¿Existen los finales felices...

By Anilec_

20.7K 2.1K 342

Los caminos siempre se cruzan, las personas conocen a otras que pueden terminar siendo o no parte de sus vida... More

Prólogo: La vida de los nuevos saiyajin.*
Capítulo 1: Rumbo a Namekusei.*
Capitulo 2: La joven extraña.*
Capítulo 4: Llegada a la Tierra.*
Capítulo 5: Familia.*
Capítulo 6: Memorias e integraciones.*
Capítulo 7: Amistad en paz.*
Capítulo 8: Malentendidos, flores y un viaje.
Capítulo 9: Los preparativos para el viaje.
Capítulo 10: El entrenamiento va a comenzar.
Capítulo 11: El miedo de Koron.
Capítulo 12: Siente el ki.
Capítulo 13: El súper saiyajin.
Capítulo 14: El valor de la familia.
Capítulo 15: ¿Le gusto?
Capítulo 16: Volvamos a entrenar.
Capítulo 17: Un cumpleaños "perfecto"
Capítulo 18: Te quiero Fuko.
Capítulo 19: Sentimientos no entendidos.
Capítulo 20: Hermanos.
Capítulo 21: Una noche divertida.
Capítulo 22: Nuevo obstáculo, nueva meta.
Capítulo 23: Orgullo vs pequeño orgullo.
Capítulo 24: Fuerza de voluntad y novias bonitas.
Capítulo 25: Amores y despedida. (Capítulo alargado)
Capítulo 26: Pan, tartas y más pan.
Capítulo 27: Locura primaveral.
Capítulo 28: Verdades.
Capítulo 29: Similitudes extrañas.
Capítulo 30: Plan arruinado.
Capítulo 31: El gran ataque.
Capítulo 32: Confusiones.
Capítulo 33: Lágrimas de amor.
Capítulo 34: El mensaje.
Capítulo 35: Llegada inesperada.
Capítulo 36: Entre llamas.
Capítulo 37: Riesgos.
Capítulo 38: Gotas de sangre.
Capítulo 39: Vida.
Capítulo 40: Tal cual como Freezer.
Capítulo 41: Espada de salvación.
Capítulo 42: El inicio.
Capítulo 43: Venganza dorada.
Capítulo 44: Destrucción o salvación. (Capítulo alargado)
Capítulo 45: ¿Un deseo es suficiente para ser feliz?
Capítulo 46: Felicidad...
Epílogo: Torneo de Artes Marciales.
¡Z Awards!

Capítulo 3: La cosa celeste flotante.*

710 77 2
By Anilec_

Ya habían pasado varios minutos, el segundo sol de Namekusei estaba saliendo y eso ocasionaba mucho calor en aquel momento, era como si hubiera dos mediodías de la Tierra. Trunks estaba sentado bajo la sombra de un árbol esperando a que Dendé terminase de curar las heridas de aquella desconocida, y lo peor era que la duda lo atormentaba, no sabía si lo que hizo fue bueno ya que rescató a un ser en peligro o malo porque aquella mujer podría ser una amenaza para el planeta o hasta el universo entero en algún futuro. Su mente daba vueltas como si estuviera tratando de buscar una esquina en una habitación circular.

–Señor Trunks, venga un momento– lo llamó el nameku al salir de la cabaña, tenía sus manos detrás de su espalda demostrando una gran señal de preocupación.

– ¿Qué pasa Dendé? – despertó de sus pensamientos al oírlo, se paró y se dirigió hasta el chico. Completamente desconcentrado desvió la vista hacia la ventana en donde claramente podía observar a la joven anónima.

–Ya terminé de curar sus heridas, pero no despierta– indicó con un tono bajo y quebroso, casi en un susurro apagado – ¿Será que antes de que comience a curarla ella... perdió la vida?

Trunks no dijo nada ante la mirada penosa del namekiano, se hizo a un lado y entró a la cabaña en completo silencio. Detuvo su caminata al lado de la cama observando a la joven, recogió el cabello que caía por el rostro de ésta ya que no podía ver claramente sus ojos cerrados, unos que con necesidad deseaba comprobar.

Intentó hacerla reaccionar moviendo su hombro y en unos segundos un puñetazo paró justo en su rostro haciéndolo caer hasta chocar de espaldas contra el suelo.

–Cinco minutos más...– fue un balbuceo, la joven logró mostrar señales de vida, eso era bueno. Aún medio dormida giró su cuerpo y colocó la almohada sobre su cabeza como cualquier persona que no quiere ser molestada al dormir.

Trunks sólo se quedó sentado en el suelo acariciando su rostro adolorido y en unos segundos soltó una corta carcajada, observó como el chico namekiano ingresaba al cuarto con apuro, seguro era por el ruido que ocasionó su caída.

–Me parece que te equivocaste Dendé– volvió a reír hasta que notó que su nariz comenzó a sangrar un poco, abrió los ojos y se cubrió con una mano –Maldición...

– ¡Señor...!– gritó Dendé pero Trunks lo detuvo antes que se inicie un innecesario alboroto.

–Tranquilo, no es nada, en realidad...– de un salto se colocó de pie y sonrió con nerviosismo –Esto... iré a ducharme, creo que me ensucié un poco... Más bien, bastante...– murmuró esto último mientras echaba un ojo a sus ropas sucias con la sangre la muchacha.

Pronto se retiró de la cabaña dejando confundido al pequeño aldeano.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Despierta ya...

Trunks sólo esperaba que aquella persona despertara lo antes posible para mantener la seguridad en Namekusei y marcharse en paz, su misión fue un fracaso y sólo quería estar en casa y desayunar los huevos revueltos que preparaba su madre. Estaba a punto de buscar a Dendé para poder organizarse en el viaje hasta que algo lo interrumpió por las espaldas.

–¿¡Qué le pasó a mi cola!?– era una aguda pero angelical voz el cual resonaba por las paredes de la cabaña, Trunks juró que era la chica que había rescatado.

Pues, no podría ser otra persona, en este planeta no existían las mujeres, al menos eso era lo que sabía.

– ¿¡Quién eres tú!? – chilló la joven al ver que Trunks ingresaba al cuarto, ella se cubrió por completo con las sábanas, ya que estaba semidesnuda en la parte del torso para arriba –¿¡Quién eres!?– repitió mientras se colocaba de pie sobre el colchón y retrocedía hasta chocar con la esquina de la pared.

Trunks maldijo mentalmente al namekiano por no haberle avisado que la chica no estaba usando vestimenta o alguna camisa que podría cubrir sus pechos cuando estaba durmiendo, y para empeorar todo, la pequeña seguía berrinchando para que se largara.

–¡Responde antes que te golpee!– amenazó apuntando al híbrido con su puño derecho.

Trunks suspiró y se quitó su chaqueta azul quedándose solamente con su camisilla negra, se acercó lentamente hasta la desconocida y le entregó su vestimenta tratando de no fijar sus ojos en ella directamente.

–Primero... ponte esto– con un gran esfuerzo logró mantener su mirada al suelo, se había incomodado tenerla de esa manera tan cerca –Y hazlo rápido.

La pequeña parpadeó repetidas veces, bajó la cabeza y su rostro se hirvió de vergüenza en un segundo.

–¡Date vuelta, pervertido!– gritó mientras le arrebataba el abrigo –¡Ahora o te asesino!

–E-está bien...– tartamudeó mientras sus piernas temblaban, por fortuna su cuerpo reaccionó para obedecer rápidamente. Logró percibir los movimientos de la muchacha intentando colocarse su chaqueta, él no quería darse vuelta para nada, era una piedra firme en aquel momento, hasta aguantó torpemente la respiración.

– Esto me queda grande– susurró la pequeña– Ya puedes voltearte si quieres– agregó en un murmullo.

Él se giró con los ojos cerrados, perezosamente abrió uno y la observó completamente arropada, agradeció mentalmente eso. Abrió finalmente ambos ojos para percibirla mejor y apreció que su abrigo le quedaba como un vestido azul, se cruzó por su cabeza que si ella daba un solo paso el chaleco se le caería dejándola de nuevo al descubierto.

–Yo... tengo ropas más pequeñas en la nave, si gustas puedo traerte algunas– indicó señalando con su pulgar un punto nulo de las afueras del lugar –Regresaré dentro de unos minutos.

–¡Espera!– exclamó la mujer como si Trunks ya se encontrara muy lejos – No se donde estoy ni tampoco recuerdo nada de lo que pasó– mencionó con un tono bajo al ver que Trunks le brindaba toda su atención –¿Puedes decirme quien eres?

– Lo mismo pregunto– dio unos pasos hasta llegar hasta el colchón, sonrió un poco al ver que ella repetía la misma acción –Mi nombre es Trunks y soy un humano del planeta Tierra, yo fui quien te rescató de esa pequeña nave cuando estabas a punto de morir– se presentó con una expresión amable, como la joven no respondió luego de eso se dio de nuevo la vuelta para marcharse.

