UN CASI BUEN DÍA
• Jessica Allen •
El día de hoy está yendo de mal en peor.
A primera hora tenia el dichoso examen de Historia... Que por cierto, me salió mal.
...Demasiado mal.
Aunque ya me lo esperaba porque nunca se me ha dado bien la historia, y aunque pensé que esta vez me saldría mejor... no fue así.
Ya me estoy preparando mentalmente para el suspenso.
Ahora mismo tengo una hora libre porque el profesor de filosofía no se dignó a venir.
Esperamos un rato para ver si al final aparecía pero nos confirmaron que faltó.
¡Gracias a Dios! El señor ese es un muermo.
Así que aquí estoy. Caminando hacia la biblioteca para aprovechar el tiempo que me queda. Entro y le dedico un saludo amistoso a Marisol. Voy directamente al último pasillo y me siento con las piernas cruzadas para después escuchar por mis auriculares: Brooklyn Baby de Lana Del Rey.
Anteriormente—o como suele hacer siempre que me ve—Marisol me sugirió que estudiara Matemáticas o Historia, pero la ignoré...
Muy sutil, lo sé.
Después de sacar mi cuaderno de dibujo y un lápiz de carboncillo, me acomodo y... Y siento como unos dedos rozan mis orejas para despojarme de los cables blancos.
—Hola Jessi—reconozco la voz de inmediato.
—¡Ey!—me quejo—No interrumpas mi momento de paz y tranquilidad—le digo en un tono dramático—Y no me llames...
—Jessi—finaliza la frase por mi.
—¿Que quieres?—pregunto con seriedad.
La verdad me desconcertaba que él estuviera aquí. Quiero decir... nadie—excepto Alison y yo—Se atreve a pisar esta lugar. Nuestro lugar... Mi lugar.
—¿Y esos modales?—dice con ironía—Me esperaba más de ti, Jessi.
Pongo los ojos en blanco y me convenzo en ser "amable"
—Hola—lo saludo.
Sonríe al ver mi cambio de actitud y lo reparo de pies a cabeza. Hoy lleva una sudadera verde militar y el pelo un poco despeinado.
—¿Necesitas algo o me dejas sola?—le pregunto, un poco molesta.
Ignora mi pregunta y ojea el entorno.
—Bueno si insistes...—se sienta delante de mi y me mira fijamente a los ojos, ese gesto me pone nerviosa y puedo captar como mis mejillas se tiñen de rojo— Sigue con lo tuyo, no pienso interrumpir tu paz y tranquilidad.— repite con burla.
Me siento rara. No conozco a Thomas de nada, solo se que es el mejor amigo del novio de mi mejor amiga, no le cae bien a Ali y al parecer a él tampoco le cae bien ella... Le gusta Oasis y por lo poco que he visto, viste bien.
—Bueno...—Pensativa bajo mi cabeza y fijo mi mirada en el cuaderno de dibujo y empiezo a trazar líneas sin sentido. Puedo sentir su mirada sobre mi, y cada vez se vuelve esto mas extraño, le quiero pregunta porque se queda aquí, pero... me agrada su compañía.
—¿Que dibujas?—me pregunta al ver que no estoy en la disposición de hablar.
—Buena pregunta, hasta yo quiero saber—le digo irónicamente y le muestro el cuaderno con trazos de líneas sin sentido.
—Interesante...—intenta contener la risa.
—Si, demasiado interesante—le dedico una risa falsa.
Sigo pensando en que dibujar y veo mi lápiz de forma diminuta...
—Dibújame—dice sin vergüenza, interrumpiendo mis pensamientos—Seré tu musa—ironiza.
De verdad. De verdad intento que sus comentarios sarcásticos me hagan reír, pero hoy no es el día, pero juro que estoy poniendo de mi parte para no ser tan apática con él.
—Bueno... no creo que sea posible...—No me deja terminar la frase.
¡Odio que haga eso!
—¿Enserio? Tienes a un semidiós delante de tus narices y ¿Te niegas a dibujarme?—dice incrédulo—Mi gran belleza te daría la inspiración necesaria, te lo aseguro.
Egocéntrico.
—¡Pero bueno!—intento sonreír—Tú personalidad contrarrestar esa apariencia...
—No me conoces—frunce el ceño.
—Si le caes mal a mi mejor amiga... ya es razón suficiente para conocerte—suelto.
—No juzgues sin conocer, tómalo como consejo—dice con desaprobación.
Bajo los ojos apenada. Tiene razón. ¡Mierda, ahora me siento mal!—Más que antes—.
—Pues... déjame conocerte—digo con la esperanza de arreglar la situación.
—Bien, pregunta.
Alzó las cejas sorprendida. El no ha apartado la mirada en ningún momento y yo solo me pongo más nerviosa cada que habla, sus ojos me fascinan y es inevitable no perderme en su mirada.
—Cuentame sobre ti—es lo único que se me ocurre.
Que imaginación de mierda, Jessica.
—Me llamo Thomas Wilson, alias el semidiós—se ríe—Tengo dieciocho años. No tengo hermanos. No tengo color favorito, ni asignatura, ni animal preferido— alza los hombros—Me gusta nadar y también dibujo.
¿Me enamore? Sí
—¿Estado? Soltero, en una rela...
—Soltero—me interrumpe—¿Interesada?—me pregunta con picardía.
Obvio.
