Capitulo XIV

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Capítulo XIV

Matthew

Me desperté más o menos a la 11 de la mañana. Tenía que estar en la casa de Gabriel a la 1 de la tarde para almorzar todos juntos y después de eso empezar a arreglar la casa para la fiesta. Mientras me vestía y arreglaba mi habitación, me acordé de lo que me dijo Jackson. Se me hizo raro que él me esté dando consejos sobre relaciones si él era el fuckboy de la universidad. Ya se imaginan, él era más alto que yo y yo medía 1.82 metros.

Salí de mi habitación con mi libro en mano. De ley después de organizar todo se iba a dar ese espacio de tiempo aburrido, entonces para aprovecharlo leería las 100 páginas que me faltaban.

Bajé al parqueadero del edificio para subirme a mi carro, era un BMW Serie 4 Gran Coupé negro, una belleza de auto con asientos de cuero.

(...)

Llegué a la casa de Gabriel después de 30 min. Él tenía una propiedad lejos del centro de la ciudad, era mucho más privada y grande que a su casa principal. Esta casa de aquí tiene 3 niveles, una piscina y jacuzzi. El diseño era minimalista, algunas paredes eran de ladrillo visto, otras estaban pintadas de color blanco, gris y negro.

Pude observar el carro de Mark.

– Ayy el cojudo de Mark vino – mascullé molesto, no tenía paciencia para escuchar las estupideces que salen de su boca –.

Me calmé un poco cuando también vi el carro de Andrew, mi mejor amigo desde que teníamos 5 años. Él siempre sabía como calmarme.

Entré a la casa y escuché a Mark gritar desde la otra esquina de la habitación.

– Mierda – mascullé y cerré los ojos para calmarme un poco –. ¡Mark! Que gusto verte, ¿cómo has pasado?

– Ay Matt que te contaré. Antes que nada ¿sigues enojado por lo que sucedió con tu hermana?

Mi sangre hirvió, él hablaba como si lo que había pasado fuera algo sin importancia, como si mi hermanita no significara nada en lo absoluto. Apreté mis puños al lado de mis piernas, no quería arruinar la fiesta de Gabriel. Decidí no contestarle y fui a buscar a Andrew, no lo había visto casi por dos semanas. Recorrí toda la casa hasta encontrarlo en la terraza sólo, de espaldas apoyado en la baranda, tenía algo en la mano.

– Has sido un fantasma estas dos semanas Andrew – hablé e hice que él se asuste –. Jajajajaja rara vez te asustas oye.

– ¿Cómo vas Matt? – me preguntó él –, es verdad, no es fácil asustarme – soltó una risa sin humor.

Algo estaba mal, algo sucedió durante estas dos semanas. Andrew usualmente era el que bromeaba todo el tiempo, siempre estaba feliz y con una sonrisa en el rostro. Esta vez estaba cabizbajo, no lograba deducir cuál era la razón detrás de su tristeza.

– ¿Estás bien bro?

– Si si, claro que estoy bien – se enderezó y cambió su semblante, ocultando su preocupación –. Sólo estoy cansado y no quiero volver a la universidad – dijo la misma mentira que yo cuando es claro que no me siento bien.

– Bueno, no te creo nada, tú sabes que a mi no me puedes mentir – le di una palmada en la espalda y lo abracé de lado, teníamos la misma estatura –. Cuando estés listo puedes contármelo, aquí estoy para ti, no te olvides.

– Gracias Matt, pero esta vez es una historia que no tengo el derecho de contarla.

Nunca lo había visto así, estaba tan nostálgico, en cualquier momento se echaba a llorar.

– Vamos, que el idiota de Mark está abajo y no sé si me pueda controlar y no pegarle en su hermosa cara.

– Ahhh, ¿aceptas que él es guapo? – él alzó las cejas, juzgándome.

– Ay tú también piensas eso, si es guapo el idiota, y esos ojos verdes le dan un toque.

– Ey pero yo también tengo los ojos verdes.

– Si sé Andrew, pero él no sé, es algo raro, no sé como explicarlo.

Los dos negamos con la cabeza y nos reímos mientras abríamos la puerta de la terraza.

