De haber sabido que la situación terminaría así no me hubiera ofrecido a ser un buen amigo.
Tadano-kun se había resfriado un par de días atrás debido al cambio de temporadas y de clima. Fue una simple casualidad que me encontrara a su pequeña hermana Hitomi de camino al supermercado.
—¡Oh! Es bueno encontrarte justo aquí —dijo ella apenas me vio.
Ella se inclinó en un perfecto ángulo de 90 grados, y me hizo la petición.
—¡Tengo un enorme favor qué pedirte! —dijo repentinamente—. Onii-chan está enfermo y no hay quien lo cuide pues mi madre y yo tendremos que salir a comprarle medicamento y demás cosas ¿Podrías por favor ir a nuestra casa y estar con él un rato?
—Eso explica que no haya ido al colegio —dije—. Bueno, de hecho iba a pasar a entregarle las copias de lo que hicimos hoy en clase.
—¡Perfecto! —dijo Hitomi con una sonrisa— ¡Entonces puedes ir y cuidarlo mientras no estamos!
Dicho esto ella se fue alegremente y yo me quedé sin saber qué hacer, no me molestaba estar con Tadano-kun pero, ¿No se supone que sería mejor si lo cuidase alguien más? Preferiblemente una chica como Manbagi-san. Un chico cuidando de otro podría parecer raro y la mejor fantasía de una fujoshi.
Pero ya que básicamente había aceptado no tenía más opción que ir. Caminé durante un par de calles hasta que llegué a la residencia de los Tadano.
—Menos mal que aun recuerdo su dirección —dije para mí mismo.
Luego de subir las escaleras y tocar la puerta esperé unos segundos. Escuché lentos y pesados pasos, como si la persona en el interior estuviera arrastrando los pies. Finalmente la puerta se abrió y vi a Tadano-kun.
—Vaya —dije—. No pensé que fuera tan grave.
Tadano-kun realmente se veía enfermo y a punto de morir, cuando Hitomi dijo que Tadano-kun estaba enfermo pensé que se trataría de una ligera gripe o algo similar, pero el chico frente a mí se estaba esforzando por no desmayarse.
—¿Qué haded aquí? —dijo constipado.
—Me encontré a Hitomi en el camino y me pidió que te hiciera compañía en lo que ella y tu madre regresaban...
Omití la parte en la que realmente me dijo que "cuidase" de él porque sería raro decirlo. Tadano-kun se hizo a un lado para dejarme pasar.
— ¿Estás bien? ¿Seguro que no morirás? —le pregunté mientras entraba a su hogar.
—Do, es solo un resfriado.
Ambos nos miramos un segundo. Sabía que Tadano-kun se estaba haciendo el fuerte para no preocupar a nadie, pero no podía engañarme a mí, y menos cuando estaba sudando demasiado y temblando.
—¿Qué día es hoy? —le pregunté de la nada— ¿Qué almorzaste esta mañana? ¿Cuál es la capital de Japón?
Eran preguntas básicas que todos podían responder y al ver que le costaba responderlas, sabía que se encontraba mal y con un posible dolor de cabeza intenso. Me acerqué a él y lo ayude a recostarse en su cama.
—Bien —dije—. Supongo que no tengo opción. Solo no te hagas ideas equivocadas Tadano-kun, es solo porque somos amigos.
¡¿Por qué rayos sonaba como un tsundere si lo decía de esa forma?!
De cualquier modo Tadano-kun estaba algo ido para que siquiera lo notase. Fui directo a su cocina y moje una toalla con agua fría para ponerla sobre su frente, así conseguiría que la fiebre le bajase un poco.
Tadano-kun estuvo dormitando durante unos 30 minutos aproximadamente. Finalmente se despertó un poco más consciente, al parecer la fiebre si se le había bajado, pero el termómetro indicaba que aun tenía unos 37.9°. Sin dudas necesitaría un poco más de reposo.
—¿Qué más te duele? —le pregunté.
—Ah realbente do quiero bolestarte cod eso —dijo—. Pero la garganta si tuviera que decir la verdad.
Supongo que si madre y hermana salieron para comprar medicamento es porque no tendrían disponible en su hogar. Aunque había un remedio casero que mi abuela en el campo siempre me daba cuando me enfermaba en su casa.
—Bien, déjame ver si tienes.
Fui a su cocina y alacena y empecé a buscar, para mi suerte sí que tenía algo de miel de abeja y varios limones. Simplemente los mezclé hasta formar una especie de jarabe, era un remedio casero muy simple pero ayudaría a aliviar su malestar temporalmente hasta que tomara las medicinas.
Tadano-kun puso una mueca de asco cuando probó eso, sabía que estaría muy ácido pero no había otra opción obligué con un poco de fuerza a que se lo tomara completamente y cuando terminó volvió a descansar. Al poco rato llegaron su madre y su hermana, me agradecieron lo que había hecho por Tadano-kun y me invitaron a cenar aunque fuera algo tarde acepté y finalmente regresé a casa.
Fue ahí donde comencé a enfermarme un par de días después.
—Do vuelvo a ayudar a dadie —me quejé.
Ayer tan solo era un resfriado común y corriente. Pero con cada minuto que pasaba sentía como si algo me estuviera apretando la cabeza más y más ¿Cuánto tardaría en explotarme?
