— Señor Du Sik ¿Puedo hacerle una pregunta? — El hombre asintió. — ¿Usted cree que sea correcto? Es decir, Hyun Su y yo ¿No cree que es algo loco? A penas y nos conocemos, pero me hace sentir de una manera muy extraña que me permite quedarme a su lado. —
— Ambos son muy afortunados al haberse encontrado el uno al otro, probablemente
las circunstancias en las que sucedió no fueron las mejores, pero si la indicada para darse apoyo y cariño cuando más lo necesitan. —
— Han pasado tantas cosas que no siento mi cabeza segura de las tomas de decisiones. — El hombre me miró con una sonrisa nostálgica y se acercó un poco más.
— ¿Qué sientes por Hyun Su? —
— No tengo idea, pero estar con él se siente muy bien — Reí.
— Entonces no desertes de lo que acaban de escoger para ambos —
El rostro del hombre comenzó a cambiar poco a poco hasta envolverse en una ráfaga de tristeza y nerviosismo que me contagió al instante. Hurgó debajo de la mesa que había diseñado para sus inventos y suspiró pesadamente cuando por fin logró tomar algo.
— Lamentó cambiar el tema de esta manera. ¿Recuerdas cuando rescataron a Hyun Su? — Asentí. — Eun Hyuk quedó sorprendido con la destreza y habilidad con la que manejaste el arma de Hyun Su y me pidió que fabricara una para ti —
Así que Eun Hyuk quería volverme parte del "escuadrón estrella" de defensa.
Todo este tiempo había tratado de ocultar aquella habilidad por miedo a que algo así sucediera, pero ahora me sentía segura y estaba dispuesta a ayudar.
— A comparación del arma que fabrique para el chico. La tuya es mucho más ligera y fuerte, las hojas son mucho más filosas y no tiene electricidad — Señaló los tres picos que asemejaban a un tridente mucho más delgado y fino, algo que la volvía una arma poderosa y letal. — Será muy difícil que este filo no atraviese la piel de los monstruos —
— Muchas gracias, es magnífica — Empuñe el arma. Realmente me hacía sentir imponente.
— Promete que cuidarás de ti —
— Lo prometo —
[...]
El beso que la chica había dejado en la mejilla del chico le había dado suficiente felicidad como para jugar amistosamente con el pequeño; seguía sin poder descifrar cómo era posible que una persona pudiera ser capaz de controlar sus sentimientos y regresarle todo aquel amor que había gozado tiempo atrás.
Se felicitaba internamente y alagaba por haber tenido la valentía de haberla besado y haberle confesado una parte de sus sentimientos.
Aún seguía recordando el tacto de sus labios que tanto había anhelado y el poder tomar su mano.
Se llamaba así mismo loco por haberse enamorado de alguien en tiempos tan extraños y duros como los que estaban pasando, pero cómo no hacerlo si ella era la única que no lo veía con miedo y no lo hacía sentir como un monstruo.
— Hyun Su — Llamó el menor. — Escuche al abuelo decir que estaba feliz por ti y T/N ¿Por qué? —
— Porque estamos juntos — Contestó dudando de su respuesta y sintiéndose nervioso por la pregunta del menor.
— El abuelo también dijo que te asesinará si intentas tomar su inocencia ¿A que se refiere? — El aire escaseó en los pulmones de Hyun Su al escuchar aquello.
— Tienes que ir con tu hermana — El niño tras hacer un leve puchero asintió y permitió que el chico lo llevara a la estancia.
[...]
Al caer la noche la incertidumbre me arrebató el sueño al notar la ausencia de Hyun Su. No lo había visto desde que lo había dejado junto al menor y el no verlo por aquí cerca me hacía sospechar que probablemente estaba pasando la noche en el cuarto de cuarenta.
Me arme de valor, empuñe el arma que Du Sik había hecho para mi y lleve conmigo la cobija que me había sido otorgada además de mi pequeña almohada; viendo mi imagen desde otra perspectiva parecía una niña asustada sin poder dormir en búsqueda de consuelo.
Pase por una de las bodegas en donde yacía únicamente una tabla y una luz parpadeante al fondo, fue allí donde lo encontré acostado y abrazándose a sí mismo por el frío que reinaba en lugar.
