Capítulo XV

18 5 3
                                    

"A menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en un mismo ataúd."
-Alphonse de Lamartine

Dedicado a Cecilia, una de las pocas cosas que son bellas en la vida.
——————————————————————

Capítulo XV

Kira

Llegamos a la fiesta a las nueve de la noche. Estaba muy nerviosa ya que esta fiesta era una mezcla de humanos y lobos, por lo tanto podría ser que descubran mi identidad. Además las personas van hacer demasiadas preguntas, ¿por qué vine con Andrew? ¿De dónde soy? ¿Cuál es la razón por la cual vine a finales de año a Londres? Cosas así.

Andrew me presentó a un grupo de sus amigos, eran personas amigables y trataban de incluirme lo más posible en la conversación. Pero yo solamente observada, como siempre lo he hecho.

— Ya vengo, ¿quieres algo de tomar? — me susurró Andrew en el oído por la música que estaba muy alta.

— Um si hay, una Coca Cola, voy a empezar suave esta vez jajaja.

Andrew me dejó ahí mientras se iba a buscar algunas bebidas. Aparté la vista de los amigos de Andrew para observar un poco el diseño de la casa. Nada interesante hasta que me crucé con esos ojitos color miel que tanto me atrapaban. Matthew Williams estaba ahí parado, observándome minuciosamente. Pude ver como sus mejillas se tintaban de un rosa pálido y como él apartaba la vista.

Hello — escuché a alguien decir —. Me llamo Mark y, ¿tú?

Uuuy este chico era el típico jugador, el que salía con una chica por semana, cambiaba de novia como si de ropa interior se tratase. Esto sería interesante.

— Me llamo Kira — extendí la mano para estrecharla con la suya.

De ahí él me empezó a contar sobre lo genial que es. Lo único que podía pensar era en lo narcisista que era. Andrew vino a salvarme.

— Mark, déjala en paz — lo empujo ligeramente para que se alejara de mi —. Ella está conmigo y no necesita de tu presencia, así que Adiós — lo despidió con la mano.

— Te tomaste tu tiempo oye — le dije a Andrew — ese tal Mark ya quería llevarme a alguna habitación.

Empecé a observar nuevamente a todas las personas que estaban en la fiesta. Con el rabillo del ojo capté a una rubia de pelo largo. Es imposible que ella esté viva, yo la asesiné y bité sus cenizas en la carretera de Canadá. Y es ahí cuando recordé aquel terrible día donde la perdí a ella y Maya nos traicionó.

Flashback hace 3 años

Navidad, hace unos 3 meses había cumplido 17 años y acabado mi entrenamiento. La tradición de reunirnos en Toronto iba a tomar lugar hoy en la cabaña de la familia. Mi abuelita hacía su famoso pavo junto a una gran variedad de arroces y salsas de acompañamiento. Era de verdad un festín del cual nadie en la familia quería perdérselo.

Mi madre, padre y yo hemos estado en Toronto desde mi cumpleaños, eso también era tradición.

Era invierno y por supuesto todos los primos estaban afuera, jugando con la nieve. Mi prima Elaia y yo, éramos las únicas sentadas sin hacer nada.

— ¿Cómo es que tienen tanta energía? — me preguntó mientras los señalaba —. Yo tengo 16 años y estoy cansadísima, si corro un poco pierdo el aliento y me duelen las articulaciones.

— Jajajajaja ay Elaia eres una exagerada, las dos sabemos que te da pereza hacer cualquier cosa, al igual que mi — la señale y luego a mi —. Tú y yo parecemos hermanas, aunque seamos primas.

Sol-Luna, Kira y Amaris Où les histoires vivent. Découvrez maintenant