Seduciendo al chef

Od Bermardita

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Margo es una crítica gastronómica con un paladar difícil de conquistar. Solo Thomas puede satisfacerla en tod... Viac

SINOPSIS
2. No eres ella
3. Señorita Moir
4. Enorme culpa
5. Sentimiento familiar
5.5. Platillo favorito
6. Ella es mi ángel
7. Chef royal
7.5. Escenario incierto
8. Increíblemente hermosa
9. Llévame a casa
10. No seas codicioso
10.5. Yo lo seduciré
11. Rendido ante ella
12. Una mujer poderosa y astuta
12.5. Sin puntos grises
13. Ella era el ojo del huracán.
14. Amor a medias
15. Juego de seducción
15.5. Autenticidad del chef
16. ¿Amor a primera vista?
17. Besos húmedos

1. Jugar a enredarse (+18)

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Od Bermardita

THOMAS LOZANO


Allí estaba ella, durmiendo profundamente. La coraza que construyó a lo largo de los años, ahora parecía ser un castillo hecho de papel cuando yacía sobre la cama, con las sábanas cubriendo las partes estratégicas de su cuerpo desnudo. Se veía hermosa y frágil, el leve rubor que cubría sus mejillas le agregaba cierta timidez a su expresión.

Sonreí.

No podía creerlo, esta interminable espera por fin había terminado. En todo este tiempo aun no podía eludir sentir este fuego que me quemaba por dentro cada vez que la miraba.

Los primeros rayos del sol de invierno inundaron la habitación como haces de luces dorados por la enorme ventana; el único sonido audible era la suave respiración de ella y sus suspiros profundos. Adoraba admirarla, cada detalle de su rostro era precioso y las curvas de su cuerpo me tenían fascinado.

Alcé una mano para acariciar su rostro: ella se removió inquieta en su sitio. Margo abrió los ojos con lentitud, somnolienta; tan pronto su mirada se encontró con la mía, una sonrisa sincera curvó sus labios hacia arriba. Hermosa.

―Hola ―dijo―. ¿Cuánto llevas despierto?

―Mmm ―musité―. No hace mucho.

Me removí en la cama, me acerqué un poco más a ella. Solo necesitaba mirarla para ser feliz y entender que solo ella la quería a mi lado. Ansiaba besarla, devorar esos labios que ella apretaba con los dientes de manera consciente para provocarme. La llama de la pasión se encendió y enseguida noté el calor que ardió por mi cuerpo, la sensación era increíble.

Mi cuerpo entero vibraba, la ansiedad y el deseo me consumían despacio e invitaron mi mano a recorrer la piel suave de Margo; pasé de su rostro a su barbilla, por su cuello a su clavícula, finalmente deslicé con suavidad mis dedos a su espalda para recorrerla.

Margo sonrió.

El descontrol que poco a poco me gobernaba solo pudo incrementarse cuando las manos de Margo se deslizaron por mi torso desnudo. Sentí mi respiración entrecortada, ella se desplazó directo a mi cuello para besarlo y dejar una ligera mordida en mi hombro.

―Me encantas. ―Reí.

Ella se apartó para mírame, dispuesta a responderé, pero mi boca buscaron alcanzar con ansias sus suaves labios, tomándola desprevenida. Las palabras sobraban en esta situación. No necesitaba haberlo, no era necesario. Finalmente, la besé, la abracé y la miré. Estos simples gestos reanudaron el fuego que permanecía latente entre nosotros, el fuego que parecía no tener fin. El deseo me obligaba a no separarme y no me dejaba ceder un solo centímetro, la lujuria que me carcomía por dentro se intensificaba.

La boca de Margo se abrió con lentitud y dejó escapar un suave gemido poco perceptible, era el más sensual que jamás escuché. Un escalofrío me recorrió. Mis manos la recorrieron mientras mi lengua jugaba a enredarse con la suya, saboreándola despacio. Lentamente me deslicé sobre su cuerpo, apartando las sábanas y separando sus piernas antes de colocarme entre ellas.

―Thomas...

―Mmm.