—Puede—es lo único que respondo.
A ver, ya que estamos... voy con todas. Es el primer chico que intenta acercarse a mi, y tiene el esfuerzo de cruzar más de tres frases conmigo. No siento la necesidad de mentirle diciendo que no me interesa si es obvio que sí.
El se cruza de brazos y habla.
—¿Y tú? Cuéntame algo—enarca una ceja.
¿resumen?: Aburrida.
—Me llamo Jessica Allen. Tengo diecisiete años y tampoco tengo hermanos. Mi color favorito es el verde, odio las matemáticas, y mi animal favorito pueden ser... las mariposas—pienso y sigo—Me encanta leer y escuchar música. Verdadera música—aclaro—Me gustan las noches estrelladas, la lluvia y soy sarcástica por naturaleza—intento bromear.
Suena muy patético pero así soy.
—Soltera, en una relación...
—Soltera—respondo—¿interesado?
—Puede.
Nos quedamos en silencio un rato, mirándonos mutuamente, como si nos estuviéramos analizando. Y después de un rato se levanta del suelo.
—Dame tu número.
¿Dame? ¿Y los modales donde quedan?
—Lástima...—me excuso—No me lo sé.
Muy patético de tu parte, Jessica...
—Tienes tu teléfono ahí—señala mi mano, insistiendo.
—Está sin batería—sigo con las excusas.
Sonríe de lado, abatido.
—Se me olvidaba que te haces la difícil—da media vuelta para irse, pero se detiene y me dice—Igualmente, espera mi llamada—se voltea y sigue su camino.
¿Quien es? ¿El FBI?
Me doy cuenta que estoy llegando tarde a la siguiente hora de clase, así que recojo todo y salgo medio corriendo de la biblioteca.
El semidiós egocéntrico con el ego más alto del mundo, tiene un año más que yo, pienso.
Tengo curiosidad, quiero conocerlo y saber más sobre él, pero lo que necesito saber es porque se llevan mal Alison y él.
Alison es una chica súper divertida, animada y loca, es imposible que te caiga mal una chica como ella, es un amor de persona.
Cuando llego a clase asomo mi cabeza por la puerta y veo que el profesor ya está ahí.
Bravo.
Toco con mis nudillos la puerta de madera para llamar la atención de Sr. Brad, el profesor de Matemáticas.
—H-Hola ¿puedo pasar?—le pregunto.
El asiente con la cabeza sin interés y sigue escribiendo en la pizarra, mientras yo me dedico hacer el centro de atención de un montón de adolescentes hormonales.
Presto atención a lo que dice, pero no pasa ni media hora cuando dejo de entender que mierdas hace con los números... Me estoy durmiendo del aburrimiento que conlleva escuchar al muermo que tengo delante, y de repente suena un móvil, un móvil...
¡Mierda, mi móvil!
Lo veo y logró ver lo que dice la pantalla:
Número desconocido
El profesor me dedica una mirada asesina y apago rápidamente el teléfono. «Lo siento, lo siento» digo por lo bajo... Y otra vez, vuelvo hacer el centro de atención.
Esto es vergonzoso...
••••
Lo único medio bueno que ha pasado hoy ha sido conocer un poco más sobre Thomas.
De lo que llevo de día, todo me ha salido mal. En conclusión, estoy segura—por no decir segurísima— que he suspendido historia.
En el resto de clases no he prestado mucha atención... Y me llamaron " irrespetuosa" por dormirme en clase de Latín.
Salgo de mi última clase y lo primero que veo es la cara del semidiós. Está recostado en la pared de al frente, con una expresión graciosa.
—Te llamé y no contestaste—Me dedica una risa.
Maldito.
—¡Oh sí! Estaba en la luna y no tenía cobertura—le digo con sarcasmo y me limito a caminar fuera del instituto para encontrarme con Paul y Alison.
—Hola—digo sin mucho ánimo a ambos.
—Hola, Jess—Dice Ali, comprendiendo mis ganas de no hablar.
Paul me saluda y me subo al coche para que nos lleve a casa, pero de un momento a otro se abre la puerta de atrás a mi derecha y lo veo.
Otra vez.
—Hola Paul, Hola loca, Hola Jessi— nos dice Thomas con una sonrisa en la cara.
—¡Que pasa, Hermano!—se chocan las manos los dos y únicos chicos del lugar.
—Déjame cerca de casa—se limita a decir.
El asiente y nos lleva a nuestras respectivas viviendas. Yo soy la primera en llegar así que me bajo, pero de reojo veo a Alison hacer lo mismo.
—Nos vemos—giro la vista y le hablo a mi mejor amiga—Ali... Hoy no, ¿vale?—detengo su acción.
La rubia suspira y me abraza. Ella más que nadie comprende que hoy es una día difícil para mi.
Hoy hace tres años murió mi madre...
—Oh... bueno ¿Estarás bien?—dice con comprensión.
—Sí
—Chicas...—nos habla Paul—No es por ser aguafiestas, pero tengo cinco coches esperando atrás—se ríe incómodo.
—Si necesitas algo me avisas—Me dedica una sonrisa no muy animada—Te quiero.
—Yo también te quiero
Me despido de ella y voy directa a mi habitación.
Me acuesto en la cama y miro el techo mientras se reproducen algunas canciones por mis auriculares... Y después de unas cuantas me quedo dormida.
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