"Fragmentos"

By mariaEstrellalove

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Pequeñas historias, pequeños fragmentos que unen a un pequeño detective y un travieso ladrón en distintas sit... More

"Vacío"
"Apetecible"
"Botón"
"Celos"
"Intruso"
"Brujo"
"Brujo II"
"El mago y la muerte"
"Tierno vs Sexy"
"Cumpleaños Azul"
"Mr. Policeman"
"Imprudente"
"Kaito's Moving Castle"
"Nightmare"
Fallen
ANUNCIO
"Kaito's Birthday"
"Brujo III"
"The prince"
PORTADA
"The prince II"
"The Prince III"
"Sueño"
"Aroma I"
"Aroma II"
PORTADA PARA "AROMA"
"El demonio de la mansión"
"Joya"
"Fragmento de mi corazón"
"Estoy aquí"
"El templo del bosque"

"Pizza Boy"

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By mariaEstrellalove

Shinichi suspiró por milésima vez en el día, exasperando finalmente a Haibara, su compañera de escuela y vecina. Esta sintió una vena palpitar en su frente, preguntándose qué demonios le sucedía al fanático de los misterios y obsesivo de Sherlock Holmes. Mirándolo con el ceño fruncido, decidió hablarle con toda la sutileza que le caracterizaba.

-¿Y a ti qué demonios te pasa? –Preguntó amablemente.

-¿Eh? –Saliendo de su ensoñación miro a la castaña.

-Llevas toda la mañana suspirando con tanta tristeza, que incluso me deprimes. –Shinichi desvió la mirada.

-Lo que pasa...

-¿Tiene que ver con que mañana es 14 de febrero? –Shinichi la miró con asombro.

-¿Cómo?

-No es tan difícil de adivinar, considerando que no paras de mirar el calendario y suspiras cada vez. –Shinichi se rascó la nuca.

-Será el primer San Valentín que pase solo, ya sabes, terminé con Ran hace meses, casa año salíamos a algún lugar, incluso desde antes de comenzar a salir, este año podríamos salir como amigos, pero desde que consiguió pareja, es imposible. –Shinichi había terminado con Ran, al notar que sus gustos se había vuelto algo... diferentes, descubriendo que su gusto iba más hacia los chicos, cosa que descubrió al notarse pensando en cierto mago ladrón y sus sonrisas increíblemente sexys e irresistible. Razón por la que le explicó a la chica castaña, quien simplemente sonrió y apoyó.

-Pídele una cita al señor ladrón fantasma, estoy segura de que le encantará tener una cita romántica contigo. –Shinichi se sonrojó completamente, haciendo que Shinichi comenzara a tartamudear incoherencias.

-¡No digas tonterías! –Gritó cuando se recuperó.

-O en todo caso puedes recurrir a esto. –Haibara le entregó un folleto, cuando Shinichi leyó de que se trataba, se puso de pie y salió de la casa de su vecino entre avergonzado, indignado y molesto.

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Shinichi se encontraba recostado en su habitación sumido en sus pensamientos, mirando el techo, negándose a mirar aquel folleto que había traído consigo, el cual había terminado hecho bola en el cesto de l basura, inconscientemente, sus mejillas aún se encontraban ligeramente rojas. ¿De qué se trataba aquel pequeño folleto que había provocado tal reacción en el joven detective? Simple, aquel folleto, el cual había llegado junto a la revista mensual en que Haibara tenía una suscripción. Aquel folleto promocionaba una "agencia de acompañantes" para aquellas personas solitarias, pero no eran cualquier tipo de acompañantes, no eran de los que solo te llevaban a cenar o fingían ser tu pareja, estos eran acompañantes sexuales.

Maldiciendo en voz baja a Haibara y a sí mismo por considerar aquella idea. Queriendo olvidarse de ello, tomó su ropa y se dirigió a la ducha. Tomando un largo y relajante baño, finalmente se sintió más tranquilo, al salir, se sentó en la cama de su habitación, secándose el cabello con una toalla, su mirada se desvió inconscientemente hacia el cesto de la basura, donde aquel folleto de colores rosa y rojo resaltaba. La idea de contratar aquellos servicios paso por su mente. Negando fuertemente, salió de su habitación en búsqueda de algo para cenar.

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Había sucumbido a la tentación, terminó por llamar por curiosidad, sorprendiéndose por la cantidad de opciones con las que contaba el menú, pudiendo avanzar entre opciones como tu genero y apariencia, y para seleccionar a tu acompañante, había variedad de opciones, desde el color de ojos de la persona, estatura, color de cabello, piel, grosor de voz, personalidad, fetiches, etc. Además de que contaban con opciones de privacidad y temáticas para que los acompañantes llegaran de panera discreta.

Shinichi había elegido como acompañante a un chico de cabellos azabaches, ojos violetas, personalidad juguetona y ligeramente pervertida, estatura 1.60m, tez clara, sintiéndose un poco tonto al darse cuenta que había descrito a Kaitou Kid inconscientemente, afortunadamente aquella agencia contaba con alguien parecido, excepto por el color de ojos, disculpándose por ello, Shinichi simplemente le restó importancia e hizo la transferencia para procesar su pedido especificando que el modo de llegada sería disfrazado como un repartidor de pizza. Nadie sospecharía de un simple repartidor de pizza, ¿Verdad?