–Mi nombre es Koron– finalmente bajó de la cama y lo detuvo sujetándolo del brazo – Soy una guerrera defensora, también me conocen como Líder número siete.

¿Número siete...? Pensó el híbrido a la par que ella retiraba sus diminutas manos de su fornido brazo. Él sólo asintió satisfecho, era una verdadera suerte que la chica se tratase de una buena persona y no de un guerrero cualquiera.

–Y soy una saiyajin...

–¡Una saiyajin!– exclamó con asombro, claro la joven había confesado naturalmente que era una saiyajin, que eran de la misma raza y sangre, era obvio que él reaccionase así ante tal revelación.

–¿Qué sucede?

–No, nada...– cubrió su boca con su puño y carraspeó incómodamente, no se había dado cuenta que había dicho aquello en voz alta, o mejor dicho gritado –Ahora iré a traerte unas prendas.

–Espera... no te atreverías a dejarme ¿O sí?– dijo rápidamente, se aferró a las comisuras del abrigo y persiguió al muchacho.

–Tú quédate aquí, seguro caminarás y se te caerá toda la ropa– la sostuvo de los hombros hasta que ésta lograse retroceder de nuevo a los adentros del lugar –No seas terca– ella frunció el ceño y desvió la mirada ofendida.

–Está bien.

Salió de la cabaña estirando las extremidades y emprendió una larga caminata hacia la nave, apenas dio unos cuantos pasos y apreció que algo extraño lo perseguía. Desvainó su espada y la empuñó justo cuando se dio vuelta, para su sorpresa se encontró con un fantasma color celeste.

–Bu.

–Dendé se va a molestar ya que estás ensuciando la sábana con la tierra– indicó lanzando su arma al aire, se encorvó hacia un costado y la espada encajó nuevamente en la funda –Vuelve a la cabaña, Koron– ordenó mientras continuaba su camino.

–¿Quién es Dendé?– ella observó el suelo y el borde de la tela con suciedad, dio un pequeño salto y empezó a levitar hasta que las sábanas se alejaran del suelo, ahora sí parecía un fantasma celeste siguiendo al pobre joven.

–Es un habitante de este planeta– contestó intentando ignorarla.

–Pero quien exactamente...

Trunks se cansó de sus tonterías, sujetó la parte superior de la sábana junto con las sobras que colgaban desde abajo y encerró a la joven adentro como si estuviera un en una bolsa de tela.

–¡Suéltame pedazo de basura!– gritó agitándose dentro de la telas sin dejar de levitar –¡Oye!

–No– respondió mientras estiraba la bolsa hacia él.

–¡Me voy a asfixiar aquí!– logró sacar su cabeza por un agujero para poder respirar, ahora más que un fantasma parecía un burrito, o alguna cosa celeste flotante –¿Por qué me haces esto?

–Tranquila, te llevaré a la nave, podrás cambiarte cómodamente y también te prepararé algo para comer.

–¿¡Comida!?– exclamó con gran alegría, y para agregar su estómago resonó como una campana inquieta –Espera...– trató de acercarse un poco más a Trunks pero fue inútil debido a la escasa libertad de sus brazos y piernas– ¿Dónde está mi nave?

–Está por aquel lugar, creo...– apuntó hacia el horizonte del norte, justo donde la había hallado –Allí fue donde aterrizaste con graves heridas y yo te rescaté– movió un poco su cabeza para dirigirle la mirada pero sin dejar el paso –Luego aquel namekiano llamado Dendé te sanó y ahora te encuentras flotando enredada en una sábana celeste.

–¡Entonces él fue quien me desnudó!

–¡Claro que no...!– lanzó sonrojado –Seguro lo hizo para poder sanar tus heridas más graves, además, en este planeta no existen las mujeres, él no te haría daño.

–Ah, claro...– bufó encogiéndose dentro de su refugio telar.

Llegaron y entraron a la nave, Trunks tomó los bordes de la sábana la cosa celeste flotante y lo estiró como si estuviera refregando las migajas de un mantel de mesa. Koron salió de golpe y dio algunas vueltas en el aire quedándose finalmente de cabeza levitando.

–¿¡Cuál es tu problema!?– gruñó volviendo normalmente al suelo –¡Casi muero!– se acercó hacia él con un ligero tambaleo, graciosamente parecía estar ebria.

