C̴O̴N̴T̴R̴A̴ ̴V̴I̴E̴N̴T̴O̴ ̴Y̴ ̴M̴A̴R̴E̴A̴ || Jjk #1 (COMPLETA)

28

—Un seis.

—¡¿Un seis?! ¿Como te atreves a ponerle un insignificante seis a Lee Min Ho? —chilló totalmente ofendida la pequeña Nerea.

Blanqueo los ojos cambiando la fotografía del celular.

—Le doy un ocho.

—Cinco.

Recibo un golpe en la nuca, la veo sorprendida y ofendida.

—¿Acaso no tienes buen gusto? Es Kai de EXO, ¿Tas bien? —toco mi frente preocupada.

Estire mejor mis piernas apoyando mi cabeza en la almohada para evitar las golpes por parte de la pequeña piojo. Cambia otra vez de foto, para ese momento yo cierro los ojos con sueño, eran más de las diez y a pesar de estar cansada, era más por los sentimientos atacando mi memoria.

—Yo le doy un cuatro.

Curiosa por esa puntuación tan baja después de puros nueve y diez, abro los ojos.

—¡¿Como va ser él un cuatro?! —chillo dramática sentándome.

Nerea abre los ojos sorprendida. Es ahí donde me doy cuenta lo ridícula que acabo de verme. Toda mi cara se convierte en un poema de vergüenza tosiendo como toda una salvaje.

—Aja... —levanta las cejas de arriba a abajo coqueta—¿Por qué tan inconforme?

Acercó el teléfono a mi cara y tuve que cerrar los ojos por el brillo. Trato de verme lo más natural posible.

—Obvio, esa cosa merece un uno, y solo le salva su sonrisa —suelto abrumada por los nervios.

Nerea se suelta a reír sin poder creer mi comportamiento de niña preescolar.

—Jungkook te tiene mal —me apunta con su dedo—. Pero que ridículo, se supone que lo odiaba, en realidad tienes cara de odiar a todo el mundo —confesó luego de sentarse en forma de indio.

Desvío la mirada sin poder creer lo que me decía.

—Si, soy toda una amargada, pero aún así estas aquí, piojo.

Ella se retira varios mechones de su cara para luego pararse sobre la cama y acercarse hasta mi y sentarse a mi costado.

—Mira, tengo ocho años, bueno, los cumpliré pronto, pero no soy tonta —estiro sus brazos bostezando.

—Me sorprende que tengas ocho —ella sonríe—eres una enana —. La sonrisa se esfuma y de pronto me estoy riendo por su cara.

—Vamos, tu tampoco eres un poste, pareces más un fenómeno de circo —escupió ofendida.

Le desordeno el cabello, trato de alejar mi mano como un gato enojado. Hablando de gatos, ella parecía uno, tenía ojos grandes y una nariz que se arruga cada vez que algo le molesta, siempre con ropa más grande que ella.

Nerea me recordaba a mi, solo que sin miedo a nada.

—Bueno, ¿Qué más se hace en una pijamada? —cuestiono.

Me cruzo de brazos esperando que responda, la vi con los ojos medios caídos, aún así sonrió a pesar del sueño.

—Verdad o reto.

—Te aviso desde ya que elegiré verdad, no pienso mover mi trasero de aquí —avise señalando la cama.

Nerea aplaude con las pocas energías que aún le quedan.

—Mejor para mi, siento que si me paro me iré al suelo.

Nos acomodamos mejor en la cama, le permito apoyar su cabeza castaña en mi hombro, suspiro.