(...)

Nos demoramos casi 3 horas en arreglar toda la casa, guardar lo de valor y servir la comida y el alcohol. Si no hubiera venido Konnor, John y Jacob, nos hubiéramos demorado mucho más. Todos estábamos cansados. Me dirigí a uno de los cuartos de visitas para seguir leyendo mi obra.

Pasaron unas 3 horas más, de las cuales me dormí dos así que no leí mucho. La bulla empezó en la casa, los invitados estaban llegando y mi momento de paz se había terminado. Me levanté de la cama y agarré el cerrojo cuando mis ojos se volvieron grises.

Matt ella está aquí.

¿Ella está aquí? ¿Esta es una fiesta de humanos y lobos? Varias preguntas brotaron en mi cabeza, pero lo más importante es que ELLA está aquí. No me había escrito ni llamado desde ese día que la vi en el parque. ELLA está aquí, que emoción. Quiero hablar con ella.

Salí del cuarto, mis ojos seguían grises, no podía hacerlos volver al color miel. Empecé a caminar por los pasillos hacia la sala. Parecía un loco, empujando a todos lo que estaban en mi camino. Mark se puso en la mitad del pasillo.

– Mark quítate – traté de pasar pero él no me dejaba ir.

– No Matt, no te puedo dejar ir con los ojos grises, hay humano en esta fiesta. Necesito que te calmes y dile a Luke que se calme también.

Aunque no me agrade Mark, tenía razón. Y además la iba a asustar, necesitaba calmarme.

Después de que mis ojos volvieran ese color miel, él me dejo caminar hacia la fiesta. Lo único que podía reconocer era ese olor a canela, pero como siempre era casi perceptible, tenía que concentrarme para no perderla.

Llegué a la sala y ahí la vi, entre un grupo de personas conversando con tanta confianza que me sentí pequeño por unos segundos. Estaba vestida con unos pantalones, blusa, zapatos y saco. El pantalón era acampanado de cuadros con líneas en la mitad, desde la pantorrilla a los pies, el resto denotaba bien sus curvas. Sus zapatos eran beige al igual que su saco abotonado sólo la primera parte. Su blusa era negra metida en los pantalones. Por tercera vez, ella me quitaba el aliento. Era perfecta. Su cabello corto lacio no llegaba ni a sus hombros. Su pelo estaba hecho dos trenzas boxeadoras.

¿Cómo puedes decir que ella no es tu Mate cuando te sientes así ante su presencia?

No lo es Luke, ya te dije. Mis colmillos no hormiguean, no siento a su loba, su olor es casi perceptible y además es humana.

Me la quedé viendo, embobado por su hermosura, hasta que ella miró en mi dirección. Estaba avergonzado por ser tan obvio, no pude mantener contacto visual mucho tiempo. Ella me ponía nervioso de alguna forma. Algo me dijo que alce la mirada nuevamente, y ahí lo vi, Mark tratando de que ella le preste atención. Lo más chistoso es que ella ni se inmutaba por la presencia de él. Observé que sus ojos brillaron, pero no sabía la razón hasta que Andrew la abrazó de lado y le dio una bebida.

Mi vista se nublo por los celos que sentía y Luke estaba furioso.

Luke cálmate, es nuestro mejor amigo y ella no es nuestra Mate. Cuantas veces te lo tengo que repetir, me vas a volver loco.

No entendía mis celos, no entendía qué me pasaba desde la primera vez que la vi. Bueno ya, si era mi Mate explicaría mis ansias por tenerla en mis brazos. Pero, ¿no se supone que ella sienta lo mismo? Cuando me acerco no veo la ambición en sus ojos, hasta es un poco indiferente. Si fuéramos Mates, ella también sentiría esa química que hay cada vez que nos juntamos.

Ella no experimentaba lo mismo que yo, y eso sí que es un misterio.

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Hola señoras y señoras, ¿cómo va todo?

¿Cuál libro desean comprar con todas sus fuerzas pero pues la plata no les da?

¿Cuál es su artista favorito?

Sol-Luna, Kira y Amaris Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