Epílogo

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Cuando estás abajo y fuera

Cuando estás en la calle

Cuando la noche cae con tanta fuerza

Te consolaré,

Tomaré tu corazón,

Oh, cuando la oscuridad viene

Y el dolor es todo...

"Bridge Over Troubled Water" de Simon y Garfunkel

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Era increíble ¿Cómo podía sentirse tan vacío un castillo lleno de gente que había llegado a dar sus últimos respetos a Dumbledore? Hermione se maravilló de tal pensamiento mientras se sentaba en su cama con las piernas cruzadas, mirando fijamente al edredón. Todo parecía ser tan frío en estos últimos días. Se había creado un hueco innegable en el mundo, un hueco que ahora nadie sería capaz de llenar. Todo el mundo podía sentir esto en lo más profundo de sus corazones. Hermione apretó su mano contra su pecho en un vano intento de llenar ese gran vacío en su interior, pero nada cambiaba. Ahora nada se podía rectificar.

Pero eso no le impediría intentarlo. Una vez más se había pasado horas en la biblioteca, saqueando volúmenes de libros en busca de una pista sobre quién podría ser RAB. Él podría ser su única esperanza. Si él estaba vivo y bien, podía decirles con precisión cómo destruir los Horrocruxes, sobre todo si se había llevado el medallón que Harry estaba buscando. Harry llevaba siempre consigo ese falso guardapelo como un constante y perpetuo recordatorio sobre lo que debía hacer a continuación. Tenía que encontrar los otros Horrocruxes, había que destruirlos.

Y ahora tenía que hacerlo sólo.

No. Hermione enterró su rostro entre las manos para obtener control sobre sí. Harry no lo haría sólo. La tenía a ella, a Ron, a Ginny, Lupin, Hagrid. Había muchas otras personas; siempre y cuando no los empujara a todos por la borda - como ya se había hecho la mala costumbre de hacerlo cada vez que estaba particularmente perturbado - pero nunca estaría solo.

Sin embargo, ahora había algo diferente en Harry, había algo en sus ojos. Después de lo sucedido con Cedric y la tercera prueba, la furia y el dolor habían estado ardiendo en sus ojos durante meses; pudo ver eso en él, y siempre estuvo preparada para sus fuertes arrebatos. Después de Sirius, había esperado que se pusiera peor, pero no fue así, Harry se las había arreglado para superarlo y centrarse en lo que se necesitaba hacer. Ahora, después de esta terrible pérdida, Harry tenía una actitud similar, pero era mucho más frío, más firme. Ahora no había duda en sus pensamientos y acciones. Iba a hacerlo. Tenía y encontraría todos los Horrocruxes, los destruiría, y luego vencería a Voldemort. Todo era tan simple como eso.

La puerta del baño se abrió cuando Lavender regresó de prepararse para la cama. Hermione se enderezó y sonrió débilmente. Su pequeña rivalidad ahora era irrelevante. Lavender le devolvió la sonrisa cuando iba a su cama, haciendo una pausa para pasar su mano a lo largo de los postes de la cama de Parvati y suspirar. Hermione también se quedó mirando la cama vacía de Parvati. Por mucho que le molestaran a Hermione los constantes chismes de Lavender y Parvati, tenía que admitir que la extrañaba un poco. De hecho le hubiera encantado escuchar algo entusiastamente trivial en ese momento.

Lavender desató su bata de baño y poco a poco se metió en la cama; cuidadosamente trenzó su pelo, como siempre hacía antes de irse a dormir, pero cuando terminó, no se deslizó bajo las sábanas; en lugar de hacerlo, deslizó sus dedos en el extremo de la trenza de manera distraída mientras observaba nerviosamente a Hermione.

Hermione Granger y El Príncipe MestizoWhere stories live. Discover now