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Siglo XXI, un nuevo comienzo.

En Arcadia, una pequeña ciudad perdida de los Estados Unidos, las cosas no eran como se veían, o al menos para la mayoría de las personas que no poseían magia. Bajo los puentes, en la oscura noche, dentro del bosque, hasta en lo profundo de un solitario museo, todo era diferente. 

 Era una ciudad que albergaba las criaturas más extrañas para el ojo humano. Desde trolls, extraterrestres que se disfrazaban de humanos, humanos que en realidad era trolls, magos, brujas. Seres que el ser humano solo leía en libros, o frente a las pantallas de cine. Fantasía de la mas pura, que era parte de alguien que lo imagino alguna vez.  

Hisirdoux Casperan termino allí mismos junto con otros seres mágicos. Decidió que residir en una ciudad con gran atractivo mágico como lo era Arcadia sería lo mejor para él, y que le daría más tiempo para mejorar su técnica como mago, además de seguir esperando que Merlín despierte de su sueño reparador.

 De día fingía ser un estudiante y mesero, mientras que de noche trabajaba para mantener la paz de una ciudad que no tenia idea de nada. Ansiaba que su mentor le diera una señal y así demostrarle que tras nueve siglos de entrenamiento, entre otras cosas, ya estaba listo para obtener eso que tanto deseaba.

Y hasta que eso sucediera, fingía ser normal. Tanto como podía.

 Desde que el mago estuvo por segunda vez en el continente americano, supo que ahí seria su lugar para siempre. Lo recorrió del norte al sur, casi por completo. Paso por Canadá, hasta Argentina donde se topó con gran variedad de trolls y otros seres místicos. Cansado de la travesía, decidió que Arcadia seria su lugar hasta que el tiempo se lo imposibilite, y una misión importante de diera el lugar que se merecía en la historia. 

 Una historia que parecía ser estar en contra de él. Porque cada vez que hacía algo fascinante tenía que correr a ocultarse, para así no romper con la promesa a su mentor. Mientras que era capaz de escribir la mejor obra de amor trágico, tuvo que dejar que alguien mas fuera él para que su nombre no quedara grabado en ningún lado. 

 Con el tiempo se acostumbro a ser genial sin que el mundo lo sepa. 


 Arabella hizo un recorrido similar, pero empujada por otras motivaciones. Recorriendo casi cada esquina del mundo. Noto que andar entre seres como los trolls, las posibilidades de que la capturen eran mínimas, y de que la dejen de buscar aumentaban.

  Gracias a rodearse de esos seres de piedra aprendió nuevas formas de hacer magia. Mejoro sus pócimas, y trato de hacer, en vano, su propio jardín bajo tierra. Sin embargo no se daba los lujos que quería, y al vivir bajo tierra vestía siempre lo mismo. Sin importar que tan desgastado este su atuendo, no le quedaba de otra. 

 Era triste, pero al menos se rodeaba de una extraña libertad que no tenia en el mundo humano.  

  Cuando al fin dejaron de buscarla, y su cabeza no tenia precio, otra vez anduvo por todos lados, ahora sin tanto miedo. Desde la década de los sesentas hasta el 2020, vivió tanto en ciudades grandes como pequeñas, y un día se canso. 

  Una tarde, cerro los ojos, y busco al azar un nuevo sitio donde vivir, esperado que no haya estado ahí antes. Arcadia Oak, California. Una pequeña ciudad que aspiraba todos los días a crecer aún mas, y que se veía rodeada de muchas historias que llamaron su atención. El lugar perfecto para al fin hacer un hogar, el que ella y su familiar tanto añoraban. 

 Tranquilo, aburrido y misterioso. 

 Arabella se sentía segura como cuando era niña y vivía bajo el ala guardiana de Morgana Le Fay. Se había olvidado por completo que un día hace más de cien años vio una macha oscura en su brillante collar hecho en base de la piedra de Avalon, o que la quisieron usar como sacrificio.

Quedarse Quieta [Tales of Arcadia]Where stories live. Discover now