Girl crush

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Perrie.

No podía creer lo hermosa que era aquella chica. Cada pequeña cualidad que tenía me parecía increíble. Como cuando reía y se le formaba un pequeño hoyuelo en la parte superior de la mejilla, o cuando empezaba a cantar en voz baja cada vez que se concentraba demasiado en algo. Adoraba esos pequeños detalles en ella.

También me gustaba su cabello castaño, que parecía ser suave y sedoso, y disfrutaba mirar la forma en que sus rizos rebotaban cuando caminaba apresurada a alguna clase.

Lastimosamente aún no encontraba la forma de acercarme, por lo que me limitaba a observarla desde lejos. Suena algo acosador, pero juro que no lo era. A veces sin darme cuenta me quedaba observando lo que hacía, completamente hipnotizada. 

Pude notar que no tenía muchos amigos, pues la mayoría de las veces se encontraba sola rondando por ciertas partes de la escuela. También noté que le gustaba leer, pues en varias ocasiones la vi sentada en el patio leyendo algún libro bajo la sombra de un árbol.

Y cuando no estaba leyendo, usaba su celular. De vez en cuando se reía mientras observaba la pantalla, y me preguntaba si estaba hablando con alguien o simplemente vio algo gracioso. Era de las pocas veces que la veía reír, fue así como descubrí ese lindo hoyuelo en su mejilla.

Como sea, un día al fin tomé el valor de acercarme a esa chica. Quería que fuera algo casual, por lo que cuando la vi almorzar sola en una parte alejada del patio decidí acercarme y sentarme a su lado.

- Hey - saludé con una pequeña sonrisa. Ella volteó a verme un poco confundida.

- Hola - saludó un tanto extrañada.

- ¿Puedo almorzar contigo? - pregunté ladeando mi cabeza - Es que te vi sola y pensé que querrías algo de compañía.

Ella no respondió, simplemente se encogió de hombros mientras mordía su sándwich.

Tomé eso como una respuesta afirmativa, por lo que me acomodé mejor a su lado y saqué el almuerzo que mi madre había preparado esa mañana.

Opté por comer el postre primero y casi de inmediato sentí su mirada sobre mí debido a mi inusual elección. Me sonrojé un poco, pero decidí ignorarlo.

- ¿Cómo te llamas? - pregunté antes de darle una mordida a mi muffin. Casi suelto un gemido al sentir ese delicioso sabor en mi boca.

- Jade - respondió en voz baja. Estaba esperando que devolviera la pregunta, pero eso nunca sucedió.

Aún así no me desanimé y decidí seguir hablando.

- Yo me llamo Perrie - dije con naturalidad. La hermosa castaña a mi lado se limitó a asentir con su cabeza sin dejar de masticar su almuerzo. Me quedé observando su perfil por unos segundos, pero por suerte logré apartar la vista antes de quedar como una tonta admirando su rostro. Después de todo no quería espantarla.

Pasaron varios minutos en completo silencio, lo que comenzó a desesperarme.

- No hablas mucho ¿verdad? - la miré con una ceja alzada.

- Lo siento, pero no te conozco - murmuró mirando fijamente su sándwich, que ya estaba por acabarse.

- Eso ya lo sé - dije obviando sus palabras - Por eso estoy intentando tener una conversación, para conocernos.  

- ¿Por qué quieres conocerme? - me miró con el ceño fruncido, completamente confundida. 

- No lo sé - me encogí de hombros - Creo que eres linda - murmuré mirando lo que quedaba de mi almuerzo. 

Jerrie Thirlwards//One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora