38. Miedo a lo extraordinario

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— Hace frío — mencionó la chica de cabellos cobrizos, sin recibir respuesta.

El invierno había llegado y los días se hacían cada vez más fríos, la neblina comenzaba a estar presente a cada hora y un aire melancólico inundaba el ambiente. Gohan y Lime, estaban en la tienda del señor Lao, aún en contra del intenso frío, pues todavía había algunas personas que se arriesgaban a salir de sus hogares para realizar sus compras.

El semisaiyajin estaba aprovechando la tranquilidad del negocio para estudiar sus lecciones. Las tutorías con Bulma se le hacían cada vez más complejas. Su "tía" se ponía más y más exigente conforme avanzaban. Por su parte, Lime la llevaba más tranquila, por alguna razón desconocida para Gohan, a ella, Bulma no la presionaba tanto. Lime, no era una chica precisamente estudiosa, a veces era holgazana y bastante distraída, todo lo contrario al semisaiyajin. Sin embargo, según Bulma ya había alcanzado un nivel bastante alto, con el cual ya podría pasar el examen y obtener una beca.

— Arrocito de mi onigiri ¿no tienes frío? — preguntó Lime, había estado limpiando y ordenando algunos estantes, pero al terminar, rápidamente se sintió aburrida e intentaba llamar la atención de su compañero, quien había estado ignorandola por centrarse en su libro. Aquello no molestaba a la niña, pues sabía perfectamente bien que cuando Gohan se entretenía en sus estudios, era difícil sacarlo de allí.

Lime dejó escapar un suspiro y se recargó sobre la vitrina, apoyando su mentón en la palma de su mano, se dedicó a observar al semisaiyajin que estaba sentado en la esquina de la tienda con el libro de biología avanzada abierto sobre su regazo. Pasó unos minutos antes de que se cansara de aquello y se decidiera a interrumpir los estudios de su acompañante. Se acercó sigilosamente hasta el chico y sin previo aviso le quitó el libro, cerrandolo de un golpe. — Ya estudiaste mucho — dijo, ofreciéndole una enorme sonrisa al mismo tiempo que se agachaba para poder estar cara a cara con él.

— Lime… — dijo Gohan soltando un suspiro, luciendo muy serio — ¡Tengo mucha hambre! — exclamó haciendo un puchero mientras se agarraba la panza. Lime soltó una carcajada y acarició gentilmente el cabello del chico.

— Ve por nuestras cosas mientras yo cierro la tienda ¿de acuerdo? — concedió ella y se puso de pie. Gohan sin perder el tiempo se levantó de un brinco y se adentró a la casa para alistar todas las pertenencias de ambos.

En el momento en el que Gohan desapareció por la puerta de atrás, unos sujetos llegaron a la tienda, era dos, uno venía cubierto con un pasamontañas dejando solo al descubierto sus ojos, mientras que su compañero traía puesto un antifaz rojo, bastante llamativo. — ¡Dame todo el dinero, niña! — exclamó el del pasamontañas apuntándole a Lime con su pistola.

— N-No… ¡Goh…!— quiso gritar pero fue interrumpida por una serie de disparos que lanzaron los asaltantes.

Lo último que la niña escuchó fue a Gohan gritando su nombre y después de eso sintió como caía al suelo y algo, o más bien alguien, se posaba sobre ella cubriéndola completamente. Lo siguiente que escuchó fue al semisaiyajin ordenarle a los ladrones que bajaran sus armas y se entregaran voluntariamente a la policía.

— Si no quieren salir heridos, hagan lo que les ordeno — advirtió Gohan, su semblante era amenazante.

— ¿Crees que nos asustas? ¡solo eres un mocoso insignificante! — escupió el sujeto del antifaz, quería parecer decidido pero en el fondo sentía temor ante la presencia del semisaiyajin.

Gohan, aún siendo apuntando por los dos ladrones, dio un paso al frente con la intención de arrebatarle las armas, le preocupaba que siguieran destrozando la tienda. En cuanto avanzó, los dos sujetos se asustaron y comenzaron a descargar sus armas contra Gohan, quien, sin hacer ningún esfuerzo, atrapó todas y cada una de las balas en su mano, evitando así más desastres.

En su ausencia || Dragón Ball ZΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα