Hermione Granger y El Príncip...

By vane_lover

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Príncipe Mestizo desde el punto de vista de Hermione. Continuación de Hermione Granger y La Orden Del Fénix ... More

Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Epílogo

Capítulo 1

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By vane_lover

Querido Lector:

 Comienza a leer, te encantará, pero a final de cuentas querrás saber cómo comenzó todo y desearás leer las precuelas =D

TODOS LOS ANTERIORES FICS SON TRADUCCIONES.

SEGUIDORES DE ANN, IMPORTANTE QUE LEAN AQUÍ: No quise decir esto con anterioridad,  pero espero que me perdonen; de alguna manera debía mantener la expectación en ustedes; necesitan una explicación antes de comenzar a leer el Fic, y se las daré:

Si recuerdan en el último capítulo de HG y LODF todo fue muy ideal para R y Hr, dijeron, hicieron y aclararon mucho; sin embargo, esa historia fue escrita antes de que saliera el Libro 6; por lo tanto, Ann Margaret decidió escribir un prólogo (que corresponde a el presente Cap) en esta historia, donde hace una variante de esa 'charla' junto al lago, para así adecuar la historia al Libro 6. Lo sé, lo sé, a muchos no les agradará el cambio, pero conforme avance la historia se verán recompensados, lo prometo.

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Título: Hermione Granger y el Príncipe Mestizo (Prólogo)

Nombre del Autor: Margaret Ann Traducción: GrangerWeasley, y es llevado a Wattpad por: VANE_LOVER

Escrito después del Príncipe Mestizo.

Género: Romance, Acción

Esta historia se basa en personajes y situaciones creadas y es propiedad de JK Rowling…Ninguna ganancia económica se obtiene por ellas. Etc, Etc.

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Bienvenido al fuego

Bienvenido a la existencia

La tensión está aquí

La tensión está aquí

Perdiendo quién eres y quién podrías ser

Entre cómo eres y cómo debes ser

Te reto a Moverte

Atrévete a Mover

¿Te atreves a levante del suelo?

Te reto a Moverte

Atrévete a Mover

Como hoy nunca habrá

El día de Hoy nunca ocurrió...

"Te reto a Moverte" Switchfoot

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Hermione medio-corrió fuera a la noche balsámica, y miró a su alrededor. A pesar de la belleza de la noche, no creía que fuera una buena idea para Ron el salir a los terrenos solo, sobre todo ahora que la guerra acababa de empezar. Vio su impactante pelo rojo desaparecer en la cresta de una colina, y se apresuró a correr tras él. No podía creer que se hubiese perdido su tranquila salida del Gran Salón, y estaba un poco más que preocupada. Ron no era de los que salían de una comida.

También no podía creer que lo había encontrado tan rápidamente. Cuando se había dado cuenta que faltaba Ron, había dejado al instante la fiesta, por supuesto, pero de alguna manera sabía que iba a estar al aire libre. Tal vez era porque allí es donde ella iría si quisiera pensar sobre algún asunto, o para estar sola, o tal vez era porque por una vez siguió su instinto, pero cualquiera que fuese la razón, allí estaba él, sentado en el borde del lago, bajo el árbol de Haya en el que habían pasado muchas tardes estudiando. Hermione recordó que la última vez que se había sentado debajo de ese árbol fue el día después de la final de Quidditch. Se habían sentado allí durante casi una hora, antes de poder decirle a Ron que habían perdido el partido. Ron había estado muy molesto hasta que le dieron una explicación, luego, por supuesto, volvió a ser el viejo y buen Ron: leal y comprensivo como siempre. También había estado barriendo su pelo de esa manera irritante, recordó Hermione con el ceño ligeramente fruncido; como si quisiera mantenerlo revuelto porque pensaba que parecía -cool- o algo así. Patán.