Trunks dio vuelta sin decir nada y fue a buscar algunas prendas en su armario, entre revisiones de varios cajones logró hallar unos shorts de su madre que había equipado por error y una camiseta, la más pequeña que tenía.

–Sólo tengo esto, los shorts pueden quedarte pero dudo que la camiseta te quede bien– describió mientras le enseñaba dichas vestimentas. Koron observó detalladamente las prendas que estaban en las manos de Trunks, aún seguía confundida por eso se tomó la molestia en pensar mucho en aceptarlas o no.

–Voltéate, voy a cambiarme– ordenó con el ceño fruncido.

–No es necesario, yo iré a la cocina, pero si quieres también puedes cambiarte en el baño– dijo orientándose hacia el lugar donde indicó dejando sola a la muchacha a su suerte.

–¿En el baño...?

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

El olor a comida inundaba el ambiente, Trunks ya estaba a punto de terminar de cocinar unos huevos revueltos, su plato favorito. Sirvió la última porción en el plato que sería para Koron y llevó su plato con el de ella hasta la mesa.

Colocó todo en su lugar a excepción de los platos, no tenía idea si Koron deseaba comer frente suyo o a su lado, pero esa idea absurda se desvaneció cuando un grito resonó por toda la nave.

–¡Hey tú!– Koron lo llamaba, pero no gritaba asustada ni enfadada, era un grito que indicaba perfectamente el deseo que él se fuera hasta donde ella estaba –¡Extraño humano! No recuerdo tu nombre...– indicó esto último en voz baja.

–Mi nombre es Trunks...– dijo lo suficientemente alto para que ella lo escuchara, o eso él esperaba.

–Ven aquí ahora, necesito tu ayuda.

El saiyajin se cruzó de brazos y tomó rumbo hasta donde salían los llamados, nada más y nada menos que el baño. Lo extraño era que la puerta seguía cerrada, intentó abrirla pero por su asquerosa mala suerte ésta estaba llaveada.

–Koron, abre la puerta, no puedo saber que necesitas si no abres.

–No puedo– confesó con una tonalidad algo asustadiza –No se cómo y no quiero romper la puerta.

Trunks pasó su mano por su rostro con frustración. ¿De verdad ella era una guerrera? Se comportaba como una niña. Tomó aire y se preparó para tranquilizar a la pequeña antes que todo estalle.

–Hey, escucha, sólo debes girar la llave a la izquierda y la perilla a la derecha, debes empujar un poco la puerta hacia arriba para que se abra perfectamente –esas indicaciones eran más que suficiente.

–¡No entiendo estas cosas primitivas!

–Sólo inténtalo.

Un silencio se presentó repentinamente, uno que fue callado por el sonido de la llave destrancándose, todo marchaba bien, la perrilla giró y la puerta salió despegada de la pared completamente.

–¿Así?– su tono era inocente y sonreía como si todo hubiera salido bien, estaba sosteniendo aún la puerta por la perrilla –Estaba haciendo todo lo que me dijiste– aseguró mientras arrojaba la puerta al suelo.

Arrojó la puerta al suelo... La maldita puerta del baño ahora estaba en el suelo...

–Acabas... ¡Acabas de arrancar la puerta!– trató de controlarse para no explotar en ira y lo peor es que él iba a reparar aquel desastre –¿Sabes? Dejemos esto así y vayamos a comer algo antes que...

–¿Estás enfadado?– preguntó retrocediendo un poco y bajando la cabeza completamente arrepentida.

CLARO QUE ESTOY ENFADADO, MIERDA.

–Claro que no.

–Eso... es bueno– suspiró dejando ver sus mejillas algo sonrosadas, nerviosamente pasó una mano por sus cabellos mientras dejaba escapar todo el oxígeno que había en sus pulmones –Es que yo no sabía...

–No te preocupes– olvidó un poco su enojo al saber que ella lo sentía, colocó su mano en el hombro de la muchacha y se agachó un poco para llegar a su altura –Veo que la camiseta no te queda muy grande, es casi perfecta.

–¿En serio?– preguntó con un brillo que resaltaba sus ojos, Trunks sólo asintió sonriente.

–Ahora vayamos a comer antes que la comida se enfríe– indicó antes de colocarse firme nuevamente.

–Claro... Trunks.

Bueno, al menos ella ahora lo había llamado por su nombre.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Ambos jóvenes llegaron al área en donde estaba la nave en que llegó Koron, lo estaban observando detenidamente si no tuviera algún daño pero al parecer todo marchaba a la perfección.

