Capítulo 16

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Abro los ojos lentamente, pero no consigo aclarar la vista. Alguien se remueve a mi lado. Eso me resulta extraño, ¿será mi gato? ¿Dónde estoy? Intento moverme pero una mano me lo impide y mi cuerpo comienza a doler horrorosamente. Punzadas de dolor: miles de agujas clavadas en mi piel. Quiero gritar, pero no encuentro mi voz.

Mi visión se aclara y un suspiro de alivio pasa por mí. Estoy en mi cuarto. En mi cama, tapada con las sábanas.

Pero no estoy sola.

Un brazo me rodea desde atrás.

Pego un grito al darme vuelta, pero Owen me calla.

―Shh, despertarás a tus padres.

Parpadeo, pensando que estoy durmiendo. Pero a medida que mis ideas se van aclarando, también lo hacen los recuerdos del encuentro con Oracles, de que casi muero, de que Owen es un ángel. Me estremezco.

―Dormiste desde que llegaste aquí hasta ahora, que es la madrugada ―susurra ―. Tus padres pensaron que estabas cansada y no vinieron a hablarte. Te traje cuando ellos se fueron de compras, así no tendrían que verte con esos... moretones. ¿Cómo te encuentras?

Cierro los ojos fuertemente. Él no puede ser un ángel. Yo no pude haber... desaparecido a un hombre. Owen no tendría que estar en mi cuarto... mucho menos en mi cama.

―¿Qué haces en mi cuarto? ―Quise decirle en mi cama, pero luego no me salió. Y parte de mí no quería, temiendo que él lo tomara como un acto despectivo y decidiera marcharse.

―¿Quieres que me vaya?

―Oh, ¡no! ―el rubor sube a mis mejillas―. Solo qué... ¿Entonces, eres un...?

―Un ángel sexy, sí... bueno, la idea era que no te enteraras. Pero es complicado cuando lees mucho sobre ello ―levanta una de las comisuras de sus labios, formando una media sonrisa realmente encantadora. Más de lo que recordaba que era ―, y además quería que lo supieras.

―Ya vuelvo —le digo.

Me levanto de la cama intentando ignorar el dolor en mi cuerpo y me dirijo hacia el baño. Me cepillo los dientes y lavo mi cara, inspeccionando señales de golpes. Luego mi mirada se dirige al cuerpo y caigo en qué estoy sólo en mis ropas interiores. ¡¿Owen me quitó la ropa?! Tengo varias marcas, raspaduras y moretones, además de que me siento extremadamente débil. Es horrible. Sinceramente me veo muy mal. Y Owen está aquí. En mi casa... mejor dicho en mi cama. Y me vio en ropa interior, no cabe duda que también me desnudó él. ¿Quién más sino?

Vuelvo al cuarto, donde Owen me esperaba en la misma postura que antes. Despreocupado pero listo para una batalla si debe hacerlo. Sus músculos se dibujan debajo de su remera negra ajustada al cuerpo, y tiene sus jeans puestos. Al menos él no está desnudo.

Corazón de cristal [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora