Adictos ❝Jaden Hossler ❞ ✔️

6|Trabajo

—Vamos Jaden—le digo saliendo de su casa—Llegaré tarde al trabajo.

—Tranquila, te llevaré ahí en menos de lo que tu piensas—dice el saliendo detrás de mi.

—Si puedes, me gustaría no morir porque vayas por la calle como si...

—Va—me corta y sonríe—Que levo ya dos años conduciendo a todas partes, aparte, a estas horas no hay nadie—dice divertido golpeando mi hombro.

Ruedo mis ojos divertida—Bueno, tendré que confiar en ti entonces.

El sonríe—Así me gusta—dice revolviendo mi pelo.

Le doy una mala mirada y apartó su mano de él, haciendo que ría. Le sigo hasta la moto y el me pasa el casco. Se sube a ella y me hace un hueco, entonces da golpecitos sobre el para que me monte.

—Recuerda—le digo cuando me pongo el casco—No vayas demasiado rápido.

—Agárrate, cariño—dice el antes de acelerar la moto.

Suspiro y me agarró a su cintura con firmeza. Jaden es muy delgado, pero es algo que me gusta mucho. Si cuerpo es muy mono, es sexy pero a la vez adorable. Dios ni yo me entiendo.

Sólo habia ido en moto de pequeña con mi padre, y bueno, el otro día con Jaden. Pero iba ciega. Ahora mismo, ir en moto con el es una sensación genial. Apoyo mi cabeza en su espalda sintiendo el aire golpear mi cuerpo y mi cara y es demasiado relajante.

Jaden no lleva un mal ritmo, sabe como moverse y no tiene ninguna dificultad, me hace sentir más segura.

En menos de diez minutos hemos llegado a la cafetería en la que trabajo de noche. Tengo el uniforme dentro, siempre tengo uno de recambio.

No me gusta nada este trabajo, es la típica cafetería de carretera llena de camioneros babosos, pero me pagan bien y me suelen dar de cenar, así que no pienso dejarlo. No soy yo la que debe huir de la gente así, sino ellos los que deben cambiar o simplemente dejarme en paz.

—¿como ha estado?—pregunta el quitándose el casco.

—Bueno—digo quitándome el mio—No conduces tan mal, me lo esperaba peor, Hossler.

El se ríe—¿ves? Siempre se piensa mal de las personas al principio.

Ruedo mis ojos—Lo que tu digas, debo de irme, todavía tengo que ponerme el uniforme.

—Olvidaba que no llevas tu disfraz—dice el divertido y yo golpeó su hombro.

—Callate, es horrible, yo lo sé, pero necesito el trabajo—digo encogiendose de hombros.

VALE. Puede que haya dicho mucho. Jaden el otro día me dejó en una casa bastante lujosa, seguramente no sabe proaue necesitaría un trabajo.

El frunce su ceño—Con la casa que tienes, no es dinero lo que necesites.—dice con sarcasmo.