𝐇𝐎𝐖 𝐓𝐎 𝐁𝐄 𝐌𝐘 𝐁𝐎𝐘𝐅𝐑𝐈𝐄𝐍𝐃 | Park Sunghoon | RESUBIENDO

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7 de Junio.

Finalmente he decidido escribir hoy.
Ahora mismo son las dos de la madrugada. Es muy tarde, pero aún así contaré el día de hoy.

Por la mañana todo bien, he sacado un nueve en literatura, suele ser un diez, pero no me quejaré, no estudié absolutamente nada.
La verdad es que se me hace una asignatura muy sencilla, independientemente de que incluya una parte mínima de historia y, además, me gusta.

Hoy en la pista, Sunghoon me ha dicho que en diciembre habrá internacionales y que está pensando en competir de nuevo, me ha dicho que si yo quería hacerlo... me intriga, pero aún no lo tengo claro, soy bastante vergonzosa así que no estoy nada segura. Será mejor que lo piense bien antes de decirle algo.

He comido en su casa aprovechando su soledad, me sorprendía el hecho de que no hubiera cámaras, ¿aunque para qué, si había dos perros enormes en la puerta? Antes de entrar uno casi me muerde, menos mal que conocen a Sunghoon y al ver que iba con él se han calmado. La casa era grande, tal vez demasiado elegante para mi gusto, hemos pedido pizza y nos la hemos acabado mientras hablábamos sobre música,  al parecer escucha lo mismo que yo. Después me ha enseñado su cuarto.

Nada más entrar se veía una habitación cuadrada, enorme, con una esquina cerrada que parecía ser un baño, pegada a la pared al lado de su cama, que era de matrimonio. Enfrente un escritorio, su armario era muy grande y estaba empotrado en la pared, todo era de tonos blancos o grises, en realidad era muy bonita, tenía pósters y esas cosas, me ha gustado bastante, es como me la esperaba. Tenía la esencia de Sunghoon, todos los rincones y objetos gritaban su nombre a los cuatro vientos.

Un largo rato después de estar estudiando en su habitación juntos, me he dado cuenta de que eran las seis, no tenía por qué volver a casa ya que mamá no esta, pero me estaba entrando hambre. Al parecer a él también y me ha invitado a ir a tomar algo fuera. Hemos salido y tras caminar unos diez minutos hemos llegado a una cafetería cerca del instituto. Allí hemos tomado un batido cada uno, después hemos ido a mi casa, básicamente para aprovechar el poco tiempo de libertad que tendríamos.
Me daba vergüenza enseñarle mi habitación, por los pósters de bandas de música, de series... así que he procurado evitarlo, él ya había visto algo de mi casa, pero no el piso de arriba, ahí estaba mi cuarto y una sala vacía que suelo usar para bailar, de hecho me ha preguntado por eso y me ha dicho que se sabía algunas coreografías, hasta sabe bailar, ¿hay algo que Sunghoon no sepa hacer? Creo de verdad que no.

Al final ha visto mi cuarto, porque tampoco ha sido muy sencillo pasar por toda la casa y evitar a toda costa una sala en concreto que se notaba que era mi dormitorio.

Nos hemos pasado alrededor de dos horas hablando, otra vez, cuando nos hemos dado cuenta ya eran casi las once, he aquí el diálogo:

—Sunghoon, son las once de la noche...
—¿En serio? —me pregunta.
—¿Estás seguro de salir a estas horas?  No se ve nada fuera, y puede ser peligroso.

Y es que, al final hemos quedado en que se quedaría a dormir, y aquí está, es decir, sí, está durmiendo literalmente enfrente mía, se ha quedado dormido mientras hablábamos, le he hecho una foto.

Tengo que despertarle, no puedo dejar que duerma ahí, en la mesa. Así que acabaré aquí esta página, ha sido bastante corta, pero... bueno, no es como si hubiera un límite de palabras para expresarse. Hoy me lo he pasado genial, Sunghoon me ha demostrado que no me dará problemas para convivir con él.

Y lo único que me pregunto es cómo es posible que se vea tan angelical durmiendo, lo tengo delante y me cuesta perturbar esa tranquilidad que rara vez irradia, para llevarlo al salón y que duerma allí. Adoro verlo tranquilo, porque normalmente parece constantemente alterado, con su padre, con lo que le rodea, con lo que le sucede.

—Hana.