le gusta respetar mi privacidad, es de las que piensan que estar pendiente de tus hijos no significa ofuscarlos con violaciones a su espacio y privacidad.


Me alisto de inmediato apresurándonos con todos los preparativos, el reloj comienza a marcar las horas avanzando demasiado de prisa amenazando con que no nos dará tiempo. Hay mucho que hacer, la decoración, la comida, enfriar las bebidas, preparar el coctel.

No nos detenemos ni por un instante, ya que si queremos que todo esté perfecto debemos apresurarnos. Después de unas horas todo queda fantástico, la casa luce espectacular, la comida es más que suficiente y la bebida está en punto.

Y por supuesto no puede ser un día normal sin algún que otro accidente de mi parte, así que, termino con un dedo decorado por bandita y un jarrón roto.

¿Qué puedo decir?: esto es lo normal en mi vida.

- Cariño trae los platos - mi madre me pide desde la cocina.

- Ya voy mamá -. Camino unos pasos, pero un fuerte mareo me hace perder el equilibrio y por pura obra y gracia de Dios no termino estampada de cara al suelo. Si no creía en los milagros hoy lo haré, porque aún sin saber cómo, logro alcanzar el barandal y me sostengo todo lo que puedo, hasta que con la ayuda de mi madre alcanzo a sentarme en uno de los escalones.

- ¿Hija te encuentras bien? - el susto y la preocupación se afloran de inmediato.

- Sí, solo es un tonto mareo - murmuro apretándome ligeramente el puente de la nariz.

- ¡Lis!, más te vale decirme ahora mismo que te has tomado tu medicina esta semana y esto no tiene nada que ver con eso - mi madre me advierte y parece algo enfadada.

Trago en seco -. Bueno mamá, si insistes en que te diga eso pues yo ....

- ¡Lis! - Su expresión cambia al instante sustituyendo la preocupación por el enfado -. Rayos, solo dime la verdad ahora, no estoy para juegos - su voz se escucha estrangulada por el enojo.

- Sí, ya lo estoy notando...

- ¡Lis! - advierte por última vez y acepto que de esta no me escapo.

Esto definitivamente no pinta nada bien, me atrevo a abrir uno de los ojos para tantear la situación y por puro instinto de supervivencia los cierro de golpe. Por la cara con que me mira, esto pinta feo para mi salud.

Mi madre me deja pasar muchas cosas, pero con el medicamento las cosas se ponen peor que viernes 13. Pero qué se puede esperar cuando eres hija de un médico de sala de urgencias.


- Puede ... que ... se me haya ... pasadoestasemana - suelto de corrida para acabar con el suplicio ya que el final es inevitable.

Todo comienza con - ¿Cuándo vas a madurar? .... sabes que lo tienes que tomar dos veces por semana .... ocurre esto .... Arriesgando tu vida .... ¿me estás escuchando? Haaa eres imposible - termina con frustración elevando las manos al cielo y se marcha a buscar el medicamento.

La flor de LisWhere stories live. Discover now