Mis ojos se negaban a abrirse, sin embargo, los labios de Alexander en mi cuello me obligaban a reírme.
-Cinco minutos más por favor – susurre tratando de cobijarme nuevamente.
-Buenos días mi amor, lamento negarte esos cinco minutos, pero se hace tarde – respondió retirando las sabanas de mi cuerpo.
Resople dándome por vencida y me senté en la cama, note que Alexander ya está listo, vestido con un traje perfectamente a la medida, me quede embobada.
No podía creer que ese hombre fuera todo mío...
-¿Disfrutando de la vista? – pregunto mirándome con una ceja arqueada.
Retire un hilito de baba en la comisura de mis labios y me levante.
-Quisieras – susurre pasando a su lado.
Alexander me dedico una sonrisa coqueta, y sin que me lo esperara me tomo por la cintura y me tumbo de nuevo en la cama.
Chille sorprendida, él se colocó encima de mí, beso mis labios apasionadamente, lleve mis manos a su cuello para acercarlo más a mí.
-Quisiera hacerte mía una y otra vez justo ahora, pero se nos hace tarde – menciono Alexander.
Se puso de pie, y me cargo poniéndome de pie también.
Me reí suavemente y caminé a la ducha.
Sentí un ardor de repente... en mi trasero.
-¿Acabas de darme una palmada ahí? – entrecerré los ojos mirándolo.
-¿Fue algo así? – cuestiono y volvió a darme una palmada.
Le saque la lengua juguetona y corría al baño cuando hizo el amago de darme otra palmada.
Me duche rápidamente, y me cambie de ropa, cuando salí ya no estaba mi prometido en la habitación, pero si estaban nuestras maletas listas.
La abrí solo para asegurarme que estuviera lo necesario.
-Créeme amor, todo está ahí, excepto las correas y ropas de Teddy, esa maleta esta abajo – hablo Alexander detrás mí.
Brinque del susto.
-No estabas ahí hace un segundo – dijo mirándolo.
Alexander sonrió y me beso suavemente.
-Estaba en el balcón – respondió.
Asentí y tome una mochila con dibujos con caricaturas, serian la que lleve en mano.
-Ya estoy lista – dije sonriendo.
-Muy bien pequeña, vamos – contesto Alexander tomando mi mano entre la suya.
Salimos de la habitación, y bajamos al recibidor, donde estaba Scarlett con Teddy en sus brazos.
-Cuñada, te juro que amo a tu perrito – menciono acariciándolo.
-Y el a ti – respondí riendo al ver al pequeño lamer su mano.
Scarlette me lo paso a mí, y lo tome entre mis brazos.
-Desayunaremos en el jet, vámonos – aviso Alexander.
Asentimos, y nos dirigimos a el auto que esperaba, las personas de servicio subieron todas las maletas.
En el auto subimos Alexander, Scarlett y yo, ya que los padres de Alexander al parecer se quedarían, puesto que no aparecieron.
-Lamento hacerles mal tercio – dijo Scarlette sonriendo.
-Si lo haces – asintió Alexander.
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MAGNATE AMADO
RomanceAlexander Hudson un multimillonario, el magnate de magnates, uno de los hombres más ricos y poderosos del mundo, uno de los hombres con uno de los coeficientes intelectuales más altos del planeta. Él, un hombre con una vida llena de lujos, llego a M...