Era gracioso, Hermione pensó cuando se sentó en silencio junto a Ron. Tantas cosas habían cambiado desde la última vez que había estado bajo este árbol. La noche en el Ministerio les había cambiado de manera irrevocable, y se había cambiado el curso de la guerra también. Pero gracias a Merlín que algunas cosas nunca cambian, como Ron siendo un Patán, o sus sentimientos hacia él. Algunas cosas eran demasiado perfectas, demasiado correctas como para cambiar.

Ron no se había percatado de su presencia, y seguía mirando a lo largo de las plácidas aguas del lago. Su dedo estaba cavando en el suelo y ausente extraía trozos de tierra que lanzaba hacia el lago. A Hermione le recordó la forma en que Harry había clavado tan violentamente sus dedos en el borde de su colchón, la primera vez que lo había visto después de su accidente. Los dedos de Ron estaban ahora cubiertos de polvo y suciedad, y Hermione no pudo contenerse de cerrar el puño alrededor de su muñeca en una súplica silenciosa para que parara. No creía que estaba en lo correcto si hablaba todavía, algo le dijo que se mantuviera en silencio hasta que Ron se sintiera listo para romperlo. Ron se puso rígido a su tacto, y después de un largo momento de fijar la vista en los dedos sobre su muñeca, tiró para liberar su mano, pero no enterró sus dedos en la tierra nuevamente.

"Realmente comenzó ¿no es así?" Ron finalmente habló.

"Sí" respondió Hermione en voz baja.

"Quiero decir, yo sabía que había empezado, obviamente", continuó Ron, "pero yo..." calló y miró suplicante e impotente hacia ella. "¿Me entiendes?"

"Sí" repitió Hermione

Ron miró hacia el crepúsculo, su mandíbula apretada con fuerza. Hermione quería apoyarse en él como lo había hecho a menudo en las noches que se había quedado hasta tarde en el ala del hospital o como cada vez que durante el día dejaba su cama para sentarse en el borde de la de ella, para poder tener una conversación normal y poder mirarse el uno al otro; gritar por encima de la cortina que dividía, les molestaba al extremo. Pero no podía, todo lo que había ocurrido en el ala del hospital le había parecido casi como un sueño. No era real porque toda la situación había sido tan terrible y surrealista. Encajaba en el libro de reglas no escrito de la buena-forma-de interactuar-de-Ron-y-Hermione, el que sólo debiera sentarse en silencio con él y ser una buena amiga apoyándole. Así que eso es lo que hizo.

Ron finalmente se relajó un poco. "Vamos a ganar, ¿verdad?" dijo con una voz llena de esperanzado optimismo que Hermione casi no tuvo el corazón de romper. Pero al mismo tiempo, no podía mentirle. "Quiero decir, tenemos a Harry, y la Orden, y todo, y vamos a estar bien, y ganar esta cosa, ¿verdad?" Hermione mordió la parte interior de su labio y bajó la mirada hacia su regazo. "Vamos a ganar, ¿verdad?" Ron repitió desesperadamente. Hermione finalmente tuvo el coraje de mirar hacia arriba, pero la seriedad, la expresión de súplica en su rostro detuvo las palabras que iba a decir y las transformó en silencio, abriendo y cerrando la boca. "Dime que vamos a ganar", ordenó Ron.

"No puedo", Hermione por fin habló de mala gana. "No sé si vamos a..."

"¡Tenemos que hacerlo!" Ron intervino con tanta fuerza que Hermione estaba un poco más que desconcertada. Ron se miró al instante algo decepcionado consigo mismo, y de hecho enterró el rostro en sus manos, con sus dedos agarrándose el pelo.

"Oh, Ron" suspiró. No pudo evitar acercarse más y frotarle la espalda en tranquilizadores círculos. Esto le dio tiempo para frasear cuidadosamente en su cabeza lo que quería expresar a su mejor amigo. "Ron, yo no voy a mentirte. No sé si vamos a terminar ganando esta guerra. No puedo decir que vamos a ganar. Pero no puedo creer que no lo hagamos. He visto a lo que nos hemos enfrentado y creo que podemos apostar a lo que tenemos a nuestro favor. Contamos con Harry, tenemos a Dumbledore, tenemos la Orden, y hay personas como tú y como yo que están dispuestas a llevar esto hasta el final," Hermione dejó de frotar a Ron, pero mantuvo su brazo presionado contra su espalda. "Mientras tengamos esas cosas, la esperanza, la fe, y la confianza en nosotros mismos, entonces lógicamente, debemos ganar. Voldemort no tendrá ninguna oportunidad". Hizo una pausa. "Eso es lo que yo creo que va a suceder."

"Pero no lo sabemos con certeza", dijo Ron en una voz apagada, mientras sus manos aún estaban entrelazadas sobre su rostro.

"Bueno, nadie sabe este tipo de cosas con certeza, tonto" dijo Hermione burlonamente. "No soy una vidente ahora, ¿o sí?"

"Supongo que no" reconoció Ron. Él respiró hondo y volvió a sumirse en el silencio. Hermione permaneció a su lado, un poco desconcertada. No era frecuente que Ron se desquiciara. Era interesante que Ron fuese visto como el emocional, el exaltado; pero en una crisis, él era el que siempre se mantenía lo suficientemente sobrio como para hacerse cargo de todos los demás. O más bien, él siempre acababa teniendo cuidado de ella. Hermione miró a su perfil, mientras pensaba en la manera que la mantuvo cerca de él en el Ministerio. Nunca jamás se olvidaría de lo maravilloso que había sido esa noche. Nunca antes nadie había tomado cuidado de ella como en esa noche Ron lo hizo. De alguna manera, Hermione reconocía que había salvado su vida, incluso, no se imaginaba cómo podría haber hecho frente al agonizante proceso de despertar sin los brazos de Ron abrazándola. Era hermosa e increíble la manera en que él cuidaba de su familia y amigos. Honestamente, ya era hora que alguien le devolviera el favor.

Los dedos de Ron estaban cubiertos de tierra, por lo que Hermione, tentativamente, sacó su varita y luego tomó la mano más próxima a ella. Ella lo sintió incomodarse, pero él no apartó su mano. Manteniendo Hermione la cabeza baja, agitó su varita y murmuró un hechizo que dejó impecable la mano de Ron. Soltó su mano derecha y con su dedo le indicó que debía darle la izquierda. Él obedeció, y con otro hábil movimiento, la otra mano quedó igual de limpia.

"Gracias" dijo Ron con la voz un poco ronca.

"De nada" respondió Hermione con facilidad. Por fin levantó la cabeza y parpadeó un poco de cabello fuera de sus ojos. Ron rápidamente bajó su mirada, pero Hermione sabía que había estado mirando directamente a su cara. Por el resplandor en sus orejas, Hermione también podría decir que a le gustaba mirarla. Algo caliente brotó con fuerza en ella. "Simplemente no las ensucies de nuevo", advirtió a la ligera para cubrir la repentina avalancha de calor.

Ron asintió sin comprender. No parecía tener idea alguna de lo que ella acababa de decir. Los dos se dieron cuenta, al mismo tiempo que sus dedos estaban entrelazados libremente, y, también, al mismo tiempo y con automaticidad alejaron sus manos. Su corazón comenzó a latir por la sobre marcha hormonal. No tenía ningún sentido que él pudiera despertar algo profundo dentro de ella, no sólo por tocarla, sino también por alejarse. No parecía como si hubiera algo que no podía hacer con ella.

"Entonces. Este verano, vendrás a quedarte con nosotros, ¿verdad?" Preguntó Ron, en un intento dolorosamente obvio para cambiar de tema. "Mamá supone que podremos ir por Harry más pronto este año."

"Por supuesto" respondió Hermione inmediatamente. Aunque se había quedado en la Madriguera solo una vez, los recuerdos agradables de la pequeña pero acogedora casa y el extenso patio, siempre le hacían pensar en los días cálidos de verano. No sería verano si no visitara a Ron. Había extrañado terriblemente la casa el verano pasado, casi como si hubiera sido su propia casa.

"No sé por qué Harry tiene que ir con esos endemoniados muggles", continuó Ron enojado. "Lo tratan como excremento de dragón, y él ya ha pasado por bastante".

