ESTUDIANTE NUEVO
• Jessica Allen •
El resto de personas y yo estamos en clase. Sentados, aburridos, con sueño, sin ganas de vivir, con la frese estampada en la cara: "Por la mañana no soy persona".
lo único que queremos ahora mismo son dos cosas: Dormir y conocer al estudiante nuevo... o nueva.
—Buenos días—entra por la puerta y nos saluda la profesora de historia—Como les dije la semana pasada, hoy iba a llegar un estudiante nuevo a esta clase.
Ella hizo un gesto con la mano, invitando al estudiante nuevo a pasar dentro de la clase.
Todos quedamos expectantes mirando hacia la puerta con los ojos muy abiertos, esperando que entrara la persona.
Esperamos y... por la puerta entra un chico.
Tiene una expresión sombría, muy reservado, no tiene ni una sola expresión en su cara. No parece nervioso ni asustado por estar delante de treinta y dos alumnos juzgándolo o admirándolo con la mirada.
Lo repaso con los ojos unas cuantas veces sorprendida. Es alto, viste con tonalidades oscuras, tiene el pelo un poco largo y negro. En sus ojos hay un color azul muy claro, labios gruesos y mandíbula cuadrada.
Puedo ver como todas las chicas de clase babeaban solo con mirarlo, hasta los chicos más heteros se replantearían su orientación sexual, y, sinceramente, el chico está de muerte.
—El es Marcos Glen, se mudó aquí hace poco, espero lo hagan sentir como en casa—dijo la profesora, dedicándole una sonrisa—Marcos ¿Quires decir algo? Preséntate, dinos algo de ti.
Él... parecía... ¡Dios!, no lo sé. No puedo detectar nada en su rostro.
—Me llamo Marc, no Marcos—mira a la profesora, la cual se aclara la garganta algo avergonzada—Es la cuarta vez que se lo digo, señora Mary—dice fingiendo una sonrisa.
—Bien—La profesora quiso cambiar de tema—siéntate...—mira toda la clase buscando un lugar vacío—Hay un sitio atrás con...
Se calla cuando el chico del fondo que está sentado al lado del lugar vacio coloca su mochila en la silla desocupada queriendo decir: "No, no hay ningún espacio libre aquí"
El único lugar libre que queda es el que está justo a mi lado.
No, no, no. Aquí no, por favor.
—Allí—La Sra. Mary señala con el dedo la mesa que está a cinco centímetros de mi.
Genial.
Yo rápidamente bajo la cabeza y me centro en el dibujo que estaba haciendo antes de que llegaran, porque simplemente estaba muy aburrida, y era eso o dormirme.
Solo escucho los pasos de él acercándose lentamente, levanta un poco la silla y la saca de debajo de la mesa, tira su mochila al suelo y se sienta a mi lado.
Estoy nerviosa, no sé si darle la bienvenida o ignóralo.
Pero... solo es un saludo. Así que me giro un poco hacia su dirección y lo miro, pero su vista está concentrada en mi dibujo.
Un ojo con una lagrima y una especie de sombra humana atrapada en la pupila. Yo me aclaro la garganta llamando su atención.
—Hola, bienvenido. Soy Jessica. ¿Como te llamas...?—y, después de escuchar lo que acababa de decir me maldije mentalmente, rápidamente intenté corregir la gran estupides que había dicho—Es... broma, obviamente sé como te llamas, lo acabas de decir, je je.
El chico me mira, enarcando una ceja, posiblemente confuso por la "broma" y con una expresión muy seria.
—Hola—dice con simpleza.
Miro sus ojos y puedo detallar con mayor claridad su color. Una mezcla entre gris y azul. Un color muy bonito, la verdad.
—Bien, y...—Como él no dice nada más, intento proseguir con la conversación—¿De dónde eres?
—De un mundo llamado planeta tierra—dice con sarcasmo.
Bien. Con que es sarcástico, ya me cae bien.
Yo le dedico una sonrisa de lado.
—Interesante, casualmente yo también.
—Ya—vuelve a mirar mi dibujo—Se te da bien—señala el papel.
—Oh, gracias. Es un... simple boceto, me aburría.
—Creo que no es simple.—Me mira por unos segundos y se gira hacia delante.
El resto de la hora le presto atención a lo que dice la Sra. Mary mientras seguía dibujando.
—... Les recuerdo que mañana es el examen, estudien—nos recuerda la profesora.
—Excelente, maravilloso—susurre para mi misma— Otro suspenso para la lista.
Lo mejor del mundo.
—¿Otro?— de repente habla el chico de ojos... grises azulados.
¿Me había escuchado?
—Sí... bueno... Historia no es mi fuerte.
Empezamos a recoger nuestras cosas para salir de clase—o intentarlo—porque la profesora nos llama. A Marc y a mi.
—Jessi...
