Sol-Luna, Kira y Amaris

Capitulo XIII

Capítulo XIII

Kira

Me quedé en el parque hasta las 5 de la tarde. Alcancé a leer hasta la página 100 y ya no podía más de los nervios de que iba a suceder con Jean-Baptiste Grenouille. O sea era obvio pero igual estaba nerviosa.

Llegué al hotel y como mi búsqueda por departamentos fue un fracaso, le preguntaría a alguien que sabe del vecindario.

— Good afternoon — saludé a la señora del lobby —. Tal vez, ¿usted conoce sobre un flat que esté disponible cerca de la Universidad Metropolitana de Londres?

— Oooo yes yes, i have a friend that is the landlady of an old house — me dijo mientras anotaba tal vez el número de aquella señora y la dirección —. There are several apartments available and the rent is cheap.

Ella me entregó el pedazo de papel con unos números anotados en el mismo.

— Muchas gracias — le di una sonrisa de boca cerrada y me dirigí a mi habitación.

Tendría que pedirle ayuda a Andrew porque no conozco las calles de Londres. Lo llamaría mañana para que sea mi transporte.

— Hola mamá — le dije a mi girasol —. Es posible que ya encuentre una casa y empiece mis estudios, tal y como lo querías.

Me cambié a mis pijamas y decidí ver una película para pasar el tiempo hasta que sea la hora de dormir. Escogí Pitch Perfect, la vieja confiable. Era una de mis películas favoritas y me sabía cada canción de los riff-offs y de todas las presentaciones. Esta noche iba a ser un mini karaoke.

(...)

Al día siguiente llamé a Andrew para que me lleve a esa dirección después de almorzar.

Cuando llegamos, a simple vista era una casa esquinera blanca hermosa. Tenía tres niveles. La puerta era negra y en el centro de la parte superior tenía una letra y tres números: 221B. A lado había una tienda llamada Speedy's que venía sándwiches, pasta y almuerzos.

Decidimos entrar y una señora que estaba en sus 50s nos recibió. Ella era conocida como Sr. Hudson, la landlady de la casa.

— Buenas tardes señorita... — estiró la mano para estrecharla con la mía.

— Señorita Clark — respondí —, y él es el Señor Smith. Estamos buscando un apartamento.

— Claro, síganme — movió las manos para que vayamos detrás de ella —. Tengo 2 apartamentos disponibles, uno en el segundo piso y el otro en el tercero.

Caminamos por un pasillo largo con paredes azules hasta llegar a unas escaleras. Subimos unas gradas de madera con una barandal de este mismo material. Al llegar al segundo piso, la Sra. Hudson sacó unas llaves para abrir la puerta del apartamento.

— Este flat tiene dos habitaciones, cocina y comedor, sala y un baño.

Andrew y yo entramos al pequeño apartamento. En la parte izquierda había una chimenea de ladrillo visto. Al frente de la misma había dos sillones de tela negros y una mesa entre ellos. En la pared derecha había un mueble largo con una mesa de té al frente. La ventana y las cortinas doradas estaba delante la puerta, daban vista a la calle. Y esto sólo era la sala que estaba pintada de color verde y otras blancas, daban un lindo contraste de colores. La cocina estaba separada por unas puertas de madera y los cuartos también.

— Bueno, este es un apartamento, si me siguen les mostraré el otro — dijo la Sra. Hudson.

— No gracias, no se moleste. Este es el que elijo.