El sabueso de Baskerville

768 40 31
                                    

Sherlock apareció en el umbral de la puerta con un arpón y estaba empapado en sangre. John lo miro totalmente sorprendido.
-Eso fue agotador- exclamó Sherlock
Clara comenzó a reír al verlo así
-Te metiste al metro así- preguntó John
-Ningún taxi me llevaría- debatió Sherlock y fue a cambiarse.

Las clases de Clara se habían acabado temprano y John estaba sentado leyendo el periódico. Cuando Sherlock apareció, ya sin rastro de sangre, solo traía el arpón en sus manos y caminaba desesperado de un lado al otro.
-Nada- preguntó
-Solo hay fotos tuyas con esa...- respondió John
-Déjame ver- pidió Clara
Y Sherlock se quejó.
-La organización del gabinete- completó John
-Nada de importancia- gritó Sherlock que golpeó el arpón en el suelo, luego exclamó -John necesito uno, consígueme uno
-No- respondió John firme
-Consígueme uno- insistió
-No, nada de nada, lo acordamos sin importar nada
-A mí no me mires- terció Clara y siguió hojeando el periódico
Sherlock volvió a quejarse
-De todos modos, tú le pagaste a todos, lo olvidas, nadie en un radio de 3 km te venderá uno- mencionó John
-Que estúpida idea de quien fue- habló Sherlock molesto
-Quieres que te lo recuerde- preguntó Clara de forma burlona
Sherlock la miro mal
-Señora Hudson- gritó y luego comenzó a desordenar las cosas.
-Oye Sherlock, lo estás haciendo bien, no renuncies ahora- comentó John
-Díganme dónde están, por favor; Clara dime- pidió Sherlock
-No, ella no puede lo siento- respondió John
-Te dejaré saber los números de la lotería- mencionó él
John comenzó a reír y contestó, -no
-Hey, yo si los quiero- debatió Clara inocente
-Jujuy-dijo la señora Hudson mientras entraba a la sala de estar
-Mi provisión secreta, que hizo con mi provisión secreta
-Qué- preguntó ella extrañada
-Cigarrillos que hizo con ellos- dijo Sherlock molesto y Clara miraba a su madre mientras negaba
-Nada, ya sabes que no me dejas tocar tus cosas, y bueno Clara ha tratado de encargarse de ello- respondió ella
-Creí que no era mi ama de llaves- se quejó Sherlock
-Pues no- respondió firme la señora Hudson y luego propuso, -si te doy un rico té, podrías retirar tu arpón
-Olvídalo mamá, nunca lo podrás sobornar con un té- respondió Clara
-Exacto, necesito algo más fuerte que un té, un 7% más fuerte- dijo Sherlock, luego levantó el arpón y preguntó, -ha visto de nuevo al señor Chartelly
La señora Hudson se sorprendió.
-El de la tienda de sandwiches, es un nuevo vestido, pero hay harina en la manga, no se vestiría así para cocinar- explicó él
-Sherlock- regaño John, Clara le miro con irritación
-Tiene rastros de aluminio en la uña del pulgar, estuvo rascando las cartas de nuevo, ya sabemos a que nos lleva. Además su perfume; muy atrevido para un lunes en la mañana debería leer mi artículo sobre la identificación perfumes
-Qué dices- preguntó la señora Hudson
-No debería tener tantas esperanzas con el señor Chaterlly, tiene una esposa de la que nadie sabe nada, excepto yo- dijo Sherlock
-No sé de lo que estas hablando, en serio que no sé- evadió la señora Hudson y se fue
-Cállate y siéntate- ordenó Clara un poco molesta
Sherlock obedeció.
-Para que rayos fue esa palabrería- regaño John
-Tú no la entiendes- respondió Sherlock
-Ve a buscarla y discúlpate- exigió John muy molesto
-Disculpar, dices, por favor John te envidio demasiado...
-Me envidias a mí
-Tu mente es tan lineal, tan plácida a penas si la usas, la tuya Clara, es mucho más racional, pero no lo suficiente- dijo él, ella lo miro poco convencida y Sherlock continuó hablando, -la mía por el contrario es un motor corriendo fuera de control, un cohete cayéndose a pedazos, necesito un caso- termino por gritar
-Acabas de terminar uno, al arponear a un cerdo muerto- replicó John
-Eso fue esta mañana, cuándo es el siguiente- preguntó Sherlock
-Nada en la página web- respondió John
Sherlock le dio la computadora y empezo a hablar: -Querido señor Holmes, no encuentro a Bluebell por ningún lado por favor, por favor puede ayudarnos
-Bluebell- preguntó John
-Es una liebre John, pero hay más, antes de que Bluebell desapareciera se volvió luminoso, como un hada- dijo Sherlock exagerando sus movimientos
Clara no pudo reprimir su risa
-Eso dijo la niña Cristhie, a la mañana siguiente Bluebell no esta, la jaula sigue cerrada, no hay señales de entrada forzada- dijo Sherlock sin interés luego por un mínimo segundo continuó -que estoy diciendo esto es brillante, llama a Lestrade y dile que hay una libre fugitiva
-En serio- exclamó John
-Es eso o jugar Clue- dijo Sherlock serio
-No, no, no nunca volveremos a jugar eso- advirtió John
-Estoy de acuerdo- terció Clara
-Por qué- preguntó él
-Yo lo compre para que dejarás de aburrirte y que paso, dijiste: "la víctima fue quien lo hizo"- respondió Clara
-No es posible que lo haya hecho- aseguro John
-Es la única posible solución- debatió Sherlock
-No esta en las reglas
-Porque las reglas son un error- gritó Sherlock
Un toque de máxima presión y en tan solo medio segundo, fue todo lo que se escucho.
-Cliente- dijeron ambos
-Sí, es un amigo- pronunció Clara y fue a abrir

Los Holmes, un Watson y una HudsonWhere stories live. Discover now