Hermione se preguntó si Harry tenía la menor idea qué tan frecuentemente Ron se preocupaba por él. Se encogió de hombros tranquilizadoramente. "Dumbledore dijo que tenía que. Él debe tener sus razones y si -"

"Lo sé, lo sé, si no podemos confiar en Dumbledore, no podemos confiar en nadie" concluyó Ron por ella, imitando su voz sin intención. "Pero incluso Dumbledore puede cometer errores. No creo que sepa lo mal que lo tratan allí."

"Estará bien" dijo Hermione no muy convencida. De hecho, no sabía si Harry lo estaría. Él había estado en tan mal humor durante todo el año y ahora que Sirius estaba muerto, Hermione temía que se hundiera aún más en el caleidoscopio de la furia, el dolor y la depresión contra la que había estado luchando todo el año. "Estoy segura de que Dumbledore le permitirá unírsenos tan pronto como sea posible."

"Más le vale", dijo Ron obstinadamente. Por lo estresado de su mandíbula, Hermione sabía que si Dumbledore no dejaba que Harry llegara pronto a la Madriguera, Ron iba a involucrarse personalmente. Hermione sólo esperaba que eso no significara, de alguna manera, localizar el Ford Anglia volador del señor Weasley y tomar otro vuelo nocturno a Little Whinging.

Con un largo suspiro Hermione volvió de la atención a Ron. Ahora era su turno para mirar pensativamente hacia la superficie cristalina del lago. Siempre le causaba un poco de tristeza dejar Hogwarts, pero al mismo tiempo, podía estar un poco más que excitada por el período venidero. El inicio de un nuevo término significaba nuevas posibilidades, un nuevo comienzo y una oportunidad para alcanzar aún mayores logros académicos. Las posibilidades eran infinitas, y Hermione no podía esperar para empezar a sacar provecho de ellas. Pero ahora, esa anticipación era empañada por el temor preocupante de lo que estaba por venir. Ese miedo había llegado el verano pasado, pero ella se había ido a Grimmauld Place con tanta rapidez, donde Ron y Harry la habían distraído de la plaga de problemas. Este verano, sin embargo, Hermione no podía dejar de pensar que no iba a tener tanta suerte. La guerra realmente estaba comenzando a partir de ahora, no había manera posible en la que pudiese distraerse. Además, tenía una sensación de hundimiento que, después de pasar la mayor parte del verano pasado y la Navidad fuera de casa, sus padres estarían menos dispuestos a aceptar dejarla ir tan rápido. No era como si no quisiese pasar tiempo con ellos - echaba de menos a sus padres y estaba desesperadamente preocupada por ellos más de lo que posiblemente podría articular. Simplemente no podía dejar de pensar que para sus padres sería mejor si ella se quedaba lejos. Si estaba lejos de casa, había pocas posibilidades de que los Mortífagos los tuvieran en la mira. Era ella a la que querían. Si no se encontraba en el lugar, estarían a salvo. Si se quedaba en casa, sólo se preocuparía por ellos más que nunca, lo cual se sumaría a la preocupación que ya tenía por Ron y Harry. Hermione suspiró. Incluso Trelawney podría haber predicho que no sería un buen verano para ella.

Y entonces, ¿qué le depararía el año? Conocería sus resultados de los TIMOs en unas pocas semanas. Hermione todavía no podía creer que hubiese cometido un error tan grave en el examen de traducción de Runas antiguas; estaba segura de que sería fuertemente penalizada por ello. Tenía la esperanza de tomar el nivel de EXTASIS en Runas Antiguas - ¿Habría posibilidades?, Luego estaba Aritmancia, la materia más difícil en Hogwarts. ¿Cómo le había ido? ¿Qué pasa con todas sus otras materias? ¿Sería capaz de estudiar todo, como siempre lo había estado esperando?

