👅 14. Tomados de la mano

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Amanecí otra vez entre sus brazos, esa sensación me empezaba a gustar, la luz del amanecer hacia ver su rostro divino, por un momento no reconocí el lugar donde estábamos, pero poco a poco los recuerdos de la noche pasada vinieron a mí, levante la sabana y encontré a nuestros compañeros de aventuras, varios legos muy traviesos que habían jugado con nosotros hasta muy tarde, se encontraban dispersos por todos lados de la cama, aquello me hizo reír, que locuras hicimos anoche, mirando alrededor encontré el espejo que aun tenia los restos de la salpicadura de mi semen y recordé la imagen de nuestro reflejo sudoroso, cansado y agitado de anoche, suspire pensando en que definitivamente tengo que comprar un espejo, es increíblemente caliente verse siendo cogido por Yibo, quiero que él vea como es penetrado por mí, ¡oh, cielos!, me están dando ganas de devorarlo, suspire ante aquel pensamiento, seguí observando la habitación de Yibo y encontré "el postre" eso me recordó que aún no lo he probado, mire a Yibo completamente dormido, se ve tan inocente tierno y angelical, ante aquella imagen sonreí de forma traviesa mordiéndome el labio inferior por la idea que cruzo por mi mente, me levanto muy despacio para no despertarlo y camino a hurtadillas hasta el mueble donde quedo el resto del merengue, me devuelvo a donde Yibo y suavemente quito la sabana, logro ver y disfrutar de la imagen de su cuerpo desnudo, el merengue ya no está frio así que lenta y suavemente lo unto en su manzana de adán, en sus pezones, en sus testículos y en su pene flácido, por ahora, ya me encargare yo de chuparlo, levantarlo, endurecerlo, succionarlo y exprimirlo, me coloque sobre él recargado en mis manos y rodillas, me inclino a besar lenta y suavemente su rostro, primero sus ojos, su nariz, sus labios, mi trasero queda expuesto y levantado al aire

- Mmm – murmuro cuando sintió mis suaves lamidas en su marcada manzana de Adán, esa parte de Yibo me encanta – que haces Zhan - murmuro mientras lamia sus pezones uno a uno - aaaahhh – su respiración comenzaba a agitarse y aun con los ojos cerrados arqueo su espalda para levantar su pecho buscando más caricias sobre sus pezones color rosa, ya duros por mis besos, mientras yo lamia uno de ellos, él se frotaba el otro con sus dedos - aaaaahhhh Zhaann, me encanta tu lengua, no te olvides del otro, también chúpalo, por favor - me encanta ver cómo reacciona a cada uno de mis toques y escuchar el sonido de necesidad en su voz

- Tranquilo, solo quiero probar el postre – baje poco a poco por su abdomen y dejando un camino de saliva llegue a su ombligo, lo lamí, un manjar exquisito, él tiene un camino al placer con muy pocos vellos, fui recorriéndolo beso a beso hasta llegar al plato principal un gran trozo de carne, firme, erecto, duro, grueso y largo envuelto en merengue, solo para mí, estoy pecando de gula pensé, pero no me importa, hoy me lo comeré todo, le di una gran lamida desde la base hasta la punta, recorriéndolo completamente

- Aaaaahhhh Zhaann, que linda boquita tienes – el gemía, mientras sus manos trataban de sostenerse de las sabanas, pequeñas mordidas en la punta lo hicieron volver a gemir – aaaaaahhhhh – baje a chupar ese par de bolas que la noche anterior habían estado rebotando contra las mías lamí y lamí hasta que quedaron sin rastro del dulce, me devolví a engullir aquel trozo de carme por completo una y otra vez entraba y salía de mi labios, Yibo se revolcaba entre las sabanas, levantando sus caderas al ritmo del sube y baja de mi boca - Zhaann, toma mi leche, por favor, aaaggghhh Zhan, aaaggghhh – sujeto mi cabeza con fuerza dejándome sin escapatoria, mi boca se llenó de su liquido ardiente, debo decir que ese trago de leche estuvo delicioso, limpie los rastros con la mano, mirándolo de reojo, con una sonrisa picara

¿Si sabes que aún no me termino el postre? –el disfrutando aun de su orgasmo me guiño el ojo y asintió con la cabeza – voltéate para mi Yibo - en la cama estan obediente, tan suave, tan dócil, giro su cuerpo para quedar boca abajomientras yo colocaba un par de almohadas bajo su vientre, para que su bien formadotrasero quedara levantado, respingado para mí, me senté entre sus piernasfrente a aquella parte de su cuerpo, tome el ultimo resto de merengue y lo unteentre sus nalgas, ver perderse mis dedosentre esos dos montículos fue delirante, él volteo a mirarme con algo deincredulidad en su rostro al sentir como esa zona tan íntima estaba siendoembarrada con aquel dulce, tome sus dos nalgas con mis manos separándolas meincline hacia ellas y di una profunda lamida desde sus bolas hasta su orificio íntimo

¿Eres tú, mi destino?Where stories live. Discover now