Monster. (Louis Tomlinson y Liam Payne) Tercera temporada.

Capítulo 59

-Zayn se instaló los tres primeros meses después de que te fueras en casa, gracias a él conseguí mi discoteca... Y bueno, se liga bien tras la barra.

-¿Ligas mucho allí?-Dijo sin expresión.

-Solo hasta que enseño mi anillo, es un imán antihombres.- Dije enseñándolo con todo el glamour.

-Es decir, ¿no hay hombres en tu vida?

Le sonreí.- Tengo a estos dos granujas, no me hace falta más... ¿Y tú?

-Pues la verdad es que cuando me fui a casa de mi madre solo me dediqué a buscar maneras de conseguir dinero y ahí a lo del divorcio, te pagaré mensualmente. No salí con mujeres, solo aquella noche en la que me viste... Solo era una tapadera, después de tanto tiempo quizás tu tuvieras a tu pareja y no quería ir solo.

-No necesito dinero... Ni la manutención. Puedes guardar el dinero para ti o para cuando los niños estén contigo

-Pero quiero dártela...-Susurró.- Es por ello por lo que lo hago.

-¿No era por el peso de la culpa?

-Y por el dinero para ellos.

Suspiré ahogada. Me giré para él cuando aparqué delante de la tienda.

-Te he echado de menos...-Susurré. - Me alegra al menos que no hayan problemas entre nosotros y que los niños nos puedan ver juntos.

-Yo también te he extrañado. Más de lo normal.-Dijo con dolor reflejado en la cara.-Siento no haber estado ahí cuando más me necesitabas.

-Eso ya da igual...-Dije abriendo la puerta de mi coche y saliendo de él. Cuando cerré la puerta él aún seguía dentro sin salir.

Saqué a uno de ellos y él, cuando se encontró con fuerzas para salir, cogió al otro.

-¿Qué tienes que comprar?-Preguntó caminando más lento que yo.

-Un paquete de pañales y algo de comida.-Dije sacando mi móvil. Cuando lo fui a guardar sonó. Far East Moment. Liam abrió los ojos sorprendido por el tema que tenía de tono de llamada. Miré la llamada, era mi madre.

-¿Mamá?

-¿Has hablado con Liam? Hoy salió muy temprano y no lo he visto más.

-Está aquí, irá más tarde...

-¿Estás con él?- Su voz salió sorprendida.

-Sí, mamá..

-Oh, me alegro... -Suspiró.- Pues... Me alegro.

-De acuerdo...-Colgué la llamada.- ¿Sabes, Liam? Mi madre se preocupa demasiado por ti, deberías tenerselo en cuenta.

-Y mi padre por ti, siempre está preguntando por tu estado y muchas veces cuando me levanto y veo que no está sé que se ha ido a tu casa... Aunque a mí ya no me habla.

-Lo sé...-Le miré mientras intentaba coger un paquete de pañales.- Se ha portado muy bien.

-Te ayudo...-Se alargó y lo cogió sin problemas.

-Oh, muchas gracias, caballero.-Me reí.

Sonrió. Seguimos llendo por los pasillos en silencio mientras yo cogía algunas cosas.

-¿Por qué no me pediste el divorcio?

-De una forma u otra...-Dije sin mirarlo.- Corría por mí la esperanza de que todo volviera a ser como antes.

-¿No te has sentido sola?, ¿No has tenido la necesidad de buscar otro hombre?-Dijo sin esperarmelo. Me di la vuelta a mirarlo.

-Sola me siento todos los días de mi vida cuando ellos duermen y yo me siento en el sillón a ver cómo pasa el tiempo hasta que me entra el sueño y me quedo dormida. Siendo sincera, podía más la idea de que volverías que la necesidad de conocer a otro hombre. Cuando llegó la carta de divorcio a mi casa... Me derrumbé y lo único que me mantenía tranquila era ir a la discoteca, encerrarme en la zona vip mientras veía la sala de abajo abarrotarse de personas... Hasta que un día no muy lejano al de hoy te vi allí, con esa tía.

-¿No bebías?

-Me estoy medicando, ¿no me ves más feliz? Esas pastillas son la bomba.

-¿Pastillas?

-Ansiolíticos, con receta... No soy drogadicta. Me dejan pasiva y lo veo todo de otro color.

-Ah...-Suspiró.

-¿Tú no te has sentido solo?

-Sí... -Pasó su mano por la cara. Intentó ocultar las lágrimas pero no pudo.- Lo siento.

-¿Qué sientes?

-Ponerme así, no quiero parecer un sentimental pero... No creí que fueras a ser tan buena conmigo.

Apoyé mi mano en su hombro y le sonreí.

-Te voy a meter un bofetón con toda la mano abierta en el tronco del oído como vuelvas a soltar una lágrima que la vas a flipar, ¿entendido?

-Niquelado...-Sonrió.

Pasamos la compra por caja y nos metimos de nuevo en mi coche, conduje tranquila. Sin prisas... Nos pusimos en el parque más cercano sentados sobre una manta. Le di una coca-cola que había comprado y le dimos de comer a los pequeños un yogur de frutas.

-Esta noche trabajo... ¿Quieres quedarte con ellos?

-Pero en casa no hay cunas, las quitaron todas para hacerme espacio y montarlas será un aquelarre.

-Quédate en mi casa... Osea, nuestra.-Me reí.- Hasta que nos divorciemos que todo lo tuyo será mío.

Me burlé, él se rió también.

-Puedes quedarte con todo...-Dije al fin.

-No, tuyo...-Pasó su mano sobre la mía.- Y de ellos. Entonces, ¿Me puedo quedar?

-Sí, sí... Pero con una condición...

-¿Cual?