Komi-san no puede comunicar su amor (Tú x Komi) 2.0

El baile final del festival

El final del festival cultural estaba por terminar, básicamente nuestro Maid Café ya había terminado con todo lo que teníamos en el inventario y habíamos terminado de limpiar todo por lo que el resto de nuestros compañeros se dedicaron a visitar los demás puestos.

Najimi-chan había desaparecido hace rato y Tadano-kun dijo que iría a ver a Manbagi-san por lo que Komi-san y yo estábamos recorriendo los pasillos de la escuela.

Tan solo había un problema, Komi-san seguía con su traje de maid y eso hacía que todos las personas se le quedaran viendo más de lo usual, estaba por demás decir que eso hacía que se sintiera más incomoda de lo normal, incluso había vuelto a utilizar su libreta para poder converar conmigo.

—¿Te sientes bien Komi-san? —le pregunté.

"Por alguna razón siento que todas las personas me están viendo aun más"

Entonces ella no estaba consciente del porqué resaltaba tanto.

—Bueno... Eso es de esperarse porque realmente luces linda en con ese vestido de Maid.

Lo dije inconscientemente pero Komi-san comenzó a avergonzarse aun más, estaba tan roja como un tomate y mientras la veía sentí un ligero golpe en la espalda. Onemine-san quien iba pasando por ahí fue quien lo había hecho.

—Buena jugada —dijo ella.

—¿A qué te refieres?

Onemine-san me sonrió y me susurró al oído.

—Con esos comentarios ocasionales quieres hacer que Komi-san se enamore aún más de ti, ¿verdad? ¿Descubrí tu plan?

Por primera vez en mucho tiempo había sentido como el calor subía a mi rostro. Y Onemine-san no hizo más que reírse.

—Es la primera vez que te veo sonrojado —dijo divertida—. Te ves lindo ¿No es así Komi-san?

Komi-san tan solo desvió la mirada, pero asintió levemente, traté de cambiar el tema de conversación inmediatamente.

—Y... ¿necesitabas algo Onemine-san? —pregunté mientras me aclaraba la garganta.

—Ah sí ¿Quieren pasear con nosotras? —dijo Onemine-san.

—¿Nosotras?

—Sí, conmigo y con Kaede... ¿Eh? ¿Volvió a desaparecer?

Se refería a Otori-san, la chica despistada con quien fuimos a comprar los materiales unos días atrás, no me sorprendía nada que ella se hubiese perdido entre toda la multitud justo como lo había hecho en el centro comercial ese día.

Pasamos los siguientes quince minutos hasta que por fin la encontramos. Onemine-san volvió a tomarla de la mano para que no volviera a perderse y una vez que los cuatro estábamos reunidos seguimos con nuestro viaje por el festival.

Vimos la galería que el club de fotografía había expuesto. Participamos en una especie de trivia en la que perdimos por algunos puntos pero como premio de consolación nos dieron unos llaveros en forma de gato que Komi-san amó.

El club de arte estaba haciendo unos retratos pero la chica que los hacía no pudo dibujar a Komi-san argumentando que era demasiado perfecta y no podía retratar tal belleza.

—¡Oh! Parece que hay una banda tocando en el patio central —dijo Otori-san.

—Suena interesante. Vayamos —dijo Onemine-san.

Komi-san no había dicho o escrito nada en un buen rato y me preguntaba si toda la actividad, ver a tantas personas y participar en tantas actividades habían terminado agobiándola o cansándola. Mientras escuchábamos a la banda en el patio central no había dejado de verla