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Mire por la ventana por décima vez en el día. Diciembre había acabado, no me sentía bien, tenía una sensación de pesadez.

Mire por la ventana, estaba cerrada.

Pero volví a mirar.

Negué con la cabeza, reí incrédula de mi misma. Era como si algo me arrastrará ha la casa del frente. Durante el resto de la semana había estado tan metida en los estudios que pude olvidar todo lo que me atormentaba. Pero luego recordaba que era Diciembre.

Él solo se quedaría en Diciembre. Unos días después de alejarme de todo lo que rodeaba a Jeon, me choque con su madre, quien me comentó alegre que él había conseguido ingresar como profesor de música en la universidad solo por unos días.

Que apenas regresará el profesor original, él partiría a Busán. Sonreí animada, pero algo dentro mío se rompió.

Y es que no entendia, no me entendía. Jamás me había sentido tan perdida, ni siquiera cuando era una niña la cual tuvo que tomar un baño de realidad. Era tonto querer tirarme al vacío.

Mi corazón se agitaba aún cuando él salía a tocar su bendito violín, ¿Acaso no se daba cuenta de cuánto me afectaba?

Jamás había tenido ese impulso de correr y abrir la ventana cada vez que escuchaba algo al frente.

De verdad, no entendía lo que me sucedía. Y es que era un completo desconocido, solo sabía su nombre, y que tenía una hermosa sonrisa.

Jeon Jungkook no era nada para mí, pero aún así me afectaba como ninguna persona logró hacerlo.

¿Tenía explicación alguna todo lo que sentía?

Lo dudaba, por eso abrí con brusquedad mi libreta y tomé el primer lápiz que miré y empecé a dibujar rosas. Como si fuera lo único que me calamaria. Trate de poner colores, de definir los pétalos, pero terminé rayando la hoja hasta el punto de que el lápiz atravesó sin pena.

¿Por qué me afectaba tanto?

No conocía nada de él, no había nada que me retenga en búsqueda de una respuesta. Aunque ya ni siquiera sabía cuál era la pregunta. Reí incrédula, cerré los ojos por unos minutos.

Siempre había escapado de las posibles preguntas para no buscar respuestas. Siempre había buscado la forma de encontrar la manera sencilla. Ignorando todo a mi alrededor. Era tan fácil para mí vivir sin buscar nada, porque realmente, nunca espere nada para mí.

Cuando era niña, quise saber que se sentía subir a los juegos mecánicos que habían llegado a la ciudad. Fue un impulso enorme, la curiosidad me atacó tanto que estuve una semana entera insistiendo a mis padres que me llevarán. Cumplí con todas mis tareas y comí todo sin queja alguna.

Jamás fui.

Los días pasaron y poco a poco lo fui olvidando o más bien, me resigne a que en algún momento me llevarán. Los juegos se fueron, así como mi oportunidad. Los años siguientes nunca más volví a insistir, nunca más tuve interés, incluso cuando mis compañeros me invitaban me negaba con escusas vagas y nada creíbles.

Unos años después supe que se había abierto un taller de arte para todos los niños que quisieran aprender a bailar, cantar o pintar. Aquel impulso me atacó de nuevo, tan fuerte que insistí hasta el cansancio, jamás fui. Y muy en el fondo no me sorprendió. Poco a poco lo dejé y el taller se terminó cerrando al finalizar las vacaciones. Nunca más insistí en ir a una, me encerré y conforme con aprender a dibujar y pintar por sí sola.

Y así, todos mis impulsos, cada uno de mis deseos por experimentar algo se apagaban hasta el punto que nunca más volví a sentir aquella sensación tan fuerte que me atacaba de pequeña. Simplemente esperaba que las cosas sucedieran y si esta me daba alguna complicación, lo ignoraba y alejaba.

C̴O̴N̴T̴R̴A̴ ̴V̴I̴E̴N̴T̴O̴ ̴Y̴ ̴M̴A̴R̴E̴A̴ || Jjk #1 (COMPLETA)Where stories live. Discover now