«¿Cómo diablos lo vio?...» Bajaste rápidamente al piso y te encondiste. El hombre de cabello negro de nombre Iguro volteó al cielo. Tragaste saliva. «¿No se supone que solo puede verlo...?» Nunca nadie en tu vida te advirtió sobre algo así. Cuando eres invisible para los demás, lo eres en su totalidad sin excepciones aparte de la persona que será tu amor de verdad. Cuando continuaron con su camino, hiciste lo mismo, los seguiste.

Obanai dejó a Mitsuri en casa y cuando le viste solo, aprovechaste la oportunidad para acercarte. Ibas caminando detrás de él, alejada y escondiéndote algunas veces. No sabías como diablos acercarte.

—¿Qué hacías siguiendonos? —paraste en seco cuando escuchaste una voz.

—Y-yo... —no pudiste hablar.

—¿Además qué hay con ese disfraz ridículo?

—Es... De verdad —murmuraste lo último. —Me gustaría explicar no sé si pueda hacerlo correctamente. Es difícil y quizás no me creas...

Cuando terminaste de hablar, él había continuado caminando.

Corriste hacia él y le tomaste de la mano.

Iguro se detuvo algo sorprendido.

—Dejame explicarte, por favor...

• • •

—No sé como es que ella puede verme —le respondiste mientras volabas a su lado.

—Dices que eso no es posible —asentiste.

—No debería de serlo.

Te sentaste debajo de un árbol. Iguro volteó a verte y enredó una bufanda al rededor de tu cuello. Le viste sorprendida mientras tus ojos se iluminaban. Él desvió la mirada mientras tapaba su cara con la bufanda. Pese a que no tenías frío, Obanai te dio ropa más cálida. Había pasado una semana y cada vez quedaba menos tiempo. Faltan 9 días para navidad y cada vez vas perdiendo más y más las esperanzas. Iguro esperó a que continuaras hablando, su acción le dio vergüenza y no quería decir nada más hasta que tu lo hicieras primero.

—Nunca me hablaron de esto... ¿Será porque ella te gusta? Ó ¿le gustarás? Aún así no sé que tiene que ver.

—No lo creo —suspiró. —Dudo que sea eso...

Lo miraste, la sonrisa que había en tu cara se desvaneció.

—Debe ser irritante la idea de que estés atado a alguien de por vida —comentaste bromeando. —A mí realmente no me gustaría estar aquí, mis hermanas sin embargo...

—No es eso —respondió. —Esta es la cosa más rara que me ha pasado en toda mi vida.

Reíste.

—Ciertamente no es normal, después de todo no soy un hada normal. Mido casi lo mismo que tú pero tengo alas y puedo volar. Eh... También tengo una maldición así que —reíste.

—¿Sólo tengo que quererte? —preguntó.

—Eso creo...

Iguro se recargó en el árbol detrás de él. Cerró los ojos y al parecer se puso a pensar. Fue entonces cuando pensaste que estabas siendo una molestia y egoísta. El celular de Obanai sonó pero él no respondió, aún seguía pensando. Lo tomaste para ver de quien se trataba. Tus esperanzas se desmoronaron por completo al leer el nombre de Mitsuri. No podías romper una relación linda entre dos personas... Pero sí eso es verdadero, ¿por qué Iguro puede verte? Siquiera por qué ella también puede verte. Era solo un mensaje y no podías leer que decía pero imaginabas que quizás era algo lindo viniendo de ella.

El pelinegro abrió los ojos, acarició a la serpiente en sus hombros y cuando la miraste te sorprendiste.

Te dijo lo que pasaría.

Bueno, después de todo eres un hada, puedes hablar con los animales.

—¿Todo esto terminará hasta el 26? —preguntó, asentiste. —¿Debo de estar contigo?

—Me tienes que querer.

Iguro estiró sus brazos hacia ti, te rodeó con ellos y después acarició tu cabello.

¿Qué diablos le sucedió y por qué ignoró esos mensajes?

¿Qué diablos le sucedió y por qué ignoró esos mensajes?

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Este tuvo potencial. U.u

Hay un pedido en especial y una idea que quiero escribir, espero poder hacerlo mañana uwu

ᴋɪᴍᴇᴛꜱᴜ ɴᴏ ʏᴀɪʙᴀ ᔕⓞⓝⒺ ⓢⓗⓞⓣⓢᔕ TERMINADO.Where stories live. Discover now