EPÍLOGO

869 116 64
                                    

Un mes después...

«Es curioso como el viento y la marea me arrastró hacia ti...»

Y viví una dulce mentira entre rosas y melodías.

Aún así, aprendí, nade lejos de las mentiras y de tu veneno. Pero en las noches aún lloro con tu recuerdo.

Imaginando si todo hubiera seguido en una dulce mentira.

Quizás casada y con dos hijos, una pequeña princesa guerrera corriendo a los brazos de papá mientras yo daba de comer a mi pequeño príncipe.

Yo una artista y tu un maestro de música, cada uno en su mundo, pero cuando nos juntábamos, en una misma armonía.

Encerrados en un enorme castillo, rodeado por rosales. Capa tras capa de mentiras, ignorando el vacío tomados de la mano.

Buscando lo que la realidad no podía brindarnos, la felicidad. Yo con mi pincel y él con su violín.

Pero no, la realidad era otra. Una donde cada día era una batalla, con lluvias de rocas que debías soportar, enfrentar, más no evitar.

Tirarte al vacío.

Caer...

Y sobre todo, volver a salir a flote.

Entonces me di cuenta que durante mucho tiempo reme mirando a mi pasado. Cuando debí girar hacia adelante y continuar.

Ya no me parecía hermoso vivir en una mentira, porque ahora podía ver mi castillo desde afuera. Oscuro e iluminado con bombillas engañosas.

—Y entonces solté tu mano...

Limpie las lágrimas que caían silenciosas por mis mejillas. Cuando el tren paro supe que había llegado. Tomé mis dos maletas con el estuche y baje respirando profundo. Cuando mis pies tocaron, fue como si alguna clase de libro se cerrará ante mis ojos. Busqué con la mirada a una persona en particular. Al no ver a nadie empecé a caminar chocando un par de veces con la gente.

Todo era más verdoso por aquí, la estación estaba llena, pues era temporada de vacaciones y todos aprovechaban para visitar a sus familiares.

Entonces de pura casualidad vi como una pequeña joven de espaldas se abrazaba con fuerza en un brazo. Cuando estos dos giraron abrí mis ojos enormes. Con torpeza avance con zancadas largas. Respire agitada cuando pude por fin tocar su hombro.

—¿Yua?

—¿Unnie?

Sonreí enorme tocando sus mejillas con cariño. Ella sonrió abrazando aún más el brazo del desconocido. Cuando lo mire, este me inspecciono de pies a cabeza.

—¿Y tu eres...?

—Preguntó lo mismo —soltó. Era pálido, mucho más alto que yo. De cabello lenta y mirada gatuna. Era delgado, pero aún así tenía un aura muy pesada y oscura.

—Soy su prima mayor, tranquilo, no me la llevare.

Yua se puso seria y se soltó del agarre del pálido.

—Se llama Min Yoongi y es...

—Su amigo —completo de golpe.

Sentí una mala vibra ante su contestación. Pero la ignore, no quería que Yua se sintiera incomoda con mi llegada.

—Bueno, supongo que me llevarán a casa de mis tíos, ¿Verdad? —preguntó acomodando el agarre en mis maletas.

—Claro, síguenos. —Sacó de su bolsillo una pequeña vara que la estiro. Era su bastón blanco para poder guiarse.

Porque Yua había perdido la vista en un accidente. Cuando ella quiso empezar a caminar, el tal Yoongi le arrebato el bastón de sus manos. Yua se quedó ahí, con su rostro en sorpresa.

—Yo te guió. Niña, síguenos —hablo mirándome.

Supongo que de él hablaba mi tía la otra vez. Los empecé a seguir hasta salir de la estación. Tomamos un taxi, yo atrás con Yua y Min adelante.

A mi costado coloque aquel estuche. Empecé a mirar a la ventana curiosa, la última vez que vine, era muy pequeña.

Había mucho por comenzar, una de ellas era la Universidad. Me había costado, pero logré trasladarme a la una de Daegu. Luego busque trabajo y gracias a papá pude ingresar a una tienda de cosméticos donde tenía temática de rosas. Hablando de él, a pesar de todo, lo amaba, seguía manteniendo comunicación y con Alondra solíamos hablar por teléfono.

Incluso le conté sobre ella a los chicos, obviamente Lara se puso celosa por unos días, aunque todo era para bromear. Poco a poco cada uno fue tomando su rumbo.

Lara logró ingresar a una compañía así que ya no la veía mucho. Yeonjun decidió irse al extranjero gracias a su talento en el baile. Por parte de Weein, ella se ha quedado aún en Seúl buscando trabajo para pagar sus estudios, ya que desea independizarse pronto.

Jimin, de él no supe mucho desde la última vez que lo vi en el hospital. Lo vi un par de veces en el campus hasta que no regresó más. Tratamos de comunicarnos y solo recibimos un mensaje que decía que estaba bien y que pronto regresaría.

No me la creí, pero era su vida.

—¿Qué es esto, unnie? —cuestionó Yua sacándome de mis pensamientos.

Sus dedos tocaban con delicadeza aquel estuche. Pude sentir la mirada curiosa del pálido también. Sonreí levemente.

—Es un violín.

—¿Sabes tocarlo?

—No, no se nada —respondo suspirando.

—¿Entonces por qué lo traes? —Yua seguía con el rostro al frente, solo su mano acariciaba suavemente el material.

Miró por la ventana, siento como mi corazón se agita con violencia de tan solo recordar.

—Es un recuerdo de un pasado que terminó y de un futuro que no pudo ser...

...
Aún lloro todas las noches recordando tu melodía. Sonrio dibujando en mis sueños tu rostro. Pero solo debo dejar sangrar la herida.

Estoy subiendo a flote de esta caída...

:ʼ) Fin

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

:ʼ) Fin.

C̴O̴N̴T̴R̴A̴ ̴V̴I̴E̴N̴T̴O̴ ̴Y̴ ̴M̴A̴R̴E̴A̴ || Jjk #1 (COMPLETA)Where stories live. Discover now