–Creo que no necesita mucha reparación– demostró la pequeña, pronto levitó un poco para observar la parte superior de la nave– Creo que volveré mañana a mis misiones, mis súper importantes misiones– resaltó lo último. Trunks tomó aquello como una leve amenaza.

–Me parece que sí, tengo las herramientas necesarias para repararlo, este bebé estará listo muy pronto– reveló confiado, al momento que dio unas cuantas palmaditas a la nave, ésta se desmoronó completamente hasta quedarse sólo como trozos de metal.

Trunks se congeló en su lugar... y Koron estalló.

– ¿¡QUÉ HICISTE PEDAZO DE BASURA!?– aterrizó velozmente y comenzó a recoger las placas inservibles que quedaban –¿¡Ahora como iré a casa!?– sus ojos no dejaban de observar los trozos que pasaban entre sus manos como productos en un supermercado.

–Yo... no sabía...– él aún estaba sorprendido, sólo hizo lo mismo que la primera vez que encontró la nave, sólo fueron unas palmaditas sin nada de fuerza.

–¿Qué voy a hacer? Todo está arruinado– sus ojos se pusieron llorosos mientras no dejaba de pasar entre sus manos los fragmentos de su nave completamente arruinada –Todo es tu culpa...– de pronto se giró a verlo con el ceño fruncido y en una de sus manos formó una navaja de energía –Voy a matarte pedazo de basura.

Trunks trataba de mantener la calma y pensar en una solución rápidamente ¿Qué rayos iba a hacer? En un lugar como este no había lo necesario para reconstruir una nave entera, todo se había ido al desagüe y para colmo Koron estaba a punto se degollarlo por lo que hizo.

Hasta que nació una idea, una que lo podía salvar.

–¡Koron!– gritó antes que ella lo atacase, milagrosamente ella se detuvo –Podemos llevar los pedazos de tu nave a mi planeta, en mi hogar tenemos lo necesario para arreglarlo, te prometo que todo saldrá bien.

–¿De verdad? ¿No mientes?– cuestionó al momento que su cuchilla se deshizo en polvo brillante.

–No miento, déjame ayudarte...– se acercó a ella opacando su miedo y colocó sus manos en sus bajos hombros –Vayamos a la Tierra, podrás quedarte en mi casa y cuando la nave esté lista te podrás marchar sin problemas... es lo único que puedo hacer ya que destruí tu nave.

Aunque Koron haya roto la puerta del baño no era tan grave comparado con destruir el único medio para volver a su planeta, él también la rescató pero como un gesto caballeroso decidió seguir ayudándola.

–Está bien– volvió a estabilizarse y alivió su gesto –Vamos a tu planeta, de todas formas algún día quería conocerlo.

–Ah, Koron...

–¿Qué sucede?– preguntó interrumpiéndolo.

–No vuelvas a usar esa cosa– propuso desviando la mirada, ella también repitió el mohín pero él logró percibir como asentía cuando lo hizo.

Que suerte tengo... La verdad no tanto...

Los muchachos se atrasaron una hora para llevar todos los pedazos de la nave hasta la de Trunks ya en cada viaje Koron se quejaba o sentía lástima de su nave hecha añicos. Los equipamientos estaban listos y ambos finalmente estaban preparados para marcharse del planeta Namekusei, pero no se olvidaron de Dendé, el joven también estaba listo para marcharse con ellos a una nueva aventura lejos de sus orígenes.

–¿Listos, chicos?

–¡Sí!– animó el joven namekiano levantando un puño a lo alto, obviamente con puro entusiasmo.

–Seh...– en cambio, Koron sólo murmuró con mala gana aquella sílaba. Vaya humor que trae consigo esta mujer saiyajin.

Y la nave despegó para iniciar un viaje que podría cambiar la vida de ellos y los de su alrededor.

Continue Reading

You'll Also Like

12.2K 560 38
maria es un vampiro pelirojo al despertar se encuentra co xin lan que viaje les depara el futuro también junto a xiao leí y Quin yu
208K 13.8K 50
"No te vayas, hay muchas pero no hay de tú talla"
402K 38.4K 62
La noticia de que Red Bull se arriesgo al contratar a una mujer para que reemplace a Sergio Pérez luego de su repentina salida del equipo, ronda por...
3.9K 250 8
Cuando Jamie trata de hacer que su novia crea en los guardianes de la infancia, las relaciones entre los personajes comienzan a deteriorarse, provoca...