Ahora se encontraba casi desnudo, vestido únicamente con un par de calzoncillos y una bata de baño. Caminaba de un lado a otro, su acompañante llevaba retrasado 10 minutos, cuando estaba por llamar a aquella agencia, el timbre de la mansión sonó, sobresaltándolo ligeramente. Vaciló unos segundos, pero el insistente sonido del timbre lo hizo ir a abrir la puerta, al abrirla, notó que se trataba de un repartidor de pizza, dándole un vistazo rápido, confirmó que se trataba de su acompañante.

-Buenas tarde, llegó su pizza. –Saludó aquel joven con una sonrisa.

-Llegas tarde, pasa, antes de que alguien te vea. –Jalándolo del brazo, metió al confundido repartidor. –Sígueme.

-¿Eh? Pero... -Shinichi sin detenerse, ocultando sus nervios, subió las escaleras rumbo a su habitación, el recién llegado no tuvo de otra más que seguirlo con curiosidad.

-Pasa. –El repartidor entro sin entender. Shinichi se le acercó con una sonrisa, analizando cada detalle del joven, haciendo que este se sintiera un poco incómodo. –Vaya, esa agencia sí que es muy buena, cumplieron todo lo prometido a la perfección, aunque...que extraño, ellos me dijeron que no había chicos disponibles del color de ojos que pedí. –Murmuró al ver los preciosos ojos violetas del joven repartidor. –Bueno, supongo que fue de última hora. –Shinichi se sonrojó un poco, desviando la mirada, desató su bata y la dejó caer, mostrando su blanca piel al contrario, quien lo miró atónito.

-Disculpa, no estoy entendiendo nada. Solo venía a entregar su pizza. –El joven lucía nervioso, su rostro estaba ligeramente ruborizado y no entendía que estaba sucediendo.

-Vamos, no seas tímido, ¿Cuál es tu nombre? –Preguntó Shinichi con un poco más de confianza al ver que el joven le miraba de reojo con asombro y deseo contenido.

-K-Kaito... me llamo Kaito.

-Kaito. –Saboreó su nombre. –Puedes llamarme Shinichi. –Pasando sus manos por el pecho de Kaito admiró sus ojos, tan parecidos a los de él. El recuerdo de aquel mago problemático le hizo bacilar un poco, pero el agarre del repartidor en su cintura le hizo concentrarse de nuevo. Este acariciaba fascinado sus caderas, no entendía que carajos estaba pasando, pero le gustaba la situación. Aquel joven de ojos azules era tan malditamente atractivo, aunque se notaba un poco indeciso, le daba curiosidad que pasaba por su mente, pero la vista que tenía en esos momentos le impedía pensar con claridad.

-¿Shin~chan? –Susurró contra su oído, haciendo que este se estremeciera. Kaito, sin perder tiempo, repartió suaves caricias en las caderas del detective con maestría. –Veo que alguien es sensible. –Susurró contra su oído, antes de morderlo con suavidad.

-E-Espera... -Shinichi no pudo evitar jadear ligeramente. Las manos de Kaito no se detenían.

-Mira, tan solo unas caricias y cómo te has puesto. –La mano de Kaito se posó sobre aquel bulto que comenzaba a formarse. Paso a paso Kaito lo fue guiando hasta la cama, al llegar al borde lo empujó sobre ella, sacándole un jadeo de sorpresa por lo repentino del movimiento. -Bueno, ya que estoy aquí, sería una lástima dejar mi trabajo a medias. –Lamiéndose los labios, se quitó la playera y desabrochó su pantalón. –Veo que preparaste algo interesante. –Murmuró contra los labios del detective, refiriéndose a el pequeño tazón de chocolate que había sobre la mesa de noche.

-Y-Yo, no creo que... no estoy ya... -Un dedo fue colocado sobre sus labios.

-Shhh, no temas, te trataré muy bien. –Tomando sus labios finalmente en un largo y profundo beso. –Delicioso como pensé. –Tomando el pequeño cucharon de madera, tomó una pequeña porción de chocolate, el cual esparció por todo el pecho del detective, este se estremeció. Colocó una generosa porción sobre los pezones rosados del detective, este jadeó al sentir como Kaito lamía y succionaba la zona, limpiando todo el chocolate ahí dejado.

-Mmm~ espera... -Jadeó al sentir que los besos bajaban hasta cierto lugar. Más chocolate fue colocado. Su ahora despierto miembro fue atrapado por los labios del joven pelinegro, quien acarició, lamió y succionó con dedicación.

-El gran detective sabe delicioso~ -Canturreó, sabiendo que este no prestaría atención a sus palabras en estos momentos. –Vamos, córrete para mí. –Kaito aumentó el ritmo de las caricias hasta que sintió como Shinichi se arqueaba y sintió como este apretaba su cabello, presa del placer recibido.

