Death Note : One shots.

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Titulo: Ebria inteligente. 

Personaje: L 

                                                       ._____________________________. 

_____ nunca había pensado siquiera en engañar a su novio, Light Yagami. Lo adoraba completamente, era su vida desde hacía ya 4 años, sin embargo, la luz que él irradiaba para ella se había ido extinguiendo en los últimos meses. Él cambió completamente, volviéndose un total desconocido para ______, y todo de mal en peor cuando se vió envuelto en el caso de Kira. 

Ella ya no existía para él en lo absoluto. Ni siquiera sabía si podía seguir llamándolo novio. 

Así que cuando, un día por la noche, él la llamó, su corazón latió con velocidad y alegría. 

- Ey, _____ - saludó él. Ella lo imaginó sonriendo al otro lado de la linea -. ¿Estás ocupada? 

- ¡N-No! Para nada, ¿por qué? - un segundo después de haber soltado las palabras, se maldijo mentalmente por sonar desesperada. 

- Bueno, hay una pequeña fiesta en el lugar donde estoy trabajando - murmuró, con un aire inseguro - y... quería ver si deseabas acompañarme. 

-¿Ahora? 

- Sí. Si puedes asistir, iré por ti, no dejaría que fueras sola por las calles, mucho menos a esta hora. 

- Está bien, dame treinta minutos. 

- De acuerdo. 

- Light... 

- ¿Sí? 

- Te quiero. 

- Y yo a ti.

Y le colgó sin más. 

A _____ se le apachurró el corazón inevitablemente, sintiendo sus frías palabras como una cruel mentira, ¿el amor entre ellos se había esfumado? 

Sin muchos ánimos, se bañó y alistó rápidamente, colocándose un atuendo que oscilaba entre lo elegante y causal. Se esmeró mucho en su apariencia, ya que si Light la llevaría al lugar donde estaba trabajando en el caso, debía verse presentable, a la altura de alguien tan guapo e inteligente como lo era su novio. Puntual como siempre, a los treinta minutos Yagami tocó el timbre de su apartamento. 

- ¡ Light! - chilló ella al verlo, rodeando su cuello con ambos brazos. 

-¿Qué tal, _____? - posó su mano en la espalda baja de la chica, oliendo su cabello y perdiéndose un poco en su fragancia. Era dulce, pero sutil, todo lo contrario a Misa Amane, que parecía perfumarse con algo barato y tan dulce que te daba nauseas. 

Era una lastima que no pudiera decirle toda la verdad a _____, su diosa. 

- Te extrañe muchísimo. 

- Y yo a ti. Pero debemos irnos, nos están esperando. 

La chica soltó un suspiro, despegándose de él y limitándose a seguirlo hacia el coche en silencio. Si esa era la forma de saludarla después de dos meses sin verse, el asunto sí que estaba jodido. EL trayecto hacia el cuartel fue  casi abrumador. 

Al llegar, _______ quedó impresionada por la inmensidad del edificio. 

- ¡Wow! 

- Vamos.