Capitulo 8.-
- Oye, April… - le dijo, mientras recogían las cosas.
- Dime….
- Tengo que pedirte un favor muy grande…
- Cualquier cosa, ya sabes. – le sonrió la rubia.
- Ayer… me encontré las ruedas de la moto pinchadas… y abolladuras por la parte delantera…
- Oh, maldito Zac, seguro que fue él… - dijo sin que ______ terminara de contárselo.
- Ya… pero la cuestión… es que Gordon… - April se puso seria de golpe. – No me mires así, aun no te he dicho nada.
- Ya, pero me lo imagino, viniendo de ese bastardo.
- No… no es tan malo como piensas… - suspiró, colgándose la maleta en la espalda – Él me dijo que me arreglaría la moto… si tú aceptabas salir a cenar hoy con él.
- ¿Qué? – dijo ella incrédula. – pero si me odia. – ahora se rió.
- No… le gustas, y mucho. Casi vomito ayer al describirme la manera en que lo excita picarte. – April se rió aun más.
- _______...
- April, por favor… no tengo setecientos pavos para arreglar la moto… y a mi madre ni pensarlo de pedírselo. Además, Gordon está…
- Que ya lo sé, tonta… si eso es lo que necesitas, acepto. – sonrió, colgándose la maleta también en la espalda – pero me debes una.
- Si, si… te debo una. – sonrió – pero si has aceptado con tal facilidad es porque te mueres por acostarte con él.
- No te creas… no está mal, pero no hay para tanto.
- ¿Qué no hay para tanto? – dijo _____. – Bueno, no es mi tipo, pero está muy bien.
- Ya, tu tipo, es el profe de música. – se rió, saliendo de la clase con ______. - ¿A que si?
- ¿Por qué dices eso? – le pregunto, sonrojándose, a April – nunca me acostaría con un profesor.
- No seas tonta. Está para comérselo, hasta yo aceptaría acostarme con él.
- Es que tu, April, lo siento mucho, pero eres una zorra. – se rió _____. April también se rió, a pesar de todo.
- Una zorra que lo vale. – rectificó – pero venga ya, ¿has visto como te mira?
- ¿Qué? – dijo _____, aun más incrédula, ya roja como un tomate –
- Me dirás que no… en esa mirada veo algo más que una relación de alumna y profesor. Por dios, tienes un polvazo, ______, mírate. El uno para la otra.
- Cállate ya… sabes que no es verdad…
- Vale me callo – siguieron andando – pero cuando te encuentres a Abraham entre tus piernas, me darás la razón.
- No me acostaré nunca con Abraham.
- Mira, ya lo llamas por su abreviatura. Por ahí se empieza. – sonrió. – Oye me voy, mi madre ya está allí con el coche.
- Si, ves, ves… yo me quedaré a la biblioteca del instituto… el bus no sale hasta dentro de una hora… - le dio dos besos a su amiga y ella se fue. ______ se dirigió a los adentros de la escuela, hacia la biblioteca.
Sintió otra vez una melodía, pasando por delante de la sala de los instrumentos. Se asomó, y esta vez entró sin escrúpulos. Se quedó observando cómo Abraham tocaba el piano, de perfil. Y parecía un ángel caído del cielo. Nunca se había sentido atraída por un profesor… pero esto ero el colmo.
Abraham era prácticamente perfecto… y hermoso. Sonrió, apoyándose en la pared.
- ¿Tocas cada día? – dijo en una voz tibia que confortaría a cualquiera.
- Oh… - Dejó de tocar. Se rió. – es lo que más me gusta… la música.
- Se nota. – sonrió y se fue a sentar frente a Abraham. Se apoyó en el piano. – Me encanta como tocas. – lo miró a los ojos… y le hubiera gustado decir ‘y tu; me encantas todo tu’.
- Gracias. – Abraham se giró. – llevo algunos años. – tiró su pelo hacia atrás y se arremangó las mangas del jersey. Ella observó sus fuertes brazos.
- ¿Tocabas la guitarra, no?
- Así es… - dijo levantándose y cogiendo la guitarra española que había apoyada cerca de allí. La afinó un poco.
- Tócame algo… - le dijo, volviéndose a sentar frente a él. Abraham alzó la mirada y sonrió. Eso no había sido una pregunta, ella quería que le tocara alguna canción con la guitarra. El corazón de Abraham se aceleró. Iba a hacer algo más que eso.
- ¿Alguna en concreto?
- La canción que tú quieras. – le sonrió ______, cruzando las piernas. Abrahamer se fijó en esas largas y femeninas piernas. Y por un momento las quiso acariciar, tocar… besar. Hacerla sentirla toda suya. Se quitó esos pensamientos de encima.
Empezó con unos acordes.
- Oh… es aquella… Te voy amar – Sonrió.
- Si… ¿te gusta? – dijo siguiendo tocando.
- Muchísimo… supongo que porque… - hizo una pausa y miró al techo – me gustaría ser amada por alguien. – sus ojos se humedecieron.
- Ei… ei… - él se sentó a su lado. – Cuéntame… - le pasó un brazo por el cuello. Ella se
apoyó en su hombro.
- Ya sabes… problemas con la familia… mi ex novio… - Abraham le ofreció su confianza y ella se lo contó.
- Bueno… siento no poder ayudarte…
- Ya haces bastante con escucharme. – se sacó las lagrimas – nunca… nunca me había pasado esto con un profesor. – se ruborizó, al decir esto, igual que Abraham.
Él dirigió la mirada a la guitarra. Empezó a tocar la canción, primera estrofa. _____ lo miraba fascinada: . Abraham la miró. Ella negó con la cabeza, sonrió. A la mier.da todo. Ya le daría la razón a April en otro momento. Abraham era el hombre más increíble que había conocido nunca. Se acercó a él, casi sintiendo el roce de sus labios. Abraham se retiró.
- No… no, ______. – puso sus manos en frente – Lo siento…
- ¿Por qué Abraham? – le acarició el labio inferior. – Yo quiero… eres lo que más deseo en este momento.
- Soy tu profesor. – le dijo levantándose y dándole la espalda. Ella lo siguió y lo abrazó por detrás, Abraham se apartó, de nuevo. Ella se acercó a él, hasta que Abraham topó con el piano. Maldijo en voz baja. – estás jugando con fuego, maldita sea. –
-Abraham… - ______ cogió la mano de él y la puso entre sus pechos. - ¿De qué tienes miedo? – le dijo casi susurrando en su boca. Y esto... esto no era un maldito sueño.´
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Soy Tu Profesor - Abraham Mateo Y Tu TERMINADA.
FanfictionA Pamela se le había enfermado el marido. Por lo que _______ sabía, era bastante grave. Cáncer de hígado… la gente decía que se podía morir de eso. Lo peor no era que el marido de Pamela, la aburrida profesora de música, se estuviera a punto de mori...