Adictos ❝Jaden Hossler ❞ ✔️

29|No Te Alejes De Mi

Jaden

Malena aún sigue con su mano entrelazaba con la mía y no se si es porque ni siquiera se ha acordado, porque no quiere soltarla, o porque no quiere quedar mal. Sea como sea, me gusta el contacto de sus suaves palmas con las mías, que están jodidamente frías. Da pequeñas caricias de vez en cuando en la palma de mis manos que me reconfortan.

Solo andamos, paseamos por casi media hora, en completo silencio, pero creo que no hace falta decir nada. Estoy bastante ciego y esto está empezando a espabilarme, sea como sea, no apartó los ojos de ella.

Observo su pelo ondular, moverse de forma natural por cada caso que da, observo su figura, desde sus caderas a su trasero, sus piernas, como anda, como me mira de vez en cuando de reojo, como sonríe levemente cuando se ds cuenta de que mi mirada ya estápuesta en mi, como de vez en cuando cierra sus ojos dejándose llevar, como tira de mi... Mierda me veo muy mal.

—¿me estás llevando a algún sitio en especial?—pregunto cuando ya llevamos unos cuarenta minutos andando sin rumbo.

—No exactamente—admite ella con una mueca, tira de mi al ver que me quedo rezagado.

—¿y entonces...?

—Bueno, pretendo que te espabiles un poco, para así, pararnos en algún lado y me expliques porque me has estado evitando—explica con tranquilidad.

Arqueo una cena y una sonrisa burlona se posa en mi rostro—¿te estás aprovechando de mi estado?

—¿yo? ¡Nunca!—exagera.

Me rio y empujó su hombro, ella se ríe y me devuelve el empujón, un poco más fuerte, yo se lo vuelvo a dar aún ma suerte, y seguimos así hasta que ella se tambalea un poco, rapidamente, casi en un reflejo, la sujeto por ambos hombros soktando nuestras manos. Ella tiembla un poco pero acaba retomando la postura y observo como un sonrojo asciende a sus mejillas haciéndome sonreir.

Malena no es la típica chica tierna, tímida, o que le da vergüenza meter la pata, pero me gusta ver que causo eso en ella, creo que soy la única persona que consigue sonrojarla. No puedo evitar pensar en lo bonita que está con sus mejillas encendidas.

—Ehh... Si—balbucea nerviosa alegandose de mi.

Me rio y ella solo sigue caminando, pero esta vez, en dirección contraria, lo que me hace pensar, que estamos volviendo a casa. Alzó mi mirada al cielo, esta anocheciendo... Genial, mi padre ya se habrá ido a trabajar y no estará por ahí metiendo las narices.

Alcanzó a Malena tras unos segundos y ella aún sigue con las mejillas encendidas, evitando mi mirada a toda costa, no puedo evitar sonreír al ver lo tierna que se ve haciéndose la enfadada.

—¡que sepas que estoy enojada!—alza la voz sin mirarme, su rostro completamente rojo y sus palabras nerviosas—Tu... ¿Sabes que? Déjalo, no lo hablaremos aquí... ¡Pero no creas que no estoy enfadada y que lo dejaré pasar sin una explicación!—esta vez se gira, y me apunta con el dedo al pecho.