—Jessica, mi nombre es Jessica. Sra. Mary.
Ignora mi pedido y sigue hablando.
—Ya que eres la nueva compañera de Marco... Marc, le podrías prestar los apuntes de las clases anteriores para ponerlo al día. Y le puedes dar un tour por el instituto. Claramente, si no te importa.
Ese "Claramente, si no te importa" en realidad es "Claramente, te estoy dando una orden, no tienes opción"
Así que con todas las ganas del mundo, le sonrío con la mejor cara del mundo dedicándole una sonrisa súper falsa.
—Claro, Sra. Mary.
—Eso quería oír—responde ella, satisfecha.
Salgo de clases y me giro hacia Marc.
—Tengo clases ahora, igual que tú me imagino. Búscame en la biblioteca cuando acaben las clases.
—¿Donde está la biblioteca?
—¿Ves ese pasillo?—él asintió—giras a la derecha, y caminas todo recto, luego vuelves...
—Si te soy sincero, dentro de diez minutos se me habrá olvidado— me interrumpe Marc, casi poniendo los ojos en blanco.
Suspire.
—Entonces, espérame aquí, yo te vendré a buscar.
No espere una respuesta y me fui.
••••
Ya habían acabado las clases y le había mostrado más de medio instituto a Marc.
—Nuestra última parada. ¡La biblioteca!
—Suenas entusiasmada—dice.
—Sí, estoy entusiasmada porque este es mi lugar favorito de todo el instituto.
—¿Por qué?
—Bueno... es como... mi refugio.
—¿Te gusta leer?
—Sí, pero no vengo solo a leer.
Entramos y le muestro toda la biblioteca, los pasillos, cada rincón y como encontrar algunos libros que nunca están es su lugar respectivo.
—Y con esto acabaríamos el recorrido. Mañana te traeré los apuntes.
—Gracias, supongo—dice en bajo.
—De nada, supongo—respondo.
Recorremos varios pasillos y salimos por la puerta del instituto. Yo me iba caminando ya que Alison y Paul se habían ido hace un rato.
—¿Donde vives? Puedo llevarte—se ofrece.
—No muy lejos, pero voy caminando. Gracias igualmente.
—Bien.
Yo sigo mi camino. Y segundos después veo como un coche pasa por mi lado, y en la ventanilla puedo ver a Marc dentro de él. Es un coche negro, no muy grande.
El recorrido no es muy largo pero aún así busco mis auriculares, los conecto y selecciono Strange de Celeste para escuchar en el camino. Luego Dark Red de Steve Lacy y por último It's time de Imagine Dragons.
Estoy apunto de llegar a casa, y desde lejos puedo ver... el mismo coche, o posiblemente uno parecido al que conducía Marc anteriormente.
Lo ignoro y entro a mi casa, saludo a papá y cojo comida para llevármela a mi habitación mientras estudio historia.
Al rato mi padre toca la puerta.
—Jess, vamos a saludar a los nuevos vecinos.
Se mudaron ayer.
—...¿Qué? ¿Ahora? Papá estoy estudiando.
—¿Historia?
—Sí, ya sabes que se me da fatal.
—Si... pero solo son cinco minutos.
—Vale—suspiro.
Me pongo los converse y bajo rápido por las escaleras. Salimos de casa y caminamos unos cuantos pasos hasta llegar a la casa de al lado.
Mi padre toca la puerta color marrón con los nudillos. Y al cabo de unos pocos segundos abren la puerta.
—Hola—saluda mi padre.
—Hola—dije yo.
—¡Hola!—Nos saluda una señora bastante mayor de ojos azules y de pelo blanco—Muchas gracias, que amables son ustedes—gira la cabeza y entra un poco a la casa—¡Regina! ¡Marc! Son los vecinos, venir—grita ella.
¿Marc? Imposi...
Me quedo en shock cuando de la nada aparece una señora no muy mayor, de pelo negro y también de ojos azules. Pero lo que me sorprende de verdad es ver al chico que está a su lado derecho.
Es Marc. Marc. MARC EL DE MI CLASE.
Claro... por eso me resultó familia el coche.
¿Es mi vecino?
Eso parece.
—Ellos son Regina, mi hija. Marc, mi nieto—los presenta—Y yo soy Bianca.
—Ella es Jessica, mi hija. Y Alberto. Un gusto conocerlos—dice papá.
Yo rápidamente salgo del asombro.
—S-si, bienvenidos.
Nos invitaron a pasar dentro de su casa. Accedimos y nos quedamos un rato hablando con ellos.
Volvimos a casa y seguí estudiando hasta que recibí un mensaje de... ¿Thomas? Sí, me sorprendió. No hemos hablado desde... el beso, exactamente hace... cuatro días.
Sinceramente pensé que él no me volvería a hablar, ya que no se molesto en responderme el único mensaje que le envié.
Thomas: Mira la ventana
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