ʜᴏᴘ, ꜱᴛᴇᴘ, ᴊᴜᴍᴘ ᴛᴏ ᴀ ɴᴇᴡ ᴡᴏʀʟᴅ

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ꜱᴇɪꜱ

Autora POV

Amu se encontraba de pie frente al salón de clases, su mirada fija en la puerta que tenía por delante mientras que su mente divagaba con recuerdos de lo sucedido el día anterior en el auditorio. Los nervios burbujeaban en su interior mientras intentaba decidirse si debía entrar o no. 

— ¿Hinamori-san...? 

La nombrada se sobresaltó al ser llamada y rápidamente se volteó para encarar a la persona que había hablado. A pocos metros de ella, Sakura le devolvía la mirada. Naruto se encontraba sentado sobre su hombro, un hábito que parecía haberse vuelto común desde que había "nacido" como un Shugo Chara. 

— S-Sakura-san... —saludó la ojiambar forzando una sonrisa en su rostro, aunque debido a los nervios terminó pareciéndose más a una mueca de incomodidad. 

— ¿Te encuentras bien? —indagó la kunoichi ladeando la cabeza en un gesto de curiosidad. 

— Y-Yo... U-Uhm... —balbuceó Hinamori no muy segura de cómo poner en palabras lo que pasaba por su mente. Dejó escapar un pequeño suspiro. Ran la observaba con preocupación. — No quiero entrar a clases... —confesó la adolescente volteándose una vez más para enfrentar la puerta. — Seguramente se burlarán de mi por lo que sucedió ayer... 

— Oh... ¿Te refieres a cuando Ran te hizo confesarte a Hotori-san frente a todos? No creo que debas preocuparte mucho por ello. —dijo Sakura cruzándose de brazos. Un pequeño brillo de diversión era notable en sus ojos. — Estoy segura de encontrarán la forma de idolatrarte aún más por lo sucedido, además... ¿A quién rayos le importa lo que nuestros compañeros piensen? —Amu parpadeó sorprendida por sus palabras y la kunoichi tomó la oportunidad de acercarse y tomar su mano. — Mantén la cabeza en alto y no te dejes pisotear... —murmuró antes de abrir la puerta del salón y arrastrar a la chica consigo al interior del mismo. 

La mirada de los presentes no tardó en recaer sobre ellas mientras se acercaban a sus respectivos asientos. 

Amu se mordió el labio con nerviosismo sabiendo de antemano que todos habían estado hablando de ella. A penas alcanzó a sentarse adecuadamente en su silla cuando un grupo de chicas la rodeó tomándola por sorpresa.