4 - HORROR STORE

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Luego de que la llamada de auxilio se efectuara esa misma mañana en el departamento de policía, fueron necesarios solo 15 minutos para que la zona del complejo del supermercado se plagara de patrullas.

Había en total unos 30 agentes rodeando la entrada del comercio, otros tantos estaban posicionados como francotiradores en las casas de enfrente. Todos expectantes a que el delincuente en cuestión saliera con las manos en alto, dejando en paz a los rehenes que había capturado momentos atrás.

Nines observaba detalladamente la escena. Podía captar con su visión infrarroja los cuerpos que desprendían calor dentro del lugar. Había un total de siete personas, entre ellas el homicida en cuestión.

-¡Salga con las manos en alto y no recibirá disparos! -grita uno de los agentes por su altavoz -¡Deje a los civiles tranquilos y entréguese!

Unos lentos y tortuosos minutos pasaron sin ninguna respuesta del sujeto. El conjunto de policías y detectives observaban expectantes la escena. Entre ellos se mezclaban un par de reporteros y los vecinos que, a causa del ruido y el disturbio, se habían aproximado al lugar para también ver lo que sucedía.

Gavin como de costumbre se hallaba discutiendo con el capitán Allen, miembro y cabecilla del SWAT.

-Escucha no pueden dejar que el sujeto se acomode ahí como si fuera su casa ¡Hay que actuar o los matara a todos! -expresa levantando la voz.

Nines lo observa, sin duda el humano se veía muy alterado. RK sabía que Gavin se ponía particularmente nervioso con ese tipo de atentados, especialmente si había reporteros y muchos policías rondando el lugar. Las mejillas del detective estaban rosadas de la ira, sus ojos escupían insultos y pedían desesperadamente la intervención de algún agente. Gavin, al ocupar un puesto específico de detective, no tenía del todo permitido entrometerse en la negociación con el asesino. Nines era consiente que ese detalle lo inquietaba aun más.

En casos como aquellos se recurre a un negociador. Este pacta un encuentro con el criminal y habla con él a fin de que nadie salga herido.

Nines desvía su atención hacia Connor. Dicho había tenido éxito con el asistente doméstico PL600 año atrás. Desde ese día, Connor había intervenido en todas las misiones donde se necesitara un negociador, no habiendo fallado en ninguna. Se podría decir incluso que era el negociador oficial del departamento de policía, aunque ese eslogan no le agradaba del todo a Hank.

-¡Connor! ¡Tu turno! -grita desde el fondo Fowler con su megáfono.

RK800 solamente asiente con la cabeza y toma el arma que Hank le alcanza. Ese tipo de situaciones sin duda son las más estresantes para cualquier agente, sea humano o androide. Solamente tiene una oportunidad de negociar, si falla muchas personas inocentes podrían morir, incluyéndose a sí mismo. Además, una equivocación como esa, mancharía la reputación de todo el departamento de policía.

Connor estaba a punto de ingresar al comercio en cuestión, su led titilaba fervientemente y las manos le temblaban. Obviamente al ser un divergente, las emociones se hacen presentes en momentos tan extremos como esos. Por el bien de la misión cobró la compostura y tomó con firmeza la pistola.

Todos los que rodeaban el supermercado de repente hicieron silencio. El androide no pudo ni siquiera dar un paso hacia delante cuando los disparos se manifestaron retumbando desde los adentros.

El androide de ojos avellana se quedó un momento quieto y sin moverse, evaluando sus posibilidades. Pero al segundo de haberse escuchado los disparos, los policías se abalanzaron hacia adentro del local para corroborar lo que ya se sospechaba.

El homicida, un hombre alto y de cabello rubio, no solamente había matado a cinco de las siete personas que mantenía de rehén sino que luego de eso también había decidido acabar con su vida.

EN MIS ENTRAÑAS | REED900Où les histoires vivent. Découvrez maintenant