Luego, por supuesto, estaba la guerra. ¿Qué estaría planeando Voldemort?, ¿Cuántas personas se le habrán unido?, ¿Podrían los gigantes unirse a la lucha?, ¿Qué harán Dumbledore y la Orden para proteger a todo el mundo?, ¿Qué podría hacer el ministerio - si acaso sucedía algo?, ¿Cómo afectará la guerra a Hogwarts?, ¿Cómo afectaría todo esto a Harry?, ¿Alguna vez descubrirá lo que la profecía en el Departamento de Misterios predijo?, ¿Podrían estar a salvo sus amigos?, ¿Podrían sobrevivir?, ¿Ella sobreviviría?

Había tantas preguntas. Su futuro era tan oscuro en el momento. Hermione sabía que estaba en una encrucijada en su vida. El año que venía por delante, probablemente sería muy influyente en la determinación de lo que el resto de su vida sería. Dependiendo de cómo le fuera en sus clases, tomaría la decisión de lo que su futura profesión sería. Dependiendo de la guerra, decidiría cuál sería su contribución a la lucha. Dependiendo de la suerte de sus amigos, decidiría el curso del resto de su vida. Todo se reducía a las decisiones que haría en los próximos meses. Sin duda sería un viaje salvaje, aterrador y lleno de obstáculos, pero Hermione sinceramente no sabía cómo podía estar más preparada para ello. Era decidida, talentosa y con recursos, y si eso no fuera suficiente, tenía a sus dos mejores amigos en el mundo para que le cuidaran la espalda de ser necesario.

Echó un vistazo a Ron. Su sola presencia despertaba otra serie de preguntas. ¿Qué iba a pasar con ellos?, ¿Tratarían de ser más que amigos?, ¿Seguirían fingiendo que nada había pasado entre ellos? ¿O estarían destinados el uno para el otro? Según lo prometido, ninguno de ellos había hablado alguna vez del 'besuqueo' que montaron para el beneficio de Malfoy la noche en que el ED había sido allanado por la Brigada Inquisitorial. Sin embargo, no habían jurado no pensar en ello. De hecho pensaba en eso la mayor parte del tiempo, y en secreto se preguntaba si alguna vez tendrían la oportunidad de repetir esa actuación, con la esperanza de que no se interrumpiera en esa ocasión. Luego, estaba el libro que había escrito para él, todavía Ron no le decía absolutamente nada acerca de su contenido. Eso significaba que Ron era más tonto de lo que Hermione pensaba, o que entendía completamente lo que había escrito, pero no quería hablar al respecto. Si fuera lo último, entonces eso significaba que no correspondía a sus sentimientos y quería evitar una discusión, o que correspondía a sus sentimientos, pero no estaba listo para admitirlo libremente. ¿Cuál era la razón?

Hermione negó con la cabeza, momentáneamente aturdida por el incremento de preguntas que zumbaban alrededor de su cabeza. Era una chica que amaba tener todas las respuestas, y ahora no tenía una sola. Lo único que podía hacer era esperar y ver qué pasaba. Tenía la sensación de que muchas de estas preguntas sería finalmente contestadas para este tiempo, el año siguiente. Sólo tenía que esperar.

"Será mejor que entremos", Hermione por fin habló, sintiendo que había estado pensando en su incierto futuro el tiempo suficiente. Se estaba haciendo más y más oscuro cada segundo, la fiesta tenía que haber terminado hace mucho tiempo y Harry probablemente se estaría preguntando dónde estaban.

"Sí" asintió Ron pensativo. También él se había tomado el tiempo para seguir reflexionando sobre los problemas acuciantes de su vida. Poco a poco, se levantó y tendió la mano para ayudar a Hermione a ponerse de pie. No le importó ni tantito que le agarrara la mano una fracción de segundo más de lo necesario. De hecho, lo disfrutó, sin embargo, tuvo suerte de que la oscuridad ocultara el rubor que brotó en sus mejillas. Parecía como si Ron sintiera placer con su vergüenza, porque se rió un poco, sintiéndose muy satisfecho de sí mismo.

