"Aroma II"

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La policía inmediatamente se movilizó, intentando rastrear el aroma, el problema, al parecer Kaito Kid había camuflado el aroma de ambos más adelante, perdiendo el rastro unos kilómetros después de la torre del reloj. Megure caminaba de un lado a otro, ya había contactado a los padres de Shinichi, informándoles de la situación, se encontraba bastante apenado y preocupado por permitir que secuestraran a aquel dulce omega que estaba a su cuidado.

-¡Maldición! –Golpeó el escritorio, sobresaltando a aquel que caminaba en círculos. –No debiste traer al chico. –Señaló Nakamori lo evidente.

-Ya lo sé, no hace falta que me lo recuerdes, pero ese chico, a su edad, aún no había presentado celo alguno, incluso estábamos sopesando la posibilidad de que el examen se había equivocado y se trataba de un beta. –Nakamori pasó una mano por su rostro.

-Inspector Megure, ¿Nunca pensaron en la posibilidad de que se trataba de un Omega puro? –Megure permaneció en silencio. –Eso pensé, entiendo que sea casi imposible que nazca uno en estos días, pero siempre debe de tenerse en cuenta.

-Pero si Kudo-kun es un Omega puro y Kaito Kid fue el que provocó su primer celo, ¿Eso quiere decir que Kaito Kid es un Alfa puro? -Ambos quedaron impactados por el hecho, es decir, siempre sospecharon que Kaito Kid era un Alfa, pero el hecho de que en realidad se trataba de un Alfa puro, eso dificultaba su captura aún más. Puesto que las feromonas que libera un Alfa puro, son más...abrumadoras.

-Tenemos que darnos prisa y encontrarlo o en todo caso, esperar que tu pupilo se encuentre bien.

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Por otra parte, Kaito Kid volaba sin rumbo en su ala delta con un joven omega en brazos, el cual no paraba de restregarse contra su cuello, inhalando su aroma y gimiendo ocasionalmente, su mente se encontraba ligeramente nublada por el aroma, su rostro estaba sonrojado y su mirada un tanto perdida, liberaba su aroma para deleite del joven que llevaba en brazos.

-Oye...-Murmuró haciendo estremecer a Shinichi.

-Alfa...Kid...-Fue su respuesta inhalando su aroma de nuevo. Un aroma dulce era el que desprendía aquel mago, cosa extraña, puesto que los alfas acostumbraban a tener aromas más fuertes y dominantes, pero el aroma del mago era bastante gentil, lo hacía sentir protegido, por lo que no prestaba atención a su alrededor. Por otra parte, el arma de Kudo era ligeramente amargo, como a café negro bastante cargado, un aroma peculiar para un omega y a Kaito le encantaba. Tanto, que se encontraba a punto de aterrizar en algún lugar al azar y hacerlo suyo, marcarlo y llenarlo de cachorros, pero haciendo uso de toda su fuerza de voluntad, tomó una decisión.

-Gran detective...te llevaré a mi casa ¿De acuerdo? –Finalmente tomó la decisión de llevarlo a su hogar, aquel muñeco que había liberado en dirección contraria con una mezcla de aromas en su interior para despistar a la policía al parecer había resultado puesto que hasta ahora nadie los seguía, aunque aquello era un riesgo para él, afortunadamente, su aroma no era como el de cualquier alfa promedio, así que si alguien de la policía captaba su dulce aroma, lo descartarían de inmediato.

Aquel aroma que había liberado cuando entró en contacto con aquel detective que llevaba en brazos había sido diferente al habitual, más fuerte y amargo con la intención de alejar a todos y marcar territorio, por lo que tampoco era un problema, puesto que ya se había tranquilizado. Tomó rumbo a su hogar en Beika con aquel joven en sus brazos.

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