Un nudo se formó en mi corazón al verlo en aquel estado por lo que me permití ir a él.
— Hyun — Hable suavemente para levantarlo aunque por las condiciones en las que estaba seguramente aún no había podido conciliar el sueño.
— ¿Estas bien? — Asentí. — ¿Qué es eso? — Su ceño se frunció señalando mi arma.
— Du Sik la fabricó para mi. Al parecer Eun Hyuk quedó convencido conmigo tras verme usar la tuya allá abajo. Fue una buena audición —
— No es justo —
— ¿Sabes que no es justo? — Le entregué la almohada. — Que duermas aquí en estas condiciones— Difícilmente se convenció a sí mismo de acomodar su cabeza en una superficie más cómoda.
— ¿Te quedarías? No quiero estar solo —
Quería hacerlo, quería quedarme pero parte de mi aún se sentía nerviosa e insegura; traté de ser lo más sutil y linda con él para indicarle que no podía hacerlo cuando de pronto un enorme estruendo resonó por todo el lugar poniéndome a temblar como gelatina.
Hyun Su al notar aquello se sentó sobre la madera y comenzó a reír suavemente endulzando mi oído.
— No temas, simplemente fue el ascensor. Hace eso cuando lo desactivan, seguramente fue Eun Hyuk — Lo mire. — Mírate, estás completamente pálida —
Ya tenía mi respuesta, ni de chiste regresaría por aquel camino oscuro, sola y con cientos de extraños sonidos provenientes del elevador. Moriría de un infarto antes de llegar con los demás.
— Bien, compartiremos la cobija —
— Hecho —
Temerosamente acerque mi cabeza a un costado de él, pero se apresuró a guiarla hasta su pecho con movimientos sumamente delicados y recatados; me acomodé de tal manera que no lo lastimara y poco a poco comencé a liberar mi tensión.
Podía escuchar como latía su corazón, era tan fuerte y lleno de vida que me impulsaba a quererlo y cuidarlo cada vez más.
— ¿En verdad no me temes? — La pregunta me tomó por sorpresa, pero esta segura de lo iba a contestar a ella. — En cualquier momento podría convertirme en un monstruo —
— No lo hago — Podía sentir como su mirada se clavaba en el techo.
Recordé la primera noche que habíamos compartido, ambos estábamos despiertos por culpa de las patrañas que nuestras cabezas generaban por causa del miedo e incertidumbre por lo que sucedería cuando el sol volviera a salir.
Esa noche creía que no volvería a ver a Hyun Su y por ello me había animado a hablarle y ese mismo día lo consideré un monstruo. Me arrepentía de haber pensado en aquello y haberlo juzgado de esa manera, sin embargo, ahora el panorama era complemente diferente; estaba con él gracias a mi vulnerabilidad, no había sido la manera más grata de haber conseguido estar cerca a él, pero no me arrepentía de lo que había surgido después de aquella escena en al que ambos compartimos nuestros lados oscuros y nos confesamos sentimentalmente el uno al otro.
Los labios de Hyun Su tocando los míos por primera vez, algo que tanto había deseado inconscientemente y por fin lo tenía; aún me sentía cobarde de volver a repetir dicho acto, de besarlo nuevamente sabiendo que ahora estábamos juntos.
— No lo haré. Supe que no lo haría cuando vi tus ojos por primera vez. No hay nada en ellos que me haga temerte, son tan puros y honestos que reflejan a la perfección tus sentimientos — Levanté el rostro y delineé aquello que pertenecía a su mentón y parte de las mejillas. — Cuando temes de algo a veces pueden agrandarse en tamaño, cuando estas triste son tan pequeños y opacos, pero cuando estas feliz son un par de bellas luces y la manera en que se curvean cuando sonríes es magnífico y a pesar de todo ello jamás he visto rastro de peligro en ellos. —
— Tengo miedo de que algún día termine perdiendo el control convirtiéndome en un monstruo que no pueda tener la capacidad de reconocerte — Sus palabras salieron casi en un hilo de voz de su garganta provocando un ligero temblor en su labio inferior. — Temo que pueda dañar a cualquiera de nosotros, pero jamás me perdonaría lastimarte y perder mi lado humano. —
— No, Hyun Su. Tú eres la persona más humana de todos nosotros —