Patán, pensó con cariño hacia él. Probablemente pensaba que era tan suave y terso. Ron podría ser el mejor chico del mundo para ella, pero todavía tenía que crecer un poco más. Lo estaba logrando, - la forma en que se hizo cargo de ella en el Ministerio era un verdadero testimonio de lo anterior. Ron había recorrido un largo camino desde el niño grosero con suciedad en la nariz que había conocido en el Expreso de Hogwarts hace cuatro años. De todo el mundo, era en él en quién tenía toda su fe, sabía que podía ser el caballero de brillante armadura que había soñado cuando era una niña. Había visto potencial en él desde el primer momento en que le había visto. Realmente había sido amor a primera vista, solo que a su mente le había tomado un poco de tiempo entenderlo.

Había hecho finalmente ese descubrimiento, después de algunos años, pero ahora era el turno de Ron. Era su turno de verla como la chica de sus sueños. Era su turno para crecer. ¿Cuándo sería capaz de hacerlo? Hermione suprimió otro suave suspiro; no necesitaba otra pregunta girando en su ya saturada mente. Así, mientras seguía a Ron de regreso al castillo, se recordó que esta nueva cuestión, que rápidamente se había convertido en la más candente de todas, se respondería con el tiempo. Al igual que con todo lo demás, Hermione sólo tenía que esperar pacientemente por cualquiera de esas horribles o maravillosas cosas que estaban esperando por ella.

Entraron en el castillo y en silencio se dirigieron a la sala común. Ambos preferían estar a solas con sus pensamientos. Ron dio a la Señora Gorda la contraseña y entró por delante de Hermione. Hizo una pausa momentánea, volviéndose a mirar a Hermione por encima de su hombro y murmuró un quedito pero genuino 'Gracias'. Hermione sonrió afectuosamente para hacerle saber que no era un problema, en cualquier momento que la necesitara, estaría allí. Un cosquilleo leve de déjà vu invadió la atmósfera cuando Hermione recordó claramente el momento en que había esperado en ese mismo lugar a Ron y Harry, cuando la habían salvado del Trol. Su estómago se agitó con esperanza. Una vez más, era un recordatorio de, hasta qué punto los dos habían llegado en los últimos cuatro años. Lo lograrían, estaba segura de ello.

"¡Oh, Ron hola!" Lavender Brown saludó alegremente desde su asiento frente al fuego. Se echó el cabello estratégicamente por encima del hombro para mostrar sus largos y bien formados mechones, que brillaban como el oro puro en la luz del fuego.

El valiente aleteo en el estómago de Hermione se volcó a un estremecimiento desgarrador. Había oído Lavender chismear con Parvati acerca de lo valiente que Ron debió haber sido al pasar por todo lo del Ministerio; también hablaban de lo divertido que siempre era y de cómo era una pena que hubiese sido tan malherido. Lavender, incluso, había ido tan lejos como para visitar a Ron en el hospital una tarde. Parecía como si repentinamente hubiese desarrollado un pequeño gusto por su Ron, y estaba haciendo todo lo que podía para llamar su atención. Hermione volteó a ver la bonita apariencia de Lavender, aumentada por la suave luz del fuego, y en su vengativa mente llamaba a Lavender con un nombre que no se atrevía pronunciar en voz alta.

Luego, miró a Ron, y,para su consternación, lo observó mirando a Lavender con sorpresa e interés. Se estiró hasta su máxima altura y se pasó la mano por el cabello, de ese modo con el que obtenía ese ridículo estilo de despeinado por el viento, mismo que creía que era muy 'cool'. Patán, pensó de nuevo, pero esta vez no había un rastro de afecto en sus pensamientos. Él acababa de recordarle por qué a veces odiaba que le gustara Ron Weasley; podía ser tan imbécil y estúpido. Con una gran cantidad de auto-control, Hermione logró contenerse de darle a Ron un golpe al costado de la cabeza. En lugar de ello, apretó los dientes, dijo un lacónico buenas noches, se marchó a su dormitorio, y con gravedad previó que, cuando se trataba de Ron Weasley, tendría que ser muy, pero muy paciente.

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