No existía una parte del cuerpo de Margo que no conociera, mis dedos podían recorrerla como un imán que era atraído hacia su piel de manera inexplicable y necesario. Los escalofríos me estremecían, aún más cuando ella deslizaba sus dedos traviesos a lo largo de mi espalda y apretarse a mí.

Mis dedos se colaron en su abdomen, trazando líneas a lo largo de sus curvas, busqué llegar a sus pechos.

―Thomas, no me hagas esperar ―dijo ella en susurro, con la respiración entrecortada.

―No seas impaciente, cariño. Deja que te ame primero.

Ella no se mostró feliz, pero tampoco se resistió. En su lugar, enredó su mano alrededor de mi cuello y alborotó mi cabello. Nuestras respiraciones se mesclaban, acelerándose sin control. El hormigueo se abría camino por el resto mi cuerpo cada vez más rápido, más irresistible.

La volví a mirar y besé sus ojos, esos preciosos ojos. Me bastaba solo mirarla para saber que en el universo no necesitaba nada, ella era todo lo que quería en la vida. Habíamos sobrepasado todos los muros físicos y eran nuestras almas las que se mezclaban y se retorcían bajo el placer.

―Te amo, Margo ―susurré cerca de su oreja―. No tienes idea de cuánto te adoro.

Ella no respondió.

Entre la humedad de ambos, me resultó fácil deslizarme dentro de ella, consiguiendo penetrarla sin ninguna dificultad. Ella notó de golpe la fuerza, sus ojos se cerraron mientras me sostenía del cuello, curvando su cuerpo hacia atrás. La tomé de la barbilla, obligándola a mirarme, quería verla directo a los ojos.

―No vuelvas a desaparecer, Margo ―pedí con ansías.

Ella rio.

―No iré a ningún lado ―respondió. Sus palabras poseían un efecto tranquilizador tanto para mi mente como para mi inquieto corazón.

Cada roce de sus labios sobre los míos, o esas leves mordidas que me propiciaba en el hombro no hacían más que excitarme. Lo que me fascinaba de Margo ella era su manera única de enloquecerme, ella sabía cómo llevarme a la cúspide del placer y prologarlo al máximo.

Sin que yo lo adivinara, Margo tomó el control e intercambiamos de posición, se sentó a horcajadas sobre mí. Sus sabios movimientos llegaban al punto exacto para provocar miles de sensaciones placenteras en mi cuerpo; ella era la reina y la señora de mi ser, yo no era más que un esclavo que aceptaba gustoso sus mandatos.

Yo cerré los ojos y me dispuse a gozar del dominio tan exquisito que esta hermosa mujer dominante ejercía sobre mí; sus manos recorrían mi pecho; yo me aferraba a su cintura para moverla mejor y con mayor intensidad.

Temía desvanecerme ante la avalancha de golpes de cintura, pero al menos quedaba una parte de mí que me obligó a reaccionar. Guie mi mano a su clítoris para estimarlo, lo que desencadenó que antes de lo esperado, Margo sucumbiera. El cuerpo de ella empezó a convulsionar, suspiros y gemidos escapaban de su boca, mientras un descontrolado e intenso orgasmo la hacía temblar.

Ella se tumbó sobre mi pecho y se quedó inmóvil tratando de recobrar la respiración; la rodeé con los brazos y le di un pequeño mordisco en el lóbulo de la oreja. Ella rio a causa de esa pequeña acción.

Sin separarnos, giré mi cuerpo con ella todavía sobre mí, la volví a dejar sobre su espalda. Ella enredó sus piernas alrededor de mis caderas, sus manos calientes viajaron por el largo de mi espalda, sintiendo mis músculos todavía en tensión. Entonces, sin que me lo esperara, me empujó contra ella.

Perdí la noción del tiempo, y nuestros cuerpos todavía eran uno, permanecían fusionados y sin la menor intención de abandonarse. Le besé los labios e inicié una serie de movimientos, empujándome en su interior. Comencé a besarla con lujuria, ambos sudados y ansiosos, incrementé el ritmo de mis movimientos hasta que no pude aguantar más.