- ¡Espera! –Sintiéndose aún agotado y con la respiración entrecortada aún, sintió que el chocolate era colocado ahora en su trasero, específicamente en su entrada. En un movimiento inesperado, Kaito levantó sus piernas a la altura de su pecho, dejándole paso libre para prepararlo, sentía la lengua viscosa y caliente del contrario jugar con él, preparándolo para lo que venía, sintiéndose temeroso y estremeciéndose inconscientemente.

- No....no puedo... -Kaito se detuvo al escuchar la voz llorosa del contrario. Mirándolo con preocupación se alejó de él.

- ¿Qué pasa? –Subiendo a su altura besó su frente, parpados y labios. –No temas, tendré cuidado. –Shinichi negó.

-No es eso... es solo que... olvídalo, no es nada. Puedes seguir. –Kaito no muy convencido, estaba por detenerse, cuando un fuerte agarre en sus caderas atrajo su atención y un par de labios silenciaron toda protesta. –Lo quiero, me lo dará, ¿Señor repartidor? –Dijo acariciando la entrepierna del contrario, incitándolo a que lo penetrara.

-Seré cuidadoso. –Acomodándose, entró en el cuerpo del detective sin problemas, puesto que había preparado el lugar lo suficiente para no causarle dolor al detective.

- ¡Ahhhh~! ¡Kid! –Kaito se congeló durante unos segundos, mirando con pánico y asombro al detective.

- ¿Cómo lo...? Oh...~ -Kaito sonrió ampliamente, aquello explicaba muchas cosas, el detective estaba enamorado del ladrón. –Gran detective, eres increíble. –Susurró contra su oído, Shinichi tenía los ojos cerrados, aquella voz, la voz de Kaitou Kid resonaba en su cabeza, creyendo que se trataba de su imaginación, sin saber que realmente aquella voz estaba presente. Kaito jadeó al sentir como las paredes anales de Shinichi se contraían. Comenzando un lento vaivén, Shinichi se aferró a su espalda, jadeando sonoramente una y otra vez.

- ¡Oh~ Kaitou...Kid...más...dame más! Es increíble. –Gimió al sentir la rudeza y el grosor de Kaito estimulando su interior furiosamente. Moviéndose frenéticamente, acató lo pedido por el detective.

-Vamos, gran detective, muévete para mí, eso es, estoy cerca... ¡ah~! Me encantas realmente. –Kaito completamente sonrojado, disfrutaba del momento, hasta que el clímax para ambos fue inevitable. Robando su último aliento con un profundo beso, ambos cayeron rendidos. –Descansa un poco, Shinichi. –Este asintió somnoliento, ignorando la familiaridad del momento y que Kaito le tratara tan tiernamente, olvidando incluso de que no se trataba de su amado Kid.

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Aquel había sido el mejor sexo de su vida, no es que tuviera mucha experiencia en realidad, había experimentado un poco siendo más joven, pero nada como lo que acababa de suceder hace unos instantes.

-Si tan solo se hubiese tratado de él. –Pensó recostado, su teléfono comenzó a vibrar, tomándolo, contestó.

-¿Bueno?

-Esto, ¿Kudou-kun? Soy el joven que contrato en la agencia, quiero ofrecerle una enorme disculpa, me extravié, cuando le pedí indicaciones a un joven repartidor de pizza que me topé, al parecer me envió al lado contrario del distrito. Si gusta aún puedo... -Shinichi estaba en shock, si aquel joven que estaba tomando un baño, ¿Quién era? Tan confundido estaba, que no notó cuando alguien se acercó a él y le arrebató el teléfono.

-No creo que sea necesario, gracias, no presentaré queja alguna, considéralo un día libre. –Sin decir nada más, colgó.

-¿Quién demonios eres tú? –El recién llegado sonrió ampliamente.

-¿Creíste que te entregaría a cualquiera, Gran detective?

-Kaito...Kid...

-Vaya, no creí que recurrirías a este tipo de servicios. –El rostro de Shinichi se tornó increíblemente rojo.

-¿Haibara te lo contó? –Preguntó ignorando su vergüenza.

-Digamos que solo me gusta tener mis objetivos completamente vigilados. –Dijo con simpleza.

-¡Tú...! –Kaito le dio un beso rápido, callando toda protesta.

-Me gustas. Sal conmigo. –Shinichi le miró confuso.

-¿Qué? –Kaito rio suavemente.

-He dicho que me gustas, gran detective. Ah, por cierto. –Haciendo un movimiento de manos, hizo aparecer un pequeño chocolate en forma de corazón y una rosa. –Feliz San Valentín, mí amado gran detective.

-Kaito. –Shinichi asintió. –A mi también me gustas. –Kaito se inclinó sobre él, comenzando nuevas caricias por todo el cuerpo de su ahora amante.

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¡Hola a todos! De nuevo con otro pequeño One-shot, espero que este haya sido de su agrado, idea que surgió de la nada como siempre. Que tengan un bonito san Valentín, coman todo el chocolate que yo no puedo TuT.

Recuerden, las flores se marchitan, el chocolate da caries y diabetes, los regalos son cosas materiales, pero las shipps son eternas.jpg

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