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Hana despertó aproximadamente a las diez de la mañana, aturdida, acalorada y con un sueño difício de soportar

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Hana despertó aproximadamente a las diez de la mañana, aturdida, acalorada y con un sueño difício de soportar. Al ver la hora se sobresaltó, venció su pereza y comenzó a hacerse el desayuno rápidamente y a vestirse, también puso su traje de baño debajo de su ropa, le daba un poco de vergüenza enseñar tanto su cuerpo frente a todos los chicos, pero sabía que podía confiar en ellos, y en algún momento debía de perder la vergüenza.
No siempre iba a poder esconderse fácilmente de todos, y se dio cuenta cuando se miró al espejo de que habría un punto en el que tendría que superar esa vergüenza, provocada por el miedo a ser juzgada.

—No se por qué me compro este tipo de ropa si después me avergonzará llevarla... Pero no hay nada que pueda hacer, me terminaré de vestir y bajaré los flotadores de la buhardilla —habló consigo misma para enumerar lo que tenía que hacer y que no se le escapara nada.

Cuando la pelinegra término de vestirse, de lavar la vajilla y bajar las cosas a la piscina, se dispuso a esperarles a todos en su enorme jardín. Acostada en una tumbona revisando sus redes, publicó una foto y siguió mirándo las publicaciones de quienes tenía en amigos hasta que llegaron los chicos.

 Acostada en una tumbona revisando sus redes, publicó una foto y siguió mirándo las publicaciones de quienes tenía en amigos hasta que llegaron los chicos

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When you smile, you are prettier, so please don't cry in front of my eyes, you could scare my heart.

Escribió aquello recordando el momento en el que tomó esa foto, en invierno, un poco antes de que se produjera la mudanza, cuando se miraba al espejo llorando porque creía que nada saldría bien otra vez.

Nada más hacerse las doce resonó el timbre en su jardín, Hana abrió la puerta y vio la cara de su sonriente amigo, Sunghoon, que detrás tenía un enorme coche negro, en él un hombre bajó la ventana.

—A las siete en punto. —su tono de voz era escalofriante, serio, y su apariencia lo combinaba a la perfección. Su pelo era blanco, su rostro bien cuidado y, aunque no podía verle a los ojos por las gafas de sol negras que llevaba, sentía que le analizaba con una mirada penetrante y que daría tanto miedo como él. Llevaba la barba recortada y un traje.

𝐇𝐎𝐖 𝐓𝐎 𝐁𝐄 𝐌𝐘 𝐁𝐎𝐘𝐅𝐑𝐈𝐄𝐍𝐃 | Park Sunghoon | RESUBIENDOWhere stories live. Discover now