Los espasmos me sacudieron con una intensidad y cadencia indescriptible, fue una explosión incontrolable, bestial, divinamente agotadora. Con menos fuerza, seguí entrando y saliendo de su interior hasta caer exhausto a su lado.

Ambos estallamos en una explosión mientras nos abrazamos con fuerza, como si quisiéramos traspasar la frontera de nuestros cuerpos; nos miramos a los ojos y una lágrima me tomó desprevenido, no intenté contenerla, dejé que fluyera por todo mi ser. Solo con Margo realmente podía hacer el amor sin culpa, sin miedo ni reparar en consecuencias.

Margo se acurrucó en mi pecho a punto de quedarse dormida nuevamente. Nuestra respiración volvía poco a poco a un ritmo normal, y sus manos me acariciaban el pecho...

―Me gustas demasiado, Thomas Lozano; pero...

¿Pero?

La miré con angustia. ¿Ese pero y ese silencio repentino qué significaba?

―¿Te... gusta? ―preguntó ella entonces de pronto.

Por alguna razón, su rostro comenzó a distorsionarse, desconocía si se debía al cansancio o al sueño que me consumía. La voz de Margo era bajito, aumentando despacio su volumen; incluso su mirada cálida comenzó a cambiar; sus ojos pardos se tornaron azules y su cabello corto de color negro se convirtió en una cabellera rubia.

Ella me abrazaba fuerte. Su pequeña mano, que antes permanecía en mi pecho, de pronto rodeaba mi pene, masajeándolo con suavidad. Por acto reflejo, la detuve a seguir.

―Thomas... ―murmuró ella, sorprendida.

Un miedo inmenso empezó a inundarme.

No sabía lo que pasaba, la habitación llena de claridad de pronto oscureció. Un aroma peculiar llegó a mi nariz, lo que me resultó desagradable y me obligó a abrir los ojos...

Esta vez, me percaté de la situación. Esta vez, abrí los ojos para caer en la cruda realidad. Sin embargo, contrario a lo que creía, mi mano sí apretaba algo que se había colado en mis pantalones mientras dormía. ¿Qué demonios...?

Antes de darme cuenta, una mujer a quien creía conocer bien y la dejé descansar en mi habitación, extrañamente había aparecido a mi lado e invadiéndome a nivel muy personal. Incluso en mi sueño, usurpaba un sitio que no le pertenecía.

Margo era lo más sagrado que poseía, y sin embargo, esta mujer comenzaba a jugar un juego que no le correspondía.

Si la única forma de volver al lado de Margo era solo en un sueño, desearía haber quedado atrapado por la eternidad junto a ella. Contrario a la verdad, despertar al lado de una mujer que no era ella resultaba ser el peor escenario, porque un hombre que había estado en abstinencia durante demasiado tiempo no era diferente de un león hambriento.

¡Mujer desvergonzada y cruel!

AAAAAH! Feliz año nuevo <3

¿Listos para esta aventura y para enamorarnos de esta pareja?

¿Desilusionadas porque esta escena solo era un sueño de Thomas? :') 

Más importante todavía, ¿quién es esa mujer al lado de Thomas? ¿Qué hace Thomas con otra mujer? *Carita enojada*

¿Qué nos espera ahora con esta novela? 

¿Qué debemos esperar? 

¿Qué tanto cambió la relación de estos dos?

Sobre todo, ¿qué está pasando? ¿Qué ocurrirá ahora? 


Les cuento que esta historia será más atrevida y más picante que la primera parte. Lo mejor de todo es que Margo sabe lo que quiere, jugará a complicarle la vida a Thomas de la mejor (o peor) manera posible jajaja. 

Imagínenla convertida en una reina egocéntrica, descarada, que no se deja intimidar... ¿una mujer completa quiere perseguir a un hombre? ¿Qué podría salir mal? 

Antes Thomas provocaba y coqueteaba demasiado con Margo; ahora será el turno de ella seducirlo... 7u7

AAAAH! Estoy muy emocionada porque será super divertida y ando fantaseando con las escenas de Margo y Thomas. Imaginen sus insinuaciones, sus provocaciones, sus coqueteos... 

Mejor ya no sigo, porque acabaré soltando todo xD.

GRACIAS POR LEERME <3

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