Estaba temblando y sufriendo en mi cama. Mis padres habían salido a trabajar y regresarían hasta en la tarde para asegurarse de que me encontraba mejor. Me alegraba no ir a la escuela, pero de nada servía si solo me quedaba postrado en cama.
Quería morir en aquel momento, me dolía todo y el mundo daba vueltas. Cerré los ojos unos segundos para tranquilizarme.
Escuché que la puerta se abría. ¿Serían mis padres? ¿Ya regresaron? ¿Cuánto tiempo había estado dormido? Cierto, ellos dijeron que dejarían la puerta abierta para que no me levantara a abrirles cuando regresaran, bueno ya puedo descansar tranquilo. Volveré a dormir y seguramente mi madre me despertará cuando haga alguna sopa de verduras ¡Maldigo el dolor de cabeza!
Pero no pude dormir, inmediatamente abrí los ojos cuando sentí una cálida mano sobre mi frente.
—T-tienes mucha fiebre.
Qué raro, juraría que la voz de mi madre no era así de fina ¿Y por qué habló como si tuviera vergüenza de tocar la frente de su propio hijo? La busqué con la mirada pero no la encontré.
—Ah, hola Komi-san ¿Do has visto a mi badre?
Pregunté al ver que Komi-san se encontraba al lado de mi cama y con la mano sobre mi frente ¡Ah! ¡¿Qué hacía Komi-san en mi habitación?! ¿Cómo entró? ¡Ella me había tocado!
—¡¿K-Komi-san?!
Me levanté rápidamente por la impresión y fue cuando el mundo volvió a dar vueltas. Me sentía muy mareado. Momento, tenía que ser un sueño... Sí, no hay otra explicación. Cerré los ojos hace un momento cuando ya no soportaba el dolor de cabeza, me habré quedado dormido.
—N-no te levantes bruscamente... Pobre de ti, te ves muy mal. T-toma esto por favor.
El vaso que tenía mi mano tenía un muy fuerte olor a jengibre y sabía a lo mismo. No era mi favorito pero la bebida caliente de momento no me estaba disgustando. No, no, no ¿esto es un sueño? De serlo porque sabría esto tan real ¿De verdad Komi-san estaba en mi hogar?
Volví a mirar a un lado pero Komi-san no se encontraba en ningún lugar. Quizá sí fue mi madre quien me entregó esto y gracias a la fiebre comenzaba a alucinar cosas. Primero que nada tenía que mantener la calma en una situación así, debía ser capaz de distinguir la imaginación de la realidad.
Mi estomago gruñó en ese momento.
No, primero que nada debía comer. Esta mañana me dolía tanto la cabeza y el cuerpo que ni siquiera quise almorzar nada y tampoco cené anoche... Ah creo que ya llevaba al menos 24 horas sin comer nada.
—Di "Ah"
—Ah
Obedecí esa fina voz, y algo caliente entró a mi boca... Era el dulce y caliente sabor de una sopa de verduras recién cocinada ¿Eh? ¿Por qué estaba comiendo si no preparé nada?
¡Ah cierto! Mamá estaba en casa y me había preparado de comer, me sentía tan débil que ella tuvo que ayudarme a comer, me sentía avergonzado. Un chico de preparatoria al que su madre le daba de comer en la boca.
—Gradias —dije con algo de dificultad.
—I-iré a limpiar.
Luego de recostarme volví a cerrar los ojos, ah me retracto de lo que pensé antes... Creo que mis ganas de vivir aumentaron de golpe con esa sopa de verduras.
Esa calidez que había sentido cuando mi madre tocó mi frente la volví a experimentar. Y por alguna razón sentí que una calma inundó mi ser...No, no fue la mano de mi madre, esa fue la sensación de un beso en mi frente.
Y fue esa misma sensación que me desconectó del mundo... Aunque no sin antes preguntarme ¿Qué habrá sucedió hoy en la preparatoria? ¿Komi-san habrá estado bien? Qué tonterías estoy pensando, desde luego que sí, ella tiene muy buenos amigos después de todo.
—Komi-san... do quiedo que estés mal en clase. Debo recupedadbe y ver qué te encuentres bied.
Pensando en Komi-san cerré los ojos y me relajé.
—¿E-estás despierto? No, parece que está muy dormido ¿Puedes escucharme? E-espero que no. Está bien... Sabes, cuando estás conmigo me siento segura. Siento que puedo hacer todo lo que me proponga porque sé que estás ahí para apoyarme... Q-quiero que sigas a mi lado más tiempo, incluso después de graduarnos de esta escuela ¿Lo prometes? Dijiste que me ayudarías a conseguir 100 amigos, pero incluso después de eso, mucho después de eso quiero saber que mi primer amigo sigue a mi lado... L-lamento ser tan egoísta, pero quiero acapararte más. Y eso es porque... porque yo... No. Esperaré a que estés consciente para decírtelo.
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Por fin otro nuevo capitulo xd
Como en cada ocasión muchas gracias por leer. Esta historia no sería nada sin ustedes.
Ojalá les guste ^^ si fue así pueden hacérmelo saber con sus votos y/o comentarios.
Aproveche que es mi día de descanso en el trabajo y pude publicarlo.
Sin más poe decir: Nos vemos en el próximo capítulo :)